Estados Unidos

La explotación de los inmigrantes

De trabajadores legales, ilegales y buenos negocios en
la decadente y todavía deprimida economía estadounidense

Por Adán Salgado Andrade
Para Socialismo o Barbarie, 08/01/10

Huichapan, Hidalgo, México.– Regina y Christopher son una singular pareja que por estos días están de visita en este municipio hidalguense, pues vinieron a ver a los padres de ella, quien hace varios años se fue a Canadá a estudiar idiomas. No sólo aprendió francés e inglés, sino que también encontró en ese país su destino.

Justamente conoció allí a Christopher, un bonachón ingeniero mecánico francés casi de su edad. Ambos se enamoraron, por eso del amor a primera vista, se hicieron novios y luego se casaron, en Francia, en la región de Alsacia, en donde vive la familia de él. Actualmente habitan en Wisconsin, en Madison, en una casa que compraron hace dos años, que les costó 150 mil dólares, cuya hipoteca mensual es de 1500 dólares.

Ellos dos son un ejemplo de que aún en medio de la crisis estadounidense, ha habido compañías que prácticamente no han sido afectadas, las menos, o no demasiado como para que sigan desempeñando sus operaciones.

También este matrimonio sale de las estadísticas oficiales de las millonarias cifras de desempleados por causa directa de la crisis, o de los pobres en Estados Unidos, que siempre han estado presentes, país en el cual entre un 13 y 17% de sus habitantes viven por debajo de la línea oficial de pobreza y en donde las familias en las que sus miembros no perciben ningún salario han tendido a aumentar, de acuerdo con la American Comunity Survey, y que han debido sobrevivir con las limitadas ayudas que el estado proporciona, tales como el seguro de desempleo o los vales de comida.

En estados de los más pobres, como Mississippi, las familias sin ningún salario apenas tuvieron ingresos anuales en 2008 por sólo 19473 dólares, 1622 mensuales, muy por debajo del nivel oficial de pobreza considerado para una familia de cuatro personas, el cual ronda los 22,000 dólares.

Y Puerto Rico, el así llamado “estado asociado”, está peor, pues apenas alcanzó los 8984 dólares anuales, 748 mensuales, cifra ubicada por debajo del llamado nivel de pobreza absoluta, definido como aquel en donde las personas que lo padecen no tienen lo suficiente salarialmente ni siquiera para comer.

La organización no lucrativa Feeding America, recientemente dio a conocer un estudio que, basado en estadísticas oficiales, mostró que 3.5 millones de niños de menos de cinco años padecen hambre en EU y en los estados más pobres, con Luisiana a la cabeza, seguida de Carolina del Norte, Ohio, Kentucky, Texas, Nuevo México, Kansas, Carolina del Sur, Tennesse, Idaho y Arkansas, 20% de dichos infantes sufren de dicho problema. Irónicamente este estudio fue financiado por Conagra Foods, un gigante estadounidense de alimentos procesados, cuyas ventas en el 2009 ascendieron a la nada despreciable suma de 12731 millones de dólares (mdd), que le proporcionaron ganancias brutas por 2841 mdd.

O sea que, hablando de buenos negocios, le fue muy bien a esta compañía, a pesar de la crisis, sobre todo por el encarecimiento de los alimentos que desde hace dos años también está afectando a la economía mundial. Conagra Foods, como toda gran empresa que se precie de serlo, cuenta con una fundación cuyo lema es “Nutrámonos hoy para florecer mañana”, según se puede leer en su sitio oficial (conagrafoods.com), y que como es sabido es un excelente modo de deducir impuestos a través de supuestos programas filantrópicos, además de una velada manera de aumentar las ventas de sus productos, muchos de los cuales se harán pasar como adecuadas alternativas nutricionales para las personas hambrientas.

Sólo por ilustrar su estrategia publicitaria, más que campaña filantrópica, se jacta la empresa de que durante varios años ha donado comida nutritiva a personas hambrientas, pero lo ha hecho con sus productos más conocidos como Snack Pack, que es un muy azucarado pudín, Peter Pan, que no es más que química crema de cacahuate, Healthy Choice, una línea de supuesta “nutritiva” comida procesada, como pastas de sabores, Marie Callender, también línea de alimentos congelados, muy vastos en harinas y calorías, Orville Redenbacher, que son engordantes frituras, Hunts, que es su línea de muy procesados purés y salsas de jitomate, Chef Boyardee, que son pastas enlatadas o para “cocinarse” en horno de microondas, Ro*Tel, que son jitomates picados y procesados que, asegura la empresa “son mejores que jitomates naturales”, ¡háganme favor!, David, que son simples pepitas empacadas o Egg Beaters, que son huevos procesados – de hecho estos productos se crearon para que se pudieran aprovechar tantos huevos que se quiebran durante su empaque y manejo –, que nada más se destapa el envase, se vierten en el sartén y listo, nada de molestos cascarones, además de que, también presume la empresa, no contienen el colesterol ni la grasa de las yemas de huevo naturales – lo cual es mentira, pues recientes estudios han demostrado que el huevo contiene bajos niveles de colesterol –, pero se cuida de decir la cantidad de sustancias químicas que ese y todos sus productos chatarra y fast food contienen.

Así, más que caritativas donaciones, sus campañas en realidad pueden verse como estrategias publicitarias para aumentar sus ventas. Incluso no siempre dona, sino que a veces se ofrecen “nutritivos paquetes” a los niños en sus escuelas a muy “módicos precios”. Lo dicho entonces: las fundaciones son para seguir haciendo buenos negocios, aún en la crisis.

Pero volviendo a Regina y Christopher, la feliz pareja de residentes estadounidenses, poseedores de la visa H–1B, que les permite trabajar en EU, accedió a ser entrevistada para el presente artículo.

Regina trabaja en Wanakee, que queda a unos 35 minutos de Madison, y que sólo por automóvil propio puede llegar. “Allí todo mundo debe de tener auto o si no, no puedes ir a ningún lado. Conduce un Mazda de reciente modelo que también están pagando. En ese sitio trabaja en Uniek Inc., una empresa que elabora portarretratos, productos que en esta era en donde un buen porcentaje de fotos son digitales, parecerían anacrónicos, pero nos cuenta que tienen mucha demanda todavía.

“Sí, no sé por qué, pero siguen siendo muy pedidos, para que pongas allí tus fotos. Hace poco trataron de vender digitales, pero fíjate que tenían virus y te infectaban tu computadora si le conectabas la USB que hubieras usado para descarga tus fotos… eran chinos, sí, y pues por eso no se siguieron vendiendo”.

Uniek fabrica portarretratos de plástico, de los baratos, de cinco o diez dólares. En su página electrónica (www.uniekinc.com) puede leerse “Because everyone has their own Uniek style”, en un juego de palabras que alude a la homofonía de la palabra inglesa “unique” con esa marca. Los productos que elabora la empresa, de acuerdo con la información de su página, son marcos, espejos, álbumes y manualidades.

“Sí, tenemos portarretratos de hasta 25 dólares, pero ya son los más grandes”, me dice Regina. Pero la empresa sólo fabrica la mitad de lo que vende, que son los marcos más baratos de plástico, porque el resto, la otra mitad de lo que comercializa, son portarretratos y otros productos que importa – ¡de dónde más! – de China.

“Sí, son de madera, de metal… sí, ya sabes, es porque sale más barato comprarlos allá que fabricarlos… es lo que hacen muchas empresas, ¿no?” En efecto, se refiere a la “baratijarización” que estamos experimentando en todo el mundo, sobre todo en medio de esta crisis, en donde si se trata de mantener un determinado nivel de consumo, sólo es posible si se venden artículos baratos, baratijas, pues, sobre todo chinas, cuyos estándares de calidad, en general, dejan mucho que desear.

Y nos platica Regina que el 80% de las ventas de Uniek son nada menos que a Wal–mart, esa cadena de supermercados estadounidense que ha adoptado exitosamente la filosofía de vender justamente baratijas muy baratas y en grandes cantidades, aunque no reúnan calidad. De hecho, del total de artículos chinos de todas clases vendidos en EU, esa cadena de supermercados por sí misma importa casi el 20%. En México, para ilustrar la mala calidad de muchos de los productos comercializados por Wal–mart, he adquirido, por ejemplo, zapatos que a la semana se les ha despegado la suela o accesorios automotrices que en pocos días dejan de funcionar o aparatos electrónicos, como dvd’s o minitelevisores, que salen defectuosos y son de efímera duración.

Y con respecto a los empleados de Uniek, nos dice Regina que contratan solamente estadounidenses o inmigrantes legales. “Mira, yo trabajo en recursos humanos de la empresa. Y seguido estamos contratando, pues los trabajadores nos duran poco, hay mucho movimiento de personal.

Y con eso de que deben de ser todos legales, pues sólo blancos o de color o inmigrantes legales podemos contratar, pero los blancos o los de color nos duran poco, pues les da flojera, en serio, o siempre dicen que están enfermos y se reportan, y a las nueve faltas por año los damos de baja.

En cambio los latinos son los más trabajadores, pero ahora sólo legales contratamos. Los debemos de investigar con la Employment Eligibility Verification Form, la I–9, que es una clave que metes en la computadora y que te dice si sus papeles son legales o no. Y pues ya si los contratas, hay tres niveles de salario: 8.50, 9.50 y 10.50 la hora, que son éstos los mejor pagados, pero con eso no la hacen, de verdad, pues no vives en Estados Unidos con diez cincuenta la hora. Todos deben de trabajar doble turno.

Fíjate que unos entran aquí a las 7 y salen a las tres y se van a su otro trabajo, en donde entran a las tres y media y salen hasta las once y media de la noche. Y en los fines de semana también hacen otros trabajos, como cuidar niños o la limpieza en casas. Y sí contratamos ilegales, pero son subcontratados”.

Eso lo hace Uniek a través de una empresa que se llama The QTI Group. En su página de Internet, www.qtigroup.com, en la que por supuesto que no menciona que contrata a ilegales – eso me lo confió Regina –, que está ilustrada con la foto de un joven de marcados rasgos asiáticos, puede leerse su eslogan publicitario: “Tenemos talento para los negocios”. Y sólo se puede acceder ya sea como buscador de empleo o cómo solicitante de empleados. Entré como solicitante de empleo. Me recibió un titular que dice “Cualquiera puede ayudarle a encontrar un empleo. (Pero) Nosotros lo ayudamos a adaptarse, a crecer y a triunfar”.

Y ya viene una perorata en donde queda claro que es una agencia de empleos que se jacta de ser muy efectiva. A continuación está el formato para registrarse y ser miembro activo de su base de datos de personas que buscan trabajo. Por cierto que a un lado del registro se halla una muy ilustrativa miniencuesta de una sola pregunta en donde se cuestiona a los usuarios qué piensan con respecto al mercado laboral. Se les pide que respondan qué consideran que sucederá y se dan cuatro opciones: a) está mejorando, b) está igual, c) se pondrá más difícil y d) no estoy seguro. Y ya si uno responde, se le ofrecen los resultados obtenidos hasta ese momento: a) 12%, b) 25%, c) 54% y d) 8%, lo que demuestra que, al ser mayoritario el porcentaje de personas que piensan que conseguir un trabajo será aún más difícil, aleja todavía bastante el optimismo gubernamental estadounidense de que “EU ya está saliendo de la crisis”. Y tan no es seguro que la crisis esté quedando atrás, que aún siguen altos los índices de desempleo, muy cercanos al diez por ciento, con varias áreas que tienen hasta 15% de desempleados (en algunas áreas urbanas, como Yuma, en Arizona, el desempleo es casi del 30%). Además, muchos analistas económicos temen un rebote de la crisis, el llamado efecto “W”, o sea, hay una aparente recuperación, pero de nuevo vuelve a caer toda la economía en poco tiempo.

Muy caro le saldrá a Obama haber rescatado a los barones del dinero (ver mi artículo “El convenenciero capitalismo salvaje” en mi blog: adansalgadoandrade.blogspot.com) con recursos públicos obtenidos de una brutal alza tributaria (según me platica una buen amiga que habita en una zona rural de Carolina del sur, los inspectores gubernamentales cobran hasta por que la gente tenga gallineros y el impuesto sube dependiendo del material con que estén hechos, lo que ni en este México neoliberal de mal administradores panistas ha sucedido… ¡hasta ahora!).

Regina continúa la plática. “Mira, contratamos gente de QTI porque nos sale más barato. Es que cuando la empresa necesita personal temporal para que trabaje quince días o un mes, pues se hace eso de subcontratar. Más o menos la mitad de los trabajadores de Uniek son temporales, y se los contratamos a QTI. Se les paga a diez dólares la hora y ya, no tienes que pagar nada más, ni prestaciones, ni salarios extras, ni nada.

Bueno, en realidad, los diez dólares se les da a QTI y ésta es la que les paga a los trabajadores que nos alquila. Sólo les da ocho dólares la hora y se queda con dos, pues es lo que les cobra por comisión… ¡ese es su negocio! Y, como te digo, muchos son ilegales y lo sé porque ellos mismos me lo dicen y te das cuenta por la forma tan dócil en que se comportan, son muy trabajadores y a todo lo que les pides, te dicen que sí, no te ponen peros”. Así que a pesar de tanta persecución a los ilegales y de leyes cada vez más estrictas en contra de ellos o de las empresas que los contraten, en realidad siguen siendo bastante útiles a la mermada economía estadounidense (su actividad constituye el 4% del PIB de EU, además de que devengan impuestos por 54000 mdd anualmente), aparte de que gracias a ellos, empresas de dudosa calidad ética, como QTI, se hacen de un lucrativo negocio explotando a tanto necesitado, desprotegido indocumentado, razono. Y en realidad lo que tantas restricciones han logrado es todavía abaratar más el trabajo de los ilegales, así como el que prácticamente carezcan de protección legal contra abusos y situaciones de trabajo riesgosas o accidentes, como nos platica Regina.

“No hace mucho, hubo un trabajador mexicano, un muchacho de veinte años, que tuvo un accidente al operar una máquina y se voló un pedazo de dedo.

Pues fíjate que yo no lo podía auxiliar porque me dijo mi jefe que como no era contratado directamente por Uniek, si algo más grave le sucedía si yo lo auxiliaba, hasta QTI me podía demandar. Y lo que hice fue que llamé a un taxi para que se lo llevara a un hospital, pues de QTI nadie venía para auxiliarlo… se la pasó 40 minutos esperando el pobre y por eso le llamé un taxi.

Y como le dije que me hablara para ver qué pasaba, ya el muchacho luego me habló, que ya no le habían podido pegar el pedazo de su dedo, pero que estaba bien, fíjate, pobre, sin su dedo, y que me daba las gracias… y ya no sé qué haya pasado con él, pues porque como era ilegal, de seguro la empresa nada más le pago sus curaciones y lo ha de haber despedido o echarle a la  migra, sí… así hacen con esos pobres indocumentados”.

Platica que hay muchas contradicciones en las leyes laborales, pues aunque Uniek no puede contratar ilegales, debe de hacerlo con personas que, por ejemplo, tengan antecedentes penales, por eso de la no discriminación laboral, pero eso es absurdo, pues entonces no debieran rechazarse a los indocumentados, pienso. “Hace poco llegaron tres personas con antecedentes penales y uno de ellos había estado veinte años en la cárcel y había salido hacía poco. Le pregunté que por qué lo habían encerrado y me dijo ¡que porque había matado a alguien! Los otros dos, uno había robado, y el otro era un violador… ¡y pues fue a éste al que tuve que contratar porque eran mejores sus aptitudes que las de los otros dos! – exclama Regina, risueña –… pero, imagínate, yo me puse a pensar que a ver si no volvía a violar a alguien… en serio, no sé, como que tienes un prejuicio contra ellos, a lo mejor ya no te hacen nada, pero no dejas de verlos con desconfianza. También una ocasión contraté a un hombre, un blanco, que dejó de ir varios días y pues lo dimos de baja y que le llamo para decirle que ya no se presentara porque ya estaba fuera y que nos hicimos de palabras y hasta de pleito salimos. Y luego mi jefe me dijo que era militar, que tuviera cuidado con  él, que porque son muy violentos, y pues que me preocupé, y hasta ganas me daban de hablarle para pedirle una disculpa, no me fuera a hacer algo o a demandarme.”

Y es que como en ese país tan supuestamente legal, todo mundo quiere demandar, hay que tener  mucho cuidado. “Sí, había un hombre de color, como de unos 22 años, que estaba en unas máquinas de moldes, y se quedaba dormido a cada rato y a la tercera vez que le llamamos la atención, pues que lo despedimos y que nos demanda que por discriminación hacia su raza… hazme favor.

Y otra señora un día me llama para decirme que se mudaba y que ya no iría a trabajar y pues yo le dije que estaba bien, que le agradecía que nos avisara, pero luego volvió a llamar diciendo que regresaba a trabajar y pues le dije que ya había pasado una semana y que ya la había dado de baja, porque me había dicho que se iba a mudar y que también demanda a la compañía, pero durante el juicio, yo declaré que ella había llamado para renunciar y que el juez le pregunta eso y ya ella le dijo que así era y quedó sin efecto la demanda.

Y otro muchacho, un gringo, que se encargaba de manejar un montacargas, un día se accidentó porque estaba drogado con marihuana, y pues que nos demanda, que porque lo estábamos discriminando y que exigía una fuerte indemnización… y en esas estamos,  pero los abogados de Uniek están aludiendo a que estaba drogado… y parece que estamos por ganarle, sí”. También deben de contratar a ex militares o respetarles el lugar a los trabajadores que se enrolen voluntariamente en el ejército. “Por ejemplo, había dos obreros que se fueron a pelear a Irak y les tuvimos que respetar sus lugares hasta que regresaron, ¿cómo ves?”. Así que un ex convicto es más importante y tiene más derechos que un ilegal, aunque haya asesinado o violado. Son las contradicciones en que cae la sociedad estadounidense por pretender mostrarse como “muy democrática e igualitaria”. ¡Hipocresía pura!

Sí, como el hecho de que, como señalé antes, de todos modos se siguen contratando a trabajadores ilegales, como me dice Regina. “Pero fíjate que aunque digan que ya no se puede contratar ilegales, empresas como McDonalds lo siguen haciendo, yo conozco a varias personas que trabajan allí y que no tienen papeles.

Y no creas que es por lo de las restricciones que Uniek dejó de contratar a ilegales, sino que fue porque hace como tres, cuatro años, hicieron todos los latinos una gran marcha para exigir que los legalizaran y que respetaran sus derechos laborales, y como casi todos los trabajadores de la empresa en ese tiempo eran ilegales, pues Uniek tuvo que cerrar unos días, sí, ¿cómo ves?” Se refiere Regina a la gran marcha de inmigrantes, especialmente latinos, que tuvo lugar el 29 de marzo, seguida de otras movilizaciones. Sólo en Los Ángeles, California, se estima que medio millón de inmigrantes legales y no legales concurrieron a esa magna convocatoria. Pero según nos cuenta ella, al parecer en algunos lugares y empresas, fue contraproducente dicha marcha, como Uniek, pues los dueños pensaron que si eso pasaba, se quedarían sin trabajadores y por eso mejor optaron por contratar a puros legales. En fin, son los imprevistos que cualquier lucha o reivindicación social suele enfrentar, considero.

Y regresando a las ventas de Uniek, dice Regina que “si Wal–mart nos dejara de comprar, la verdad quebraríamos y por eso se están buscando otros negocios, aunque sean chicos, para ya no depender tanto de esa empresa” En efecto, son tan caprichosas las estrategias comerciales de esa compañía que muchas veces se deshace de la noche a la mañana de sus proveedores.

Sobre su horario de trabajo me dice Regina que “yo laboro de 8 de la mañana a 5 de la tarde. Y como soy bilingüe, pues por eso me requieren mucho, porque debo de tratar con gringos o latinos, y ya llevo tres años. Es que en muchas partes de Estados Unidos, si los estadounidenses no hablan español, pues no son contratados, aunque no lo creas. Yo tuve que contratar a un gringo que fuera bilingüe, pero aunque me decían los solicitantes que lo eran, a la hora de hablar con ellos, la entrevista en español, resulta que ni siquiera me entendían que ‘si hablas español’ o ‘dónde lo aprendiste’… ¿cómo ves? Y uno me dijo que sólo sabía decir ‘hola’, ‘perro’, ‘cosa’… sí, ¿cómo ves?… pero, bueno, nosotros a pesar de la crisis seguimos vendiendo portarretratos, pero sigue duro todo, de verdad”, agrega la guapa hidalguense, con una reflexiva mirada.

Y sobre sus ingresos, Regina platica que gana en Uniek 1000 dólares por quincena, pero le descuentan casi 400 dólares. “Sí, me descuentan un montón, y más porque estoy registrada como soltera y a los solteros nos descuentan más, ¿cómo ves?” Sí, claro, el rescate de Obama, como dije antes, cuesta y por eso han ido subiendo tanto los impuestos.

Christopher, como comenté, es francés. Tanto él como Regina están como residentes con permiso laboral en EU. Trabaja en Brodhead, a unos 45 minutos en auto de Madison, en Kuhn, una empresa francesa de implementos agrícolas. En su página electrónica, kuhn.com, se muestra que la compañía opera prácticamente en todo el mundo. Según Christopher, sus ventas anuales mundiales son del orden de los mil millones de dólares y está en el quinto lugar en cuanto a importancia, por debajo de compañías como la estadounidenses John Deere o Massey–Fergusson o la alemana Claas, por lo que podría clasificarse como una compañía relativamente grande.

Sin embargo, también ha sido golpeada por la crisis. Tenía en su planta de Brodhead 560 empleados, y ya sólo trabaja con 400. “Nosotros hacemos principalmente las máquinas que jalan los tractores, que sirven para hacer las pacas de pasto o también las que mezclan el alimento para las vacas. A mí me pagan 20 dólares la hora, y trabajo de 8 a 5 de la tarde. Y es más o menos buen salario. “A los obreros de la empresa les pagamos 12 o 13 dólares y a los soldadores hasta 15 la hora, porque son muy demandados”, nos comenta. Platica que a pesar de la crisis, comienza a verse una ligera mejoría, pues de nueva cuenta los agricultores están sembrando cereales o produciendo leche.

“Es que el año pasado bajaron los precios de todo, maíz, leche… pero este año han comenzado a mejorar”, dice, pero me parece extraño que los agricultores estadounidenses se hayan quejado de los bajos precios de los alimentos, si justamente desde el año 2008 éstos han subido estrepitosamente, y es una de la  causas que en la actualidad el mundo padezca aún más hambre, por la carestía alimentaria, además de que se emplean millones de toneladas de cereales cada año para elaborar los así llamados biocombustibles (que ya se ha demostrado que no ayudan a disminuir la contaminación ambiental, sino que eso se está haciendo para generalizar el empleo de los cultivos transgénicos y además para enfrentar el agotamiento de energéticos como el petróleo. Ver mi artículo “Biocombustibles: imposición transgénica, no alternativa ecológica”), lo que también contribuye a fomentar la escasez y encarecimiento de los productos agrícolas.

Brodhead, en donde se encuentra la planta estadounidense de Kuhn, es un pueblo pequeño. Casi todos los trabajadores son de allí, dice. “Aunque también contratamos de otras partes, pero cuando va una persona a solicitar trabajo, evitamos darles a los ex trabajadores de General Motors, pues están acostumbrados a trabajar poco y a ganar mucho. Allí solamente apretaban botones o jalaban palancas, nos escriben en sus aplicaciones, y en Kuhn la gente es muy experimentada” dice Christopher, sonriendo. Sí, interviene Regina, “en sus solicitudes, si son de General Motors, que ahorita despidieron muchos, por lo de la crisis, tampoco los contratamos en Uniek porque son muy flojos, en serio”.

La labor de Christopher es la de planear y decidir qué máquinas se necesitan en las actividades agrícolas y cuáles deben de fabricarse. “Una que sugerí, fue para empacar pasto y otra, para mezclar el alimento para las vacas. Tengo un equipo de doce personas, que son las que coordino, para que se encarguen desde el diseño de la nueva máquina hasta su construcción”, nos platica con su afrancesado, casi perfecto español, que ha aprendido gracias a la dedicación de Regina de enseñárselo. Y me dice que los precios de las máquinas son muy variados, pues van desde los cinco mil dólares, que son las que hacen pacas de pasto, hasta los 200,000 dólares, que son para lo mismo, pero más grandes y completamente computarizadas y automatizadas. También las hacen que van montadas en camiones. “¿Y qué pasa cuando una de esas máquinas que montan en camiones sale defectuosa?”, le pregunto, y me responde que cuando se da el servicio por las garantías, si el camión sale defectuoso, la empresa que se los vendió, se encarga de éste, y si es la máquina, es Kuhn quien se encarga de repararla. “Aunque nuestros estándares de calidad son muy altos”, se jacta Christopher. Para enfatizar lo dicho, comenta que en la planta de EU, Brodhead, Kuhn fabrica alrededor de 30 máquinas por mes, casi cuatrocientas al año, y a nivel mundial, la empresa fabrica unas 80000 con sólo 3000 empleados, así que digamos que en términos de eficientismo capitalista, esa compañía logra producir mucho con pocos, muy selectos trabajadores. “Somos muy eficientes”, agrega Christopher, sonriendo, quien estudió ingeniería mecánica en Paris y le encanta su trabajo.

Ambos se tomaron unas muy merecidas vacaciones en la tierra de Regina. Christopher tiene tres semanas. “Yo tengo sólo dos semanas de vacaciones, pero ahora me voy a tomar una más, sin paga”, confiesa Regina, resignada. “Es que no te queda más que cuidar tu empleo, aunque sepas que te están explotando mucho, pero no queda de otra, ahorita, a como están las cosas”.

Y por lo menos ellos continúan teniendo trabajo, a pesar de la hecatombe económica, no sólo estadounidense, sino mundial, que día con día tiende a engrosar la lista de los millones de desempleados que muy difícilmente volverán a encontrar trabajo pronto (tan solo en EU más de 800,000 inmigrantes perdieron su empleo en 2009. Ver mi artículo “El regreso sin gloria del otro lado de un indocumentado mexicano”).

Les agradezco la entrevista y les deseo que conserven por largos años sus empleos… ¡algo que también a mí personalmente me deseo!

Contacto: studillac@hotmail.com