Reunión del G-20

El presidente de la Unión Europea ataca a Obama y dice:

El plan anticrisis de EEUU "nos lleva al infierno"

Por Ricardo Martínez de Rituerto
El País, 26/03/09

Bruselas.– La presidencia checa de la Unión Europea, encarnada en el dimisionario primer ministro Mirek Topolanek, violó ayer toda consideración diplomática y plantó inesperadamente cara a la estrategia de Barak Obama contra la crisis. Topolanek aseguró ante el Parlamento Europeo que el paquete de medidas concebido por EE UU es "el camino al infierno". Aunque en checo la expresión tiene menos carga de la que adquiere en otras lenguas, incluido el inglés de Obama, Topolanek dejó bien claro lo que piensa: "El mayor éxito de la UE es la negativa a ir por esa vía". En sus notas figuraba una expresión que se ajusta más a "camino al desastre".

En su comparencia ante la Eurocámara para comentar los resultados del Consejo Europeo de la semana pasada, que discutió la estrategia a seguir ante la crisis y con qué voz acudir a la reunión del G–20 de Londres, Topolanek celebró que la UE hubiera decidido no seguir la senda marcada por Obama. "Los norteamericanos necesitarán liquidez para financiar todas sus medidas y las financiarán con la venta de bonos. Ello socavará la estabilidad de los mercados financieros internacionales", aseguró. "Estados Unidos repite los errores de los años treinta, como las tendencias proteccionistas, la campaña a favor del Compre productos estadounidenses, etcétera".

Hasta ahora había habido resistencias a seguir las indicaciones de Washington, pero sin emplear un lenguaje tan nítido. Topolanek, un liberal de la vieja escuela en lo económico, recela del intervencionismo socialdemócrata de Obama y de sus afines, como el británico Gordon Brown.

Al alemán Martin Shultz, líder de los socialistas en la Eurocámara, que tanto confían en Obama, le chocó que se atacara la magia del presidente norteamericano. "Usted no representa en esto al Consejo [Europeo], se representa a sí mismo". El choque casi llegó a mayores, evitadas porque Topolanek dijo que no iba a caer en provocaciones verbales, como cayera hace unos años Silvio Berlusconi ante el mismo Shultz.

El choque ideológico izquierda–derecha se produce en medio de la incomodidad institucional creada por una presidencia checa de por si complicada con el euroescepticismo de Václav Klaus y aún más devaluada por la derrota parlamentaria de Topolanek. Hay muchas cosas en juego, la más inminente la ratificación en Praga del Tratado de Lisboa, pendiente de su aprobación por el Senado checo.

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, tuvo que ponerse de rodillas ante un Topolanek que había hecho saber hace días que si él caía su partido bloquearía la ratificación. "Pedimos a todos los dirigentes políticos checos que no tomen como rehén el Tratado de Lisboa", imploró Barroso. "Espero que no se utilice la política interna para poner en tela de juicio el tratado".

En la República Checa, izquierda y derecha han elegido el Tratado de Lisboa y el escudo antimisiles acordado por Topolanek con George Bush como campos de batalla en los que no hacer prisioneros. A la negativa de la izquierda a aceptar el acuerdo sobre misiles –que Obama tampoco termina de ver claro, en contra de los deseos de Topolanek– responde la derecha negándose a aceptar Lisboa.

El tratado, precisamente, acaba con las presidencias semestrales y rotatorias de la UE y establece una fija, que encarnaría una personalidad de calado que se convertiría en el rostro de la UE ante el mundo. Nicolas Sarkozy, que demostró en el anterior semestre de lo que puede ser capaz un presidente con lo que hay que tener, insistió en la urgente necesidad de aprobar Lisboa para ordenar las cosas en la UE.

De momento, la Unión está sumida en el esperpento: exabruptos verbales como los de Topolanek y un presidente de turno al que no quieren ni en su país que representa a los Veintisiete en la cumbre del G–20 y que hará de anfitrión del Obama–camino–del–infierno en la cumbre de la Unión con EE UU el 5 de abril en Praga.


Mirek Topolanek, primer ministro checo y presidente de la Unión Europea:

“Estados Unidos se metió en un camino al infierno”

Agencia EFE, 25/03/09

Washington.– La Casa Blanca restó hoy importancia a las críticas del primer ministro checo, Mirek Topolanek, a sus planes económicos y aseguró que esas palabras no supondrán un obstáculo en la cumbre UE–EE.UU. de la semana próxima.

En su rueda de prensa diaria, el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, afirmó que Topolanek "tiene algunos problemas internos que pueden tener que ver con lo que ha dicho".

"Creo que Estados Unidos se metió en un camino al infierno", declaró Topolanek en el Europarlamento en Estrasburg, a pocos días de la cumbre del G20, prevista el 2 de abril en Londres, que será seguida de otra cumbre entre la UE y el presidente Barack Obama el 5 de abril en Praga.

Según un portavoz de la Presidencia checa, Topolanek quería decir el "camino a la ruina", pero la grabación de su declaración original efectuada por los medios checos pareció confirmar que hablaba del "infierno".

Moción de censura. Las declaraciones del primer ministro, en una intervención ante el pleno del Parlamento Europeo (PE), se produjeron después de que su gobierno fuera derribado por una moción de censura, por lo que deberá dejar el cargo antes de julio.

La República Checa preside este semestre la Unión Europea y en esa calidad será el país anfitrión de la primera cumbre UE–EE.UU. bajo el mandato de Obama, llegado a la Casa Blanca hace dos meses.

Obama visitará Praga entre el 4 y el 5 de abril, en una etapa de su primera gira presidencial por Europa en la que se reunirá con las autoridades checas, incluido Topolanek.

Según aseguró el portavoz de la Casa Blanca, Obama "tiene muchas ganas de empezar su primera reunión con la Unión Europea, una oportunidad para tratar asuntos en torno a la cooperación transatlántica, y también espera una profundización de los lazos con el pueblo checo".

Tanto los checos como los ciudadanos estadounidenses, aseguró Gibbs, "pueden dar por seguro que el presidente de Estados Unidos va a hacer absolutamente todo cuanto esté en su mano para que la economía vuelva a crecer y recuperar la confianza en la economía".