Crisis mundial

Operativo optimismo

De los “brotes verdes” a la dura realidad

Por Alberto Castro
Analista bursátil
Gara, 30/05/09

Todos estamos a la espera de ver un brote verde de verdad: el inicio de la caída en el desempleo. Pero se da por seguro que el empleo será el último en darse por enterado de la supuesta “recuperación de la economía”

Frente a quienes en las últimas semanas han acuñado el término “brotes verdes” para presentar ante la opinión pública un escenario económico esperanzador, el autor esgrime los datos reales que, frente a lecturas interesadas y voluntaristas, dibujan aún un panorama muy complicado.

En los dos últimos meses se ha puesto de moda el término “brotes verdes” para etiquetar los diferentes datos y, sobre todo, las proyecciones que tratan de intuir una moderación en el ritmo del deterioro económico. No obstante, todavía no hay ningún acuerdo mayoritario para dar por buena esta retórica botánica, ya que las interpretaciones son muy variadas y los mismos datos son utilizados, incluso, como fundamentos de argumentaciones contrapuestas.

En principio, los defensores de la existencia de brotes verdes, oteados por el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, dicen tener razón al advertir, al menos, cuatro bases innegables: eliminación del peligro de un derrumbe financiero internacional debido al éxito de los programas de saneamiento a ambos lados del Atlántico, reactivación de la economía china, fuerte desaceleración en la caída del sector de la vivienda en Estados Unidos y un leve despertar en el consumo estadounidense.

Sistema financiero

Esta argumentación, sin embargo, se puede poner en tela de juicio por muchos motivos. Para empezar, si bien el sistema financiero internacional está en camino de recuperar el aliento, no es menos cierto que todavía parece pronto para dar por concluido su proceso de estabilización. No hay que olvidar, por ejemplo, que muchos bancos siguen hoy en día respirando gracias a las ayudas públicas o en riesgo de bancarrota. En concreto, en Estados Unidos, la Corporación Federal de Seguros de Depósitos ha señalado que 305 entidades financieras estaban en riesgo de quiebra en el primer trimestre del año, mientras que todavía hay grandes bancos con obstáculos para cubrir las necesidades de capitalización destapadas por el llamado test de esfuerzo y en Europa no se descartan más intervenciones públicas. Además, quedan sobre la mesa otro gran número de cuestiones sin resolver de enorme trascendencia para el futuro. Entre ellas, la nueva regulación y supervisión del sistema financiero, que deberá desterrar el funcionamiento opaco de estas instituciones para evitar la repetición de la historia.

También se puede cuestionar la alegría con la que se valoran los datos de la vivienda en Estados Unidos, donde los precios han sufrido ya un gran ajuste –cayeron un 19% en el primer trimestre del año–, pero todavía siguen sin despertar la demanda y la construcción. Además, las ejecuciones hipotecarias vuelven a crecer, tras el periodo de calma paralelo a la aprobación de las medidas sobre vivienda de la Administración Obama. Tampoco se puede decir que el consumo esté subiendo, puesto que los datos son todavía poco consistentes para dar por reactivado ese puntal de la economÌa estadounidense, que en los años de auge ha llegado a representar hasta el 70% del PIB. Los gastos de los consumidores, por tanto, tendrían que sostenerse en el tiempo –crecieron un 2,2% en tasa anualizada en el primer trimestre– para creer en su efectiva recuperación y alcanzar esa etiqueta de brote verde. No lo pondrá fácil la continua subida del paro en Estados Unidos, a pesar de la buena sensación provocada por el aumento en el índice de confianza del consumidor del Conference Board publicado esta misma semana.

Donde parece haber menos discusión es en el papel de la economía china, que ha puesto toda la carne en el asador con sus programas de infraestructuras e impulso de la demanda interna. Todos los pronósticos apuntan a que recuperará pronto esta tendencia de crecimiento, quizá a un menor ritmo que antes de la crisis, y que será uno de los países en los que más aumente el consumo de petróleo.

Por tanto, suena a atrevimiento hablar de señales de mejoría en las economías mundiales cuando siguen germinando referencias catastróficas en muchos frentes. Se diría, en definitiva, que los brotes verdes que dicen ver son de cizaña y que han aparecido en el terreno para evitar la eclosión del trigo bueno. Así, la conspiración del optimismo, último artilugio retórico inventado por los economistas, sólo será útil cuando los datos macroeconómicos sean positivos y duraderos.

PIB y desempleo

No hace falta mirar muy lejos para entender que seguimos inmersos en el agujero de la recesión: datos de PIB y desempleo ofrecen las mejores pruebas.

En el primer trimestre de este año la economía de Estados Unidos se contrajo respecto al periodo anterior un 1,6%, y la de la eurozona, que encadena tres trimestres de caída, un 2,5%. En Alemania, el decrecimiento alcanzó hasta el 3,8%, mientras que en el Estado español se quedó en el 1,8%.

Los descensos del Producto Interior Bruto son todavía más acusados si se comparan con el mismo trimestre del año anterior: así la eurozona se ha contraído un 4,6%, Estados Unidos, un 2,6%, Alemania, un 6,9%, y el Estado español, un 3%.

Y todavía más: las proyecciones de organismos públicos y privados para este año y el siguiente son pesimistas, especialmente para Europa.

De otro lado, todos estamos a la espera de ver un brote verde de verdad: el inicio de la caída en el desempleo. Pero no hay que hacerse ilusiones, porque los pronósticos son horrorosos. Se da como seguro que el empleo va a ser el último en darse por enterado de la recuperación de la economía y que hasta 2011 no se invertirá, al menos dentro del Estado español, su curva de destrucción.

En la eurozona, el paro alcanzó en marzo el 8,9%, aunque se espera un aumento hasta el 9,1% para el dato final de abril. En Estados Unidos el paro llegó en abril hasta el 8,9%.

En el Estado español el panorama es aún más demoledor. Según estimaciones no oficiales, en 2010 podría subir hasta el 22%, es decir, que 5 millones de personas no tendrán empleo. Hasta marzo, el dato oficial reflejaba un 17,36% (4.010.700 desempleados).

¿A qué llaman, entonces, “brotes verdes”?


Nueva contracción de la economía de EE.UU.: cae 5,7%

Reuters, 29/05/09

La economía de Estados Unidos se contrajo durante el primer trimestre del año un 5,7%, según datos difundidos hoy por el Departamento de Comercio.

La cifra es levemente inferior al 6,1% proyectado en un principio por los analistas, aunque superior a la corrección al 5,5% que habían realizado semanas después.

La medición corresponde al primer trimestre de este año. Es el tercer período de retroceso consecutivo. Con este nuevo resultado negativo, ahora suman tres períodos consecutivos de retracción de la economía estadounidense. En el tercer trimestre de 2008 el descenso fue de 0,5%, mientras que en el último fue de 6,3%.

La recesión es la más grave y prolongada que se registra desde la Segunda Guerra Mundial. Las empresas han recortado sus gastos y eliminado 5,7 millones de empleos para poder sobrevivir.