Economía mundial

El fantasma de la nacionalización de la banca
recorre las bolsas de EEUU y Gran Bretaña

Por E.S. Browning, D. Enrich y J. Hilsenrath
Wall Street Journal, 21/01/09

Las acciones de los principales bancos de Estados Unidos cayeron a su nivel más bajo desde que se desatara la crisis financiera, después de que una nueva ronda de pérdidas hiciera añicos la confianza de los inversionistas. Éstos parecen comportarse como si el gobierno nacionalizará las instituciones financieras más perjudicadas.

La llegada del nuevo gobierno encabezado por Barack Obama añadió tanto temor como esperanza a este explosivo cóctel y los inversionistas anticipan medidas drásticas en los próximos días para apuntalar los bancos y restaurar la confianza, aunque eso signifique nuevas sacudidas para los accionistas. Las autoridades siguen con atención la evolución de los mercados y evalúan nuevas medidas para fortalecer a los bancos, aunque sea a costa de los accionistas.

Los problemas no se limitan a EE.UU. Ayer, los esfuerzos de Gran Bretaña para rescatar a sus bancos provocaron una respuesta turbulenta de los inversionistas. La libra esterlina se precipitó a su nivel más bajo desde 2002 en medio de una desconfianza generalizada sobre la estabilidad de los bancos y el temor de que el gobierno del primer ministro Gordon Brown, que ya ha inyectado 37.000 millones de libras esterlinas (unos US$53.500 millones) en los tres bancos principales, se vea obligado a nacionalizar.

En el resto de Europa cayeron los precios de los bonos soberanos, una señal del creciente temor de que los gobiernos se vean forzados a asumir costos cada vez más altos con tal de mantener a flote sus sistemas bancarios. El gobierno alemán proyectó una contracción de 2% para este año y la moneda húngara alcanzó un mínimo histórico.

Por su parte, el banco central de Canadá recortó su tasa de interés de referencia en medio punto porcentual a su mínimo histórico.

Las acciones de los bancos estadounidenses descendieron cerca de 20% para alcanzar su menor nivel en más de diez años. La caída arrastró al Promedio Industrial Dow Jones, que declinó 332 puntos, un 4% para quedar en 7.979,09 puntos. La acción de Citigroup perdió 20%, a US$2,80, y la de Bank of America 29%, a US$5,10. Esto constituye una señal de que los inversionistas no ven mucho valor en los títulos de los bancos.

La gota que colmó el vaso fue el anuncio de State Street Corp., un banco considerado de bajo riesgo que juega un papel fundamental en el sistema financiero al gestionar efectivo para empresas e inversionistas, que registraría casi US$10.000 millones en pérdidas. La acción de la entidad se derrumbó 57% ayer. State Street, que sigue siendo rentable, aclaró que la pérdida estaba ligada a su exposición a vehículos de inversión que emitían valores respaldados por créditos hipotecarios.

"El temor va en aumento en el mercado", dice John McDonald, analista de Sanford C. Bernstein & Co. Los inversionistas están huyendo de las acciones bancarias "porque no saben cuál será la siguiente solución del gobierno y hay un temor de que cualquiera que sea, en última instancia, vaya a diluir a los accionistas".

Los inversionistas, que hacia fines del año pasado, parecían dispuestos a creer que el sistema financiero había iniciado una mejoría, se vieron sorprendidos por una nueva serie de tropiezos y pérdidas. La semana pasada, Merrill Lynch reportó una gran pérdida inesperada, mientras su propietario, Bank of America, recibió su segunda infusión de capital por parte del gobierno estadounidense.

El último recurso

Asimismo, varios bancos regionales considerados estables han reconocido en los últimos días tener problemas. James Smith, presidente ejecutivo de Webster Financial Corp., un banco de Connecticut con unos US$17.000 millones en activos que advirtió recientemente que los resultados de su cuarto trimestre no pintan bien, dice que la nacionalización será el último recurso pero que ya no le parece impensable.

"El último recurso ya no parece estar tan lejos en este momento, especialmente dadas las valuaciones", señala Smith.

En Washington, las autoridades seguían atentamente los acontecimientos y consideraban nuevas medidas que podrían ir más allá de sus acciones iniciales de comprar US$250.000 millones en acciones preferentes en los bancos. Ahora, podrían ensayar otras estrategias, como la compra de valores que se conviertan en acciones comunes. Las acciones preferentes pagan dividendos pero carecen de derechos de voto.

La Reserva Federal de EE.UU. (Fed) es reacia a tomar el paso más extremo: la nacionalización de la banca. Un motivo que explica su reticencia es la preocupación de que el gobierno no sea capaz de gestionar los bancos.

La Fed, sin embargo, ha estudiado con cuidado los rescates bancarios en lugares como Japón y Suecia, y es consciente de que varios de sus mayores bancos insolventes terminaron siendo nacionalizados.

Representantes del banco central dicen que aún no han llegado a ese punto, pero que lo tomarán en cuenta si la economía sigue empeorando. El nuevo gobierno de Obama y el Congreso jugarían un papel crucial en estas decisiones, porque implicarían mucho más que el uso del dinero de los contribuyentes.


(*) Alistair MacDonald y Neil Shah contribuyeron a este artículo.


Gran Bretaña refuerza la ayuda a los bancos

¿Pero será suficiente?

Por Carrick Mollenkamp, Sara Schaefer Muñoz
y Alistair MacDonald
Wall Street Journal, 20/01/09

El gobierno del Reino Unido se comprometió a destinar decenas de miles de millones de dólares adicionales para reanimar un tambaleante paquete de rescate financiero. El anuncio coincidió con la advertencia de uno de los principales beneficiarios del plan, Royal Bank of Scotland Group PLC, sobre pérdidas gigantescas en 2008.

La situación sugiere que los gobiernos a ambos lados del Océano Atlántico luchan por no verse superados por una crisis económica cada vez más profunda y podrían estar quedándose sin municiones para combatirla.

El plan más reciente del Reino Unido gira en torno a un intento por asegurar a los bancos contra nuevas pérdidas, una medida similar a los anuncios en Estados Unidos la semana pasada para limitar las pérdidas de Citigroup Inc. y Bank of America Corp. EE.UU. también contempla una segunda etapa de su rescate financiero que involucraría una garantía adicional sobre los activos bancarios y el establecimiento de una entidad estatal dedicada a comprar los activos tóxicos en los balances de los bancos.

Aún no se sabe cuándo tocarán fondo los bancos. Eso quedó de manifiesto el lunes cuando Royal Bank of Scotland (RBS) afirmó que espera que sus pérdidas en 2008 oscilen entre 22.000 millones de libras esterlinas y 28.000 millones de libras esterlinas (entre US$31.800 millones y US$40.500 millones). Como parte del rescate, la participación del gobierno en RBS aumentará de 58% a 70% y muchos opinan que una nacionalización total del banco es probable. La acción de RBS se precipitó 67% el lunes.

La pérdida de RBS también sugiere que la participación del banco en la compra de ABN Amro Holding NV por parte de un consorcio europeo probablemente pase a la posteridad como una de las peores decisiones de la historia bancaria. Una cuantiosa pérdida está ligada a un préstamo de ABN al fabricante de químicos Lyondell Chemical Co., el brazo estadounidense de una empresa holandesa controlada por el industrial de origen ruso Len Blavatnik, que este mes se acogió a las leyes de bancarrota. "Duplicamos la apuesta en el momento equivocado", señaló el presidente ejecutivo de RBS, Stephen Hester. El precio de la acción de RBS llegó a 12 peniques, menos de lo que cuesta un paquete de chicles.

El último plan del gobierno británico se produce sólo tres meses después de que el primer ministro, Gordon Brown, anunciara un paquete de rescate de 400.000 millones de libras esterlinas en octubre (unos US$590.000 millones), que incluía una inyección de capital de 37.000 millones de libras en RBS, HBOS PLC y Lloyds TBS Group PLC. Ese paquete impidió un colapso de los bancos británicos, pero no estabilizó el sector.

El plan más reciente es una apuesta de Brown a que el sistema financiero británico se mantendrá a flote. Brown, que debe convocar elecciones antes de mayo de 2010, fue aclamado por el plan de octubre que se convirtió en un modelo global.

Esos halagos, sin embargo, ahora se desvanecen y el lunes el líder británico afirmó ante los periodistas que "estas son épocas extraordinarias. Requieren de acciones sin precedentes". George Osborne, vocero de finanzas del Partido Conservador, contestó que el nuevo plan era "la admisión más clara de que el primer rescate de los bancos había fallado". El gobierno enfrenta importantes preguntas sobre si el plan será suficiente para contener los problemas de la banca.

"La escala de las pérdidas, tanto de los activos existentes del mercado financiero como de pérdidas de crédito futuras... probablemente sea mucho mayor que el escenario para el que se diseñaron las medidas tomadas en octubre", afirmó Robert Law, analista bancario de Nomura International PLC.

Para los reguladores, se ha vuelto cada vez más claro que la protección de los bancos requerirá de un esfuerzo persistente que podría exigir miles de millones de dólares más a lo largo de varios años. Podrían necesitarse medidas más extremas, incluyendo la nacionalización completa de RBS. Según una fuente al tanto, tanto el gobierno como RBS evaluaron esa opción en semanas recientes.

El gobierno de Gran Bretaña "está apostando a que la economía global mejore y no tenga que llegar hasta el extremo de nacionalizar, pero esa es la dirección en la que avanza", señaló Simon Johnson, profesor de la escuela de administración Sloan del Instituto de Tecnología de Massachusetts, MIT, y un ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional. "Pero nadie está completamente preparado para eso a ambos lados del Atlántico, así que hay que pasar por estos pasos intermedios".

El nuevo plan británico aglutina varias medidas en un intento combinado por limitar las pérdidas por préstamos incobrables y generar nuevos préstamos. El gobierno planea obligar a los bancos que acepten la nueva ayuda a cuantificar sus compromisos de préstamos, los que serán auditados.

En un intento por limitar las pérdidas que los bancos tendrán que absorber —y aliviar las necesidades de capital— el gobierno británico accedió a asegurar el 90% de las pérdidas bancarias una vez que los bancos absorban un golpe inicial bajo un llamado "plan de protección de activos". El plan, que podría durar hasta cinco años, abarcará préstamos hipotecarios comerciales y residenciales, complejos fondos de deuda y préstamos apalancados. Una ventaja: ayudará a los bancos a reducir la cantidad de capital necesario para cubrir pérdidas previstas e imprevistas.

Muchos detalles del plan aún no están claros, como la comisión que pagarían los bancos por el seguro. El gobierno afirma que es difícil determinar el costo total de las medidas porque aún no está claro cuánta protección contra las pérdidas solicitarán los bancos. Funcionarios del Tesoro británico y ejecutivos bancarios negocian actualmente sobre los activos qué necesitan asegurarse.

Simon Adamson, analista de la firma de valores londinense CreditSights‐, duda de que el plan sea suficiente para contener los problemas del sector financiero. "Si esto no funciona en términos de la economía en general, probablemente no hay mucho más que el gobierno pueda hacer", señaló.


Los bancos británicos comienzan una carrera
para impedir su nacionalización

Por Sara Schaefer Muñoz y Carrick Mollenkamp
Wall Street Journal, 22/01/09

Londres.— Apenas dos días después de que Gran Bretaña divulgara sus más recientes medidas de rescate financiero, dos de los mayores bancos del país y el gobierno libran una ardua batalla para impedir que el plan se convierta en una nacionalización total.

Mientras el nerviosismo de los inversionistas acerca de los bancos y las finanzas del país castiga a las bolsas, el Royal Bank of Scotland Group PLC y Lloyds Banking Group PLC se encuentran en una posición precaria: si necesitan una nueva inversión para apuntalar su capital, probablemente tendrán que acudir al gobierno. Eso los ha embarcado en una carrera contra reloj para tranquilizar a acreedores y depositantes y vender activos para levantar el efectivo que necesitan para absorber mayores pérdidas en momentos en que la economía británica va de mal en peor.

En tanto, los funcionarios del gobierno se esfuerzan por ultimar los detalles de un plan diseñado para tranquilizar a los mercados al asegurarles que las pérdidas de los bancos no serán tan cuantiosas. Paul Tucker, el encargado de los mercados financieros del Banco de Inglaterra, el banco central, afirmó el miércoles en el Parlamento que la agitación de los últimos días había sido una "distracción", pero que aún cree que el paquete de rescate tiene posibilidades "razonables" de surtir efecto. El primer ministro Gordon Brown aseguró que una nacionalización no solucionaría el hecho de que los bancos no están prestando.

El gobierno británico ya posee un 70% de Royal Bank of Scotland (RBS) y el 43% de Lloyds, lo que quiere decir que tiene un control significativo sobre ambos. Dar el siguiente paso y nacionalizar un 100% de los bancos, sin embargo, no sólo significaría una situación vergonzosa para Brown, sino que también dejaría a los contribuyentes con unos 3 billones de libras esterlinas (millones de millones) (unos US$4 billones) en nueva deuda, una cantidad que superaría con creces la producción anual del país. Es más, dejaría al gobierno en la posición políticamente delicada de decidir cuáles empresas deberían recibir préstamos y de expulsar de sus viviendas a deudores hipotecarios morosos. Un banco estatal también podría afectar injustamente a la competencia debido a que los clientes podrían preferir operar con una institución soberana.

"La nacionalización es un último recurso, casi tan desagradable para el gobierno como lo es para los accionistas", afirmó Bruno Paulson, analista de Sanford Bernstein en Londres.

Algunos inversionistas creen que la nacionalización es prácticamente un hecho consumado. Las acciones de los bancos de Gran Bretaña cayeron el lunes y el martes luego del anuncio del lunes de las medidas planeadas por el gobierno y el Banco de Inglaterra para estimular los préstamos y asegurar las pérdidas provocadas por activos incobrables.

El miércoles, los precios bursátiles se estabilizaron. La acción de RBS subió 2,20 peniques a 12,50 peniques mientras que la de Lloyds, una combinación de HBOS PLC y Lloyds TSB Group PLC, subió 0,3 peniques a 43,1 peniques. La acción de Barclays PLC anotó un descenso de 6,8 peniques, a 66,1 peniques, un reflejo de las preocupaciones de que el banco podría tener que acudir al gobierno en busca de capital.

Hasta ahora, no parece que una corrida de depósitos o un éxodo de acreedores —dos factores que llevarían a la nacionalización— se estén produciendo a gran escala. El año pasado, el gobierno se vio obligado a nacionalizar al banco hipotecario Northern Rock PLC luego de que fuera blanco de la primera corrida bancaria del país en más de un siglo.

Dejando de lado las corridas bancarias, tanto los reguladores como los bancos enfrentan tareas difíciles.

Una pieza central en el más reciente paquete de rescate del gobierno es un plan para otorgar seguros que limiten las pérdidas de los bancos sobre préstamos e inversiones que se vuelven incobrables. Pero la falta de certeza sobre el precio de los seguros se está sumando al nerviosismo de los mercados y ha generado dudas sobre si el plan funcionará. El gobierno afirma que es difícil determinar el costo total del plan de seguros, porque aún no está claro cuánta protección demandarán los bancos. Las precisiones podrían llegar recién en febrero, según una fuente al tanto.

RBS y Lloyds, al mismo tiempo, necesitan encontrar compradores para toda clase de activos, en momentos en que las fuertes pérdidas están dañando la confianza seriamente.

Una gran interrogante en Gran Bretaña es Barclays, que a fines del año pasado eludió una inyección por parte del gobierno al levantar capital entre inversionistas de Medio Oriente.

Luego de una repentina caída del 25% en sus acciones el viernes pasado, el banco emitió un comunicado diciendo que sus resultados de 2008 excederán las expectativas de los analistas de 5.300 millones de libras esterlinas, US$7.500 millones. Los resultados serán anunciados el 17 de febrero.