Crisis mundial

Ocupaciones de fábrica y autogestión

La esperanza son los trabajadores

Por Shawn Hattinhg (*)
Monthly Review, 15/06/09
La Haine, 19/6/09
Traducido por Felisa Sastre

Introducción

En la mayoría de los países, los líderes políticos y los directivos de empresas esta utilizando, una vez más, la crisis económica mundial para golpear a los trabajadores y a la gente pobre. Como parte de este ataque, hemos visto que empresas de todo el mundo intentan que los trabajadores paguen la crisis echando de sus puestos de trabajo a decenas de millones de personas. En los casos más extremos, los trabajadores llegan a sus empresas por la mañana y se les dice que ya no tienen empleo.

Con todas esas reducciones de plantilla, las empresas no sólo destruyen empleo sino que atacan la dignidad de la gente. Literalmente, están lanzando a las personas a un mundo inseguro, donde cada vez se hace más y más difícil satisfacer sus necesidades básicas como la alimentación y la vivienda. Por supuesto, a la elite empresarial no le preocupa si la gente padece hambre o vive en la miseria porque sólo le preocupan sus aceptables márgenes de beneficios. Mediante la reducción de plantillas, las elites han desatado una guerra contra los trabajadores y contra los pobres en nombre de la supervivencia empresarial y la perspectiva de alcanzar beneficios.

Afortunadamente, los trabajadores del mundo han empezado a rebelarse. Las huelgas contra los despidos se han producido desde Francia hasta China y desde Grecia a Corea del Sur. En algunos casos, han llegado incluso a retener a sus jefes y ocupar las fábricas y oficinas para evitar quedarse sin empleo. [1] Gracias a este tipo de acciones directas, los trabajadores implicados están obteniendo concesiones de las elites. Así que, la ocupación de los lugares de trabajo parece ser una vía eficaz para que la gente consiga sus reivindicaciones y recupere su dignidad frente a las clases dirigentes.

Las ocupaciones se están extendiendo

Hace unos años, hubiera parecido una locura sugerir simplemente que los trabajadores del mundo empezaran otra vez a ocupar sus fábricas para impedir cierres y despidos. En el único lugar donde se había producido recientemente fue en Argentina. Con la crisis del año 2001, se produjeron centenares de ocupaciones de lugares de trabajo. Al final, los trabajadores recuperaron más de 200 fábricas, muchas de las cuales se transformaron por la gestión democrática de los propios trabajadores. [2]

Sin embargo, pocos podían imaginar que las ocupaciones de fábricas y la autogestión llegarían a ser una posibilidad en otros muchos países. Es cierto que en todos los países del mundo la reducción de empleos se ha extendido en los últimos 20 años, pero la puesta en marcha de medidas directas para detenerla mediante las ocupaciones no parecía una opción realista. Por ejemplo, en Sudáfrica, se habían cerrado centenares de fábricas desde los años 1990, pero los sindicatos tan siquiera consideraron las ocupaciones como una estrategia viable para oponerse a los cierres.

Durante los últimos meses, sin embargo, las ocupaciones de fábricas se han producido al menos en una docena de países además de Argentina. Y de nuevo la acción directa e incluso el planteamiento de la autogestión ha vuelto a la agenda de los trabajadores.

Las ocupaciones de los lugares de trabajo se han producido, incluso, en Gran Bretaña e Irlanda, donde la brutal represión de Thatcher contra los mineros del carbón en 1984 dejó un temor permanente entre los trabajadores y los pobres.

Cuando el fabricante de componentes de automóviles, Visteon, informó a los trabajadores de que la compañía iba a cerrar, los trabajadores decidieron ocupar la factoría. Estaban furiosos porque se les había avisado con sólo 6 minutos y la indemnización por despido era ínfima. Durante más de un mes, los obreros ocuparon las instalaciones de Visteon a pesar de la amenaza de detenerlos. [3] Finalmente, aunque no pudieron salvar sus puestos de trabajo, consiguieron una indemnización por despido diez veces superior a la primera oferta. En el proceso, los obreros de Visteon recuperaron la dignidad que la dirección de la empresa había tratado de quitarles.

De forma similar, cuando a los trabajadores de Prisme Packaging, en Dundee, se les comunicó que la compañía iba a cerrar, organizaron una sentada de 51 días. Habían decidido que no estaban dispuestos a perder sus empleos y dijeron que querían volver a abrir Prisme como una cooperativa autogestionada. Para ellos, la victoria se produjo al conseguir financiación para su proyecto de cooperativa. [4]

Algo parecido ha ocurrido en la República Irlanda con las ocupaciones. A principios de este año, los trabajadores de la fábrica Waterford Cristal fueron informados por los liquidadores de empresas, Deloitte and Touch, de que ya no tenían empleo y que ni siquiera recibirían indemnización por despido. Los trabajadores decidieron defender sus medios de subsistencia organizando la ocupación. Como respuesta, Deloitte and Touch envió fuerzas privadas de seguridad para amenazar e intimidar a los trabajadores, pero, en la práctica, se consiguieron 10 millones de euros para indemnizaciones por despido y en la actualidad hay negociaciones para que una parte de los obreros conserve su empleo. [5]

Las ocupaciones de fábricas y lugares de trabajo se han producido también en otros países de la Europa continental. Al estallar la crisis actual, a finales de 2007, en España, 300 trabajadores de Frape Behr ocuparon sus lugares de trabajo para impedir los despidos. Complementariamente, activistas comunitarios y grupos de apoyo rodearon el edificio y protestaron solidarizándose con los trabajadores que estaban dentro. [6]

Simultáneamente con estos hechos, obreros de Serbia, ocupaban su fábrica, Shinvoz, para impedir que la privatizaran. [7] En Francia, trabajadores amenazados de despido asaltaron los despachos de sus jefes y los retuvieron hasta que sus demandas fueron atendidas. Por ejemplo, en FM Logistics, 125 trabajadores entraron en una reunión de directivos y tomaron como rehenes a sus jefes. La razón que les llevó a adoptar esa medida fue que la compañía había presentado un plan de despidos de más de 470 trabajadores amparándose en la actual crisis económica. Tras un solo día de “cautividad”, los directivos de FM Logistics aceptaron revisar sus planes de reducción de plantilla.

Similares “secuestros de jefes” ocurrieron en los grupos de empresas franceses Sony, 3M y Caterpillar. La mayoría de la opinión pública francesa apoyó aquellos “secuestros”, lo que sirvió para que el Estado francés se viera incapaz de tomar medidas contra los trabajadores implicados. [8]

En los últimos meses, también se han producido ocupaciones de fábricas en Turquía. Los trabajadores turcos se han visto duramente afectados por la crisis y más de 500.000 personas perdieron su empleo desde septiembre de 2008. Para contener el proceso, los trabajadores de una serie de fábricas– como MEHA textiles y Sinter Metal– iniciaron ocupaciones de sus lugares de trabajo. Sin embargo, el Estado turco reaccionó con dureza y mandó a las fuerzas de seguridad para sacar a los trabajadores, quienes acamparon en el exterior de las fábricas y continuaron con su resistencia. Hace poco, los trabajadores de Sinter celebraron sus 100 días de resistencia. [9]

Norteamérica también ha tenido una serie de ocupaciones de lugares de trabajo. Debido al colapso de la industria automovilista de Canadá, los obreros ocuparon 4 fábricas porque se les habían negado indemnizaciones por despido. Se ha dicho que los trabajadores las ocuparon para impedir que la maquinaria fuera trasladada por los liquidadores. De hecho, se sirvieron de esta táctica para obligar a los directivos y a los liquidadores a sentarse en la mesa de negociaciones.

En Estados Unidos, asimismo, se han producido una serie de ocupaciones. La más conocida fue la de Republic Windows and Doors. La ocupación se produjo porque a los obreros de la fábrica se les comunicó sólo con tres días de antelación la noticia del cierre. Para colmo de males, la empresa cerraba porque el Bank of America– que había recibido miles de millones de dinero público en subvenciones– se había negado a prorrogar los créditos de la compañía. Una vez más, los ocupantes recibieron un masivo apoyo de la gente y, como consecuencia, consiguieron indemnizaciones por despido, y que la empresa abriera con un nuevo propietario, lo que suponía se salvaban algunos puestos de trabajo, aunque no todos. [10]

Con la actual crisis económica mundial, Argentina una vez más se ha puesto a la cabeza en las ocupaciones de fabricas y en convertirlas en empresas autogestionadas por los trabajadores. Desde 2008, y ante la amenaza de reducción de plantillas y salarios, se han ocupado 10 fábricas. Los obreros han tomado esta medida para impedir que los propietarios se declaren en bancarrota, porque declararse insolvente ha sido la estrategia seguida por la elite empresarial argentina y así liquidar fraudulentamente sus activos, para abrir unos meses después la empresa con otro nombre. Algunas de las nuevas fábricas ocupadas han recibido también un gran apoyo de las fábricas autogestionadas desde hace tiempo. [11] Los trabajadores de al menos una de las empresas ocupadas– Chocolates Arrufat – han decidido hacerse cargo de ella de forma permanente y gestionarla de forma democrática. Ya ha empezado a producir sirviéndose de generadores y están convirtiendo Arrufat en una empresa viable autogestionada por los trabajadores. [12]

Conclusión

La actual crisis económica ha provocado una serie de ataques de las grandes empresas contra los trabajadores. Entre ellos, reducciones de plantilla, congelación de salarios y, en algunos casos, cierres patronales. En muchos lugares del mundo, los trabajadores han respondido con sus propios medios, entre ellos, la ocupación de los lugares de trabajo y, ciertos casos, haciéndose cargo de las fábricas con el objetivo de establecer un sistema de autogestión. De esta manera, esos trabajadores están encontrando sus propias soluciones a la crisis y sus actuaciones son un ejemplo.

Parece probable que cada vez más trabajadores comiencen a acoger y adaptar la idea de la ocupación de fábricas como una forma viable para salvar sus empleos y reclamar la dignidad de la que sus jefes han intentado despojarles. Quizás, lo que también estamos observando a través de las ocupaciones, la asunción de la dirección y autogestión, es un destello de lo que podría ser un mundo post–capitalista, creado por los propios trabajadores y la gente pobre.

De verdad, las esperanzadoras ocupaciones de fábricas de las que estamos siendo testigos son el embrión de un mundo diferente– un mundo donde no haya jefes, donde los trabajadores se dirijan por sí mismos, donde la economía se organice democráticamente mediante asambleas de trabajadores y de comunidades, donde no existan jerarquías, donde no se viole el medioambiente, y donde el objetivo sea cubrir las necesidades de la gente en lugar de la obtención de beneficios.


(*) Shawn Hattingh trabaja para el International Labour Research and Information Group (ILRIG) en Ciudad del Cabo (Sudáfrica).

Notas:

[1] Naomi Klein and Avi Lewis, "Fire the Boss: The Worker Control Solution from Buenos Aires to Chicago," [panel en el Sindicato del Cobre de Nueva York], 15 mayo 2009.

[2] Marie Trigona, "FASINPAT (Factory without a boss): An Argentine Experiment in Self-management." En Spannos, C (ed.) Real Utopia: Participatory Society for the 21st Century, AK Press, 2008.

[3] www.libcom.org/tags/visteon-occupation

[4] Left Luggage, "Dundee: Prisme Occupation Workers Save Their Jobs," IndyMedia, 24 abril 2009.

[5] Naomi Klein and Avi Lewis, "The Cure for Layoffs: Fire the Boss!" 20 mayo 2009. http://www.lahaine.org/index.php?p=38142

[6] Freedom Fight, "Catalan, Serbian Workers 'Squat' in Factories," ZNet, 21 enero 2008.

[7] Freedom Fight, "Letter of Support to Factory Occupations in Serbia," ZNet, 9 enero 2008.

[8] Christopher Ketcham, "Enraged about Corporate Greed? Kidnap Your Boss," 1 mayo 2009.

[9] Eren Buglalilar, "Deepening Crisis, Growing Resistance: Workers in Turkey," MRZine, 27 abril 2009.

[10] "Chicago Window Factory Reopens with Occupying Workers Back on the Job," DemocracyNow! 15 mayo 2009.

[11] Marie Trigona, "Argentine Factory in the Hands of the Workers: FASINPAT a Step Closer to Permanent Worker Control," 27 mayo 2009.

[12] Klein and Lewis, "The Cure for Layoffs: Fire the Boss!" op. cit.