Crisis mundial

Una pregunta acaparará el debate: ¿llegó la hora de quitar el pie del acelerador y preocuparse por la inflación?

Sube la temperatura para la reunión del G–20

Por Deborah Solomon y Stephen Fidler
Wall Street Journal, 05/09/09

Ministros de finanzas de todo el mundo se reunirán este fin de semana en Londres para analizar una pregunta clave: ¿es hora de poner fin a los costosos planes que se han ejecutado para apuntalar la economía global?

La economía mundial comienza a mostrar signos de recuperación y algunos han sugerido que ya es hora de dar marcha atrás y revertir las medidas que entraron en vigor el año pasado. Sin embargo, algunos países como Estados Unidos y Gran Bretaña temen que aún es prematuro para finalizar estos esfuerzos.

Las discrepancias no sólo podrían subir la temperatura de las reuniones del G–20. Algunos piensan que un desacuerdo podría torpedear la incipiente recuperación de la economía global.

Un debate no resuelto acerca del futuro del estímulo fiscal en la economía "estremecería a los mercados, que no sabrían hacia dónde se encaminan las políticas", dice C. Fred Bergsten, director del Instituto Peterson de Economía Internacional, un centro de estudios de Washington.

Tampoco hay consenso sobre cómo prevenir futuras crisis financieras en un momento en el que la urgencia para reformar el sistema regulatorio pierde fuerza. Los líderes franceses y alemanes, por ejemplo, son partidarios de limitar el tamaño de los bancos y disminuir los bonos que reciben los ejecutivos del sector financiero, medidas a la cuales EE.UU. y Gran Bretaña se oponen.

El secretario estadounidense del Tesoro, Timothy Geithner, señaló el miércoles que los países desarrollados y emergentes que integran el Grupo de los 20 deberían seguir respaldando los esfuerzos para reactivar la economía. "Nuestro imperativo básico es asegurarnos de colocar los cimientos para una recuperación sostenible liderada por la demanda privada y eso va a exigir más trabajo", aseveró.

Geithner espera que sus contrapartes del G–20 tengan puntos de vista similares sobre cuándo hay que quitar el pie del acelerador y enfatizó la importancia de una acción coordinada para poner fin a las iniciativas de estímulo. "Vamos a tener opiniones ligeramente distintas sobre cuál es el momento óptimo para hacerlo", reconoció.

Geithner puntualizó que las opiniones "ligeramente distintas" aluden principalmente a sus colegas alemanes, quienes son partidarios de una rápida retirada de los programas de estímulo.

El secretario del Tesoro también anunció que EE.UU. presentará algunas propuestas para la creación de estándares internacionales que gobiernen el apalancamiento de las instituciones financieras.

El tono de la reunión de Londres probablemente será diferente al que imperó en abril, cuando los ministros de finanzas se reunieron en Washington en medio de un acuerdo generalizado de que había que sacar a la economía de la recesión mediante acciones agresivas, coordinadas y persistentes.

En un mensaje a sus colegas del G–20 fechado el 27 de agosto, Peer Steinbrück, el ministro alemán de Finanzas, escribió que revertir las políticas tributarias lanzadas para combatir la crisis "debería tener lugar lo antes posible para reducir los déficit a un nivel sostenible". Steinbrück añadió que estas estrategias de salida deberían ser coordinadas internacionalmente y realizarse una vez que la recuperación de la economía se haya afianzado.

La ofensiva alemana para dar marcha atrás proviene de su deseo de controlar los déficit fiscales e impedir amenazas inflacionarias. El país está en medio de una importante campaña electoral y los recientes indicadores sugieren que Alemania tiene mejores perspectivas de recuperarse que Gran Bretaña.


Europa pide control bancario por temor a un nuevo colapso en EEUU

Alerta en la cumbre del G–20

IAR Noticias, 05/09/09

Ante la débil recuperación y las variables en rojo (desempleo, déficit, endeudamiento, bajo consumo, etc) que sigue registrando la primera economía mundial, las potencias centrales europeas (encabezadas por Alemania, Reino Unido y Francia) temen  un nuevo colapso bancario en EEUU que vuelva a desequilibrar la economía global. En consecuencia, Merkel, Sarkozy y Brown encabezan una propuesta para regular, controlar y limitar la actividad especulativa del sistema  bancario a la que EEUU se opone. La cumbre del G–20, a realizarse entre el 24 y el 25 de Septiembre, va a ser nuevamente teatro de disputas y discusiones intercapitalistas sobre el sistema financiero internacional hoy hegemonizado por el dólar y las grandes corporaciones bancarias de Wall Street.

El nudo central del problema lo expresa el Financial Times al señalar que las bolsas mundiales han "titubeado" tras  seis eufóricos meses de repuntes liderados por los valores financieros, y ante la caída del 8% sufrida por el índice KBW de bancos estadounidenses desde mediados de marzo, que puede afectar la subida de los mercados bursátiles.

"Aún así, resulta irónico que los rumores de un colapso bancario volvieran justo cuando Bank of America, Wells Fargo y Lloyds Banking Group consideran que pueden valerse por sí mismos", puntualiza el financiero británico.

Según el diario, "Los inversores han sufrido recientemente un escalofrío después de que la preocupación sobre los bancos se apoderase nuevamente de los mercados".

En este escenario –agrega el Financial– "La solidez de la recuperación está en duda. Una débil recuperación, o, peor aún, una recesión roubinesca en forma de w, generarían más pérdidas".

De acuerdo con el influyente diario británico, "aún sigue preocupando que la reticencia de los bancos a confesar todas las provisiones necesarias, que según los cálculos del Fondo Monetario Internacional ascenderían a 2,7 billones de dólares, implique que los balances no estarán plenamente recuperados cuando se inicie el nuevo ciclo".

Los "temores" del mercado son fundados: Otros tres bancos de EEUU quebraron el viernes de la semana pasada, elevando a 84 el total de instituciones financieras que se han hundido en lo que va del año.

Los reguladores federales cerraron los bancos Affinity de Ventura, California, Bradford en Baltimore y Mainstreet de Forest Lake, Minnesota, que en total se espera que cuesten al fondo depósitos de garantías del Gobierno cerca de US$ 446 millones (unos 311 millones de euros).

La Corporación de Garantías de Depósitos Federales (FIDC, por su sigla en inglés) informó el jueves de que el balance del fondo se mantuvo en US$10.400 millones a finales del segundo trimestre, pero destacó que la cifra está ajustada para tener en cuenta los US$ 32.000 millones  destinados para las quiebras que se esperan para el próximo año.

La presidenta de la Corporación de Garantías de Depósitos Federales (FIDC, por su sigla en inglés) , Sheila Bair, dijo a la prensa que las quiebras de los bancos seguirán siendo elevadas mientras las instituciones pasan por el "doloroso proceso de reconocer las pérdidas en préstamos y de limpiar sus balances".

El total de 84 quiebras este año significa un brusco aumento respecto a las 25 del año anterior, y en comparación a las tres que se registraron en todo 2007. Bair destacó que el sector bancario seguirá sufriendo, "incluso mientras la economía comience a mejorar".

Este jueves, el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz dijo que las perspectivas de una recuperación económica robusta en Estados Unidos son "muy, muy débiles".

"Las perspectivas de una robusta recuperación (en EEUU) son muy, muy débiles", dijo a la prensa Stiglitz, profesor de la Universidad Columbia y ganador del premio Nobel en 2001, durante una mesa redonda en esa universidad.

Stiglitz dijo también que los países del este de Asia se recuperan rápidamente debido a que sus economías se basan en las exportaciones. Aún así, "el crecimiento en Asia es demasiado pequeño para ser la base de la recuperación de EEUU y Europa", señaló.

Según el prestigioso economista, "la crisis financiera mundial expuso al sistema basado en el dólar como imperfecto y arriesgado".

Europa lanza la alarma

Crecimiento débil y peligro de un nuevo colapso financiero global contagiado por los bancos de EEUU, son los tópicos centrales que marcarán las discusiones de las potencias capitalistas (desarrolladas y emergentes) en la nueva cumbre del G–20 a realizarse el 24 y 25 de septiembre en Pittsburgh (noroeste de EEUU).

En Londres, este viernes y sábado, se reúnen los ministros de Finanzas y presidentes de bancos centrales del G–20 en un encuentro previo a la cumbre que se desarrollará en Pittsburgh.

El Grupo de los Veinte (G–20) debe adoptar "medidas vinculantes" para regular la conducta de los bancos, reclama una carta firmada por los líderes de Alemania, Reino Unido y Francia.

En una misiva conjunta, el primer ministro británico Gordon Brown, la canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés Nicolas Sarkozy piden que se exploren vías para limitar el sistema de bonificaciones bancarias y evitar la creación de nuevos desequilibrios globales.

Los tres líderes europeos reclaman al G–20 que se penalice a los países que no cooperen en materia de regímenes impositivos.

Analistas citados por la cadena BBC señalan que Londres, en particular, teme una fuga de capitales desde la City hacia otros centros financieros en caso de que se endurezcan los controles de las remuneraciones en el mundo financiero.

Dirigida al primer ministro sueco Fredrik Reinfeldt, el presidente de turno de la Unión Europea (UE), y también a otros líderes de ese bloque, la carta de Merkel, Sarkozy y Brown,  expresa que se debe "trabajar en estrategias de salida que serán aplicadas en forma coordinada tan pronto como haya terminado la crisis".

También "tenemos que examinar cómo limitar los bonos en los bancos", señala y dice que no se deben incentivar las actividades especulativas que representen un riesgo para la estabilidad financiera.

El G–20 debe establecer "normas vinculantes para las instituciones financieras que desarrollan operaciones complejas y de riesgo elevado y asegurarse que existen sanciones para los bancos nacionales que no apliquen estas normas", puntualiza la carta.

"Deberíamos examinar los medios para limitar el monto de las primas en los bancos, ya sea en proporción a la remuneración total o en función de los ingresos y/o beneficios de la banca", explican los firmantes, cuyas posturas ya chocan contra la reticencia de EEUU a imponer reformas en el sistema financiero.

"Por ejemplo, los gobiernos podrían no conceder dinero a las instituciones financieras que no estén aplicando las normas acordadas internacionalmente", añade la carta de Merkel, Sarkozy y Brown.

La idea de establecer mayores regulaciones al sector financiero es rechazada de plano por EEUU,  ante el riesgo de que eso afecte la hegemonía del dólar y desestabilice su economía basada en el endeudamiento para sostener su sideral y creciente déficit fiscal.

Mientras Francia, Alemania y Japón evidencian signos débiles de salida de la peor recesión desde la Gran Depresión de los años 1930, y se ven "las primeras señales de crecimiento" en EEUU, los ministros de Finanzas debatirán este viernes sobre "estrategias de salida" de las excepcionales medidas fiscales y monetarias adoptadas desde hace un año para detener la crisis.

Según el Financial Times, dirigentes y analistas coinciden en que, pese a los tímidos indicios de recuperación, es prematuro abandonar los estímulos (fondos estatales de ayuda a bancos y empresas)  porque "las economías siguen siendo vulnerables debido a las elevadas tasas de desempleo y a la fragilidad del sistema bancario".

El primer ministro británico, Gordon Brown, dijo esta semana al Financial Times que sería un "error histórico pensar que ahora podemos volver a las actividades de antes como si nada".

Esto también implica ––según Brown––  medidas adicionales para reformar el sistema financiero y prevenir una repetición de la crisis, entre ellas la iniciativa francesa para limitar las generosas primas que reciben los ejecutivos de los bancos que los europeos deberían defender en Londres.

Incrementar el control de los bancos y obligarles a constituir mejores reservas de capital para hacer frente a colapsos como el del estadounidense Lehman Brothers ––considerado el epicentro de la crisis––, figuran entre las cuestiones centrales  que se debatirán en la cumbre del G–8.

Las potencias emergentes, lideradas por Brasil e India, exigen por su parte una importante reforma de los organismos financieros internacionales ––el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial––, para dar a los países en desarrollo un mayor peso que refleje realmente su papel económico actual.

"El riesgo es que si la crisis termina antes, algunas reformas no se lleven a cabo de manera tan profunda", alertó el lunes el ministro de Asuntos Exteriores brasileño, Celso Amorim, tras una reunión preparatoria en Brasilia.

La filosofía especuladora del "apalancamiento" (una economía virtual montada sobre el crédito y el endeudamiento) estalló cuando la "falta de confianza" de los tenedores de bonos y acciones (el dinero de papel) los llevó a "efectivizarlos" en dinero real.

Durante la primera fase de la crisis financiera en EEUU se destapó la falta de respaldo de centenares de billones de dólares transferidos por asentamientos financieros y papeles que, cuando los tenedores quisieron convertirlos en dinero contante y sonante se encontraron con la sorpresa de que el efectivo no estaba donde debería estar: Los bancos.

Hoy la alerta es generalizada: Europa y las potencias centrales quieren evitar los riesgos de un nuevo colapso bancario en EEUU, que los expertos vienen pronosticando como consecuencia de la nueva "burbuja" de especulación  financiera" desatada con los billonarios fondos de los rescates estatales.


Titular del FMI alerta en contra de una retirada
prematura de los estímulos

Por David Wessel
Wall Street Journal, 04/09/09

Dominique Strauss–Kahn, director gerente del Fondo Monetario Internacional, ha alertado a los gobiernos del mundo en contra de la "retirada prematura de las políticas monetarias y fiscales", a pesar de las señales que apuntan a que "la economía mundial parece estar emergiendo por fin de la peor crisis de nuestras vidas".

Previendo que la recuperación será "relativamente lenta" y que el desempleo podría seguir subiendo el año próximo, Strauss–Kahn dijo que "los responsables de políticas deberían pecar de cautelosos cuando decidan retirar las políticas que implementaron para afrontar la crisis". Después de todo, el crecimiento mundial ha dado un giro principalmente debido al "masivo apoyo de las políticas".

Strauss–Kahn realizó estas declaraciones como parte de un discurso que dará en Berlín el viernes durante la sexta conferencia anual del Bundesbank. El ex ministro de Finanzas galo también dijo que "el momento es adecuado" para que los responsables de políticas desarrollen estrategias de salida. De no hacerlo, podrían minar la confianza y los planes de recuperación, explicó.

El FMI es más optimista respecto a la economía mundial que hace unos meses. Ahora espera un crecimiento mundial algo inferior al 3% para 2010, dijo Jorg Decressin, responsable de elaborar previsiones para el FMI, en Washington esta semana. La previsión de julio del FMI hablaba de un crecimiento del 2,5%.

Strauss–Kahn también dijo que, a pesar de que todos opinen que la regulación y supervisión financiera deben funcionar mejor para mitigar los riesgos sistémicos, las reformas no se están produciendo tan rápido como resulta necesario para tratar los problemas surgidos por la crisis.

Entre otras cosas, respaldó las propuestas de implementar requisitos de capital más estrictos para los bancos mundiales y dijo que deberían diseñarse para evitar asumir demasiados riesgos.

Además, Strauss–Kahn prevé que el mundo eventualmente verá alternativas a la subida del dólar "en estatura y uso internacional" aunque predijo que el cambio se producirá "a lo largo de la próxima década y no de meses".