Economía mundial

“Nadie sabe qué hacer”

El punto de no retorno

Por Mike Whitney (*)
CounterPunch, 19/08/09
IADE, 26/09/08

Después de otro día de errático mercadeo en las bolsas, el Secretario del Tesoro de EE.UU. Henry Paulson y el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, convocaron a una reunión de emergencia del Comité Bancario del Senado y de otros dirigentes del Congreso para pedir autoridad de vía rápida para un plan arrollador de comprar activos dañados y otros valores complejos de bancos en apuros e infracapitalizados. La turbulencia en los mercados financieros se ha intensificado y existen todos los indicios de que la situación empeorará antes de mejorar.

Hay una serie de señales de que el sistema financiero está al borde del colapso, y que Wall Street se dirige hacia un crash al estilo de 1929. Los depositantes han comenzado a retirar sus ahorros de fondos del mercado monetario, alarmados por los giros en el mercado y el diluvio diario de malas noticias económicas. Según el Washington Post, los fondos cayeron “en por lo menos 79.000 millones de dólares, o sea cerca de un 2,6%” sólo el miércoles. Los retiros son el equivalente de una estampida bancaria lenta precisamente cuando los bancos comerciales asediados necesitan acceso a capital barato para financiar operaciones diarias y suministrar préstamos para una economía en continuo debilitamiento. También ha habido una avalancha de compras motivadas por el pánico de bonos del Tesoro de EE.UU. que son considerados la inversión más segura. Según el Wall Street Journal, durante la el colapso del mercado del miércoles, “los inversionistas estuvieron dispuestos a pagar más por bonos del Tesoro a un mes de plazo que lo que podían esperar que recibirían a su vencimiento. Algunos inversores, en esencia, habían decidido que una pérdida pequeña pero conocida era mejor que la inseguridad relacionada con cualquier otro tipo de inversión. Eso nunca ha pasado antes.” (Wall Street Journal) También, el VIX [índice de volatilidad], o “calibrador del miedo”, ha subido a niveles no vistos desde que la crisis comenzó en agosto, hace más de un año.

El martes, las tasas para préstamos entre bancos subieron rápidamente llevando a los bancos a dejar abruptamente de prestarse dinero mutuamente. Cuando los bancos dejan de prestarse los unos a los otros, no pueden realizar su función primaria de transmitir crédito a consumidores y negocios, y la economía se cierra. Por eso la Reserva Federal y otros miembros del cartel bancario occidental hicieron un anuncio sorpresivo a las 3 de la mañana del miércoles.

De la Reserva Federal: “Hoy, el Banco de Canadá, el Banco de Inglaterra, el Banco Central Europeo (ECB), la Reserva Federal, el Banco de Japón, y el Banco Nacional Suizo anunciarán medidas coordinadoras tomadas para encarar las continuas presiones sobre los mercados de financiamiento a corto plazo en dólares de EE.UU. Esas medidas, junto con otras acciones, emprendidas en los últimos días por bancos centrales individuales, están destinadas a mejorar las condiciones de liquidez en los mercados financieros globales... El Comité Federal de Mercado Abierto ha autorizado un aumento de 180.000 millones de dólares de sus intercambios de divisas recíprocos temporales (swap lines). Esta capacidad aumentada servirá para proveer financiamiento en dólares para operaciones de liquidez a término y de un día para el otro por otros bancos centrales.”

Antes del fin del día, la Reserva Federal había cuadruplicado el monto de dólares (a 247.000 millones) al que los bancos centrales en todo el mundo podrían acceder en un esfuerzo por facilitar el comercio entre los bancos y reanudar los préstamos a solicitantes de préstamos de negocios. Según Bloomberg: "La Reserva Federal rociará el mundo con dólares a través de líneas de swap con otros bancos centrales. Pueden entonces subastarlos en sus propios mercados.” Al principio, el mercado bursátil reaccionó positivamente ante el anuncio de la Reserva Federal, pero a mediodía el mercado había bajado 200 puntos y perdía rápidamente altitud. Fue necesario otro aviso sorpresivo del Departamento del Tesoro – de una masiva intervención del gobierno para eliminar los malos préstamos y los valores dañados respaldados por hipotecas de los balances de los bancos – para despertar al mercado de su miedo y hacerlo subir 410 puntos en el día.

La sesión de emergencia de anoche de Paulson con el Congreso fue caracterizada como “escalofriante” por los legisladores que asistieron. La situación es mucho peor de lo que han reconocido hasta ahora los responsables del gobierno. La resurrección de la Corporación Fiduciaria de Resolución [RTC] es un intento desesperado de encarar de frente los problemas de los sistemas bancarios al suministrar una cámara de compensación financiada con dineros públicos para activos faltos de liquidez y valores tóxicos relacionados con hipotecas para los cuales no hay actualmente ningún mercado. Se le pide al contribuyente que pague hasta 1 billón [1.000.000.000.000] de dólares por los excesos especulativos de los bancos de inversión de Wall Street y su fraudulento timo con valores. Los propietarios de casas que probablemente perderán sus casas por ejecución hipotecaria no se beneficiarán de la RTC de Paulson. Ambos candidatos presidenciales ya han declarado su apoyo para el plan.

Según el New York Times: “Rumores sobre la nueva posición del gobierno de Bush se propagaron por los mercados bursátiles el jueves por la tarde. Al terminar el día, el promedio industrial Dow Jones se disparó 617 puntos desde su punto bajo entre las dos y las cuatro de la tarde, el mayor aumento en seis años, y terminó el día con una mejora de 410 puntos o sea un 3,9%.”

Si jamás hubo una prueba de la actividad del Equipo de Protección contra Desplomes (PPT): el mercado del jueves lo es. El mercado bajaba rápidamente a mediodía, a pesar de que la Reserva Federal acababa de agregar casi 250.000 millones de dólares en liquidez al sistema global. Los inversores estaban comprando bonos del Tesoro a corto plazo en cantidades récord, el VIX “barómetro del miedo” estaba en alza, los mercados monetarios se desplomaban, y los temblores secundarios de la cesación de pagos de AIG y Lehman todavía se sentían en todo el mundo. ¿Estaban realmente tan ansiosos los inversionistas por volver a comprar estropeados valores de bancos de inversión o estaba ocupado el PPT comprando por pánico futuros y obligando el mercado a subir 617 puntos?

Bloomberg News: "Las opciones bajo consideración (por el Congreso) incluyen el establecimiento de un fondo de 800.000 millones de dólares para comprar así llamados activos fallidos y un pool separado de 400.000 millones en la Corporación Federal de Seguro de Depósitos para asegurar a los inversores en fondos del mercado monetario, dijeron dos personas informadas por personas del Congreso que hablaron bajo condición de anonimato porque los planes pueden cambiar.”

Ni un centavo de dinero público es suministrado para propietarios sobre–endeudados que tratan de conservar sus casas. Ni un solo representante o senador en la reunión del jueves rechazó el plan de rescate o pidió una investigación criminal para establecer qué leyes fueron violadas en la venta de valores fraudulentos que han congestionado el sistema global; llevado a bancos, fondos de inversión libre, compañías de seguros y propietarios de casas a la cesación de pagos, y precipitado la mayor crisis financiera en los 230 años de historia de EE.UU...

Irónicamente, los mismos que crearon este lío, son los que decidirán como resolverla: la Reserva Federal y el Tesoro de EE.UU. ¿Dónde existe un sitio, con la excepción de Washington, donde un fracaso tan masivo sea recompensado con más poder y autoridad?

Los gigantes de la inversión y la Reserva Federal son enteramente responsables por la actual catástrofe. La desregulación monetaria hizo que capital extranjero inundara los mercados de valores y bonos mientras sufría la economía real. Los negocios fueron enviados al extranjero mientras puestos bien pagados en la manufactura eran llevados al exterior. Wall Street se hartó de capital extranjero mientras EE.UU. era transformado en una nación de trabajadores de la construcción y del sector de servicios. Ahora esos puestos de trabajo desaparecen por millones y las filas para el seguro de desempleo se alargan.

Las clasificadoras de riesgo, los solicitantes de hipotecas tergiversadores, y los tasadores tuvieron todos su parte, pero al que hay que culpar realmente es a Wall Street. Cabildearon para desregular el sistema para que los bancos de inversión pudieran fusionarse con bancos comerciales y se permitiera de esa manera que los mayores tomadores de riesgo tuvieran acceso irrestricto al capital más barato disponible: los depósitos. Incluso urdieron una ideología espuria: “fundamentalismo de mercado”; recomendando especialmente el libre mercado “trickle–down” [goteo hacia abajo: que los beneficios hechos por los privilegiados terminarán por llegar a los necesitados, N. del T.], economía vudú enteramente destinada a enriquecer más a los acaudalados y a ensañarse con la clase media. Durante esta semana, el ex senador Jack Kemp se presentó en una gira relámpago en Jacksonville, Florida, con John McCain. Kemp fue uno de los principales arquitectos de la economía “del lado de la oferta”, la doctrina totalmente desacreditada de la era de Reagan que llevó a EE.UU. a su actual catástrofe económica. Las teorías de Kemp coinciden con las supercherías de “codicia es buena” de la Escuela de Chicago de Milton Friedman. Tanto Friedman como Kemp creen que lo que es bueno para el mercado bursátil es bueno para EE.UU., ignorando la espantosa polarización económica que ha dividido a la nación. Ahora, más y más gente comienza a ver que Friedman fue un charlatán quien suministró la fachada ideológica para financistas de una riqueza obscena y sus arriesgadas inversiones fraudulentas.

El economista y autor Henry Liu lo resumió brillantemente en un reciente artículo en Asia Times [http://www.rebelion.org/noticia.php?id=72363]

“El colapso del fundamentalismo de mercado en economías por doquier pone a prueba la teología de la Escuela de Chicago. Su gran mentira ha sido desenmascarada por hechos a dos niveles. La afirmación de los Chicago Boys de que la ayuda a los ricos ayudará también a los pobres no sólo es desenmascarada como falsa, resulta que el fundamentalismo de mercado daña no sólo a los pobres y a los que carecen de poder: daña a todos, ricos y pobres, pero de maneras diferentes. Cuando los salarios son mantenidos a bajo nivel para combatir la inflación, el régimen de salarios bajos causa sobrecapacidad a través de sobre–inversiones por exceso de beneficios. Y la relajación monetaria bajo tales condiciones produce híper–inflación que también afecta a los ricos. Los frutos del test de Friedman están a la vista – y son todos pésimos.”

Sean cuales sean, los vientos contrarios que EE.UU. enfrenta ahora en la economía pueden ser directamente atribuidos a la ideología inherentemente defectuosa del fundamentalismo de mercado.

El baño de sangre de 449 puntos del martes en Wall Street es el comienzo de un inevitable crash del mercado. Pese al plan de Paulson, habrá más sufrimientos. Según Bloomberg: “Más de 19 billones de dólares han sido borrados del valor del mercado bursátil global desde el pico del 31 de octubre cuando la peor recesión en la vivienda en EE.UU. desde la Gran Depresión y la resultante crisis crediticia global ralentizaron la economía del mundo.” Todos los indicadores económicos apuntan a pérdidas mayores. Una vez que el sistema comienza a desendeudarse, no hay nada que alguien pueda hacer para detenerlo. Paulson se puede colocar al frente de una avalancha en el mercado si así lo desea, pero no cambiará el resultado. Las correcciones en el mercado son tan inexorables como la fuerza de gravedad. Por eso no se puede permitir que las burbujas en los valores se desarrollen sin intervención en los tipos de interés. Una acción responsable del Banco Central podría haber prevenido la actual crisis.

El miércoles, Forex.tv informó que los flujos de TIC [flujos de capitales externos del Tesoro] a largo plazo ingresaron a menos del pronóstico consensual, totalizando 6.100 millones de dólares en julio, mientras los flujos totales de TIC cayeron a 74.800 millones de dólares, según datos publicados por el Tesoro de EE.UU. el martes por la mañana. Los economistas habían estado esperando que los flujos netos a largo plazo aumentaran de 55.000 millones de dólares en comparación con la cifra anteriormente mencionada de 53.400 millones de dólares.

6.100 millones de dólares no cubren los requerimientos de nuestro déficit de cuenta corriente de 700.000 millones de dólares. El dólar va en camino a una caída.

El miércoles, el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, advirtió que la “próxima ola” de angustia financiera puede provenir del extranjero si las entidades extranjeras dejan de comprar deuda de EE.UU. “No está claro quién va a comprar nuestra deuda, dijo Bloomberg. “Puede ser que la próxima ola vaya a volver y a arrollarnos.”

El New York Times cuenta una historia semejante, excepto que esta vez es sobre Asia: “Los ahorros de Asia han, esencialmente, financiado durante décadas los gastos de EE.UU. (pero) el interés asiático por activos estadounidenses está languideciendo, una tendencia que parece haber comenzado durante el verano. Datos poco advertidos publicados el martes por el Departamento del Tesoro mostraron que en julio comenzó un agudo cambio en los movimientos internacionales de capital. Inversionistas privados sacaron 92.900 millones de dólares neto de EE.UU. después de colocar 46.800 millones de dólares en valores estadounidenses en junio. (“Asia repiensa las inversiones estadounidenses en medio de agitación en el mercado”, Keith Bradsher, New York Times)

Los bancos centrales e inversores extranjeros han cerrado el grifo. Pueden ver que el sistema financiero de EE.UU. se tambalea y que el dólar se debilita. “El riesgo percibido de la deuda del gobierno de EE.UU., considerado durante mucho tiempo como carente de todo riesgo de cesación de pagos, también subió a un récord ayer cuando la participación del gobierno en el rescate de mercados financieros agobió su propio estado de cuentas.” (Bloomberg News) “Toda la fe y el crédito” del gobierno de EE.UU. están vacilando.” La deuda de EE.UU. será degradada. La Triple A ya no es garantizada. Los valores de EE.UU. acaban de pasar a activos de Nivel 3. EE.UU. es ahora una economía de alto riesgo bajo respiración artificial.

Actualmente, “hay aproximadamente 6,84 billones de dólares en depósitos bancarios. 2,6 billones de esa suma no están asegurados. Hay sólo 53.000 millones de dólares en seguros FDIC [Corporación Federal de Seguros de los Depósitos Bancarios] para cubrir 6,84 billones en depósitos bancarios. De los 6,84 billones en depósitos bancarios, el total de efectivo disponible en los bancos es de sólo 273.700 millones de dólares.” (Mish's Global Economic Trend Analysis)

273.700 millones de dólares es una suma despreciable, insuficiente para satisfacer las necesidades hasta de un pequeño pánico bancario. La tormenta ni siquiera ha tocado tierra todavía en la clase media estadounidense, y el sistema ya colapsa. Ciertamente, 2009 será un año frío y sombrío.

El sistema financiero maltratado y sobre–apalancado de EE.UU. enfrenta su mayor desafío en los meses por venir. La frenética búsqueda de capital ya ha comenzado, pero con resultados previsiblemente desalentadores.

Ni China ni los príncipes saudíes están comprando más bancos de inversión en quiebra. Dejarán que lo haga el contribuyente estadounidense. Lo que comenzó como un brillante plan para saldar valores basura respaldados por hipotecas a inversionistas ingenuos en todo el mundo salió repentinamente por la culata y amenaza ahora con llevar al derrumbe de todo el sistema y a un cambio del paradigma del poder geopolítico durante el futuro previsible.

El lunes por la noche, el jefe de la mayoría del Senado, Harry Reid, fue informado sobre la gravedad de la situación en una reunión secreta con el Secretario del Tesoro y el presidente de la Reserva Federal. Las observaciones de Harry Reid constituyen el mejor resumen de los eventos de los últimos 14 meses. Dijo: “Estamos en territorio desconocido, esto es un juego diferente... Nadie sabe qué hacer.”


(*) Mike Whitney es analista estadounidense y escribe en dissidentvoice.org.