Estados Unidos

La nueva política de dialogar con los "malos"

Por Helene Cooper
International Herald Tribune / La Nación, 18/12/07
Traducción de Mirta Rosenberg

Washington.– Si algo ha quedado demostrado en el curso de las últimas semanas, es que Estados Unidos está a punto de entrar en una nueva era de diálogo.

Los siete años de la política de "no hablar con el demonio" instaurada por Bush han terminado, incluso antes del fin del mandato del gobierno que la creó. Ahora, los funcionarios estadounidenses se comunican amablemente con Siria, tienen charla tras charla con Irán sobre el destino de Irak y hacen planes preliminares para la visita a Libia de la secretaria de Estado, Condoleezza Rice.

Y el propio Bush ha entrado en acción, al escribirle una carta personal ("cordial", según la Casa Blanca) al reservado y enigmático dictador de Corea del Norte, Kim Jong Il, en la que abrió la posibilidad de normalizar las relaciones diplomáticas.

Según los expertos en política exterior, la transformación de la Casa Blanca le dejará al próximo presidente norteamericano, sea quien fuere, más espacio para decidir si quiere o no dirigirles la palabra a los enemigos de la nación.

"¿Hablaremos con los malos o no?", pregunta Robert Einhorn, un académico del Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales. Y afirma que la respuesta es clara: sí.

"Aunque una nueva administración republicana probablemente sea más recelosa que una demócrata –prosiguió Einhorn–, tanto un gobierno republicano como uno demócrata entablarán más lazos con los enemigos de Estados Unidos."

En el bando republicano, Rudolph Giuliani es el que tal vez esté más cerca de la línea de Bush, en cuanto a reservar el privilegio de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos a los países amistosos. Pero los analistas dicen que probablemente Giuliani siga la nueva táctica de la Casa Blanca.

Del lado demócrata, la senadora Hillary Clinton suele defender la posición más dura cuando se trata de seguridad nacional: criticó duramente al senador Barack Obama hace unos meses por haber dicho que estaría dispuesto a reunirse con los líderes iraníes.

Pero "cualquier administración demócrata moderada puede estar absolutamente dispuesta a enviar a su secretario de Estado a una reunión con los iraníes en determinadas circunstancias", dijo Kenneth Pollack, director de investigación en el Saban Center for Middle East Policy, de la Brookings Institution. Y aunque Clinton dijo que no se reuniría personalmente con los líderes de Irán, Siria, Corea del Norte y Cuba en su primer año de mandato sin conocer primero sus intenciones, no ha descartado la posibilidad de permitir que un enviado mantenga conversaciones con esos países.

"Está a favor de una negociación directa con Irán. Cuanto antes, mejor", dijo Lee Feinstein, director de seguridad nacional de la campaña de Clinton.

Mucho dependerá de quién ocupe la presidencia iraní en ese momento. Mahmoud Ahmadinejad, el actual presidente, se presentará a la reelección en 2009 y Estados Unidos espera que sea reemplazado por alguien más moderado, como, tal vez, el ex presidente Ali Akbar Hashemi Rafsanjani.

Claramente, resolver cuándo está bien hablar con los enemigos no es un tema menor. Al observar la larga lista de países y organizaciones que han caído en desgracia para Estados Unidos, el nuevo presidente tendrá que arreglárselas para decidir con quién hablar y cuándo. Por ejemplo:

Corea del Norte: ¿quién hubiera pensado que Pyongyang sería el primero en recibir una invitación para un tête–à–tête ? Pero la administración Bush ya ha echado a rodar la pelota y trabaja febrilmente para terminar un acuerdo que formalice las relaciones bilaterales a cambio de la desnuclearización de la península coreana. El acuerdo aún no está finalizado, pero espera que el próximo secretario de Estado visite Pyongyang.

Irán: el informe de los servicios de inteligencia difundido este mes dice que Irán abandonó su programa nuclear en 2003. Eso posibilita que el próximo presidente entable relaciones diplomáticas con Irán. Pero hay que esperar un poco de reticencia en los primeros meses de 2009, cuando los funcionarios estadounidenses contengan el aliento con la esperanza de que Ahmadinejad pierda las presidenciales. Y hay que recordar que el verdadero gobernante de Irán es el ayatollah Alí Khamenei.

Siria: Rice ya se ha reunido dos veces este año con su par sirio, e incluso invitó a Siria a la cumbre de Annapolis. Los expertos esperan que el próximo presidente vuelva a enviar un embajador a Damasco.

Hamas: Estados Unidos considera a esta organización, que ahora controla Gaza, un grupo terrorista, de manera que iniciar un diálogo con Hamas será algo difícil de lograr. Si el presidente palestino, Mahmoud Abbas, se reconcilia con Hamas y consigue que reconozca a Israel, hay alguna posibilidad. Pero es una posibilidad muy pequeña.

Hezbollah: aunque se trata de otro nombre de la lista de terroristas, este caso, aunque difícil, tal vez no sea tan duro como el de Hamas, especialmente si continúa el actual acercamiento entre Estados Unidos y Siria. "Los estadounidenses ya están hablando con Nabih Berri", dice un ex negociador israelí, Daniel Levy, en alusión al político musulmán libanés que tiene estrechas relaciones con Hezbollah y Siria.

Cuba: un completo azar, a menos que Fidel Castro muera. Pero un gobierno demócrata probablemente busque una apertura comercial moderada.

Libia: Muammar Khadafy desea desesperadamente una visita de Rice, y probablemente la reciba pronto.

Venezuela: es improbable que Hugo Chávez sea invitado a la Casa Blanca, no importa quién sea el presidente elegido. Pero con Bush fuera de escena –el hombre al que Chávez describió como "el demonio"– al líder venezolano se le hará difícil encontrar un apodo más colorido para describir al próximo presidente.