Crisis mundial

Revista de prensa

La austeridad puede llevar al desastre

Por Carlos Elordi
El Periódico, 13/06/10

Los recortes de gasto público que se están generalizando en Europa y que amenazan con llegar a Estados Unidos podrían precipitar al mundo a una segunda recesión, tan grave o más que la que se registró en el 2009. Buena parte de los diarios de referencia europeos y estadounidenses han coincidido esta semana en expresar esa grave inquietud.

Pero, la mayoría de los gobiernos parecen opinar lo contrario. Con excepción del francés. Porque la negativa del presidente Nicolás Sarkozy a acudir el martes a cenar en Berlín con la cancillera alemana Angela Merkel, ha sido entendida, tanto por la prensa gala como la germana, como un rechazo a las medidas de austeridad anunciadas por Alemania.

La denuncia más dura de la política austeridad ha sido la de Paul Krugman. «Es una total locura de unas autoridades locas», escribió el lunes en el The New York Times. Al día siguiente, el primer editorial de ese diario se alineaba con su columnista: «Se comprende que los políticos estén asustados por los ataques de los inversores contra sus bonos que han seguido al desastre griego. Pero este repentino entusiasmo por la austeridad fiscal, especialmente en las economías más fuertes, puede volverse en contra y condenar a Europa a años de estancamiento, o a algo peor".

The New York Times reconocía, no obstante, que podía haber excepciones: «Puede que países como España o Portugal tengan que recortar drásticamente sus presupuestos si no quieren perder su acceso a los mercados de capitales. Pero Alemania, Gran Bretaña y Estados Unidos tienen margen para gastar».

También un editorial del The Economist de esta semana hacía referencia a España y no sólo para mostrar su acuerdo con la política de recortes adoptada por Madrid, sino para añadir que «España tiene que poder despedir más fácilmente a sus funcionarios». Tal vez la admonición se entienda mejor recordando que el miércoles The Guardian advertía que el nuevo Gobierno británico se dispone a «llevar a las colas del paro» en los próximos meses a nada menos que a 750.000 empleados públicos.

Con todo, el editorial no veía, por ahora, las cosas tan dramáticas como las pintan Krugman, The New York Times y George Soros, que esta semana ha dicho: «Sanear las cuentas públicas es una buena idea, pero los bancos y las economías no están ahora preparados para ello. En estos momentos, las políticas de rigor pueden llevar al mundo a una segunda recesión». Le Figaro destacaba esas palabras.

The Economist, siempre refiriéndose a las grandes economías, opina que el peligro no está en los recortes que se han hecho hasta ahora, sino en que se profundice en esa política. En una carta abierta al ministro del Tesoro británico George Osborne, Martin Wolf, columnista de referencia del diario Financial Times, no se ha parado en esos matices: «Los recortes que usted pretende imponer serán percibidos como un castigo a los inocentes por los pecados de los culpables y, sobre todo, de los culpables que han cobrado bonos. Pero, al tiempo, usted va a hacer que la economía siga siendo débil, con lo que sus decisiones serán imperdonables. Y no serán perdonadas. Es indiscutible que hay que eliminar el déficit estructural, pero su nuevo presupuesto sólo podrá ser aceptado si contiene un plan de revitalización de la demanda».

The Wall Street Journal no parece compartir esas impresiones. Ciertamente, en sus editoriales no se ha manifestado claramente al respecto. Pero las comunicaciones del Banco Mundial, ardiente paladín de la política de recortes, ocupan un lugar destacado en las primeras del diario cada vez que se producen.

Por el contrario, y tras conocerse el miércoles el pobrísimo aumento del número de puestos de trabajo en el sector privado norteamericano en mayo, The Washington Post escribía lo siguiente: «Los estímulos económicos del año pasado no han logrado que la tasa de paro baje del 8 %. Barack Obama tiene que promover nuevos estímulos".