Italia

Berlusconi arranca con una cacería de
gitanos e inmigrantes

Por Claudio Testa
Socialismo o Barbarie, periódico, 05/06/08

“Todo comenzó con un rumor que se extendió como reguero de pólvora en los suburbios de la vieja ciudad. Entre las montañas de basura, los olores y las ratas del tamaño de un gato, la noticia fue pasando de boca en boca: «¡Una gitana robó un niño!». Al poco tiempo, una multitud rodeaba el campamento... pero la mayoría de  los gitanos habían huido. Entonces, quemaron todo. Carpas y casillas miserables ardieron, mientras se ensañaban contra los que no corrieron a tiempo.”

Lo anterior podría ser el párrafo de una crónica medieval de alguna ciudad de Europa. Pero no es así. Esto acaba de suceder en la Unión Europea del siglo XXI. Concretamente, ocurrió el sábado 10 de mayo en Nápoles... y no es un episodio aislado. Tampoco las montañas de basura y las super-ratas son de otras épocas, sino parte del paisaje de esa ciudad hoy.

Hasta ahora la policía no ha sido capaz de informar ni la identidad del niño secuestrado ni la de la gitana que se lo habría llevado. Todo indica que se apeló a un viejo mito racista –el de “las gitanas que roban niños”– para desencadenar una “limpieza étnica” que está aterrorizando a cientos de miles de inmigrantes en Italia... y que es el disparador de una legislación aún más represiva, en preparación para toda la Unión Europea. ¡La crisis hace brotar a chorros la barbarie acumulada en los países capitalistas supuestamente más “avanzados” y “civilizados”!

Pero, al mismo tiempo, este incidente es un reflejo de las tensiones políticas y sociales de Italia, en los primeros días del nuevo gobierno Berlusconi.

¿Es todo un simple “giro a la derecha”?

Las últimas elecciones generales en Alemania, Francia e Italia (y recientemente los comicios municipales en Inglaterra y Gales) dieron el triunfo a partidos y candidatos de “derecha”. Esto ha dado pie para que se hable de un “giro a la derecha” del conjunto de Europa. En verdad, sin subestimar esas victorias electorales, la situación europea aparece como más contradictoria. El mejor ejemplo de eso son las dificultades de Sarkozy, que comentamos en la anterior edición de SoB.[1]

En Italia, el mecanismo que llevó a la derrota del gobierno de “centroizquierda” de Romano Prodi, de su sirviente Rifondazione Comunista, y de su candidato a sucederlo, el Partido Democrático de Veltroni, es en el fondo el mismo que motivó esos anteriores triunfos de la derecha europea: “es en gran medida el resultado de implementar políticas cuyo neoliberalismo no se diferencia en lo esencial de las del «Cavaliere». Frente a la creciente carestía, inflación, desocupación y otros problemas económicos que acucian a las masas italianas, la respuesta de la «sinistra» (izquierda) gobernante ha sido... más de lo mismo”.[2]

Y también, por iguales motivos, a poco de asumir, el péndulo de la desilusión vuelve a ponerse en movimiento, pero ahora contra los gobiernos de “derecha” que tampoco solucionan nada... como le sucede hoy a Sarkozy.

Sin embargo, en el panorama italiano aparecen rasgos más peligrosos. El infame episodio de Nápoles es sólo un botón de muestra.

Utilidad del racismo y la xenofobia

En mayor o menor medida, todas las burguesías y gobiernos europeos, de derecha o de “izquierda”, explotan el racismo y la xenofobia antiinmigrante. Son útiles para dividir a los trabajadores y encontrar chivos expiatorios a quienes cargarles la culpa del desempleo, la descomposición social y la delincuencia.

Pero el nuevo gobierno italiano apunta a un salto cualitativo en todo eso. Su gestión se inicia como una cruzada antiinmigrante, donde trata de movilizar tanto al Estado como a sectores populares envenenados por la prédica racista y xenófoba. Aparece, desmesuradamente, como el tema político central del nuevo gobierno.

En función de eso, Berlusconi ha puesto al frente de la administración a los sectores más extremistas de su coalición de derecha: los racistas de la Lega Nord (Liga del Norte) y las corrientes que se dicen “post” o “ex” fascistas.

Días atrás, en relación con la izquierda y a los inmigrantes, Humberto Bossi, jefe de la Lega Nord decía: “No tenemos miedo de tomar las calles... nosotros estamos preparados, si quieren el choque yo tengo a 300.000 hombres a disposición... Los fusiles están siempre calientes". Por su parte, Leandro Comacchio, dirigente de la Lega Nord de Padua, llamó a la formación de “patrullas de ciudadanos” para recorrer las calles en busca de “inmigrantes ilegales”: una clara evocación de las “squadre d'azione” de Mussolini, que en los años 20, a falta de gitanos, se dedicaban a la cacería de “rojos”. En la región del Véneto, un representante de la Lega, hablando en el consejo municipal de Treviso, fue aún más preciso: “Con los inmigrantes debemos usar el mismo sistema que empleaban las SS: castigar a diez de ellos por cada daño que hagan a uno de nuestros ciudadanos”... ¡Y es a la Lega Nord a quien Berlusconi ha puesto al frente del Ministerio del Interior en su nuevo gobierno!

Este clima fue todavía más caldeado con la subida del nuevo alcalde de Roma, el “ex” fascista Gianni Alemanno. Un periodista español describe así la ceremonia de asunción: “Poco después, cientos de manifestantes desfilaban por la vía Cavour, encabezados por dos hileras de militantes, uniformados completamente de azul y con el brazo en alto [el saludo fascista]”. Alemanno es un “ex”... pero no tanto.

El nuevo prefecto –jefe de policía– de Roma, Carlo Mosca, hizo saber que “la línea dura es necesaria, porque frente a la bestia [se refiere a los inmigrantes y en especial a gitanos] sólo se puede responder con la máxima severidad”. Así, la primera medida de Alemmano fue una razzia policial sobre los asentamientos de gitanos, con centenares de detenidos... En Roma no hubo así necesidad de apelar al cuento de “las gitanas que roban niños”, como en Nápoles.

Simultáneamente, Berlusconi ha propuesto una brutal legislación racista que apunta contra los inmigrantes en general y contra los gitanos en particular. Asimismo, en varias de las principales ciudades serán nombrados “comisarios especiales encargados de los gitanos”... algo que evoca las medidas y el lenguaje del nazifascismo de los años 30.

La reacción de los otros gobiernos de la Unión Europea pinta de pies a cabeza a estos canallas: primero, algunos gemidos de horror por lo de Nápoles y los monstruosos proyectos de ley del Cavaliere. Esta parte de la comedia estuvo a cargo principalmente del “socialista” Zapatero. Luego, reuniones urgentes en las cumbres de la UE para preparar una legislación antiinmigrante durísima... “a la Berlusconi”. El presidente francés, Sarkozy, anunció que “es muy posible que firmemos ese documento en el Consejo Europeo de octubre”.


Notas:

1. Ver “Francia: Al cumplir un año en la presidencia, trabajadores y estudiantes enfrentan a Sarkozy”, en SoB Nº 127.

2. “Elecciones en Italia - Vuelve Berlusconi... se va Bertinotti”, por Marcelo Yunes, en www.socialismo-o-barbarie.org, edición del
27/04/08.