Francia

El Nuevo Partido Anticapitalista (NPA) celebró su Congreso fundacional ...y dejó a muchos militantes descontentos

Entre la reforma y la revolución

Por Ramate Keita
Desde Francia
Para Socialismo o Barbarie, 12/02/09

París.- 600 delegados se reunieron durante tres días, el primer fin de semana de febrero. A las delegaciones internacionales se sumaron algunas cuya presencia reflejó la falta de claridad política en el Congreso: representantes de los partidos gobernantes de Venezuela y Bolivia, funcionarios de gobiernos burgueses “progresistas”. O sea, una total confusión entre la solidaridad incondicional que debemos a los pueblos de Bolivia y Venezuela frente a los ataques del imperialismo, con el apoyo político a sus respectivos gobiernos burgueses.

Este esfumarse de las fronteras de clase y de los límites entre reforma y revolución, y las ambigüedades sobre puntos programáticos y políticos fundamentales, signaron al conjunto del Congreso. Pero no sólo respecto a países y continentes lejanos, sino también en lo que se refiere a Francia y Europa.

El proyecto oficial de “principios fundadores” presentado por la dirección de la NPA al Congreso, habla correctamente de “derribar el Estado y las instituciones”, que son “una máquina armada para la defensa de los intereses de la burguesía”. Se pronuncia contra la ilusión de una “humanización” del capitalismo a la cual contrapone la perspectiva del “socialismo” y del “poder de los trabajadores en todos los ámbitos de la vida política, económica y social”. Define además al NPA como un “partido de clase”. Pero luego estos principios generales quedan diluidos (o directamente se los contradice) cuando se va a terrenos más concretos.

A esto se agregó un funcionamiento muy burocrático del pre Congreso y el Congreso mismo. El pre Congreso fue signado por expulsiones de compañeros críticos, como sucedió con algunos militantes del grupo CRI (Le Cri des travailleurs).

Cuando esto amenazó convertirse en un escándalo mayúsculo, las expulsiones "preventivas" cesaron, pero siguieron toda clase de maniobras, como no difundir los documentos y textos alternativos de la "Tendencia en el NPA en defensa de la revolución, el comunismo y la autoorganización" de la que soy firmante, y que pueden leerse en www.socialismo-o-barbarie.org (edición del domingo 15/02). Esta declaración está suscripta por miembros del grupo CRI (que promovieron la iniciativa) y otros militantes de la ex LCR o incorporados directamente al NPA. Esta tendencia fue conocida en el Congreso como la tendencia "Révo".

La no difusión de estos y otros documentos alternativos a los "oficiales" y de las propuestas de enmiendas “desagradables” para la dirección, hizo que las votaciones de los textos fuesen de hecho una formalidad. Esto sucedió por ejemplo con el principal documento alternativo: "Proposition de résolution générale sur la situation politique et sociale..." de la tendencia "Révo", que también puede verse en ese sitio web.

Los procedimientos burocráticos se completaron con el veto a que algún miembro de la tendencia "Révo" fuese electo a la nueva dirección del NPA aunque les correspondiese. Y, finalmente, impedir hablar a los que protestaban por eso y echarlos con el “servicio de orden”.

Peligrosas contradicciones

En un artículo reciente de la revista Socialismo o Barbarie1, señalaba la contradicción de que la iniciativa de fundación del NPA lanzada por la LCR respondía a un hecho muy progresivo de la realidad política francesa: la crisis de los partidos tradicionales de la “izquierda” del sistema –el PS y el PCF– y la ruptura con ellos de amplios sectores, principalmente juveniles, de trabajadores y estudiantes. Simultáneamente, reflejando ese proceso, la figura de Olivier Besancenot –principal figura pública de la LCR– ha ido adquiriendo una influencia electoral de cierta importancia.

Pero al mismo tiempo, decía que la impronta que la dirección de la LCR fue imponiendo al NPA era de una peligrosa ambigüedad política y programática, más propia de un proyecto electoralista (con el ojo puesto, en lo inmediato, en las próximas elecciones al parlamento europeo) que de una herramienta para la lucha de clases revolucionaria.

Allí sostenía que un test infalible de todo esto era la actitud de no denunciar ni combatir a las burocracias sindicales traidoras, responsables principales de las derrotas que ha sufrido la clase obrera francesa, a pesar de ser la más luchadora de Europa.

Estas peligrosas ambigüedades están bien descriptas en los documentos que se mencionaron antes, y que están en www.socialismo-o-barbarie.org.

Lamentablemente, el Congreso no ayudó a despejar las brumas acerca de los rumbos políticos y programáticos del NPA. Mas bien, profundizó los problemas.

Por ejemplo, la dirección de la ex LCR se opuso frontalmente a que en el nombre del nuevo partido figurase la temible y poco electorera palabra “revolucionario”.

Sin embargo, ganó por pocos votos ese debate. Alrededor de un 45% del Congreso votó por que el nuevo partido se llamase PAR, Partido Anticapitalista Revolucionario. Evidentemente, como muchas veces sucede, la base del Congreso estaba más a la izquierda que su dirección.

Es por esas faltas de definiciones que mucha gente salió descontenta y desconcertada. El Congreso no pudo calmar las dudas de muchos militantes sobre el rumbo futuro del NPA. Muchos se preguntan si va a ser una reedición “de izquierda” del PS o el PCF, dedicado al electoralismo en los marcos del sistema o si será verdaderamente un partido revolucionario de combate dispuesto a impulsar a la clase trabajadora a tomar el poder.

Gran parte de los dirigentes de la ex LCR (que hoy dirigen por completo al NPA) han expresado públicamente que quieren que la nueva organización no sea claramente trotskista, porque hay que ser “más amplios”, “llegar a más gente”. Leemos entre líneas: gente que no se acercaría (o votaría) si se tiene un perfil demasiado “revolucionario”.

Esta falta de definición política hizo que, al final del Congreso, el eje de la disputa fuese si se iba a las elecciones europeas con el PCF y el Parti de Gauche (Partido de Izquierda) de Jean–Luc Mélenchon (una reedición algo menos derechista del PS). Resultó que sólo un 20% de los delegados apoyaba un frente electoral con estos reformistas. Sin embargo, la mayoría de la dirección del NPA ya es responsable de haber firmado dos documentos públicos con esta gente... y no tiene una actitud clara a este respecto, sino dependiente de conveniencias electoralistas de última hora.

Como señala la mencionada “Declaración por una Tendencia...” los “Principios fundadores” del NPA contiene puntos muy positivos como el eje del “anticapitalismo” y el “proyecto de una transformación revolucionaria de la sociedad” y otros. Pero el resultado del Congreso no fue en general avanzar en ese sentido, sino mas bien retroceder.

Así, varias resoluciones empeoraron los ya ambiguos documentos: el nombre del partido, como ya dijimos, seguirá siendo NPA. En varios casos el término “socialismo” fue sustituido por el de “socialismo del siglo XXI”. Esto es un escándalo, porque “socialismo del siglo XXI” tiene la “marca registrada” de Chávez, que construye ese “socialismo” en alianza con los “empresarios patriotas”. ¡No se quiere aparecer como “trotskista” o “leninista”, pero no hay problemas en presentarse como “chavista”! Se votó, además, por un gobierno de “ruptura” y no por un gobierno de los trabajadores y el pueblo.

Pero, entre otras decisiones negativas, quizás la peor fue suavizar la crítica a las direcciones sindicales burocráticas, que figuraba en el proyecto original de la propia dirección de la ex LCR. Esto fue “difumado” hablando sólo de “algunas direcciones sindicales”, que además no se mencionan con nombre y apellido. El objetivo de esta enmienda fue la de cubrir a las burocracias de SUD “Solidaires” –donde hay varios dirigentes de la ex LCR– y también de la FSU, central burocrática de trabajadores de la Educación.

En la elección de la nueva dirección nacional, hubo toda clase de maniobras para excluir a los compañeros de nuestro grupo –los firmantes de la “Declaración por una Tendencia...” (conocidos como la tendencia Révo)–. No fueron incluidos en la lista de candidatos, mientras que otros grupos que tenían más o menos la misma representatividad, sí aparecieron en la lista a ser votada, presentada por una “comisión”. Fue un veto desde arriba a los “críticos” y un premio por “cerrar la boca” a otros que cedieron.

Sin embargo, es altamente positivo que haya aparecido públicamente una corriente revolucionaria en el Congreso, en la que además jugaron un papel importante tres compañeras que fueron delegadas.

Asimismo fue un hecho significativo que la corriente más de derecha, la que tradicionalmente dentro de la LCR promovía alianzas y/o apoyos al PS, apareciese muy debilitada.[2] Esto refleja, por un lado, el actual panorama político-social más radicalizado de Francia y del mundo, y también de la vanguardia. Y, por el otro, que fracasó el cortejo de la dirección de la ex LCR a figurones de la socialdemocracia, como Clémentine Autain.

En una situación mundial, europea y francesa, en que se tensan los parámetros de la lucha de la lucha de clases, muchos compañeros se acercaron a dialogar con nosotros, al ver una respuesta clara a la época actual de crisis económica, a la generalización de las luchas en Francia, Europa y el mundo, y a la radicalización de la juventud y de los trabajadores.


Notas:

1.– “Mi experiencia con el Nuevo Partido Anticapitalista”, revista SoB Nº 22, noviembre 2008.

2.- Increíblemente a esta corriente ha dado su apoyo el SWP británico.