Protestas en Europa

Final para el Estado de Bienestar en Europa

Por Eduardo Febbro
Corresponsal en Francia
Página 12, 25/11/10

Las crisis financieras se repiten en la eurozona y las respuestas para enfrentarlas son las mismas: medidas de austeridad para cumplir con los organismos internacionales

París.– La virtud presupuestaria se instaló en el Viejo Continente. Presionados por los mercados, asfixiados por los déficits, endeudados por el elevado costo de la crisis de 2007–2008 y el tributo que los Estados pagaron para salvar a los bancos de la bancarrota, varios países de la eurozona –donde circula el euro– están al borde del precipicio.

Después de Grecia, Irlanda se convirtió ayer en el segundo país de la zona euro en recurrir a la Unión Europea y al Fondo Monetario Internacional para salvarse del colapso. El FMI y el Fondo de Estabilización Europeo (FESF) aportarán 113 mil millones de dólares a cambio de un severo plan de economía que esboza lo que ocurrirá en otros países de la Unión: control drástico del déficit a costa de los beneficios sociales.

El salvataje de Irlanda apenas aleja las sombras que desvelan a los mercados, temerosos de que Portugal y España sigan el mismo camino. Ayer, Portugal vivió la huelga general más grande de su historia en contra del plan de austeridad que el gobierno socialista de José Sócrates hará votar este viernes.

Estos tres países, llamados “periféricos”, no son los únicos sometidos a los ajustes y recortes de los subsidios, supresiones masivas de empleos en el sector público y aumentos de impuestos. Ayer, el primer ministro francés, François Fillon, presentó en la Asamblea Nacional las prioridades de su nuevo gobierno para los próximos 18 meses con un objetivo innegociable: la reducción de los mastodónticos déficit públicos de Francia. Las sociedades de los países de la Unión Europea pagarán de sus bolsillos la ruleta rusa del sistema financiero internacional.

El asalto universal de los operadores financieros está enterrando las conquistas sociales obtenidas a lo largo de décadas y décadas de lucha. En este contexto de opresión social, la Confederación Europea de Sindicatos llamó a una manifestación continental el próximo 15 de diciembre en contra del paquetazo de rigor aprobado por los sucesivos gobiernos. El secretario adjunto de la Confederación, Joel Decaillon, denunció el pago “de la factura” al que están sometidos los pueblos.

Las crisis financieras se repiten y las respuestas para enfrentarlas son las mismas: “medidas de austeridad que afectan los sueldos, las pensiones, la jubilación y la protección social”, dijo el eurosindicalista. Allí donde se mire, un señor con corbata y sonrisa de anestesista espera a los trabajadores europeos.

El plan de austeridad irlandés interviene luego de un profundo recorte de las prestaciones familiares, los subsidios al desempleo y supresiones masivas de puestos de trabajo en el sector público. La meta es dividir por diez el abismal déficit público de aquí a 2014 haciéndolo pasar del 32 por ciento del PIB actual al 3 por ciento, que es el techo máximo autorizado en el seno de la Unión Europea según los criterios del Pacto de Estabilidad. A Portugal le espera un destino semejante. El Parlamento portugués adoptará mañana un presupuesto de austeridad que apunta a recortar el déficit para llevarlo del 7,3 del PIB al 4,6 en 2011 (ver aparte).

Francia se fijó el mismo objetivo: disminuir el déficit y los niveles de la deuda francesa. El esfuerzo lo hará la sociedad. El jefe del Ejecutivo francés aclaró en la Asamblea que no se usarán los fondos públicos para reactivar el crecimiento al tiempo que precisó que tampoco se aumentarán los impuestos. Fillon detalló una suerte de fórmula mágica cuando dijo que, con el presidente de la República, ninguno de los dos ponía en oposición “la eficacia económica, el rigor presupuestario y la cohesión social”. El gobierno de Nicolas Sarkozy busca reducir el déficit del Estado a partir del año que viene con un ahorro consecuente: el agujero de 152.000 millones de euros de 2010 se achicará a 92.000 millones en 2011.

Desempleo, precios alucinantes y caída de los salarios

Lo cierto es que cada sacudida de las bolsas parece ahogar más los ahorros de los trabajadores y liquidar la calidad de vida. El impacto de la bancarrota y de los planes millonarios elaborados para evitarla no dejaron a ningún país indemne. Desempleo, precios alucinantes, salarios bajos, recortes, mercado inmobiliario por las nubes y productos de consumo cotidiano con etiquetas de joyería –2,80 dólares un pepino, 2 dólares una planta de lechuga en París–.

Irlanda, el llamado “Tigre Celta” por su crecimiento en los años ‘90, se encamina ahora a una “merma” de su calidad de vida, tal como lo reconoció el ejecutivo de Brian Cowen. Ni siquiera Gran Bretaña, que no está en la eurozona, se salvó del sablazo del ajuste. Entre otras cosas, el gobierno de David Cameron formalizó la supresión de 490 mil puestos de trabajo en la función pública y la multiplicación por tres de las tasas universitarias.

En este clima de retrocesos sociales, la interna europea derivada de los costos de la crisis se volvió a destapar ayer con la intervención de la canciller alemana. Con las alas de la debacle irlandesa, Angela Merkel salió a defender su proyecto de reforma para que se cree un mecanismo que englobe a los inversores privados a la hora de pagar las crisis. Alemania aboga por la creación de un mecanismo que haga recaer parte del costo de los rescates bancarios que asumen los Estados sobre los acreedores privados, concretamente sobre las espaldas de quienes detentan obligaciones soberanas.

Ello tiende a evitar que todo sea costeado por los contribuyentes, como ocurre ahora. “Quienes ganan dinero con las tasas elevadas, con las obligaciones soberanas, también deben soportar los riesgos”, dijo Merkel. Cabe recordar que Alemania es la primera economía de Europa y el país que más aporta al fondo de ayuda financiera de urgencia creado en mayo pasado. Seguramente, el proyecto alemán quedará en la nada, o pasarán años hasta que se delinee alguna tímida medida. Entretanto, el trabajo y los beneficios sociales seguirán rescatando al ajedrez mortal de las finanzas. Los peones salvarán al rey.

Portugal paralizado por el paro contra el ajuste que votará el parlamento

Sindicatos del sector público y privado sumaron fuerzas para la huelga general convocada por las dos centrales de trabajadores. El acatamiento fue alto, semejante a las protestas realizadas por otros países europeos este año.

Portugal quedó paralizado ayer por la huelga general –la primera convocada por la Asociación General de Trabajadores de Portugal (AGTP) y la Unión General de Trabajadores (UGT), las dos grandes centrales sindicales en más de 20 años– y que tuvo el objetivo de mostrar el rechazo al estricto ajuste económico que presumiblemente votará mañana el Parlamento luso. Según el gobierno, el anunciado ajuste será “fundamental” para evitar la bancarrota del endeudado país de la eurozona. Sindicatos del sector público y privado sumaron fuerzas para el paro de 24 horas con un impacto del 85 por ciento, que emula protestas realizadas este año en otros países europeos que tienen el euro y que con gobiernos forzados a impopulares medidas de austeridad, como Grecia –que debió pedir ayuda económica externa– y Francia.

El transporte público y el aéreo se vieron seriamente afectados por la huelga. Más de las terceras partes de los servicios de trenes se cancelaron, así como el 60 por ciento del de colectivos urbanos y de larga distancia. El subte de Lisboa no funcionó y los transbordadores de la capital se quedaron en sus atracaderos. Fuentes de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) informaron que el 77,3 por ciento de los vuelos entre España y Portugal fueron cancelados por la huelga.

La medida de fuerza también afectó la actividad de bancos, los medios de prensa y estaciones de servicio. Líderes sindicales dijeron que la huelga tuvo un “impacto masivo” en el sector privado, en particular en el automotriz. En la planta de Volkswagen Autoeuropa ubicada cerca de la norteña ciudad de Oporto, la mayor planta exportadora del país, el ausentismo de los empleados fue mayor al 90 por ciento, según delegados sindicales. “La movilización de los trabajadores es enorme”, dijo Manuel Carvalho da Silva, jefe del sindicato CGTP, el mayor del país.

La huelga comenzó a la medianoche del martes con miembros de sindicatos que levantaron piquetes en todo el país, incluyendo los accesos del aeropuerto internacional de Lisboa.

Sin embargo, estuvieron funcionando en parte los servicios mínimos estipulados en la ley de huelgas, tales como urgencias médicas, energía y abastecimiento de combustibles y agua, bomberos y los de las profesiones a las que la ley no permite adherir a la huelga: militares, fuerzas de seguridad, jueces y diputados.

Los sindicatos reaccionaron así a los planes del gobierno de implementar un drástico recorte de gastos y un aumento de impuestos para ahorrar 6850 millones de dólares. El paquete de austeridad, que se debate actualmente en el Parlamento, tiene por meta reducir el déficit del actual 9,6 por ciento del PBI a 7,3 por ciento el año próximo, a fin de disipar los crecientes temores internacionales por el estado de las finanzas portuguesas.

Sin embargo, este déficit ha subido en un 2 por ciento, mientras que el proyecto de Presupuesto prevé un aumento del 1,3 por ciento de la economía. La deuda de Portugal asciende al 82 por ciento del PBI, un 30 por ciento superior al de hace 5 años.

El principal partido opositor del país dijo ayer que no bloqueará el Presupuesto 2011 del gobierno, lo que allana el camino para su adopción, prevista para mañana. Pero los sindicatos dicen que los recortes son intolerables, sobre todo si provienen de un gobierno socialista, como el que lidera el primer ministro José Sócrates. “Es inaceptable que los trabajadores estén haciendo todos estos sacrificios”, dijo el líder sindical Joao Proenca. “No podemos aceptar que la primera, segunda y tercera prioridad de Portugal sea el déficit”, dijo Proenca, en alusión al desempleo del 10,9 por ciento, que está en su mayor nivel histórico.

En tanto, la Unión de Sindicatos de Lisboa acusó a la policía de agredir a los huelguistas de Correos, Teléfonos y Telégrafos (CTT) del sector capitalino de Cabo Ruivo, hecho negado por el comando, que dice haberse limitado a garantizar que los funcionarios que deseen entrar a su puesto de trabajo pudieran hacerlo.

La tijera de Il Cavaliere: los estudiantes italianos se enfrentaron con la policía

Los estudiantes italianos se enfrentaron ayer con la policía y lograron ingresar al Parlamento, mientras protestaban por los ajustes presupuestarios dispuestos por el gobierno de Silvio Berlusconi. Los jóvenes pretendían llegar a la Plaza de Montecitorio en Roma y para lograrlo intentaron forzar un cordón policial pero, por ello, fueron repelidos a bastonazos por los uniformados.

Los manifestantes respondieron con piedras. Las protestas comenzaron con la ocupación del Senado, los techos de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de La Sapienza así como la toma de escuelas y universidades, tras la presentación en el Senado de la reforma.

La propuesta de la ministra de Educación, Mariastella Gelmini, prevé un recorte de los fondos para las universidades públicas y la investigación. Además, la iniciativa del Ejecutivo italiano favorece a las instituciones de enseñanza privada. La Unión de los Universitarios (UDU) declaró que los estudiantes exigen a las fuerzas políticas de la Cámara de Diputados que detengan la “masacre” del sistema universitario público.

Protesta de señoritos ingleses

Las manifestaciones de estudiantes británicos contra el aumento de las tasas universitarias en el Reino Unido volvieron a adquirir ayer un matiz violento por segunda vez en dos semanas.

Decenas de miles de estudiantes se volvieron a manifestar en varias ciudades del país. En el centro donde se encuentran los edificios del gobierno en Londres se registraron incidentes aislados entre los manifestantes y la policía. Al menos dos agentes y seis manifestantes resultaron heridos y hubo más de 15 detenidos. Los jóvenes se congregaron en Trafalgar Square, desde donde iniciaron una marcha pasando por varios edificios gubernamentales.

También se produjeron algunas refriegas y enfrentamientos ocasionales cuando la policía trató de impedir que los manifestantes llegaran a Parliament Square, que está flanqueado por el Parlamento, la Abadía de Westminster y el Big Ben. Un grupo de manifestantes atacó, se subió al techo, rompió las ventanillas y finalmente volcó una camioneta policial vacía en Whitehall, en el exterior de la sede del gobierno en Downing Street. Las manifestaciones fueron acompañadas de un importante despliegue policial, que demostró que los agentes estaban decididos a evitar que se repitieran los actos de violencia ocurridos hace dos semanas. El gobierno británico, integrado por conservadores y liberales, quiere aumentar a 9000 libras (unos 14.194 dólares) anuales las tasas para estudiar en la universidad.