Crisis mundial

Pronunciada caída en la demanda de EEUU derrumba
el precio del petróleo

Por Neil King Jr.
Wall Street Journal, 17/10/08

Las señales de que una endeble economía estadounidense está usando cada vez menos petróleo enviaron los precios del crudo por debajo de los US$70 por barril por primera vez en 14 meses, un giro dramático para un mercado donde hasta hace poco los analistas proyectaban un precio de US$200 el barril a partir del año entrante.

El pronunciado declive en la demanda estadounidense de petróleo –que en las últimas semanas ha bajado cerca de 9% frente al mismo período del año previo– ilustra la magnitud de los problemas económicos en el mundo industrializado. A medida que sube la tasa de desempleo y caen las ventas minoristas y los pedidos de fábrica, el mayor consumidor de petróleo del mundo necesita menos crudo para trasladar productos, volar aviones de pasajeros y transportar a los trabajadores a la oficina.

El sombrío diagnóstico sobre la salud de la economía mundial ha hecho colapsar los precios del petróleo a un paso frenético desde mediados de año. El crudo de referencia estadounidense cayó el jueves a menos de la mitad de su máximo, alcanzado hace apenas tres meses, de $147 por barril. En la Bolsa Mercantil de Nueva York, el crudo para entrega en noviembre cayó US$4,69, un 6,3%, para quedar en US$69,85.

Desconcertados por el declive en el precio y las señales de un derrumbe en la demanda, los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo acordaron apresuradamente el jueves reunirse la semana que viene en Viena para considerar recortar la producción, en un intento de apuntalar los precios. El organismo, proveedor de casi un 40% del petróleo mundial, había planeado convocar una sesión de emergencia para mediados de noviembre, pero el desplome de los precios ha causado alarma en países como Nigeria y Venezuela que se han vuelto enormemente dependientes de los ingresos petroleros.

La caída del petróleo se ha exacerbado por fuerzas que van más allá de la demanda. Los fondos de cobertura, responsables de gran parte de la especulación en la cotización del crudo, han tenido que jugar a la defensiva durante la crisis crediticia deshaciéndose de operaciones que usan mucho dinero prestado, como las apuestas a los futuros de crudo. Los fondos de cobertura también están siendo golpeados por grandes retiros de inversionistas reacios al riesgo. Esto los obliga a vender en momentos inoportunos, lo que acentúa la espiral declinante.

Los temores a una recesión han provocado que el petróleo y otras materias primas caigan en tándem con las acciones, generando dudas sobre por cuánto tiempo los inversionistas tolerarán poseer commodities si pierden su tradicional capacidad de diversificar un portafolio (ver nota relacionada).

Los acontecimientos de los últimos meses han dejado atónitos a analistas, banqueros y corredores por igual. Por primera vez desde la última recesión de Estados Unidos, entre 1991 y 1992, la demanda mundial de petróleo podría terminar este año básicamente sin cambios, a pesar del robusto crecimiento de Asia y Medio Oriente.

Muchos analistas privados calculaban a principios de año que la demanda mundial de crudo aumentaría en alrededor de 1,3 millones de barriles diarios en 2008. Cuando los precios subieron en el segundo semestre, la firma de valores Goldman Sachs llegó a predecir que la sólida demanda y la escasez de suministro podrían llevar los precios por encima de los US$200 el barril el año que viene.

La crisis financiera cambió todo eso. En las cuatro semanas previas al 10 de octubre, EEUU consumió alrededor de 18,6 millones de barriles diarios, 1,8 millones menos, o casi 9%, comparado al mismo período del año pasado. Muchos analistas proyectan que EEUU podría usar medio millón de barriles por día menos en 2009, lo cual dejaría el consumo del país en aproximadamente el nivel de mediados de la década de los 90. El mundo está consumiendo cerca de 86,3 millones de barriles por día este año, sólo 200.000 barriles diarios más con respecto al año pasado.

Jeffrey Currie, jefe de investigación de commodities de Goldman Sachs, señaló que la contracción del crédito y su impacto en la economía estadounidense –más que los altos precios de mediados de año– explican la menor demanda. "Los problemas de crédito han tenido un severo impacto sobre la actividad económica y especialmente sobre la industria petrolera", observó. "Si esto fuera sólo por los precios en las estaciones de servicio, la caída hubiera sido mucho más severa en julio que en octubre. Pero ha sido al revés". Las bajas en los precios del petróleo ofrecen un raro destello de luz para la economía estadounidense. El presidente de la Reserva Federal de EEUU, Ben Bernanke, mencionó el descenso en los costos energéticos como una fuerza que está haciendo bajar la inflación.

Muchos analistas proyectaban hace sólo unas semanas que el petróleo promediaría alrededor de US$105 por barril el año que viene. Si el precio, en cambio, se estabiliza en alrededor de US$80 el barril, como muchos esperan, "eso representará un paquete de estímulo de US$275.000 millones para la economía de EEUU", dice Lawrence Goldstein, analista de la Fundación para la Investigación de las Políticas Energéticas de ese país. Por ahora, todas las señales sugieren que las penurias de la economía continuarán opacando la reducción en los precios del crudo.

La gran pregunta es hasta qué punto el crecimiento de la demanda de crudo de China y Medio Oriente podrá continuar sobrepasando el bajón en los países industrializados.

Los analistas indican que la demanda crecerá el próximo año en hasta 500.000 barriles por día. La OPEP concuerda y probablemente recortará la producción en al menos 1 millón de barriles diarios.


En inusual correlación, acciones y 'commodities'
descienden juntos

Por Carolyn Cui
Wall Street Journal, 17/10/08

Aunque el petróleo volvió a caer, la verdadera sorpresa de la jornada de ayer fue que los precios de las materias primas bajaron cuando los de las acciones subían.

Por mucho tiempo una de las razones principales por las que los inversionistas han apostado a los commodities, –que se mueven de forma independiente de los mercados bursátiles y de bonos, y así diversifican el portafolio del inversor– parece que no se ha mantenido en pie en esta crisis financiera. El petróleo, los metales y los granos se han movido prácticamente al ritmo de los índices bursátiles durante septiembre y octubre. El miércoles, el Standard & Poor's 500 acababa su peor semana de la historia con una caída de 22,2% este mes. Los commodities han bajado 25,9% en el mismo período.

 Ayer, el crudo bajó 6% a US$69,85 en la Bolsa Mercantil de Nueva York. Pero no es el único que está siendo zarandeado de un lado al otro. El oro y la plata bajaron 4,1% y 5,3%, respectivamente. El platino y el paladio bajaron un 10% cada uno y el cobre otro 5%. Los mercados agrícolas cayeron durante gran parte de la mañana antes de recuperarse junto con las acciones.

Richard Ferri, presidente ejecutivo de Portfolio Solutions LLC, afirma que la correlación de 30 días entre los commodities y las acciones últimamente se disparó por encima de 0,90. (Una correlación de 1 significa que las materias primas y las acciones se mueven a la par, mientras que una correlación de cero quiere decir que se mueven independientemente uno del otro). "Esto no es lo que esperaba un inversionista de commodities", dice Ferri. "Realmente querían creer que esto sería una como varita mágica que los salvaría cuando las acciones bajaran".

Mientras la mayoría de los expertos admite que a largo plazo los mercados de bienes básicos son mayormente independientes de las acciones y los bonos, la reciente caída paralela de estos mercados ha sumido a muchos inversionistas en un dilema.

"Es verdad que las materias primas otorgan cierta diversificación, pero no debería exagerarse", señala Colin Robertson, director global de colocación de activos para Hewitt Associates, que asesora a fondos de pensión en EEUU y Europa. Históricamente, la correlación ha tendido a subir cuando la economía está en auge o en crisis, lo que empuja los precios y las ganancias en la misma dirección.

Aún si la tendencia de los commodities y los mercados financieros a moverse al unísono es un fenómeno a corto plazo, ¿cuánto durará? Las materias primas podrían seguir bajando a la par del mercado general si el mundo sigue deslizándose hacia una recesión global potencialmente severa. La demanda por combustible y otras materias primas muestran signos de estar bajando tanto en el mundo desarrollado como, en menor medida, en China e India.

Algunos inversionistas pueden optar por desprenderse de los commodities si estos siguen cayendo. Eso podría llevar a un círculo vicioso en el cual las ventas llevan a más ventas.

Los defensores de los bienes básicos argumentan, sin embargo, que la mayor correlación es un evento a corto plazo y no cambiará el valor a largo plazo de los commodities como una clase alternativa de activos.

Factores a corto plazo se juntan para elevar la correlación. "A esta altura, muchos mercados parecen estar tomando en cuenta las perspectivas de la economía global", afirmó Hilary Till, directora de Premia Capital Management. Entre tanto, los temores al riesgo y una liquidez apretada han obligado a los fondos a deshacer operaciones.

Pero Nik Bienkowski, director general de operaciones de ETF Securities Ltd., un proveedor de commodities cotizadas en bolsa con sede en Londres, asegura que las ganancias de las materias primas y las acciones son impulsadas por factores diferentes.


Grandes ganancias para las empresas de alimentación

Los precios de los commodities caen, pero
no los de los alimentos

Por Lauren Etter, Julie Jargon y
Scott Kilman in Chicago,
y Aaron O. Patrick en Londres
Wall Street Journal, 17/10/08

Los precios de los granos y la soya han caído más de 50% desde mediados de año, pero no espere que los precios de los alimentos caigan en un futuro cercano.

Las compañías de alimentos no demoran mucho en traspasar a los consumidores las alzas en los precios de las materias primas, pero se demoran más en traspasar a los clientes las caídas en los precios de los commodities. Eso les podría significar jugosas ganancias en los meses venideros.

En Estados Unidos, los precios en las cadenas minoristas aumentaron 7,6% el mes pasado, impulsados en buena medida por un incremento del 14,2% en el valor de los cereales y otros insumos de panadería y pastelería, según la Oficina de Estadísticas del Trabajo de EE.UU.

Nestlé, la mayor compañía de alimentos según las ventas, aumentó en 5,4% en promedio los precios en todo el mundo durante el primer semestre de este año. En EE.UU., Canadá y América Latina, la cifra ascendió a 8%. Sin embargo, la compañía domiciliada en Vevey, Suiza, no planea grandes reducciones ahora que los precios de sus insumos están bajando. "Los precios podrían bajar un poco, pero no creo que será nada espectacular", dijo Peter Brabeck–Letmat, su presidente.

David West, presidente ejecutivo de Hershey, les dijo a los inversionistas que se puede esperar un alza en los precios de sus chocolates. El fabricante estadounidense de confites ya había decidido en agosto un aumento del 10% en los precios de toda su línea de productos en EE.UU. West expresó que si bien el costo de los insumos como la leche, el cacao y el azúcar está por debajo de su máximo, todavía es superior a lo que costaban hace un año. West calcula que los costos de las materias primas para la compañía aumentarán en más de US$200 millones el próximo año, comparado con el actual.

Los precios del maíz, la soya y el trigo se duplicaron durante los últimos dos años, cuando se disparó la demanda mundial por biocombustibles y China, India y otros países en desarrollo empezaron a usar más granos para alimentar al ganado vacuno y porcino. Pero a medida que la crisis financiera se ha intensificado, los precios de los cereales han caído drásticamente a la par del los mercados de valores y los precios del petróleo y otros productos básicos.

Los ejecutivos de las compañías de alimentos y los supermercados son reacios a bajar los precios cuando los precios de las materias descienden en forma repentina. La mayoría de los consumidores no espera ver una caída de los precios proporcional a la disminución en los precios de las materias primas. La mayoría de los consumidores ni siquiera tiene una conexión tan estrecha con el mundo agrícola como para saber cuándo deberían bajar los costos de los alimentos.

En un reciente informe, el analista Robert Moskow, de Credit Suisse, dijo que la moderación de los precios de las materias primas podría hacer que compañías como General Mills y Kellogg amplíen sus márgenes de ganancia, tal como lo han hecho en el pasado. "En la recesión de los 70 estas empresas gozaron de expansión y tuvieron un mejor desempeño bursátil cuando los commodities empezaron a caer, aún con la economía debilitada", dijo Moskow. "En otras palabras, ellos tienden a mantener los altos precios que habían adoptado mientras disfrutan de los beneficios de unos costos más bajos".