Estados Unidos

Tensiones en torno a la moneda de EEUU

El dólar en el nuevo orden mundial

Por Josep Oliver (*)
El Periódico, 16/10/09

La pasada semana, el dólar ha acentuado la caída que inició en marzo, acumulando una reducción cercana ya al 15% respecto de las principales divisas. En un sistema de tipos de cambio flexibles, las alteraciones en los precios de las divisas recogen las modificaciones, de carácter técnico y/o económico, que se operan en los mercados. De hecho, en ese descenso del dólar han incidido elementos de este tipo. Primero, a partir de la aparición de los brotes verdes, la pérdida del dólar reflejó la mejora de la confianza mundial y las ventas de aquellos que habían comprado en los peores momentos de la crisis en busca de un valor refugio. En segundo lugar, la acentuación de las pérdidas en los últimos días recoge el impacto, contrario al dólar, del alza de tipos de interés en Australia (la primera efectuada por un banco central desde el inicio de la crisis). Los mercados han interpretado que este aumento podía extenderse a los países con mayor orientación exportadora. Y así, las divisas de Corea del Sur, Taiwán, Hong Kong, Indonesia, Tailandia o Canadá, entre otras, han experimentado, junto al mismo euro, alzas importantes respecto de la norteamericana. Su caída ha sido tan rápida e intensa que Lawrence Summers, uno de los principales dirigentes económicos de la Administración de Obama, ha tenido que salir en su defensa, reiterando que EEUU desea un dólar fuerte. Y Ben Bernanke, el responsable de la Reserva Federal, ha advertido que, si fuera necesario, los tipos de interés se elevarían antes de lo que podía esperarse. Pero, a pesar de la retórica, una divisa devaluada ahora conviene más a la Administración estadounidense.

Esta dinámica de los mercados, y la respuesta de la Administración norteamericana son solo parte de la historia. Entre bambalinas, se están produciendo movimientos de enorme importancia. El más importante, sin lugar a dudas, ha sido el de las sucesivas reuniones entre representantes de China, India, Rusia y otros países, entre ellos los del Golfo, en busca de un sustituto al dólar, que podría ser una cesta de monedas, entre ellas el euro, y el oro. Ello explicaría por qué su cotización, con unas perspectivas inflacionarias tan modestas como las actuales, ha alcanzado máximos históricos, por encima de los 1.000 dólares por onza. También forma parte de este proceso la decisión de Irán de demandar euros a cambio de su energía, abandonando el dólar, o las crecientes voces en los países exportadores de petróleo, incluso las de Arabia Saudí, acerca de la necesidad de cambiar la moneda de referencia del crudo.

Las razones de estos movimientos de mayor calado son, muy sintéticamente, dos. La primera, el temor de los mercados, y de los países con grandes reservas de divisas, como China o los exportadores de petróleo o gas, a que el dólar continúe su deslizamiento a la baja, a medida que su deuda pública aumente. Las previsiones para los próximos 10 años apuntan a un déficit anual en el entorno del billón de dólares, y una deuda pública que puede alcanzar el 85% del PIB en el 2016. Dada la muy baja tasa de ahorro de la economía estadounidense, ese enorme agujero tiene que financiarse con ahorro del resto del mundo. Y ahí es donde la disponibilidad para prestar recursos a EEUU, que hasta el 2007 habían mostrado algunos países como China o los de la OPEP, se ha evaporado. Además, a pesar de la retórica de su Administración, un dólar devaluado conviene a la economía norteamericana, que desea reconducir su modelo de crecimiento y orientarlo más hacia la exportación. Y ello añade más motivos de preocupación a los que han acumulado importantes reservas en esa divisa.

La segunda razón es todavía más relevante, y expresa el conflicto creciente entre la potencia emergente, China, y EEUU. Los chinos llevan tiempo pidiendo la sustitución del dólar. Y razón no les falta, cuando afirman que el planeta no puede funcionar adecuadamente cuando la moneda de reserva, aquella que más se utiliza en las transacciones internacionales, la norteamericana, está al albur de las necesidades internas de EEUU. Pero, más allá de la crisis financiera, la posición china sobre el dólar es un elemento más, cierto que de los relevantes, de la disputa sobre la hegemonía estadounidense. Y, en este orden de ideas, China no está sola. El recién elegido primer ministro japonés, Yukio Hatoyama, ha postulado la creación de un espacio económico común y una divisa panasiática (que incluiría las de Japón, China y Corea, entre otras), propuesta que enlaza con las reiteradas peticiones de creación de un fondo financiero asiático, independiente del Fondo Monetario Internacional (FMI). Y con el debate sobre la reforma del mismo FMI, dando mayor peso a China, entre otros países emergentes.

Política y economía encuentran, en el mundo de las divisas y las transacciones exteriores, una de sus conexiones más evidentes. El euro emergió como una concesión de Helmut Kohl a los temores franceses sobre la unificación de las dos Alemanias. Y Gran Bretaña no está en la moneda común, entre otras razones, por presiones políticas de la Administración de Estados Unidos, que no deseaba un gran éxito de nuestra divisa.

El nuevo orden mundial, el nuevo monarca, está naciendo. Y nosotros estamos en la sala de partos. ¿Se resistirá mucho el viejo rey? ¿Sobrevivirá el nuevo? La tendencia, la pérdida de hegemonía de EEUU, está clara. Pero en economía, como en todo lo humano, nada está escrito.


(*)Catedrático de Economía Aplicada, Universitat Autònoma de Barcelona (UAB).


Los secretos de la especulación

¿Por qué baja el dólar?

Por Manuel Freytas
IAR Noticias, 14/10/09

Simultáneo a los anuncios oficiales de salida de la recesión y/o de "recuperación gradual" de la economía global, el dólar estadounidense experimenta una caída constante en su cotización que no parece tener fin. El derrumbe de la divisa estadounidense es paralelo, a su vez, a una recuperación acelerada de las bolsas y de los mercados de especulación financiera acompañada de una revaluación (también constante) del euro y de una nueva escalada  de los precios del petróleo y de las materias primas (incluido el oro). ¿Cómo se explica este cóctel? Fundamentalmente, por la relación del dólar con la especulación financiera, y por el rol (paradójico) que cumple su descenso en la reactivación post-crisis de la primera economía imperial.

A) ¿Porqué sube o porqué baja el dólar?

La ecuación es la siguiente: Cuando caen las tasas de rentabilidad en los mercados financieros y de las materias primas, cuando arrecia la crisis financiera y la venta de acciones, los capitales especuladores, privados o institucionales (incluidos gobiernos) buscan refugio seguro en el dólar y en los bonos del Tesoro de EEUU.

Frente a la crisis financiera (tasas especulativas con bajo retorno) los gobiernos capitalistas y los megagrupos de especulación financiera acumulan reservas en dólares y se refugian en los bonos del Tesoro estadounidense, a la espera de que pase el vendaval económico.

La mayor demanda, a su vez, hace que suba la cotización del dólar y que se revalúe frente a otras monedas. Cuando esos capitales volátiles, superada la crisis o incertidumbre, vuelven a los mercados de la especulación, el dólar comienza descender nuevamente y se deprecia frente a otras divisas fuertes.

Según  The Wall Street Journal,  "el dólar ha declinado porque las señales de mejoría de la economía mundial han aumentado el apetito de los inversionistas por el riesgo" (Léase, recuperada la confianza, los especuladores vuelven a los mercados financieros y bursátiles).

El año pasado, mientras los especuladores se centraban en los mercados energéticos y de las materias primas (produciendo una escalada en los precios del  petróleo y los alimentos), el dólar había batido un récord histórico de devaluación frente al euro y al yen.

Cuando estalló la crisis financiera (derrumbe de los gigantes bancarios) los grandes capitales especulativos (privados y estatales) se refugiaron nuevamente en la compra de dólares y de activos del Tesoro de EEUU, desatando una escalada en la cotización de la divisa estadounidense y provocando la devaluación del euro y del yen.

La decisión del gobierno USA (tanto con Bush como con Obama) de emplear fondos estatales (más de US$ 2 billones)  para el rescate de bancos y empresas quebradas por la crisis, reactivó una nueva "burbuja" especulativa en los mercados bursátiles y financieros, que luego se trasladó a los mercados energéticos y de las materias primas, iniciando nuevamente una escalada en los precios del petróleo y de las materias primas, que vuelven a ser objeto  de la rentabilidad especulativa.

En consecuencia, luego de apreciarse durante la crisis financiera-recesiva, y con la vuelta de los capitales especulativos a los mercados financieros, el dólar retrocede frente al euro al nivel más bajo desde hace catorce meses, desde la quiebra de Lehman Brothers y el comienzo del derrumbe bancario.

En lo que va de año 2009, la recuperación (y apreciación) de la divisa de la Unión Europea frente al dólar ha sido de un 18,64%, agravando la sostenibilidad de la divisa estadounidense como principal moneda de intercambio internacional y aumentando la preocupación entre las  potencias capitalistas líderes que la tienen como principal fondo de reserva.

B) El  nuevo escenario

"En Washington -señala The Wall Street Journal-, el reciente descenso de la moneda (dólar) es interpretado como una señal de que la crisis está perdiendo intensidad. Los inversionistas que, en medio de la crisis, se refugiaron en los bonos del Tesoro estadounidense, considerados más seguros, ahora están vendiendo dólares en busca de inversiones que ofrezcan una mayor rentabilidad".

Según el prestigioso instituto de negocios IE Business Scholl,"Los mercados están descontando que en los Estados Unidos, la política monetaria va a seguir baja y que en Europa se va a endurecer, lo que va a provocar que el euro suba".

Incluso, y como destacan analistas de Wall Street, el descenso del billete verde permite a los especuladores internacionales tomar deuda en dólares, a bajo costo, para luego invertir lo obtenido en otros mercados que ofrecen mayores atractivos de retorno.

El punto de oscilación entre un dólar alto (mayor demanda)  y un dólar bajo (menor demanda) reside en la tasa de referencia de la Reserva Federal de EEUU. Hoy la tasa de la Fed está a niveles cercanos a cero, y los capitales especulativos invierten en mercados y en monedas más rentables como el euro o el yen, que se benefician de la baja cotización del dólar.

La suba de la divisa europea, se beneficia principalmente del denominado "carry trade", mecanismo  por el cual los especuladores toman créditos en monedas que ofrecen un bajo interés (en este caso el dólar),  y luego reinvierten  en monedas que ofrecen un alto interés, como es el caso del euro.

La técnica especulativa del  "carry trade" consiste en endeudarse en una divisa en descenso (divisa de financiación), y luego comprar en una divisa en ascenso (divisa de inversión) apostando a su apreciación en el mercado.

La movida especulativa (una especie de "apalancamiento monetario") consiste en financiarse a bajo costo (con el dólar) y  luego invertir a un alto rendimiento (con el euro). Esto explica el "feed back" por el cual la baja del dólar es directamente proporcional a la suba del euro.

C) ¿Hasta cuándo la caída?

En este escenario, marcado por una dudosa recuperación económica, y por un aumento del déficit y de la desocupación en EEUU,  la pregunta mayoritaria es ¿hasta cuándo durará el descenso del dólar?.

En estos momentos, la Reserva Federal de EEUU (Fed) mantiene la tasa de interés de referencia -que rige al billete verde- en valores cercanos a cero, y esta medida se orienta dentro de una estrategia que busca consolidar la recuperación económica

En la estimación de los más influyentes consultores y analistas, la Reserva Federal va a mantener su política de tasa bajas hasta avanzado el año  2010.

El presidente de la Fed, Ben Bernanke afirmó en varias oportunidades que los niveles actuales se mantendrán  por un período extenso, advirtiendo que las medidas anticrisis (fondos de rescate financiero a los bancos y empresas)  tienen fecha de caducidad: finales del primer trimestre de 2010.

¿Y a qué se debe esta política de tasas bajas que hace descender la cotización internacional del dólar?.

En primer lugar, obedece a la necesidad del gobierno norteamericano de reactivar su economía,  manteniendo los estándares de un "dólar barato" como una estrategia para reactivar la exportación y el crédito orientado a la producción y el consumo.

En las tesis oficiales, la economía estadounidense es como un paciente enfermo que está en terapia intensiva y recuperándose de una grave enfermedad. Subir las tasas, encarecer el precio del dinero, fortalecería al dólar pero a la vez  afectaría a la débil recuperación económica perjudicando al sector exportador y encareciendo el crédito orientado a la producción y el consumo.

Según The Wall Street Journal, "La caída del dólar preocuparía a la Reserva Federal si pareciera que está elevando las expectativas de una inflación más alta en los mercados y los consumidores. Hasta ahora, sin embargo, dichas expectativas no parecen generalizadas, aunque el precio del oro, algunas veces visto como un precursor de la inflación, batió un récord esta semana y se empinó sobre US$1.056 la onza".

La estrategia del gobierno USA con las tasas bajas para posibilitar la reactivación económica, teóricamente prolongaría por un tiempo el descenso del dólar alimentando nuevamente la teorías conspirativas sobre el final del ciclo del reinado de la divisa estadounidense.

D) El dólar en la tormenta

En las proyecciones de la Reserva Federal, en cambio, la recuperación (y apreciación) del dólar está bajo control y solo se produciría cuando se cumplan las pautas de la reactivación de la economía estimulada por el crédito y el reinicio del consumo y de la demanda laboral.

Pero, en la consideración de los principales analistas económicos, la "recuperación" de la primera economía imperial reviste serias dudas por la persistencia de cuatro fenómenos residuales de la crisis: Récord del déficit fiscal, contracción del crédito, baja demanda del consumo y crecimiento del desempleo.

La fórmula se resume así:  El déficit fiscal (caída de la recaudación)  impide la reactivación del gasto social por parte del Estado, la contracción del crédito (destinado a la producción) impide la reactivación del consumo, y el desempleo (despidos masivos por falta de ventas) produce el resultante conflictivo social de la no reactivación plena (pese a un crecimiento débil) de la economía.

Este cuadro de posible reciclamiento de la crisis de la economía real (tal cual como se prevé) podría repercutir a corto plazo  en una nueva paralización de los mercados financieros que podría, a su vez, arrojar nuevamente a los especuladores hacia la compra de dólares, elevando nuevamente su cotización.

Pero hay otro punto en consideración de los analistas: Una posible recaída de la crisis financiera cuando el Estado retire los subsidios oficiales (utilizados para recrear la "burbuja"), lo que llevaría a los capitales especulativos a refugiarse nuevamente en el dólar y en los activos del Tesoro estadounidense.

Este es el escenario probable, que manejan los Estados capitalistas y los megagrupos especulativos internacionales al analizar la conducta a seguir y las decisiones a tomar frente a la actual debacle del dólar.

Según el Financial Times "aquellos que firman el deceso del dólar se enfrentan a una paradoja. Si el dólar estadounidense se va a pique, difícilmente lo hará solo. Cuando el año pasado se desató el pánico en todo el mundo, los inversores recurrieron a la divisa del país con la democracia estable más rica. No demandaron renminbi o rupias. Los mismos problemas que preocupan a los bajistas en relación al dólar podrían terminar siendo las razones para invertir en la divisa".

Es una tesis pragmática que fundamenta la supervivencia (histórica)  del dólar como moneda clave de especulación y de refugio ante las crisis, pero no explica que va a pasar con el sistema capitalista frente a una recaída probable de la primera economía imperial del planeta.

Todavía no hay proyecciones, ni tesis oficiales, ante la posibilidad de que una recaída de la crisis económica y financiera producida por el déficit, el bajo consumo y el desempleo, convierta a EEUU (el dólar) y a la Unión Europea (el euro) en pasto de las huelgas masivas y de los estallidos sociales.

Es un escenario no contemplado por los especialistas del sistema que analizan la crisis y el dólar únicamente por variables económicas.


(*) Manuel Freytas es periodista, investigador, analista de estructuras del poder, especialista en inteligencia y comunicación estratégica.