Crisis mundial

Bernanke dice que la Fed está lista para actuar "en caso de necesidad"

La economía de EEUU no crece

Por Sandro Pozzi
Desde Nueva York
El País, 27/08/10

El jefe del Banco Central de EE UU señala que todo dependerá de si las perspectivas se deterioran notablemente, tras la revisión a la baja del crecimiento económico en el segundo trimestre

La economía de Estados Unidos no crece ni lo deseado ni tampoco lo esperado. El Departamento de Comercio acaba de rebajar en ocho décimas la expansión registrada en el segundo trimestre, a una tasa anualizada del 1,6% del producto interior bruto. La cosa pudo ser peor, porque Wall Street anticipaba una revisión de al menos un punto respecto al 2,4% anunciado hace un mes.

Para Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal, la recuperación tiene menos vigor de lo que se esperaba y la situación del mercado laboral es decepcionante, por lo que la Fed está siguiendo de cerca la situación para activar estímulos monetarios en caso de necesidad, es decir, en el caso de que la economía se deteriore más.

Bernanke ha dejado claro, en todo caso, que va a continuar evaluando la situación para determinar si los beneficios de futuros estímulos monetarios compensan los costes de activar nuevas medidas de estímulo. En medio de todo este panorama, el jefe del banco central estadounidense considera que el riesgo de deflación es bajo. Asegura que la Reserva Federal cuenta con las herramientas necesarias para apoyar el crecimiento y evitar un escenario deflacionista en Estados Unidos, similar al de Japón. Pero antes de actuar, el presidente del banco central quiere tener claro que los beneficios de los nuevos estímulos compensan los costes.

Bernanke admite que la plena recuperación de la economía está aún lejos de ser alcanzada, y señala que el crecimiento está teniendo "menos vigor" del que se esperaba. También se mostró "decepcionado" con la situación del mercado laboral, donde la tasa de paro ronda el 9,5%. Y aunque el jefe de la autoridad monetaria asegura que el riesgo de deflación "no es significativo" en este momento en EE UU, sí dio claras indicaciones de que cualquier medida que se vea obligada a adoptar la Fed en el futuro se hará para prevenir que la economía entre en un ciclo de caída de precios.

Las declaraciones de Bernanke se han producido durante una intervención en el simposio de economistas y banqueros centrales en Jackson Hole. Wall Street esperaba con interés las declaraciones del jefe de la Fed, tras arrancar con leve alza por los datos mejor de lo esperado de crecimiento.

Ralentización

Las cifras revisadas del Departamento de Comercio difundidas hoy confirman estadísticamente la ralentización que sufrió la actividad económica en la mayor potencia económica del mundo durante los últimos seis meses. El bache es destacado si se toma como referencia el 5% que se creció en el cuarto trimestre de 2009 o incluso el 3,7% en los tres primeros meses de 2010. Y la previsión es que el crecimiento siga débil el resto del año.

El factor principal de este retoque a la baja está en la evolución de la balanza comercial, por el mayor incremento en 26 años en las importaciones. La noticia positiva estuvo en el lado del consumo, que se comportó mejor de lo esperado, al registrar un incremento del 2%, en línea con el primer trimestre. Y se mantuvo sólido el gasto de las empresas, aunque fue revisado al alza, hasta el 17,6%.


Los datos de vivienda crea más dudas
sobre la recuperación

Por Sandro Pozzi
Desde Nueva York
El País, 25/08/10

Si había alguna esperanza, aunque fuera mínima, de que este iba a ser el verano de la recuperación en Estados Unidos, o al menos en el sector de la vivienda, se ha derrumbado. Las ventas de inmuebles listos para estrenar han caído un 12,4% en julio. Wall Street esperaba un aumento, lo que ha sentado aún peor. Este dato sigue a la caída del 27,2% en las viviendas usadas ese mes.

Los constructores inmobiliarios en EE UU están vendiendo nuevas casas a un ritmo de 276.000 unidades anuales. Es el más lento registrado para un mes de julio, lo que significa que habrá más inmuebles apilándose en el mercado esperando comprador. Los economistas esperaban que subieran a las 333.000 unidades, tras un incremento del 12,1 % registrado en junio.

De nuevo, como quedó constatado ayer, ni la bajada de precios ni los bajos tipos de interés están siendo suficientes para animar a un consumidor que está enrocado. Y esta depresión que vive el mercado inmobiliario se hace notar también en el valor de los inmuebles de reciente construcción, cuyo precio está al nivel más bajo desde diciembre de 2003, en los 204.000 dólares.

La confianza de los futuros compradores se está viendo afectada por el temor a perder el empleo. Y la caída en la demanda amenaza a su vez al crecimiento económico, por su peso en el producto interior bruto. Por si no fuera suficiente, los constructores deben competir además con las viviendas desahuciadas por los bancos, que rebajan aún más el valor de la vivienda.

No es el único dato de la jornada que muestra la debilidad de la economía. El Departamento de Comercio publicó también la evolución de los pedidos de vienes duraderos, que subieron apenas tres décimas en julio. Los economistas esperaban que crecieran tres puntos. Los dos indicadores combinados, provocaron que el índice Dow Jones perdiera los 10.000 puntos.

El gran temor en este momento, a partir del dato de vivienda, es que la economía no sea capaz de andar por su propio pie sin el soporte de los estímulos públicos. Precisamente ayer tarde, la Oficina de Presupuesto del Congreso calculó que el plan de incentivos de 814.000 millones de dólares aprobado por Barack Obama aportó 4,5 puntos al crecimiento en el segundo trimestre.

Es decir, sin ellos se habría producido una contracción del 2% y la tasa de paro habría superado el 10%. Pero esos estímulos empiezan a perder a partir de ahora intensidad, por eso desde la Casa Blanca se urge al Congreso de EE UU que adopte un nuevo mini paquete de ayudas, dirigidas principalmente a las pequeñas y mayores empresas, las mayores generadoras de empleo.


El temor a la recaída en EE UU hace tambalear otra vez las Bolsas

“Double dip”: recesión en W

Por C. Pérez
El País, 25/08/10

A pesar de que cada día hay buenos y malos datos susceptibles de ser interpretados –y a menudo sobreinterpretados– según sopla el viento, esta crisis durará más o menos 10 años, con suaves recuperaciones y recaídas. Llevamos apenas tres de esos 10 años. Si las Bolsas conservan aún cierto anclaje en la economía real –algo que es cada vez más discutible–, con los mercados sucederá más o menos lo mismo: los analistas empiezan a admitir que difícilmente serán capaces de dar rentabilidades consistentes durante casi una década. Aparentemente ajenas a esas perspectivas a largo plazo, las Bolsas mundiales llevan días rumiando acerca de la vuelta a la recesión de las grandes economías en los próximos meses. Una nueva hornada de cifras dio nuevos bríos ayer a esa tesis pesimista, y las Bolsas mundiales, desde Tokio hasta Nueva York pasando por las grandes plazas europeas, se dejaron entre el 1% y el 2%. La española bajó el 1,6% y vio peligrar la cota de los 10.000 puntos.

Double dip (recesión en W, o doble recesión) es el fantasma de moda en Wall Street desde hace tiempo. Y hay estadísticas que hacen temer lo peor: la venta de viviendas de segunda mano en EE UU se desplomó un 27% en julio –hasta el mínimo en 15 años– y ese dato se dejó notar en Nueva York y en el resto del mundo. Pero hay más cifras que dan fuerza al pesimismo imperante: la huida de los inversores hacia los bonos alemanes y estadounidenses (los más seguros) indica que la confianza vuelve a esfumarse.

España salió ayer relativamente bien parada de la nueva oleada de problemas. La subasta de letras del Tesoro fue un nuevo éxito. La prima de riesgo (el diferencial de los bonos españoles con los alemanes) subió, pero más por la caída de los intereses que pagan los bonos alemanes –en mínimos históricos– que por la desconfianza en la deuda española. Pero otras economías periféricas parecen tomar el relevo de España como diana de los mercados. Tras los problemas que han ido sufriendo Grecia, Portugal y España, es Irlanda la que ahora está en el disparadero: la Bolsa irlandesa se hundió ayer, con una caída cercana al 6%, y la prima de riesgo de Dublín está ya en máximos anuales por la desconfianza en sus bancos. Irlanda ha efectuado un ajuste drástico en su sector financiero, pero las dudas sobre el futuro del Anglo Irish Bank y el resto del sector bancario –en el que el Ejecutivo deberá, muy probablemente, inyectar más dinero público–, están castigando al anteriormente llamado Tigre Celta.

Y sin embargo Irlanda es solo una piedra en el estanque: EE UU es el principal foco de atención. El desplome de la venta de viviendas "es una más de un buen montón de noticias desalentadoras", aseguró a Bloomberg el analista Michael Holland. "Cada uno de los nuevos datos está por debajo de las expectativas", abundó Hank Smith, de Haverford. El Nobel Joseph Stiglitz explicó que el problema es que la economía estadounidense "no está saliendo de esta crisis tan rápido como se esperaba", por lo que auguró "un periodo de bajo crecimiento a largo plazo". Pese a que las dudas se han desplazado hacia EE UU, en Europa los problemas no han desaparecido: "Es una postura bastante absurda esa reducción general de las inversiones y esos planes de ajuste en toda la eurozona", dijo Stiglitz, para después añadir que la obsesión por la austeridad en la eurozona eleva el riesgo de caer en una segunda recesión.

Lo paradójico es que ni siquiera con esos planes de ajuste se cumplen los objetivos. El déficit público alemán creció en el primer semestre hasta el 3,5% del PIB, informa Juan Gómez. Alemania vulnera así de nuevo los criterios de convergencia de la Unión Monetaria, que señalan el 3% como límite máximo. Sin embargo, las cifras están aún lejos del 5% previsto por el Ministerio de Hacienda alemán para 2010, gracias al excelente desarrollo económico experimentado por Alemania en los últimos meses.

No solo las Bolsas atraviesan momentos complicados. El yen japonés volvió a apreciarse ayer y alcanzó máximos de 15 años respecto al dólar, y de casi 10 años respecto al euro. Ante el perjuicio para las exportaciones niponas, arrecian las presiones para que el banco central intervenga en el mercado de divisas para depreciar la moneda.


El fin de los estímulos deprime la vivienda en EE UU

Las ventas de inmuebles usados
se desplomaron el 27,2%

Por Sandro Pozzi
Desde Nueva York
El País, 24/08/10

Se produjo la mayor caída de ventas que se recuerda en el indicador mensual de la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios

Decepción, mucha decepción. Y miedo, porque son muchos los analistas los que alertan de que si la vivienda no mejora pronto, la recaída en la recesión será inevitable. Las ventas de inmuebles usados registraron en julio un desplome del 27,2%, la mayor caída mensual que se recuerda en este indicador que publica cada mes la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios.

El dato dice mucho de hacia donde va la economía a corto plazo. Y mañana, cuando se publiquen las ventas de vivienda a estrenar, se tendrá una imagen aún más completa de por dónde respira el sector. De momento, se sabe que las ventas de inmuebles de segunda mano están a su nivel más bajo en 15 años, entorno a los 3,83 millones de de casa vendidas.

Wall Street esperaba malas noticias, porque se sabía que el fin de las ayudas públicas a las compras de inmuebles residenciales tendría un impacto negativo importante. Pero la corrección fue mucho peor del 13% anticipado. Es, además, el tercer descenso encadenado, tras el 2,2% de mayo y el 7,7% en junio. Lejos se ve el esperanzador repunte del 7,6% registrado en abril.

Y si se venden muchas menos casas de lo que se cree, muchas más son también las que se apilan en el mercado esperando nuevo dueño. El mes pasado había 3,98 casa sin vender. Es una cantidad suficiente para cubrir la demanda del mercado durante 12,5 meses, lo que representa también un importante incremento respecto a los 8,9 meses en junio. Es el nivel más alto desde 1999.

Los bajos tipos de interés en EE UU y la caída en los precios de la vivienda vista durante los últimos cuatro años no van a ser suficientes para revertir la tendencia, según los analistas. La economía no crece con el vigor necesario para crear empleo, y eso obliga a las familias a adoptar una posición más conservadora y ahorrar por lo que pueda llegar en el futuro.

La amalgama de datos negativos publicados durante las últimas semanas está llevando a los bancos a replantearse a la baja sus proyecciones. Goldman Sachs proyecta un anémico crecimiento del 1,25% para la segunda mitad de 2010 y comienzos de 2011. El viernes se publica la segunda lectura del dato del PIB del segundo trimestre, que se espera se rebaje de una tasa anualizada del 2,4% anunciada hace un mes.

La esperanza ahora es que la pausa vista entre mayo y julio sea temporal. Una situación complicada, que está generado un intenso debate en el seno de la Reserva Federal. Charles Evans, presidente del banco regional de Chicago, admite que el riesgo de recaída creció durante los últimos seis meses. Pero dice que no es el escenario más plausible. El economista David Rosenberg sin embargo anticipa que la recesión llegará en otoño.


Wall Street se atraganta al confirmarse
la ralentización de la economía

Por Sandro Pozzi
Desde Nueva York
El País, 19/08/10

Wall Street se atragantó con nuevos datos que confirman que la economía se ralentiza en EE UU. La caída en el indicador de actividad en el noreste del país, que publica la Reserva Federal de Filadelfia, junto a alza en las solicitudes por desempleo, eclipsaron el anuncio de la compra de McAffe por parte de Intel, una operación valorada 7.680 millones de dólares (5.695 millones de euros).

El presidente Barack Obama, con la elecciones legislativas cada vez más cerca, saltó en seguida a escena para poner de relieve que su Administración está haciendo lo posible por sacar a la economía del agujero. Y urgió al Congreso que apruebe ayudas a las pequeñas y medianas empresas, porque son clave para la generación de empleo.

El parqué neoyorquino arrancó la jornada con una caída del 1,4% en el caso del Dow Jones y de casi el 1,5% en S&P 500. La primera sorpresa del día para los inversores llegó cuando se supo que durante la semana que concluyó el 14 de agosto, unas 500.000 personas cursaron una solicitud de ayuda por paro. Se esperaba que cayera por debajo de las 450.000 reclamaciones.

Se colocan así al nivel más alto desde noviembre de 2009. Pero el verdadero golpe se produjo media hora después, con el conocido como Philadelphia Fed Index , que registró una caída de 7,7 puntos en agosto. Los analistas esperaban que repuntara siete puntos, frente a los 5,1 puntos en positivo publicados en julio. Es la constancia de que el crecimiento sigue anémico.

El panel de datos económico se completó con los indicadores adelantados del Conference Board. Hubo subida, lo que podría ser alentador. Pero fue tan tímida, de tan sólo una décima, que pasó desapercibida en el parqué, donde por cierto esperaban algo más. En cualquier caso, cualquier cosa es mejor que la contracción de tres décimas registrada el mes pasado.

Los inversores también tratan de digerir las proyecciones económicas de la Oficina Presupuestaria del Congreso. Y de ahí llegó la buena noticia del día. El déficit público bajará este año a los 1,34 billones, equivalente al 9,1% del PIB. Será claramente inferior al récord de 1,41 billones de 2009 y de los 1,47 billones previstos recientemente por la Casa Blanca.

Para el ejercicio fiscal 2011, que arranca en octubre, el gasto público superará a lo que recaude el Tío Sam en unos 1,06 billones, equivalente al 7% del PIB. Y para 2012 esa diferencia se reducirá a 665.000 millones, o un 4,2% del PIB. El objetivo de la Casa Blanca es rebajarlo entorno al 3% del PIB un año después, marca que según la última proyección se cumpliría.


El repunte pierde vigor en EE UU por la balanza comercial

Los datos del PIB revelan que la recesión es profunda

Por Sandro Pozzi
Desde Nueva York
El País, 31/07/10

La recuperación en Estados Unidos está siendo más lenta de lo que se esperaba. La actividad económica registró una fuerte moderación en el segundo trimestre, al crecer un 0,6%, que en tasa anualizada sería el 2,4%. Es casi un punto y medio menos que en el arranque de 2010 y lejos del 5,0% del cuarto trimestre de 2009. Una salida anémica de una recesión que ahora se sabe fue más profunda de lo estimado en un primer momento por Washington.

El Departamento de Comercio atribuye gran parte de esta desaceleración entre abril y junio a la balanza comercial. Los productos que EE UU importó en ese periodo crecieron un 28,2%, lo que eclipsó el 10,3% de incremento en las exportaciones. Este desfase acabó restando 2,8 puntos porcentuales al crecimiento, el mayor bocado en un trimestre desde 1982.

Ese indicador en concreto fue suficiente para anular el efecto positivo derivado del incremento del 17% en la inversión empresarial, que se duplicó respecto al primer trimestre y aportó 1,5 puntos porcentuales al producto interior bruto. Y los 1,2 puntos que llegaron de lado del consumo. El gasto público subió entre tanto un 4,4% y aportó un punto al PIB.

La Casa Blanca ya dijo que llevaría tiempo salir del agujero. Pero el punto de partida está más atrás de lo que se pensaba. Entre diciembre de 2007 y junio de 2009, meses que marcan el principio y el fin de la recesión, la contracción fue del 4,1%, en lugar del 3,7%. La revisión de los últimos tres años revela que la actividad económica se estancó en 2008, en lugar de crecer. Y que la contracción en 2009 fue dos décimas más profunda, del 2,6%.

El motivo de esta revisión es doble. Con datos más fiables en la mano, se constata por un lado que el consumo sufrió más de lo que pensaba y su recuperación está siendo muy lenta, como reflejan el tímido 1,3% del segundo trimestre. Del gasto de los hogares dependen dos tercios de la economía. Por otro, el descalabro del mercado inmobiliario fue aún más intenso.

Uno de los indicadores más alentadores del segundo trimestre fue el sector de la construcción residencial, que subió un 27,9% tras una caída del 12,3% en los tres meses previos. Pero este repunte se apoyó básicamente en la extensión de las ayudas fiscales a la compra de nueva vivienda, que volvieron a expirar a final del pasado mes de junio.