Europa

Elecciones en Italia

Vuelve Berlusconi... se va Bertinotti

Por Marcelo Yunes
Socialismo o Barbarie en la web, 21/04/08

Las elecciones generales legislativas en Italia dejaron un claro veredicto: Silvio Berlusconi y su partido Pueblo de la Libertad –con un importante aporte de la ultraderechista y racista Liga Norte de Humberto Bossi)– será el nuevo primer ministro. La derecha italiana obtuvo cerca del 47% imponiéndose en 12 regiones, contra el 37% del Partido Democrático de Walter Veltroni, el alcalde Roma, que ganó sólo en 6 regiones. Digamos que el Partido Democrático es una fuerza ya ni de izquierda, a pesar de que la mayor parte de su activo proviene del ex Partido Comunista Italiano, luego Partido Democrático de Izquierda, más un componente democristiano “progre”.

Por fuera de estas dos fuerzas –y en una muestra de consolidación del sistema bipartidista que parece afianzarse en toda Europa–, sólo quedó la democristiana de centro derecha UDC, con algo más del 5%. La “Izquierda Arco Iris”, orientada por el ex PCI, líder de Refundación Comunista e histórica figura parlamentaria Fausto Bertinotti, logró sólo el 3,1%, por lo que, gracias al antidemocrático sistema italiano de pisos, pasó de 38 senadores y 72 diputados a... cero. Por su parte, tres listas de origen trotskista obtuvieron, en conjunto, cerca del 1% de los votos.

Los resultados

Partido

Votos

Regiones donde ganó

PDL (Pueblo de la Libertad)

46,7%

12

PD (Partido Democrático)

37,3%

6

UDC (democristianos)

5,6%

Izquierda Arcoiris

3,1%

Tres listas trotskistas

1%

Más allá de los ríos de tinta que hoy corren para intentar explicar la permanencia del “fenómeno Berlusconi” –para lo cual se invocan argumentos que van desde la psicología de masas hasta la supuesta “esencia nacional italiana”–, una cosa es cierta: la derrota del gobierno de “centroizquierda” de Romano Prodi, de su sirviente Bertinotti y de su candidato a sucederlo, Veltroni, es en gran medida el resultado de implementar políticas cuyo neoliberalismo no se diferencia en lo esencial de las del “Cavaliere”.

Frente a la creciente carestía, inflación, desocupación y otros problemas económicos que acucian a las masas italianas, la respuesta de la “sinistra” (izquierda) gobernante ha sido... más de lo mismo. Y esto vale particularmente para el ala supuestamente “radical”, encabezada por Fausto Bertinotti, de Rifundazione Comunista (Refundación Comunista).

En efecto, quizá el fracaso más estrepitoso de la elección y el principal derrotado no fue Veltroni –quien, después de todo, estrenaba partido– sino Bertinotti, a punto tal que éste, ofuscado, anunció que abandonaba la política. Sin más.

Resulta difícil hacer un balance más concluyente del derrumbe no de un partido ni de una figura solamente, sino de todo un proyecto político: el de ser tapadera “roja” (más bien, rosada) de gobiernos “progresistas” de palabra y neoliberales en el fondo. El proyecto de conformarse con ser “la izquierda de la centro izquierda”. El proyecto que no traza una clara línea divisoria entre estar del lado de los trabajadores y los oprimidos o estar en el bando de la izquierda “de gestión”. Así la “Sinistra Arcobaleno” (Izquierda Arcoiris) estaba y está al frente de varias comunas e incluso “de Estado” (Bertinotti era hasta la elección nada menos que presidente de la Cámara de Diputados).

Esta “Izquierda Arcoiris” tenía todos los colores del espectro, excepto uno: el rojo. Esperemos que la verdadera izquierda clasista y revolucionaria italiana, junto con los millones de trabajadores que detestan a Berlusconi y que pronto recibirán los primeros ataques del “Cavaliere”, sean capaces de encontrar las vías y los instrumentos para frenarlos.

Una cosa está clara: Refundación Comunista y Bertinotti no lo fueron, y ahora, además, han renunciado a serlo. Tal organización, tales dirigentes y, sobre todo, tal política, no necesitan siquiera epitafio: se han enterrado solos.