Grecia, redobla
crisis en Europa

Los temores de iliquidez bancaria
ponen a Grecia contra la pared

Por Charles Forelle, en Bruselas,
y Marcus Walker, en Berlín
Wall Street Journal, 09/04/10

Los temores por una potencial escasez de liquidez en los bancos del sector privado de Grecia alimentaron una venta generalizada el jueves en los mercados de deuda y acciones griegos, lo que sugiere que los esfuerzos de la Unión Europea para desactivar la crisis con una promesa vaga de un rescate respaldado por el Fondo Monetario Internacional han fracasado.

Los bonos griegos cayeron por séptima sesión consecutiva y el costo de asegurar la deuda del país contra la cesación de pagos alcanzó un nuevo récord. El índice bursátil de referencia de Grecia cayó 3,11%. El euro cayó temprano, aunque subió luego de que el presidente del Banco Central Europeo afirmara que Grecia no caería en cesación de pagos.

Sin embargo, los inversionistas siguen siendo pesimistas. El rendimiento del bono a 10 años de Grecia, un reflejo de tanto los costos de pedir prestado para el país como del riesgo que los inversionistas asocian con su deuda, tocó el 7,38%, su nivel más alto desde que se introdujo el euro. El diferencial, o "spread", entre los retornos de bonos griegos y bonos alemanes más seguros se amplió a 4,27 puntos porcentuales frente a los 4,06 puntos porcentuales el miércoles.

"Esta es claramente una señal de que las autoridades griegas llegaron al final del camino y necesitan levantar el teléfono y llamar al FMI", escribieron analistas de BNP Paribas en una nota el jueves por la mañana.

Lo que alborotó a los inversionistas el jueves fueron temores de que los bancos del país, que han sido uno de los pocos focos positivos en la infraestructura financiera de Grecia, podrían enfrentar problemas de liquidez.

El gobierno de Grecia afirmó el miércoles que los cuatro mayores bancos del país pidieron tener acceso a 17.000 millones de euros (US$23.000 millones) en medidas de liquidez sin usar del plan de apoyo del sector bancario de Grecia, que en su mayoría consiste en garantías estatales para bonos de bancos.

El anuncio causó temores de que los bancos griegos podrían estar perdiendo acceso a financiación de los mercados y quedándose sin el colateral necesario para pedir prestado del BCE. Si eso ocurre, el gobierno de Grecia podría tener que apuntalar los bancos del país con inyecciones de capital adicional, un paso que se sumaría a los propios problemas de financiamiento del gobierno.

"El problema está haciendo metástasis de un tema puramente fiscal", afirma Stephen Jen del fondo de cobertura de Londres BlueGold Capital Management. El índice de acciones de bancos griegos cayó 6% en Atenas el jueves.

Jon Levy, un analista de la firma de consultoría Eurasia Group, con sede en Nueva York, afirma que las preocupaciones del sector bancario "podrían llevar al gobierno griego a buscar un acuerdo con el FMI con más rapidez" de lo que planeaba.

Pero otros analistas afirman que no queda claro cuán serios o amenazantes son hasta ahora los problemas de liquidez de los bancos griegos.

Las garantías del Estado griego les permitirían a los bancos usar hasta 14.000 millones de euros de sus propios bonos como colateral con el BCE. Los bancos no han realizado este tipo de transacción hasta ahora, sino que en cambio prepararon la opción como una "red de seguridad", según funcionarios bancarios griegos. El gobierno podría emitir bonos para cubrir los restantes 3.000 millones de euros.

Fondos extra del BCE podrían ayudar a Grecia a compensar su constante pérdida de acceso a mercados internacionales de reposesión, en los cuales los bancos levantan fondos en poco tiempo, de otros bancos.

Aparte de los bancos, los mercados siguen sin tener claro qué sucedería si Grecia se declara en cesación de pagos.

Hay poca claridad sobre si la Unión Europea saldrá al rescate. Las dudas en este frente han golpeado a los bonos han presionado a la baja a los bonos griegos por días. Abril es un mes crucial, Grecia tiene una secuencia de bonos del tesoro que se vencen a partir de la próxima semana y luego un bono de 8.000 millones de euros en la semana siguiente. Los funcionarios griegos insisten en que tienen suficiente efectivo para pagar esas cuentas.

Mayo es otro asunto. El mayor vencimiento en ese mes se presentará el 19 de mayo, cuando maduran bonos por 8.500 millones de euros. Grecia está segura de que tendrá que tomar prestado, o buscar ayuda, antes de esta fecha.

Los líderes de la Unión Europea acordaron el mes pasado, en un anuncio ampliamente publicitado, el proveer préstamos junto al FMI si "la financiación en los mercados es insuficiente". El comunicado no dio más detalles sobre los criterios que serían tenidos en cuenta y tampoco detalló los términos del posible préstamo.

La esperanza de los funcionarios de la Unión Europea era que el comunicado calmara a los inversionistas y les asegurara que se tomarían medidas para evitar que perdieran dinero en caso de una cesación de pagos griega. Eso, a su vez, reduciría la tasa de interés que Grecia tiene que pagar para atraer a los inversionistas.

Sin embargo, las tasas de interés o rendimientos se han rehusado a bajar. Actualmente, los mercados exigen más del 7% anual para prestar dinero a Grecia por apenas dos años.

"Los líderes de la UE pueden tratar de convencer a los mercados de que es suficiente con tener un mecanismo preparado", dice Fabian Zulegg, economista jefe del Centro de Política Europea, un centro de estudios en Bruselas. "Creo que es cada vez menos probable que los mercados lo crean".

Lo que suceda después es una pregunta que aún no tiene respuesta. El darle la ayuda a Grecia requeriría la aprobación de todos los líderes de la euro zona, lo que significa que la canciller alemana Angela Merkel, la cual es reacia a rescatar a un país con poca disciplina fiscal, tiene poder de veto. Los funcionarios de la UE tienen opiniones muy diferentes sobre cuál sería el catalizador del rescate.

Un diplomático de la UE dijo el jueves que algunos países apoyan la idea de darle ayuda a Grecia basados en el hecho de que las tasas de interés actuales son demasiado altas.

Funcionarios alemanes insisten en que Grecia debe tratar de recaudar fondos en los mercados de capital, y fallar, antes de solicitar la ayuda de la UE.


Apuestas defensivas de empresas y gestores
intensificaron la crisis de Grecia

Por Carrick Mollenkamp, Cassell Bryan-Low
y Gregory Zuckerman (*)
Wall Street Journal, 09/04/10

Esta semana, los problemas de Grecia en el mercado continuaron y muchos políticos de la Unión Europea siguieron culpando a los "corredores y especuladores", como se quejó recientemente el primer ministro de Grecia, George Papandreou.

Sin embargo, están pasando por alto una parte crucial del panorama. Es cierto que los corredores que ejecutan operaciones rápidas han sido jugadores activos, pero la paliza que Grecia y el euro están recibiendo refleja mucho más que una búsqueda de ganancias rápidas, según muestra un análisis de registros de operaciones y documentos enviados a las autoridades bursátiles, así como entrevistas a banqueros, ejecutivos y corredores. Muchas de las apuestas en contra han provenido no de fondos de cobertura, sino de gestores de activos, tesoreros de empresas y banqueros tradicionales que buscan protegerse más que obtener ganancias.

Por ejemplo, en los últimos meses, las estadounidenses Coca-Cola Co. y Dole Food Co. hicieron apuestas al debilitamiento de la divisa europea para proteger el valor en dólares de los euros que ganan en el exterior. Asimismo, los gestores de activos vendieron bonos griegos y los bancos compraron seguros contra la cesación de pagos (CDS, por sus siglas de inglés) para los bonos que poseen en sus carteras.

El jueves, el rendimiento de los bonos soberanos de Grecia a 10 años cerró en su nivel más alto desde diciembre de 1998, la bolsa griega cayó 3,1% y el costo de asegurar bonos soberanos del país contra la cesación de pagos volvió a aumentar. El miércoles, un equipo del Fondo Monetario Internacional visitó Grecia, lo que reflejó las preocupaciones sobre una gigantesca deuda nacional –113% de su producción anual– que los gobiernos de Atenas han acumulado durante años y a veces ocultado.

Ahora, Grecia se ha encontrado con una nueva realidad en el mundo del corretaje mundial: una avalancha de apuestas financieras, desde todas las partes del mundo, sobre su futuro.

Algo similar pasó en 2008, justo antes de la crisis de crédito. En ese momento, el blanco eran las tambaleantes firmas financieras de Estados Unidos. Algunos inversionistas buscaron explotar su debilidad para obtener ganancias mientras que otros se apresuraron a protegerse. Esta vez, no son sólo empresas las que están a merced de estas apuestas, sino países.

Hace varios años, cuando pocos imaginaban que un miembro de la UE pudiera estar en riesgo de cesación de pagos, los seguros para los bonos griegos eran bastante baratos, sólo US$7.000 al año para asegurar US$10 millones de deuda de Grecia contra una cesación de pagos durante cinco años.

Luego, llegó la crisis de crédito de 2008, que hizo a los inversionistas mucho más conscientes de las cargas de deuda de los prestatarios. El revés financiero y económico representó más obligaciones para los gobiernos, que aprobaron leyes para brindar rescates financieros. Grecia emitió garantías de préstamos. Cuando las aguas se calmaron a comienzos de 2009, un nuevo patrón de corretaje resultó evidente. Los inversionistas exigían el pago de tasas de interés más altas para comprar bonos de países profundamente endeudados. Los bancos que poseían bonos griegos trataron de protegerse contra el riesgo. Incluso un banco que en parte es propiedad del gobierno griego, Hellenic Postbank SA, admitió que compró CDS para proteger sus propias posiciones en deuda del país durante los tres meses que terminaron en septiembre último.

En octubre, se encendió la mecha. El gobierno socialista recién electo en Grecia informó que una estimación revisada del déficit fiscal de 2009 llegaba a 12,5% del Producto Interno Bruto, más del triple de una previsión anterior.

En tan sólo unas semanas, las agencias de calificación de crédito rebajaron la puntuación de la deuda soberana de Grecia y luego hicieron lo mismo con la de los bancos del país.

A fines de noviembre, Dubai buscó aplazar los pagos de deuda de su conglomerado Dubai World, lo que hizo que los inversionistas se concientizaran de los riesgos que presentaban los bonos gubernamentales. Muchas firmas financieras hicieron apuestas contra los bonos griegos y el euro, buscando generar ganancias o para protegerse.

Los participantes incluyeron no sólo los fondos de cobertura sino también inversionistas como aseguradoras y gestores de activos que administran fondos de pensiones.

Christopher Iggo, un especialista de renta fija de la unidad de inversión de AXA SA, una aseguradora francesa, hizo un ránking de países basado en el riesgo crediticio y luego él y su equipo en Londres redujeron sus posiciones de deuda griega. En Tokio, Kokusai Asset Management Co. vendió a mediados de diciembre todo su portafolio de US$2.200 millones en bonos soberanos de Grecia. Otro inversionista tradicional, Payden & Rygel, una firma de Los Ángeles que administra más de US$50.000 millones en fondos de empresas e individuos, decidió deshacerse de sus posiciones de deuda griega, cuenta su directora de bonos, Kristin Ceva. La firma luego compraría más deuda.

Contaminación

En una señal de cómo los temores sobre Grecia se contagiaban al euro, los estrategas de divisas de Payden & Rygel usaron en diciembre derivados conocidos como contratos a futuro en una apuesta a que el euro se debilitaría respecto al dólar en los meses siguientes.

Algunos bancos centrales también empezaron a evitar la moneda común europea. Los bancos centrales de países emergentes, excepto los de China y Rusia –donde sus entidades habían colocado 30% de sus nuevas reservas en euros en el segundo trimestre de 2009–, no convirtieron ninguna porción de sus ingresos a euros en el tercer trimestre, según el banco británico Barclays PLC.

Las inversiones en contra del euro habían empezado meses atrás en una firma de fondos de cobertura. Dentro de las oficinas de GLG Partners LP en Londres, el corredor Jamil Baz apostó unos US$100 millones en marzo del año pasado a que el euro perdería terreno frente a monedas de países emergentes como el dólar taiwanés, el won coreano y la rupia india. Luego de obtener algunas ganancias, Baz aún mantiene esa posición.

Lejos de las mesas de operaciones en Londres y Nueva York, algunos gigantes empresariales tenían sus propias razones para hacer apuestas contra el euro. Coca-Cola genera ingresos en euros equivalentes a unos US$3.000 millones al año. La empresa necesitaba proteger el valor de esos ingresos cuando los cambiara a dólares.

En la sede de Coca-Cola en Atlanta, la volatilidad del euro –su cotización fluctuó entre US$1,26 y US$1,51 en 2009– estaba dificultando la toma de decisiones en la tesorería. A fines de 2009, para protegerse contra un euro que ya había empezado a caer, el gigante de las bebidas usó opciones de venta, que le otorgaban el derecho a vender euros a cierto precio durante un período. El valor de las opciones subiría si el euro caía más. Una vocera de Coca-Cola dijo que la empresa se protege del riesgo del euro todos los años.

En Westlake Village, California, el gigante de los alimentos Dole Food hizo una jugada similar, al cubrir 50% de su exposición al euro en su flujo de caja, dicen representantes de la empresa.

Los corredores internacionales pueden ver el nivel de estas posiciones negativas, o al descubierto, sobre una divisa, por lo que este tipo de operaciones también pueden generar temores e intensificar las dudas que las originaron.


(*) Tom McGinty contribuyó a este artículo.