Estados Unidos

Puentes que colapsan, alumbrado público apagado, corte de servicios básicos: el declive de una superpotencia

Estados Unidos en el Tercer Mundo

Por Luiza Ch. Savage
Maclean's.ca, 14/09/10
Traducido por Gus Canadian para Socialismo o Barbarie

En febrero, la dirección de comisionados del condado de Ashtabula en Ohio se enfrentó con una escena familiar a todos los gobiernos locales a lo largo de Estados Unidos: el achicamiento del presupuesto. Empezaron cortando los gastos y redujeron el presupuesto del sheriff en 20 por ciento. La planta permanente de la policía local que años atrás tenía 112 miembros, y que ya había sido reducida a 70, fue achicada otra vez a 49 policías y a sólo un patrullero para un condado de 1900 kilómetros cuadrados sobre la costa del Lago Erie.

El sheriff departamental se adaptó. “No tenemos patrulleros. No hay nadie recorriendo las calles. Respondemos solo a los llamados de hechos que se están cometiendo. No actuamos en delitos contra la propiedad”, contó a Maclean's el sheriff Ron Fenton. El condado tuvo alguna vez una división de investigación de narcóticos “muy proactiva.” Ahora, no hay más división de investigación. “Nos quedamos con un solo oficial de evidencia, quien esta a su vez a cargo de la oficina en caso de que alguien quiera hacer una denuncia contra la propiedad”, dijo Fenton. “La gente esta siendo robada en sus propiedades, sus viviendas saqueadas y nadie esta investigando. Estamos, básicamente, escribiendo los informes para las compañías de seguro.”

Si un condado sin policía parece un raro retroceso hacia un pasado lejano que se asemeja al momento de la expansión de la frontera en la historia estadounidense, no es un caso único. “La vuelta hacia la edad de piedra” es el nombre de un seminario organizado en marzo por ingenieros civiles de la Universidad Purdue de Indiana dirigido a supervisores de condados interesados en ahorrar dinero transformando las calles con pavimento deteriorado en calles de pedregullo.

Mientras que en los hechos solo algunas calles de pavimento han sido transformadas a pedregullo, “hay un número sustancial de discusiones en marcha”, dijo a Maclean's John Habermann, quien maneja el programa en Purdue que ayuda a gobiernos locales a cuidar las obras de infraestructura. “Hemos presentado un montón de argumentos para que los supervisores puedan explicar lógicamente a los políticos electos cuando las circunstancias lo ameriten”, dijo. El estado de Michigan mantuvo también conversaciones similares. Ha convertido al menos 50 millas de calles pavimentadas en calles de pedregullo.

Bienvenidos al nivel piso de la crisis económica estadounidense. La tasa de desempleo es 9.5 por ciento. Uno de cada diez propietarios esta atrasado en su hipoteca. La venta de inmuebles esta en el nivel más bajo. Mientras la economía ha estado creciendo por varios trimestres, el crecimiento es anémico–solo 1.6 por ciento en el segundo trimestre de este año–y generando pocos puestos de trabajo. Aun con tasas de interés sorprendentemente bajas, hay ansiedad acerca de la posibilidad de una recesión en W (double–dip: recesión–crecimiento–recesión).

Las ventas de casas en general están en sus niveles más bajos en 15 años y la venta de casas nuevas se derrumbó este verano hasta el nivel más bajo de la historia. Los impuestos a la propiedad y a las ventas se han achicado. Y esto se hace notar muchísimo más a nivel de los gobiernos locales, donde los burócratas están siendo forzados a enrollar los emblemas de la civilización moderna.

Cincinnati, Ohio, esta suspendiendo la recolección de residuos y la limpieza de nieve y arreglando cada vez menos baches. Dallas no esta juntando la basura en los parques públicos. Flint, Michigan, despidió 23 de los 88 bomberos y cerró dos estaciones de bomberos.

En algunos lugares es literalmente la Edad Oscura: la ciudad de Shelton en el estado de Washington decidió seguir el ejemplo de otras varias ciudades y la semana pasada apagó 114 de las 860 luces de alumbrado público. Otras ciudades cortaron el servicio de colectivos y las horas de atención de las bibliotecas publicas. En otras las escuelas incrementan los alumnos por aulas y los docentes son despedidos. Algunos distritos escolares están cortando o la duración de la jornada escolar, o la semana o el año y en los hechos dándole vacaciones a los alumnos.

La Asociación Nacional de Condados estima que los gobiernos locales eliminaran alrededor de medio millón de trabajadores en el próximo año fiscal y los departamentos más afectados serán seguridad, obras públicas, salud, servicios sociales y parques y recreación. Una encuesta de la asociación de condados, la Liga Nacional de Ciudades (National League of Cities) y la Conferencia Americana de Intendentes (Mayors) de 270 gobiernos locales encontró que el 63 por ciento de las localidades están haciendo recortes en seguridad y obras públicas.

En agosto el congreso aprobó un estimulo de u$s 26 mil millones dirigido en parte a salvar puestos docentes. Pero esto es un dedo tapando un dique. Jacqueline Byers directora de investigación de la asociación de condados dijo que muchos gobiernos locales todavía tienen que hacer frente al fuerte impacto de la crisis inmobiliaria en los ingresos municipales porque las reevaluaciones de propiedades se realizan cada tres años.

Una transformación fundamental ya esta en camino. “Cuando salgamos de esta recesión vamos a ver al gobierno funcionando muy diferente”, dice Byers. “Estamos viendo más asociación publica–privada de la que hemos tenido en cosas como recreación y parques. Ya estamos viendo la privatización de las bibliotecas. Entregan la biblioteca en alquiler a corporaciones privadas que emplean trabajadores que no tengan que pagarle jubilación o beneficios de salud.” O también podrían hacer como en el condado de Hood River en Oregon, en donde en agosto se cerraron de un saque las tres bibliotecas.

Algunos gobiernos están buscando maneras creativas de reemplazar la disminución de impuestos por propiedad y ventas. Enfrentando una caída de mil millones en el presupuesto, el condado de Montgomery en Maryland apeló a esponsors corporativos para que se acerquen y se hagan cargo de los baños públicos portátiles en los parques. Al final los baños fueron salvados por una combinación de empleados jubilándose anticipadamente, unos pocos esponsors privados, y negociando un descuento con el proveedor, Don's Johns.

Mientras tanto, el sistema escolar del condado, con una alta reputación por sus elevados estándares y rendimiento en las pruebas nacionales, tomó un camino inusual vendiendo el programa educativo a una editorial de textos escolares privada, Pearson, por 2,3 millones y royalties del 3 por ciento en las ventas. Como parte del acuerdo, las aulas pueden ser usadas como “showrooms” en donde, como algunos críticos dicen, transforma a los estudiantes y a los docentes en vendedores de la corporación. Pero como le dijo el inspector de educación Jerry Weast al Washington Post, “miro a esto con la perspectiva de que estamos quebrados.”

Estos cortes en infraestructura y educación no son solo temporarios ajustes de cinturón en respuesta a la recesión. Amenazan con un daño a largo plazo a la fundación de la economía estadounidense–una fundación que ya ha sido erosionada. Cuando el puente de la autopista interestatal 35 en Mineapolis colapso en el 2007 matando a 13 personas e hiriendo a 145, la Sociedad Americana de Ingenieros Civiles alertó que el déficit de infraestructura de las autopistas y puentes construidos después de la Segunda Guerra era de 1600 billones de dólares. Más de un cuarto de los puentes fueron considerados estructuralmente deficientes o funcionalmente obsoletos. Para agregar, caños de vapor han explotado en Nueva York y los diques fallaron en Nueva Orleáns.

A pesar de posicionar a los Estados Unidos como una super potencia sin rivales en el mundo, las comparaciones internacionales muestran que esta cayendo en un montón de frentes. En educación se esta quedando atrás en casi todo, desde ciencia e ingeniería hasta alfabetización básica. Cuando alguna vez tuvo la proporción más alta de adultos jóvenes con educación universitaria ahora esta en el puesto 12 de acuerdo al College Board, una asociación de instituciones educativas. (Canadá esta ahora primero).

En el 2001, los Estados Unidos estaban cuartos en el uso de banda ancha de Internet; ahora se encuentran en el puesto 15 entre 30 países, de acuerdo a la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico. “Estuvimos por tres décadas haciendo recortes en compromisos públicos y en el gasto publico, y esto empezó con Reagan. Ahora estamos viviendo con lo que se produjo y sus consecuencias”, dice Michael Bernstein un historiador económico de la Universidad Tulane de Nueva Orleáns.

Mientras tanto, prolongados índices de desempleo están haciendo estragos en las familias, y lo seguirán haciendo en los años venideros. Estudios han demostrado que cuanto más una persona esta desempleada más difícil se les hace conseguir un empleo–particularmente porque sus habilidades se deterioran y también porque los empleadores comienzan a sospechar porque alguien ha estado sin empleo por un año.

“Estados Unidos esta incrementando una sub–clase de individuos que estarán menos empleables, menos integrados, más objeto de comportamiento criminal y demás–y probablemente serán parte de un problema más grande de pobreza estructural en el país también”, dice Sherle Shenninger, directora del programa de crecimiento económico de la Fundación Nueva América, un think–tank de Washington.

Arianna Huffington ve una situación aun más dificultosa emergiendo de las entrañas de las malas noticias económicas. “Así como vemos como la clase media se precipita, para mí esta es una gran indicación que nos estamos transformando en un país del tercer mundo”, dijo Huffington, fundadora del Huffington Post, en una entrevista. “La característica más notable del tercer mundo es que tenés a las personas que están arriba de la escala y después todo el resto–no tenés una clase media con movilidad social”, dice Huffington, autora de un nuevo libro Third World America: How Our Politicians Are Abandoning the Middle Class and Betraying the American Dream (Tercer Mundo América: Como nuestros políticos están abandonando a la clase media y traicionando el sueño americano).

Estados unidos se esta moviendo de “los Jetsons (un cartoon futurista) a los Picapiedras”, argumenta. “El sueño americano estuvo siempre basado en la idea que podías trabajar duro y que te iría bien y a tus hijos le iría mejor. Ahora nos enfrentamos con una movilidad hacia abajo. Tenés el fenómeno de un número sin precedentes de graduados universitarios quienes no pueden conseguir trabajo.” Los recortes actuales en educación y infraestructura hará las cosas peor dice Huffington. “Están haciendo las dos cosas, dañando a las personas en el presente y básicamente recortando tu crecimiento económico y prosperidad en el futuro.”

Pero el problema no es simplemente el producto de la actual recesión o la crisis financiera del 2008. Se entiende ahora perfectamente que por años los estadounidenses vivieron más allá de sus posibilidades con dinero prestado. La burbuja inmobiliaria permitió a muchos propietarios solicitar préstamos garantizados por propiedades con precios inflados, dándoles a las familias la idea de que su riqueza estaba aumentando. Fue todo un milagro. Bajas tasas de interés y crédito fácil permitieron a los consumidores que gasten con entusiasmo, escondiendo el hecho de que el estándar de vida y sus ingresos se estaban estancando y la inversión pública y privada estaba quedando rezagada.

Por toda la última década, la generación de empleo en el sector privado fue muy lenta. Combinado con la recesión y la perdida de empleo, hay ahora la misma cantidad de puestos de trabajo privados como había en 1999, una década atrás, mientras la población continua creciendo. Y los ingresos se estancaron por toda la década–el periodo más largo desde que el Censo lleva el registro del ingreso familiar. “Hay ciertamente una seria erosión en el contrato social americano y el sueño americano para la gran mayoría de estadounidenses”, dice Shenninger. “Hay una línea preocupante que el sector privado no haya sido capaz de generar más puestos en toda una década.”

Mientras la productividad de los negocios aumento–los trabajadores aumentaron la producción por hora de trabajo–esto no siguió el modelo tradicional y se trasladó en salarios más altos. “Del ochenta al noventa por ciento del aumento de la productividad fue para incrementar la ganancia de las corporaciones–lo que hizo que para que las familias trabajadores pudieran llenar esa brecha en la demanda, recurrieron a altos precios inmobiliarios y deuda”, dice Shenninger. Los trabajadores perdieron la habilidad de negociar sus salarios porque competían con trabajadores europeos, asiáticos y de otros sectores emergentes quienes tenían menores sueldos. Mientras tanto las ganancias corporativas explotaban.

Clyde Prestowitz, un ex encargado de negocios de Reagan y presidente del Instituto de Economía Estratégica, dice que el centro del problema se le apareció a él un día del año pasado cuando leyó en el mismo periódico que China estaba lanzando la construcción de un nuevo tren de alta velocidad mientras que en Pittsburg estaban considerando incluir un nuevo impuesto en el arancel universitario para poder solventar las jubilaciones de los empleados municipales. “Pensé, los chinos están fabricando trenes records y nosotros les cobramos impuestos a los muchachos que van a la universidad!” dice Prestowitz. “Hemos estado en declive por bastante tiempo–no lo hemos reconocido y nos estuvimos engañando a nosotros mismos. Pero hemos llegado a un punto en el que es difícil no ver.”

Hay numerosas teorías que describen el camino que Estados Unidos tomó para llegar hasta aquí. Prestowitz culpa a la manera en que Estados Unidos encaró el comercio y la globalización. Un ex negociador de comercio quien trabajó en el desarrollo del NAFTA y aconsejó al secretario de comercio de Ronald Reagan, argumenta que la raíz del problema es la inocencia americana a largo plazo acerca del comercio mundial, un caso que el establece en su libro The Betrayal of American Prosperity (La traicion de la prosperidad americana).

Los estadounidenses están perdiendo sus trabajos no solo por la competencia con los bajos salarios de las economías emergentes, sino por las políticas estratégicas que están aplicando otros gobiernos para dominar sectores críticos de la economía, o para mantener el valor de sus monedas bajo para promocionar las exportaciones. “Otros países reconocen la importancia de las economías de escala y promueven el desarrollo de ciertas industrias, sean estas paneles solares, o semiconductores, y nosotros no lo hacemos”, dice Prestowitz.

Plantas de alta tecnología y laboratorios de investigación como Intel, Applied Materials, General Electric y BP han estado mudándose a China porque los chinos les están ofreciendo subsidios en forma de energía gratis, infraestructura gratis, reducción de impuestos y el pago discontinuo de otros servicios. Prestowitz presentó su argumento a principios de año en un encuentro con economistas de la Casa Blanca quienes estaban debatiendo la promoción de energías alternativas y tecnología de baterías.

“Mi posición fue que si van a gastar toda esa cantidad de dinero y no van a hacer nada respecto a la manipulación de monedas por parte de China, Corea del Sur, Singapur, Taiwán, Malasia y Tailandia, si no van a hacer nada acerca de los incentivos que les ofrecen a compañías como Applied Materials, si no van a hacer nada con todas estas cosas y solo le van a dar plata a algún fabricante de baterías entonces olvídense, ese dinero se va por un agujero.”

Prestowitz acusa a las sucesivas administraciones estadounidenses por sacrificar asuntos de comercio por geo–política. “La prioridad más alta para un gobierno estadounidense es la seguridad nacional. Necesitamos una base en algún lado o un voto en Naciones Unidas y hacemos concesiones económicas”, dice. Ejemplo A: “El gobierno de Obama se echó para atrás en vez de llamar a China un manipulador de moneda”, Prestowitz protestó.

Huffington, por otra parte, acusa a las políticas económicas dictadas por los políticos: primero los republicanos que favorecieron a las personas de mayores ingresos y a las corporaciones, y ahora los demócratas por negarse a rever el daño. Como candidato, Barack Obama acusó a George W. Bush de ignorar a la clase media, puntualiza. Pero ahora Huffington critica a Obama por hacer campaña dándole prioridad a la clase media y luego fallarle en la Casa Blanca. “Lo que pasó fue que eligió a un equipo económico que su foco principal era Wall Street y quienes dramáticamente desestimaron la profundidad de la crisis”, dice. “El énfasis ha sido en arreglar Wall Street, el cual fue rescatado sin ningún cable atado, y entonces se dieron vuelta y cortaron los prestamos en vez de prestar más.”

Shenninger apunta en parte a la política exterior: llevando a cabo guerras lejanas en vez de gastar el dinero en casa. “Nuestras prioridades están horriblemente distorsionadas”, dice. “Gastamos billones en plantas de energía en Iraq y la mayoría del dinero se esfumó. Estamos gastando billones de dólares tratando de construir escuelas en Afganistán. Pero no están dispuestos a prestar dinero a tasas de interés históricamente bajas para mantener a los maestros en sus trabajos o mejorar obras de infraestructura en casa.”

Cualquiera fueran las causas, la solución no esta clara. Mientras algunos críticos están pidiendo un programa de inversión en infraestructura publica mayor y revitalizar partes de la manufacturas base, los políticos no favorecen esto. En un discurso en Milwaukee el último lunes, Obama le pidió al Congreso que aprueben un gasto de 50 mil millones para un nuevo programa de infraestructura para reconstruir rutas, autopistas y vías férreas. Pero la preocupación sobre el déficit del gobierno entre republicanos y algunos demócratas hace que sea improbable que cualquier proyecto de gasto de esta magnitud sea aprobado en el congreso–especialmente después de las ganancias que los republicanos esperan obtener en las elecciones de medio–termino del 2 de noviembre.

Los republicanos están pidiendo un agresivo recorte en el gasto. Cuando los demócratas empujaron su legislación para el gasto de gobiernos locales, los republicanos lo llamaron un “rescate” al despilfarro de los gobiernos locales que sobreprotegieron a los sindicatos del sector publico con generosos salarios y beneficios.

El azote republicano en la cámara, Eric Cantor, calificó al último pedido de Obama para gastos en infraestructura “otro juego sacado del mismo libro fallido de juegos keynesianos”, agregando, “necesitamos cortar el gasto inmediatamente y terminar el estado de incertidumbre que continua impidiendo la creación real de empleo y crecimiento del sector privado”.

Los miembros republicanos en el comité de presupuesto de la cámara han identificado 1300 billones de dólares en potenciales recortes del gasto federal. El líder de la minoría en la cámara, John Boehner, llama al gasto federal “un programa de destrucción de trabajo”. “Debemos recordar esto, aun cuando el gasto no se encuentra en los niveles record, cada dólar que el gobierno recauda se lo quita directamente al sector privado”, Boehner dijo en una charla económica reciente. Y agrego: “No estoy temeroso en decirles que no queda dinero. En los hechos estamos quebrados.”

¿Pero adonde lleva esto a las personas como el buen ciudadano del condado de Ashtabula en Ohio? ¿Cómo pueden estar a salvo de criminales sin un cuerpo de policía bien conformado?, le preguntó la estación de TV WKYC a un juez en abril. “Ármense ustedes mismos –fue la respuesta del juez del condado Alfred Mackey–. Pero sean cuidadosos, vigilantes, estén en contacto con sus vecinos, porque nos vamos a tener que cuidar entre nosotros.”

Y eso es lo que hicieron. En julio, un grupo de granjeros les saco el seguro al gatillo y cargaron sus armas y rodearon un trailer donde un sospechoso de robar en una casa se estaba escondiendo. Mientras, esperaron al último, solitario patrullero del condado a que llegue.