Europa

Consecuencias de los planes de austeridad

La agitación social por los recortes
se expande en Europa

Decenas de miles de italianos claman en Roma contra la política de Berlusconi

Por Rossend Doménech
Corresponsal en Roma
El Periódico, 17/10/10

Las medidas de austeridad adoptadas por numerosos gobiernos europeos para hacer frente a la crisis han desatado un gran malestar social. Las protestas que padece Francia también afectan estos días a otros países de la Unión Europea.

Italia – Protesta contra la «berlusconización»

Decenas de miles de personas se manifestaron ayer en Roma convocadas por el sindicato metalúrgico Fiom–Cgil para protestar contra la crisis que vive el sector y la política económica del primer ministro, Silvio Berlusconi. «El país va a la deriva. Desde hace meses está abandonado a su suerte. Existe una situación social muy preocupante, que exige un cambio profundo en las políticas económicas», dijo Guglielmo Epifani, líder de la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL). «Hemos salido a la calle para defender nuestros derechos y el convenio colectivo», añadió.

Epifani aludía así a la firma automovilística Fiat, la principal industria del país, que intenta introducir en sus fábricas la máxima «más puestos de trabajo a cambio de renunciar a los convenios colectivos». La marcha recorrió el centro de Roma para concentrarse en la plaza frente a la basílica de San Juan de Letrán

Los maestros, también

A la protesta se adhirieron grupos antisistema y asociaciones de estudiantes y profesores. Más de 100.000 maestros han sido despedidos en este comienzo de curso. En Italia el paro afecta al 8,3% de la población activa, lo que supone 2.079.000 de desempleados.

En la marcha también participaron dirigentes de la oposición al Gobierno conservador, unidos por el rechazo al primer ministro y a lo que denominan la «berlusconización»de Italia. «Asegurar que frente a la crisis hay que disminuir salarios, no solo es económicamente equivocado sino que representa una regresión de la civilización» denunció Niki Vendola, candidato a las primarias de los progresistas.

Grecia – Batalla campal en la Acrópolis de Atenas

Grecia es uno de los países más afectados por la crisis. El Gobierno socialista ha llevado a cabo en los últimos meses numerosos recortes en el sector público para reducir el enorme déficit fiscal que ha situado al país al borde de la quiebra y le ha obligado a recurrir a la ayuda crediticia externa. Trabajadores temporales del Ministerio de Cultura, que pedían el mantenimiento de los puestos de trabajo, bloquearon el pasado miércoles el acceso a la Acrópolis, principal atractivo turístico del país. El jueves la protesta derivó en una batalla campal cuando la policía dispersó a los congregados a golpes de porra y con gases lacrimógenos. La protesta acabó el viernes y los turistas entraron gratis.

Rumanía – Encierro en el Ministerio de Finanzas

El país vive sucesivas protestas por la política de austeridad del Gobierno de centroderecha, que espera recibir a cambio del Fondo Monetario Internacional (FMI) 20.000 millones de euros. Entre otras medidas, el Ejecutivo del primer ministro, Emil Boc, ha reducido en un 25% el salario de los funcionarios y ha subido cinco puntos el IVA, del 19 al 24%. Las protestas las lidera el Bloque Nacional de Sindicatos, que agrupa a trabajadores del sector público y privado. El miércoles, los empleados del Ministerio de Finanzas protagonizaron un encierro al grito de «ladrones» y «queremos un sueldo decente».

Reino Unido – Esperando el plan  de austeridad

El Gobierno conservador británico del primer ministro, David Cameron, ha apostado muy fuerte y en sus planes económicos tiene previsto reducir el déficit público de 10,1% a 1,1% del PIB en solo cinco años. Este martes, Cameron tiene previsto presentar los presupuestos para el próximo año que están marcados por medidas de austeridad que se espera que golpeen en especial a las clases medias. Líderes sindicales del transporte han hecho un llamamiento a otros sectores para protestar de forma coordinada contra las medidas del Gobierno.


Miles de metalúrgicos se manifestaron en Roma contra las medidas de Berlusconi

Roma pensó en Francia

Por Gorka Larrabeiti
www.wikio.es, 17/10/10

Nadie ha dado cifras sobre la gran manifestación de ayer en Roma. En efecto, fue grande, pero es inevitable compararla con aquella otra de marzo de 2002 en la que hubo 3 millones de personas, o con las movilizaciones francesas, que tienen en jaque al gobierno Sarkozy. El éxito de la manifestación no se debió, pues, a una cuestión de cantidad, sino de calidad ya que, a diferencia de otras manifestaciones de carácter líquido o gaseoso como las del “pueblo violeta”, ayer se palpaba la solidez de la protesta: el trabajo como bien común, el “no” al chantaje “o trabajo o derechos".

La plaza de San Juan de Letrán estaba repleta de cascos, camisetas y banderas rojas. Había parados, precarios, estudiantes, jubilados, inmigrantes, pacifistas, y muchos, muchos trabajadores del metal. De todas partes de Italia. Estaban los sicilianos de la fábrica FIAT de Termini Imerese, los trabajadores chantajeados de la fábrica de Pomigliano d'Arco, muchos trabajadores de las fábricas del norte.

El sector del Metal del sindicato CGIL consiguió arrancar de labios del secretario general el anuncio de que habrá huelga general a menos que el gobierno dé marcha atrás en la negociación del contrato colectivo. Lentamente se avanza hacia esa primera huelga general y la comparación con Francia es inevitable.

Los franceses pelean, como decía Franco Berardi ayer en Il Manifesto, por primera vez en Europa, “contra el dogma central de la prolongación del tiempo de vida–trabajo, sancta sanctorum del conformismo económico de la era tardo–liberal”, mientras que en Italia se pelea para defender el último reducto de derecho: el contrato colectivo. El sindicato CGIL ha quedado arrinconado y tienden a criminalizarlo, como toda oposición no homologada.

Lo explicaba ayer Fabrizio Tomaselli, del sindicato de base USB: “La contradicción del sistema italiano es tener una oposición política poco menos que inexistente y un sindicato en buena parte orientado a “colaborar” con empresas y gobierno. En otros países, con un sistema económico igual, el papel de la oposición es mucho más concreto. Es posible también aquí un sindicato independiente, que cumpla con su tarea. La mayor parte, hoy en Italia, colabora’, se crea espacios de intermediación entre capital y trabajo. Los últimos meses demuestran que hace falta una oposición de verdad y un sindicato de verdad”.

Ayer, por el escenario de San Juan de Letrán, pasó Nichi Vendola, aclamado líder de izquierda (su partido Sinistra, Ecología y Libertad es una escisión de la vieja Refundación Comunista) que no cuenta con un gran partido; el Partido Democrático participó sin enviar su adhesión (?); sí participó el archipiélago de partidos de izquierda (desde la Federación de partidos de Izquierda a Izquierda Critica al Partido Comunista de los Trabajadores); también participaron los movimientos: Emergency, Libera, el comité por el Agua pública o la Asociación Articolo 21 en defensa de la Libertad de expresión.

Muchos bienes comunes en peligro grave –educación, libertad de expresión, trabajo– y poca resistencia; un líder –Vendola– sin partido; un partido de oposición en el Parlamento –el PD–con problemas de liderazgo; una izquierda dividida sin representación parlamentaria y muchos movimientos. Con la que está cayendo, la casta política italiana no despierta. Pero muchos ciudadanos no esperan y resisten ya. Como en Francia.


Marchan en Roma contra la política de Berlusconi

Masivo reclamo por mejoras laborales

Por Elisabetta Piqué
Corresponsal en Italia
La Nación, 17/10/10

Roma.– Las calles del centro de esta capital se tiñeron ayer de rojo. Con banderas de ese color de la CGIL, el principal sindicato de trabajadores del país, cientos de miles de personas convocadas por la Federación Italiana de Obreros Metalúrgicos (FIOM) marcharon hacia la tradicional Plaza de San Juan de Letrán para protestar contra la política económica del gobierno de Silvio Berlusconi y en defensa de las condiciones de trabajo en la industria metalúrgica.

Pese a que el ministro del Interior, Roberto Maroni, había advertido que podría haber violencia, la manifestación, a la que asistieron por lo menos 100.000 personas (según Giorgio Cremaschi, de la FIOM, hubo un millón), fue pacífica. No sólo marcharon obreros del sector metalúrgico ?que llegaron con trenes y autobuses especiales desde toda la península?, sino también familias, maestros, jóvenes, estudiantes, inmigrantes, jubilados y militantes de partidos de izquierda. Llamó la atención la ausencia de Pier Luigi Bersani, el líder del Partido Democrático, el principal de la oposición, que pese a la crisis que divide al oficialismo no logra levantar cabeza.

Con pancartas, globos y banderas, ante una maciza presencia policial, los manifestantes denunciaron el dramático panorama laboral. Plantearon la falta de oportunidades de empleo para los jóvenes en un país donde muchas familias no llegan a fin de mes, los sueldos quedan rezagados, los contratos de trabajo no se renuevan y comienzan a resquebrajarse los derechos de los trabajadores.

"Debemos continuar la lucha y para eso hay que empezar a planificar una huelga general", arengó el líder del sindicato metalúrgico, Maurizio Landini. "¡Huelga, huelga, huelga!", contestaron los manifestantes.

Guglielmo Epifani, líder del sindicato CGIL, anunció que el 27 de noviembre se hará una nueva manifestación, en la que se anunciará la fecha de una huelga general si el gobierno no toma medidas. "La situación social es muy difícil. El país está a la deriva, va en bajada y no logra recuperarse y el desempleo aumenta", denunció Epifani, que destacó que será imposible resolver semejante situación "si no existe un compromiso del gobierno y de las empresas, que aprovechan la crisis para reducir derechos".