Crisis y desempleo

China: millones de nuevos desempleados por el cierre de fábricas

Temen inestabilidad social y revueltas

Por Adrián Foncillas
Corresponsal en Pekín
El Periódico, 21/11/08

China aprobó ayer un paquete de medidas para mitigar los desórdenes sociales ligados a la ralentización de la economía. Las protestas y el aumento del paro inquietan a las autoridades de Pekín, para quienes no hay mayor preocupación que la de preservar la “sociedad armoniosa”, un antiguo concepto confuciano desenterrado por el Gobierno y repetido hoy como un mantra.

Las medidas incluyen compensaciones más altas para los campesinos expulsados de sus tierras y el mandato a la policía, tradicionalmente abrupta, de que gestione con tacto las revueltas. El centro del paquete, sin embargo, va dirigido a los 230 millones de emigrantes rurales, el eslabón más débil en la sociedad china y al que más ha golpeado el creciente paro.

Los desempleados recibirán ayudas para su recolocación y cursos de formación, y los parsimoniosos tribunales han recibido instrucciones para que resuelvan ágilmente las cuestiones de despidos y salarios. La campaña, según un legislador, ayudará a solventar conflictos sociales, protegerá los intereses legales de los afectados y apuntalará la tan manida estabilidad.

Empresas asfixiadas

La crisis global ha golpeado el modelo de fábrica mundial chino por primera vez. La caída de la demanda ha cerrado un enorme número de empresas manufactureras y ha dejado a millones de trabajadores en la calle, en muchos casos con salarios atrasados. El paro urbano se mantiene en el 4%, pero las cifras oficiales ignoran a los emigrantes del interior.

Un reciente estudio en 84 ciudades mostraba que la demanda de trabajadores había descendido un 5,5% en el último trimestre, la primera caída en años. Las previsiones anuncian que el paro aumentará el año próximo. "La situación del empleo es desalentadora y se espera que vaya a peor. Es nuestra principal preocupación", dijo ayer el ministro de Recursos Humanos y Seguridad Social, Yin Weimin.

El crecimiento económico bajará este año de los dos dígitos por primera vez en 30 años, situándose sobre el 9%. China dispone de un gran colchón hasta el 7%, por debajo del cual sería incapaz de crear empleo y podría darse un estallido social que pusiera en jaque al régimen.

Tras dos siglos de tinieblas, los chinos disfrutan hoy de un progreso incontestable. Esas mejoras explican el apoyo masivo al Gobierno y que permanezcan latentes problemas estructurales como la corrupción, las desigualdades sociales y el expolio de tierras. La ausencia de elecciones no significa que el Partido Comunista Chino no esté forzado a demostrar a diario su legitimidad ante el pueblo. Ningún Gobierno depende más de la economía que el chino. Los dirigentes saben que el fin de la bonanza puede levantar a un pueblo de larga historia revolucionaria.

Quiebras y fuerte golpe a la industria de los juguetes

La crisis ha golpeado con fuerza al sector juguetero chino, que produce entre el 70% y el 80% de los juguetes de todo el mundo y emplea a cuatro millones de personas. Un total de 3.631 exportadores, más de la mitad de los que había, han cerrado este año, y Pekín prevé que las quiebras seguirán el año que viene.

La más sonada fue la del gigante Smart Union, que fabrica para multinacionales como Mattel y Hasbro. La crisis llega en vísperas de Navidad, la temporada más alta de ventas. Los expertos opinan que ello puede aumentar los precios.

Cantón vive un éxodo de emigrantes rurales en paro

El trajín en los andenes de salida de la estación de Cantón se suele concentrar en vísperas de las vacaciones del Año Nuevo chino: millones de emigrantes cargan entonces con maletas de papel o bolsas de tela en dirección a sus hogares en las empobrecidas provincias del interior. Pero la escena se repite estos días: trabajadores en paro (130.000 diarios según las autoridades), cansados de buscar empleo y con salarios atrasados, se van de una zona que tradicionalmente ha escenificado el apogeo de la economía china. Cantón, en el rico sureste, es la fábrica china, o lo que es lo mismo, la fábrica global.

Buena parte de las manufacturas chinas que inundan el mundo salen de Cantón y de la cercana provincia de Zhejiang. Hong Kong, a escasos 200 kilómetros, diseminó fábricas por el área del valle del Río de la Perla y concentró la gestión en la isla. En esa zona se fabrica lo que hace años llevaba los sellos ya casi desaparecidos de Made in Hong Kong o Made in Taiwan. Por Cantón ha entrado la crisis en China: la bajada de la demanda global, la apreciación del yuan y el aumento de los precios de las materias primas y de los salarios han llevado a la quiebra a decenas de miles de pequeñas y medianas empresas. Los empresarios lamentaban hace unos meses que el exceso de demanda les obligaba a subir salarios y ofrecer incentivos para fidelizar a sus trabajadores. La crisis ha terminado con esa relativa dicha de los emigrantes rurales.