Grecia

Tradición de rebeliones

Cuando los griegos dicen "no"

Por Malcolm Brabant
Desde Atenas
BBC World, 09/12/08

Tradición de rebeldía

1973 – La represión brutal de una manifestación estudiantil culmina con el colapso de la Junta Militar, que había durado siete años

1985 – Enfrentamientos entre la policía y jóvenes en Exarhia llevan a años de violencia

1991 – A raíz de la muerte de un maestro durante una manifestación en Patras, se diseminan los disturbios a todo el país

1995 – Disturbios en Atenas y una revuelta en una prisión culminan en enfrentamientos

1999 – La policía se enfrenta a manifestantes que se oponían a la visita del presidente de Estados Unidos Bill Clinton a Atenas

2003 – Jóvenes atacan a la policía durante una cumbre de la Unión Europea en Salónica

2008, diciembre – Tienen lugar disturbios en varias ciudades del país horas después de la muerte de un adolescente.

Las manifestaciones que se extendieron como un reguero de pólvora por toda Grecia durante los últimos días y que no dan señal de aplacarse traen a colación la razón de que el día más importante en el calendario nacional es el "Oxi" o "No".

El día "Oxi" conmemora el 28 de octubre de 1940, cuando el líder griego Ioannis Metaxas usó esa única palabra para responder al ultimátum de Benito Mussolini, que quería que Atenas le permitiera a Italia invadir Grecia.

Con ese "no" entraron en la II Guerra Mundial. Y es que cuando los griegos dicen "no", lo dicen en serio.

La rebelión es algo profundamente arraigado en la psique griega. Los estudiantes y colegiales que ahora están sitiando estaciones de policía e intentando derrocar al gobierno están efectuando un rito de paso.

Aunque pertenezcan a la generación del iPod, son los herederos de una tradición que se remonta varios siglos atrás, cuando unas monjas prefirieron morir lanzándose al vacío desde sus conventos en las montañas que someterse a los deseos de los invasores turcos otomanos en Grecia.

Prohibido el paso

El centro de esta rebelión decembrina es el Politécnico de Atenas, desde donde estudiantes salen a la calle con carretillas y carritos de supermercado para recoger y reciclar las piedras y los pedazos de mármol usados en los disturbios del día anterior. El politécnico es un potente símbolo de la rebelión moderna.

El 17 de noviembre de 1973, tanques de la dictadura militar impuesta en 1967, abatieron el portón y las rejas de hierro del recinto universitario para reprimir un levantamiento contra los coroneles.

No se sabe cuál fue el saldo preciso de víctimas, pero se cree que al menos 40 personas murieron.

El sacrificio del politécnico fue tan significativo que los arquitectos de la nueva Constitución de la Grecia postdictadura incluyeron el derecho de asilo, que prohíbe que las autoridades entren a las escuelas y universidades.

Ello explica que sean centros de estudio los trampolines de la actual ola de violencia y también explica por qué las ciudades universitarias son escenario de muchas de las manifestaciones.

Además, a los estudiantes y pupilos virtualmente se les ha dado carta blanca para que sigan protestando, pues sus profesores declararon una huelga de tres días.

"Fuera de control"

A pesar de que muchos de los que están saliendo a las calles a expresar su descontento y furia hoy en día no habían nacido cuando los tanques se llevaron por delante las puertas del politécnico, la lección del martirio de los estudiantes es un componente clave de la asignatura de democracia en el curriculum de todos los niños griegos.

El desprecio latente de los griegos por la policía, que ahora estalló como un volcán, tienen sus raíces en la dictadura, cuando los policías era considerados como traidores que usaban amenazas y violencia para hacer cumplir los deseos de los coroneles.

La muerte de Alexandros Grigoropoulos, de 15 años de edad, a manos de un policía de 37 años de edad y con experiencia ha precipitado una ola de violencia no vista desde la dictadura.

Pero es prematuro equiparar los disturbios en Grecia con el levantamiento en París en 1968.

Tampoco se sabe aún si las manifestaciones tienen el potencial de provocar la caída del poco popular gobierno conservador del primer ministro Kostas Karamanlis.

Para Nicos Konstandaras, el director del Kathimerini, uno de los diarios más respetados de Grecia, "la sangre de Grigoropoulos servirá para amarrar quejas dispares en una plataforma de furia justificada contra todos malestares sociales".

"Rápidamente se convertirá en una bandera conveniente para cualquiera que tiene cualquier rencilla contra el estado, el gobierno, el sistema económico, potencias internacionales, el capitalismo, etcétera".

"Si ya parecía que Grecia era difícil de gobernar, ahora estará fuera de control", predijo.


Un testimonio directo

"¡Alexandros está muerto!"

BBC World, 08/12/08

Vaso Sirinidou –profesora de historia moderna en la Universidad de Atenas– se encontraba en una cafetería cercana al lugar donde murió el joven Alexandros Grigoropoulos a manos de la policía griega, en el barrio ateniense de Exarhia. En el testimonio que ofreció a la BBC, destacó la forma en que la muerte del adolescente griego se esparció en el país generando protestas casi de inmediato.

“Empecé a oír mucho ruido, pero pensé que era un grupo de jóvenes haciendo bulla normal. Atenas es una ciudad así, bulliciosa. Al salir de la cafetería vi a mucha gente y alcancé a ver a un joven que estaba tirado en el suelo, sólo unos segundos después de que fuera asesinado.

“La gente estaba gritando; era una situación caótica. Había gente, creo, amiga del joven asesinado, que gritaba «¡Alexandros está muerto!, ¡Alexandros está muerto!, ¡le dispararon!».

“Empecé a llamar a todos mis amigos y a contar lo que había pasado, porque yo vivo aquí y conozco muy bien las sensibilidades políticas en este barrio. Es un centro de grupos de izquierda que está casi ocupado por la policía. En los últimos años ha habido en esta área bloqueos policiales y choques constantes. Era sólo cuestión de tiempo para que pasara algo como lo del sábado, porque la presencia de la policía es muy provocadora.”

Difusión en minutos

“Internautas griegos colocaron de inmediato videos en YouTube, fotografías en Flickr, además de comentar y alimentar en Twitter –miniblogs– comentarios breves cada minuto. La reacción creció con rapidez sobre todo por las redes de comunicación informal de amigos y de grupos de izquierda en Grecia. “

Según Sirinidou, en Atenas, “la reacción comenzó a ocurrir 10 minutos después de los hechos y fue tan rápido debido al lugar donde ocurrieron los hechos.

“La noticia se expandió a través de redes de internet que han formado los grupos de izquierda radicales. Son redes de amigos, de compañeros que usamos internet, celulares, el teléfono.

“El sitio Indymedia en Atenas es usado como fuente alternativa de información y de convocatorias de movilización. Por supuesto no siempre la información es precisa, pero es una fuente alternativa que muchos consultamos.”