Francia

Con múltiples manifestaciones, los sindicatos protestaron contra el proyecto
de reforma previsional

Una masiva huelga alteró Francia

Estiman en 2 millones los manifestantes

Agence France–Presse (AFP), 24/06/10

París.– Los franceses se manifestaron hoy multitudinariamente contra la reforma del sistema de retiro diseñada por el gobierno de Nicolas Sarkozy, que prevé retrasar la edad de jubilación de los actuales 60 años a los 62.

Al margen de la disputa sobre la cantidad de personas movilizadas (797.000 según la policía y 2 millones según los organizadores), la gigantesca movilización duplicó el número de manifestantes que protestó a finales de mayo por la misma razón.

"Los trabajadores decidieron salir a las calles para impedir que el gobierno pase su proyecto de reforma", declaró Bernard Thibault secretario general de la CGT, estimando que el presidente Sarkozy "debe renunciar a presentar la reforma al Consejo de Ministros el próximo 13 de julio, instancia previa a los debates parlamentarios de septiembre donde el presidente pretende que la ley sea sancionada "con consenso o sin él".

Por su parte, Francois Chéreque, secretario general del sindicato CFDT, subrayó que se trata de "la movilización más importante del año en Francia", lo que –concluye– "evidencia que el sentimiento de injusticia frente a esta reforma brutal crece fuertemente en el país".

No obstante, los integrantes de la coalición gobernante Unión por una Mayoría Popular (UMP) minimizaron el impacto de la movilización.

El primer Ministro Francois Fillon aseguró no sentir "temor" por el número de la movilización y dijo que el viernes se reunirá con su gabinete para "monitorear" el proyecto de ley. Mientras que Maurice LeRoy, portavoz del partido centrista Nuevo Centro (uno de los integrantes de la coalición gobernante), aseguró que "no hubo una marea popular en las calles ni se paralizó el país".

En sintonía con el clima mundialista por la Copa del Mundo de fútbol en Sudáfrica, los manifestantes desfilaron con vuvuzelas, en momentos en que el presidente Sarkozy mantenía una reunión con el delantero Thierry Henry, integrante del seleccionado francés de futbol que realizó una pobre actuación en el Mundial al ser eliminado en primera ronda.

"Con esa actitud, Sarkozy deja en claro que su tiempo pasa por escuchar a un futbolista que gana 15 millones de euros por año y no a los trabajadores", disparó Thibault de la CGT. La huelga se notó especialmente en las escuelas (18 por ciento de huelguistas) y el transporte de media y larga distancia (40% en los trenes y un 15% en el tráfico aéreo).

En tanto que en el sector público el gobierno contabilizó 19,35 por ciento a los adherentes a la medida de fuerza. Lo sindicatos se reunirán el martes para analizar los próximos pasos a seguir, especialmente para organizar una nueva manifestación al final del verano, en septiembre, días antes de que el proyecto sea debatido en el Parlamento.

Con el propósito de empezar a paliar el creciente déficit público, el gobierno francés presentó la semana pasada el proyecto de reforma del sistema de pensiones, que aumentará la edad necesaria para jubilarse, actualmente de 60 años, a 62 a partir de 2018. Desde julio de 2011 cada año se subirá la edad de jubilación en cuatro meses.

La reforma busca asegurar a los mercados europeos en tiempos de turbulencias en la zona Euro, con la crisis griega y la drástica caída de la divisa europea como telón de fondo.

Sin embargo, las últimas encuestas afirman que el 55 por ciento de los franceses consideran "injusta" la subida de edad de jubilación. El país galo debe equilibrar el déficit público, actualmente del 8%, dado que Sarkozy se comprometió ante la Unión Europea (UE) a bajar al 6% del PBI en 2011 y al 3% en 2013.

Francia, que se destaca en el mundo por los beneficios sociales para sus trabajadores, no es el único país europeo que encara una reforma en su sistema jubilatorio. Alemania ya subió a 67 años la edad necesaria para jubilarse, España lo está evaluando e Inglaterra podría también fijar en 67 años el derecho al acceso a la jubilación.


Masivas marchas contra la reforma del sistema de retiro

Dos millones de franceses se movilizaron

Por Luisa Corradini
Corresponsal en Francia
La Nación, 25/06/10

París.– Con cerca de dos millones de manifestantes contra la reforma del sistema de jubilación, los sindicatos franceses ganaron ayer la primera pulseada contra el gobierno de Nicolas Sarkozy, que, sin embargo, ratificó su intención de no modificar el proyecto que debe ser analizado por el gabinete el 13 de julio.

La jornada de huelgas y manifestaciones convocada por todas las centrales obreras francesas estuvo signada por una movilización mucho más importante que la precedente, del 27 de mayo.

Las 200 manifestaciones organizadas en todo el país reunieron alrededor de dos millones de personas, según los sindicatos, mientras que el gobierno calculó 800.000 participantes. Sin alcanzar el nivel de las protestas sociales de 2009 o 2003 ?con la primera reforma jubilatoria, llamada ley Fillon?, los franceses respondieron masivamente al llamado gremial de movilización contra el proyecto gubernamental de aumentar la edad mínima del retiro de 60 a 62 años. Generalmente ausentes, esta vez los asalariados privados engrosaron las filas de las protestas.

"Tuvimos una movilización de muy alto nivel", se congratuló Bernard Thibault, secretario general de la CGT, sindicato comunista. Sin exigir el retiro del proyecto, el líder gremial advirtió que será "necesario reescribirlo", pues "no puede ser examinado en su actual versión; es necesario abrir una verdadera negociación".

La cúpula de la central de orientación socialista CFDT coincidió con esa posición. "En el país crece el sentimiento de injusticia frente a esta reforma brutal", declaró su líder, François Chérèque.

Fiel a su advertencia, el gobierno afirmó que no tiene intenciones de cambiar de rumbo. El ministro de Trabajo, Eric Woerth, que pilotea la reforma, minimizó la importancia de una movilización, que fue, según dijo, menos importante que en 2003.

"Esta jornada no cambia, evidentemente, la voluntad del gobierno de salvaguardar el sistema de jubilación francés y, sobre todo, de hacerlo aumentando la edad legal del retiro", afirmó. No obstante, el 68% de los franceses apoya o expresa su simpatía por los movimientos de fuerza lanzados por los sindicatos, según un sondeo de la encuestadora CSA, publicada ayer.

Para la oposición de izquierda, presente en forma masiva en las manifestaciones, "los franceses están diciendo claramente lo que piensan de esta reforma". "[Sólo basta pensar que] viniendo a manifestar están haciendo el sacrificio de perder un día de salario, en las actuales condiciones", señaló Martine Aubry, líder del Partido Socialista. "Todos tienen la impresión de vivir en un país que ha dejado de ser una república, que deja a los poderosos hacer lo que quieren y pone el peso cada día un poco más en los débiles", agregó.

Dos acontecimientos contribuyeron a sacar a la gente a las calles en las últimas 24 horas. Por un lado, el anuncio de un aumento del desempleo en mayo fue utilizado por los sindicatos como prueba suplementaria de que la política de rigor decidida por el gobierno para luchar contra la crisis no arroja resultados concretos.

El segundo episodio provocó quizás un mayor efecto psicológico en la población: en el mismo momento en que comenzaban las manifestaciones, Sarkozy recibía en el Palacio del Elíseo a Thierry Henry, integrante de la selección francesa, que se amotinó en Sudáfrica antes de ser eliminada de la Copa del Mundo, por lo que se transformó en la vergüenza nacional.

Esa reunión, oficialmente solicitada por Henry, pero, en verdad, promovida por el presidente, fue vivida por los franceses como una provocación. Aubry vio en ese gesto una burla de Sarkozy a sus conciudadanos.

"El presidente de la república puede dormir tranquilo", ironizó, por su parte, Chérèque. "Hay millones de desempleados en el país. Y él ocupa su tiempo en escuchar los tormentos psicológicos de un futbolista que gana 15 millones de euros por año."

A pesar del resultado obtenido ayer, la verdadera batalla para los sindicatos será en septiembre, después de las vacaciones de verano. Si la opinión pública adhiere, los gremios están dispuestos a organizar una movilización de largo aliento, que debería comenzar con una jornada de protesta nacional el 7 de septiembre.