Crisis del euro

Luego de un acuerdo entre Francia y Alemania

Europa, lista para rescatar a Grecia

Deutsche Presse Agentur (DPA), 26/03/10

Los miembros de la eurozona aprobaron los mecanismos para instrumentar, como último recurso, el salvataje de la economía de ese país

Bruselas.– Después de meses de profunda incertidumbre y turbulencias en los mercados, Francia y Alemania lograron ayer un acuerdo para respaldar un programa de rescate de la eurozona y del Fondo Monetario Internacional para Grecia, que será liberado cuando Atenas ya no pueda recurrir al financiamiento de los mercados internacionales.

Los líderes de los 16 países miembros de la eurozona dieron su aprobación a un mecanismo de préstamos bilaterales de carácter voluntario, luego de ser convocados por el presidente la Unión Europea (UE), el belga Herman van Rompuy.

Según el borrador del acuerdo, además de esos préstamos, que otorgarán la mayoría de los países de la eurozona, se prevé un aporte "sustancial" del FMI, una de las principales reivindicaciones de Alemania.

Según publicó ayer el diario francés Le Figaro , el plan ofrecería a Grecia unos 29.300 millones de dólares en ayuda, que combinaría tanto préstamos individuales del FMI como de las naciones de la eurozona.

El esquema de financiamiento se extendería eventualmente a otras naciones de la UE con problemas financieros. Antes de que se conociera este acuerdo clave, España y Grecia pidieron a la UE que use un fondo de 67.000 millones de dólares para ofrecer créditos de bajo interés a Atenas y a otras economías de la eurozona en apuros.

El fondo recaudó dinero a intereses bajos luego de acudir al mercado de bonos, para después entregar parte de ese dinero a Hungría, Letonia y Rumania en colaboración con el FMI. El fondo es utilizado para ayudar a los miembros de la UE que aún no adoptaron el euro, aunque los líderes de España y Grecia sostuvieron que su mandato podría ser ampliado para socorrer a los países de la eurozona al borde de no honrar los pagos de su deuda soberana.

Grecia había obtenido créditos mediante la venta de bonos soberanos, pero a mayor interés, que según el primer ministro griego, Giorgios Papandreu, minan sus gestiones para cubrir el enorme déficit presupuestario. Por eso pidió a los líderes europeos que acuerden un plan de ayuda.

Puja entre Berlín y París

El acuerdo para liberar el eventual plan de rescate financiero de Grecia llega luego de que Francia y Alemania, las economías más grandes de la UE, limaron sus diferencias respecto de la metodología del mecanismo.

La discordia entre Berlín y París había estallado cuando el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, bautizado "señor no", se oponía a utilizar fondos europeos para rescatar a Grecia. Por su parte, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, impulsaba el salvataje financiero a los griegos para que el euro no sufriera un golpe mortal a su credibilidad.

Mientras la jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, apostaba por una solución "mixta" para rescatar a Grecia, mediante créditos bilaterales coordinados y con la participación activa del FMI, Sarkozy se resistía, temeroso de que la entrada del organismo multilateral "empañe" la imagen de "independencia" o "autosuficiencia" de Europa para resolver sus problemas.

Fuentes de la UE destacaron ayer el papel que tuvo en las negociaciones el jefe del gobierno español y presidente de turno de la UE, José Luis Rodríguez Zapatero.

"Un buen europeo no es necesariamente uno que ofrece ayuda rápidamente. Un buen europeo es uno que respeta los tratados europeos y los derechos nacionales para que no se perjudique la estabilidad de la zona euro", dijo Merkel, horas antes de que Berlín accediera a colaborar con sus socios de la UE, tras imponer duras condiciones al acuerdo. Según la declaración, cualquier desembolso de créditos bilaterales será decidido por los países de la eurozona por unanimidad, lo que equivale a conceder a Alemania un derecho de veto. El documento establece además que el mecanismo adoptado debe ser considerado "una última instancia, que implicaría que el financiamiento del mercado es insuficiente".

El Banco Central Europeo también dio un paso al frente en apoyo a Grecia, al extender reglas más blandas para el eventual salvataje.

"Es una decisión muy satisfactoria, que instala un mecanismo europeo con una participación minoritaria del FMI, que garantiza la estabilidad financiera en la zona euro", dijo Papandreu tras conocerse el acuerdo.

Luego de años de manipulación de las cifras de su deuda real –en colaboración con bancos norteamericanos– y de alteraciones de los datos de su déficit fiscal, la economía de Grecia arrancó 2010 al borde del colapso y generó preocupación en la UE, por la posibilidad de que la caída de ese país arrastrara a otras naciones de la eurozona. El bloque ve con serias dudas el futuro de las debilitadas economías de Portugal y España.

En medio de la creciente tensión social en toda Grecia, el gobierno socialista de Papandreu tomó severas medidas para intentar frenar la debacle, como el aumento de un 2% en el impuesto al valor agregado (IVA), recortes de hasta el 8% en los sueldos de los empleados públicos, el congelamiento de las pensiones y una intensa lucha contra el fraude fiscal.

En los últimos meses, Grecia ha sido escenario de huelgas y conflictos gremiales de distintos sectores. En total, el gobierno quiere ahorrar unos 4800 millones de euros este año, para reducir el déficit público del 12,7% del PBI al 9%. El país acumula deudas por 300.000 millones de euros.

El plan

Una ayuda combinada: Alemania apostó fuerte por una solución "mixta" para rescatar a Grecia, mediante créditos bilaterales europeos y con la participación activa del FMI. Francia, temerosa de que la entrada del organismo multilateral "empañe" la imagen de "independencia" o "autosuficiencia" de Europa para resolver sus problemas, finalmente cedió ante la propuesta de Berlín.

Créditos bilaterales voluntarios: Los socios de la eurozona otorgarán créditos a una tasa de interés "aceptable" para Grecia, estimada en torno al 3%. Se creó un fondo con "aportes voluntarios" de los países europeos por un valor que supera los 16.000 millones de dólares.

FMI: Los créditos europeos irán combinados con inyecciones del FMI. Se prevé un total de 13.000 millones de dólares en ayuda de este organismo.


Finalmente, Europa acordó un mecanismo para rescatar a Grecia

Sólo podrá ser usado bajo durísimas condiciones

Por Idafe Martín
Clarín, 26/03/10

Bruselas.– La UE acordó ayer un mecanismo para rescatar a Grecia que abre la puerta de la Eurozona al FMI y sus tratamientos de choque. El acuerdo, cocinado entre Berlín y París, fija un sistema de préstamos bilaterales de los miembros de la Eurozona y el FMI.

Para el presidente francés Nicolás Sarkozy, este acuerdo es "preventivo" y tiene como objetivo "no usarlo". "Es un seguro para que Grecia pueda financiarse sin ser penalizada por la especulación", dijo el jefe de Estado francés al final de la cumbre, en la que también aseguró –como hizo la UE en su última cumbre– que "Grecia no está sola". El primer ministro griego, Yorgos Papandreu, se mostró "muy satisfecho". La canciller alemana Angela Merkel se fue de la cumbre de Bruselas sin hacer declaraciones.

El FMI actuaría en primer lugar. Los países europeos después y tras muchas condiciones. El documento de conclusiones de la reunión, que Clarín pudo consultar anoche, explica que "el gobierno griego no ha solicitado apoyo financiero de ningún tipo. Por lo tanto, no se ha adoptado ninguna decisión para activar el mecanismo".

No se especifica la cuantía de esos préstamos, aunque varias delegaciones estimaban anoche que podría sumar 30.000 millones de euros. La UE espera que el anuncio calme a los mercados internacionales, que ya apuntan también a Portugal. El euro volvió a caer ayer y ya está a 1,32 dólares.

El "mecanismo" sólo se activaría, "en último momento" si se dan dos condiciones: que Grecia no pueda refinanciar su deuda en los mercados internacionales y que toda la Eurozona apruebe su activación.

La primera condición es durísima. Grecia colocó su última emisión de bonos, por 5.000 millones de euros, a un 6,3%, una tasa que a medio plazo haría que su deuda, que ya suma 300.000 millones, fuera una losa que haría inútiles todos los esfuerzos helenos por reducir el déficit público.

¿Qué tasa de interés tendría que ofrecer Grecia a los mercados para que la UE considere que es insostenible? Eso no aparece en el acuerdo, en el que sólo se indica que el mecanismo se activaría si la financiación del mercado es "insuficiente" –"cuantitativa y cualitativamente", según aclaró Sarkozy–.

La participación del FMI fue definida por fuentes de la Presidencia española de la UE como "una derrota política de Europa", que demuestra su incapacidad para rescatar a un país miembro cuya economía representa el 2,6% del PBI de la Eurozona.

La llamada al FMI era vista como un imposible. Así lo habían dicho el BCE, Bruselas, Francia, España. Ahora se acepta, como quería Alemania. A pesar de que todavía anoche, Jean–Claude Trichet, presidente del BCE, decía a la televisión francesa LCP que acudir al FMI sería "muy malo" y pedía a la UE "que asumiera sus responsabilidades".

La UE intenta con este acuerdo de mínimos que Grecia no caiga y provoque un efecto dominó que arrastre a Portugal, Irlanda, España o Italia. El euro es el mayor logro de la UE y dejarlo a la deriva en los mercados sería traicionar el corazón del proyecto europeo.

Merkel sale de esta cumbre reforzada en Alemania y como madre intransigente de unos europeos poco rigurosos con sus cuentas públicas. Berlín consigue que se revise antes de finales de año –para facilitarlo– el procedimiento por el que se sanciona a los países incumplidores.

La negativa de Merkel a rescatar ya a Grecia se debe al rechazo que la idea provoca en su opinión pública y en sus socios de gobierno, unos liberales que preferirían castigar a Atenas.

Merkel juega a mantener el modelo económico alemán, que resiste la crisis sin destruir empleo y necesita cuentas públicas saneadas. En algunas críticas recientes parecía que la culpa de la crisis era menos de Grecia que de Alemania, a quien se acusa de fomentar una economía muy exportadora y poco consumista que perjudica a sus socios europeos.