Crisis mundial

Se acabó el año de vacas flacas para la élite financiera

El derroche está de regreso en Wall Street

Por David Enrich y Susanne Craig
Wall Street Journal, 09/12/09

El derroche está de regreso en Wall Street. Pero nadie quiere admitirlo.

En momentos en que los corredores y banqueros de inversión se acercan a la línea de llegada de lo que parece ser un año de auge para las remuneraciones, algunos gastan dinero como si la crisis financiera nunca hubiera existido. Desde escapadas de US$15.000 por una semana en el Caribe hasta relojes pulsera de platino de US$200.000 que se ajustan de forma automática a los años bisiestos, hay señales de que la buena vida está de regreso.

"Lo que hemos visto en las últimas cuatro a ocho semanas es un repunte sustancial" en la demanda de compras extravagantes. Estos sucede a medida que los empleados de Wall Street se vuelven más confiados en que la pronunciada recuperación del mercado en lo de va del año pronto les recompensará con abundantes bonificaciones, afirma el analista David Arnold, subdirector de Robb Report, una revista que apunta a los superricos.

Flight Options Inc., que vende bloques de 25 horas de vuelo en aviones privados desde US$97.000, señala que las ventas en el área de Nueva York aumentaron notoriamente durante el último mes debido a la capacidad de recuperación del mercado.

Una de las rutas más populares es el vuelo de tres horas que conecta el aeropuerto de Teterboro, a sólo un corto viaje en auto desde Manhattan, con el aeropuerto internacional de Palm Beach, en Florida, cerca de lugares donde algunos exitosos corredores y banqueros tienen una segunda residencia.

Los derroches no ayudarán a que Wall Street mejore su reputación, en especial debido a que las firmas rescatadas por contribuyentes estadounidenses se están recuperando mucho más rápido que el resto del país. Pero los ricos que abren sus billeteras al menos intentan evitar las muestras de ostentación que fueron una marca registrada de los años previos a la crisis económica.

En 2007, el gigante de inversiones de capital privado Stephen Schwarzman contrató a Rod Stewart para que tocara en su fiesta de su 60 cumpleaños.

Actualmente, las instituciones financieras buscan enérgicamente buenos precios para salones de fiestas, afirman quienes planean eventos. Los días de las esculturas de hielo y los arreglos florales elaborados han pasado a la historia. Lo mismo ocurre con las bebidas alcohólicas de más categoría, que son sustituidas por cerveza, vino y gaseosas.

Hace poco, un banquero de inversión en una firma de Wall Street quiso impresionar a sus clientes con entradas de primera fila para la Serie Mundial de la liga de béisbol. La empresa, que recibió fondos del gobierno de EE.UU., vetó los planes, ante el temor de crear mala publicidad. El banquero acabó sentándose con sus clientes unas 20 filas más atrás.

"Debemos recordar que nos juzgarán en la corte de la opinión pública", advirtió el presidente ejecutivo de Citigroup, Vikram Pandit, durante una reunión de empleados en noviembre. Las fiestas de Navidad que habitualmente los banqueros y corredores de Citigroup pagaban de su propio bolsillo se cancelaron debido al ambiente político hostil que ha reinado este año.

Este mes, los banqueros de Wall Street participaron de una subasta de arte contemporáneo en Sotheby's. La subasta incluía una pintura de Andy Wharhol que obtuvo US$43,7 millones. Sotheby's se niega a revelar quién compró la obra, llamada "200 billetes de un dólar", pero los corredores de arte afirman que las expectativas de mayores bonificaciones en la industria financiera desatan fuertes ofertas.

"En septiembre y octubre, las cosas comenzaron a mejorar, y noviembre fue un mes fantástico de reservas", afirma Tom Smyth, dueño de St. Barth Properties, que alquila casas de veraneo en la isla caribeña de St. Barts. Una casa de tres dormitorios con vista al mar cuesta por lo menos US$15.000 por semana.


(*) Kelly Crow y Liz Rappaport contribuyeron a este artículo.