Grecia: protestas
de los trabajadores

Las huelgas jaquean al gobierno de Papandreu

Los gremios resisten el plan de ajuste

Agencia EFE, 10/02/10

Atenas.– Grecia vive un febrero agitado, amenazado por el default y plagado de protestas, con dos huelgas generales en puerta, por el durísimo plan de ajuste que pretende aplicar el gobierno para sacar al país de un abismo económico que pone en entredicho a toda la zona euro.

El plan de ajuste. que sería puesto en marcha hoy, incluirá un drástico recorte del gasto público, una rebaja de los sueldos a funcionarios y empleados del Estado, un aumento de impuestos para algunos sectores y la reforma del sistema previsional para subir la edad de las jubilaciones.

El anuncio de esas medidas puso en pie de guerra a los sindicatos. Para hoy fue convocada una huelga general de los funcionarios y el próximo 24 está prevista otra de los trabajadores públicos y privados que amenaza con paralizar el país.

Los grandes sindicatos aseguraron que su respuesta se debe a que las medidas del gobierno "están muy lejos de lo anunciado en la campaña electoral por Giorgios Papandreu".

Los sindicatos apoyaron en octubre pasado al líder socialista y rechazaron el programa de ajuste de los conservadores. Ahora, muchos trabajadores se sienten engañados por los socialistas e incluso acusan a Papandreu de superar en su dureza las medidas propuestas por el anterior gobierno, de corte conservador.

El recelo sindical se dirige sobre todo contra los recortes de hasta el 10% del gasto público y las bajas salariales de hasta el 20% de los sueldos de los funcionarios. Además, protestan contra los cambios del sistema de pensiones, que prevé retrasar la edad mínima de jubilación.

Pero los funcionarios no son los únicos que protestan y paralizan el país. Todo el espacio aéreo permanecerá cerrado hoy y ningún aeropuerto funcionará por la huelga general de los funcionarios de aduanas.

También los agricultores expresaron su malestar en forma de bloqueos de carreteras y pasos fronterizos, que en menor o mayor medida ya duran casi un mes. El gobierno se ha mantenido firme ante las exigencias de los campesinos, que reclaman más ayudas a un Estado que tiene las arcas vacías.

Grecia registró el año pasado un déficit del 12,7% del PBI, más del doble de las cifras iniciales presentadas por el anterior gobierno y tres veces más que el máximo impuesto por la eurozona. Además, la deuda pública supera ya el 120% del PBI, y los vencimientos de créditos alcanzan este años los 25.000 millones de euros, una cifra difícil de pagar sin ayuda externa.

Mientras tanto, las últimas encuestas indican que gran parte de los griegos apoya las medidas de austeridad, aunque pide que sean justas para todos. Más del 60% considera como "indispensable e inevitable" la política Papandreu, que cuenta con un respaldo ciudadano del 54%.

El viceministro de Finanzas, Filipinos Sajinidis, fue claro al decir que "el verdadero dilema que afronta Grecia es elegir entre la bancarrota o evitar la bancarrota. Nada más".