"Indignados"
en Europa

Barcelona

Reprimen con dureza a los indignados y
reavivan la protesta

Por D. Cordero y P. Rodríguez
Desde Barcelona
Público.es, 28/05/11

La acampada de Barcelona tuvo que resurgir ayer de la nada. Medio millar de antidisturbios de los Mossos d'Esquadra y de la Guardia Urbana irrumpieron a la siete de la mañana en la plaza de Catalunya para arrasar la infraestructura acumulada en los diez últimos días por los indignados. La contundente operación policial no dejó nada en pie excepto el espíritu de la protesta y una crispación aún mayor que permitió, a las pocas horas, recuperar cierta normalidad, a excepción de los 120 heridos (37 de ellos Mossos d'Esquadra) que tuvieron que pasar por enfermería para tratarse de heridas leves.

Fue una mañana de tensión creciente originada por la decisión de la Conselleria de Interior de la Generalitat y del Ayuntamiento de Barcelona, que el jueves habían consensuado entrar en la céntrica plaza barcelonesa con operarios de la contrata de limpieza. La policía no ahorró en recursos para desplazar a los que intentaban entrar en la plaza y a quienes, sentados en la calzada, pretendían impedir el avance de los camiones: golpes y patadas, porrazos, cargas, disparos con pelotas de goma. Una dureza que contrasta con el resultado de las detenciones: una única persona. Fue la intervención más violenta de los Mossos desde las protestas de los estudiantes antibolonia de hace dos años, cuya actuación le costó la destitución al director general de los Mossos d'Esquadra, Rafael Olmos.

Miles de personas se manifiestan y exigen la dimisión del conseller Puig

El objetivo era "desmantelar el campamento" según explicó el conseller Felip Puig en aras de garantizar la "higiene, la salubridad y la salud pública" en un espacio público y retirar objetos peligrosos de forma preventiva, pensando en la multitudinaria celebración de una hipotética victoria del Barça esta noche.

A ese argumento se abonó también el president de la Generalitat, Artur Mas. Desde Londres explicó que se perseguía "retirar el mobiliario, las sábanas, los colchones, las bombonas de butano y todo aquello que pudiera comportar algún tipo de problema para la seguridad de cara a la gente, por si mañana [por hoy] se produjera una gran concentración de personas". Pocas horas más tarde, la imagen era la de los últimos días.

Pero lo cierto es que a las 12.55 del mediodía, en la plaza no quedaba nada en pie que se pudiera relacionar con el movimiento del 15–M. Sólo 350 personas acordonadas en círculo por la Guardia Urbana en el centro de la plaza los forcejeos para evitar el desmontaje de la última tienda fueron en balde y un cordón policial exterior de Mossos d'Esquadra que intentaba retener a las miles de personas que habían respondido a la llamada de las redes sociales. A esas horas, ya se veía que el dispositivo policial estaba desbordado. La mole ciudadana intentaba acceder por los diferentes entradas a la plaza e impedir el desmantelamiento.

Evitar los porrazos

Los de fuera llamaban a resistir a los de dentro, mientras que los de dentro jaleaban a los otros para que superaran el cordón policial. Algunos evitaban con suerte los porrazos de los antidisturbios cuando los superaban, otros no. Hasta que en un flanco se abrió totalmente el paso y la gente entró corriendo con los brazos en alto en señal de victoria.

Los primeros porrazos llegaron a las nueve de la mañana, cuando la policía quería ampliar el cordón de seguridad e intentaban hacer retroceder a las personas que esperaban sentadas. Y los últimos cuando los Mossos abandonaron la zona. Fue cuando más sonaron las escopetas según Interior se dispararon 236 salvas de advertencia, 6 pelotas de goma y 12 proyectiles, y más duras fueron las cargas. Los furgones policiales abandonaron el lugar bajo una lluvia de botellas de agua y algún trozo de madera.

Más de 10.000 personas protestan en toda España contra el desalojo

Lo sucedido por la mañana causó un efecto multiplicador por la tarde, cuando se había convocado una manifestación contra la actuación policial. Miles de personas se agolparon en la plaza de Catalunya al grito de "Puig dimisión".

Todos los partidos políticos catalanes consideraron "desproporcionada" la actuación. El diputado del PSC Joan Ferran aseguró que el conseller Puig se había "extralimitado" y le negó la capacidad de negociación que requiere su cargo. El secretario general de ICV, Joan Herrera, lo acusó de "generar un problema donde no lo había" y el portavoz parlamentario de ERC, Oriol Amorós, pidió su comparecencia en el Parlament. Ayer Puig asumió que la actuación se ejecutó bajo su responsabilidad y defendió la "oportunidad y la proporcionalidad" de la actuación de los policías en una comparecencia ante los periodistas en la que llegó a menospreciar la protesta, calificándola de "supermercado gratuito en el centro de Barcelona", de "camping" e incluso de "parque temático", informa Rosa Fernández.

Rendir cuentas

Puig dará explicaciones de la actuación en sede parlamentaria. Ayer anunció que el cuerpo policial instruirá a partir de la próxima semana un informe crítico con el dispositivo. "Volvería a actuar", zanjó. Pese a la seguridad mostrada por el conseller, los representantes policiales de CCOO y UGT pusieron en duda el dispositivo, al considerar que se vio "absolutamente desbordado" porque la operación se inició a las siete de la mañana y no de madrugada. "Una decisión suicida", la consideraron.

Las muestras de apoyo a los indignados de Barcelona, se sintieron en el resto de España. En Madrid, alrededor de 3.000 personas se manifestaron en la Puerta de Sol en un concentración pacífica en la que se escucharon consignas como "Barcelona no está sola" o "No queremos hostias, queremos soluciones", informa Paula Díaz.

Una cantidad similar de personas, al grito de "¡Barcelona somos todos!", se manifestaron por la céntrica calle Colón de Valencia. La policía perimetró algunos establecimientos mientras miles de manifestantes gritaban "¡banqueros a la cárcel, políticos al paro!" o "el presidenta Picassent", en referencia al centro penitenciario más cercano a la ciudad, informa Lucas Marco.

Andalucía, también se volcó. En Sevilla, más de 2.000 personas acudieron a la concentración convocada en las Setas de la Plaza de la Encarnación. Fue la jornada más concurrida desde el 22–M, informa Ángel Munárriz.La cifra fue superada en Málaga, donde entre 4.000 y 5.000 manifestantes marcharon por el centro de la ciudad al grito de "¡El pueblo unido,jamás será vencido!", informa Álvaro López Millán. Y en Granada, a diario, el Gobierno local (PP) insta a la Subdelegación del Gobierno aretirar la concentración de la plaza del Carmen, informa Amina Nasser.


Los acampados en la emblemática plaza madrileña aprueban por consenso
no desalojar

Los 'indignados' deciden mantener la acampada de Sol

Por Héctor Juanatey
Desde Madrid
Público.es, 29/05/11

El campamento instalado en la Puerta del Sol desde hace ya dos semanas no se moverá. Por lo menos, no esta madrugada ni durante la mañana. Así lo ha aprobado por consenso la Asamblea general de los acampados. Tardaron cuatro horas, pero finalmente se acordó no salir de la plaza. Consenso sí, pero con matices.

Desde hace unos días, la Asamblea general del domingo era uno de los momentos más esperados, no solo por parte de los propios acampados, sino por la mayoría de medios de comunicación y, probablemente, por el conjunto de los habitantes de Madrid. Quizás también por los políticos. Aunque poco se sabe de ellos respecto a esta última decisión.

A las 20.00 horas más de mil personas ya se congregaban en la mitad –la del Oso y el Madroño, o bien la del pez de la entrada de Metro– de la emblemática plaza madrileña con el fin de debatir, discutir llegado el caso, y decidir qué hacer. El moderador insistió desde el principio: "Por favor, solo propuestas referidas a si nos vamos o nos quedamos". Lo demás, para otras asambleas.

Durante esta semana, muchos de los organizadores –personas que pasaron día y noche en Sol desde la noche del domingo 15 al lunes 16 de mayo– tenían una idea en mente. Después de todo el trabajo, el cansancio convertido en agotamiento, y aunque muchos no quisieran hacerlo oficial, pensaban que lo mejor sería marcharse, que no dejar el movimiento. Son cosas muy distintas. "Creo que lo que deberíamos hacer es, ahora que ya hemos estado una semana más desde las elecciones, orientar la acción hacia los barrios y quizás organizarnos para aparecer en la plaza durante unos días a concretar, comentó a Público uno de los portavoces.

Interminable jornada de debate

Hoy, sin embargo, el gran debate se produjo cuando la comisión de Política de la acampada anunció que se desmarcaba del rumor que decía que querían marcharse. A su juicio, debían quedarse en Sol. Comenzó ahí una casi interminable jornada de debate. Con la novedad además de que, en esta ocasión, todo el que fuera contrario a una propuesta, podía expresar sus diferencias con el resto.

Las propuestas fueron de todos los tipos: que si quedarse hasta el domingo, de forma indefinida... También, por supuesto, estaba la de no quedarse. Uno de los jóvenes favorables al abandono de la plaza, lanzó un mensaje que ya se había escuchado en los últimos días: "Tenemos que marchar porque se ha perdido el espíritu inicial del movimiento. Al principio, todos buscábamos unas cosas muy concretas, pero ahora ya han aparecido casetas de espiritualidad, de igualdad animal, del Sáhara...".

No obstante, a medida que avanzaba la asamblea, parecía estar bastante claro que los miles de asistentes no querían desalojar la plaza. Con diferencias entre una opción u otra, eso sí, pero una cosa estaba clara: querían quedarse.

Desde la propia organización de la acampada, tras escuchar todas las propuestas iniciales, se comentó que sí, era posible quedarse, aunque con peros: se hicieron muchas menciones a la ayuda que necesitaría la comisión de Respeto, el miedo ante un posible acto que pudiera poner en riesgo la seguridad del campamento o la necesidad de organizarse y que todos trabajasen en algo. Sea como fuere, finalmente se presentó una propuesta conjunta elaborada por las distintas comisiones y grupos de trabajo. Decía (lo importante): "No nos vamos, reestructuraremos el campamento". ¿Y qué quiere decir reestructurar el campamento?, se preguntaron muchos. La respuesta llegó rápido: "reducir el espacio y quizás algunas comisiones, por ejemplo, la de alimentación". Y, de nuevo, una advertencia. Tras leer el manifiesto, recordaron el "riesgo de seguridad" que implicaba, a su juicio, quedarse en la plaza.

Varias votaciones

La propuesta conjunta se votaría en más de una ocasión. De primeras, la mayoría parecía estar de acuerdo. Sin embargo, los que no lo estaban tenían el derecho a expresarse en la asamblea. Así fue, uno a uno fueron cambiándose el micro para intentar convencer al resto de por qué no debería aprobarse por consenso esa propuesta: "Veo muchos problemas estructurales, si no arreglamos estos problemas, no podremos quedarnos", aseguró uno. Otro, por su parte, era contrario porque opinaba que había que quedarse "de forma indefinida". "!Nos iremos cuando nos echen¡", clamó otro de los contrarios.

La medianoche se acercaba y desde moderación avisaban: "A las 0.00 horas hay que terminar por respeto a los vecinos". Pese a todo, tras cada votación, se sucedían las intervenciones. Algunas, pasando por encima las peticiones del moderador, no trataban sobre si quedarse o no, algo que comenzó a notarse en los rostros y en la paciencia de los presentes. Se respiraban las ganas de votar, de consensuar. Pero entre miles de personas, la impaciencia es un veneno. "Tenemos que ser pacientes, somos muchos", intentaban consolar los organizadores.

Finalmente, y tras varias votaciones, todo parecía estar claro. La acampada permanecería en Sol. ¿Con qué condiciones? A pesar de que se intentó establecerlas en el momento, al final se optó por retrasarlo para reflexionar y debatirlo en días posteriores.

Durante el proceso de votaciones, sin embargo, y aunque la mayoría fue evidente, se produjeron algunas curiosidades. Una mujer, por ejemplo, exclamó que "jamás había estado en Sol" y explicó que no sabía "si volvería". Aún así, se mostró favorable a que los demás se quedaran en la plaza. Grupos de turistas también se paraban, itinerantes, en determinados lugares de la asamblea y, cuando la gente levantaba las manos en señal de aprobación, imitaban el gesto. Al final, además, llamó la atención el hecho de que gran parte de las personas que votaron "no" al desalojo, se levantaron y abandonaron la plaza antes incluso de que terminase la asamblea. El moderador ya lo temía: "Las personas que no vayan a participar en la acampada no deberían estar aquí", avisó en un instante del debate. Con todo, el consenso no es discutible. De los que allí seguían por la noche, la mayoría se mostró favorable a permanecer acampados en la Puerta del Sol. Al menos por un tiempo.

Con los desalojados de París

Aunque no estaba en los puntos del día –"ojalá no lo estuviese", comentó una portavoz–, París estuvo muy presente en la asamblea. El desalojo por la fuerza de la plaza de la Bastilla, donde lanzaron gases lacrimógenos para echar a los más de mil acampados que la ocupaban, provocó el rechazo de la acampada madre. "París, no estás sola", se gritó al unísono en más de una ocasión. También se guardó un minuto de silencio. Lo ocurrido en la capital francesa, no obstante, también altivó los ánimos de muchos acampados. "¡Los franceses han ocupado la Bastilla, increíble lo que hemos conseguido!", jaleó una joven.

Para terminar el día, además, los altavoces de los acampados mostraron su apoyo a la causa parisina con el sonido inconfundible de La marsellesa. Muchos acampados además, aunque no se aprobó por consenso en asamblea pero sí se invitó a ello, terminaron la noche en silencio –o con el ruido de sus llaves– frente a la embajada de Francia en Madrid. De forma pacífica, eso sí.

Los acampados, en principio, permanecerán en la Puerta del Sol, al menos, hasta el martes. Y teniendo en cuenta que desde la comisión de Infraestructuras calculan que la preparación de un posible desalojo se podría alargar hasta cinco días, algo grave tiene que pasar para que el campamento no permanezca instalado en Sol hasta el próximo fin de semana. Estos días, en principio, darán forma a ese acuerdo de permanencia. Esperan duras jornadas de debate. Y hay una última cuestión que ronda la cabeza de muchos acampados: ¿qué hará ahora la Delegación del Gobierno? Desde Comunicación, la postura es clara: "Seguimos como siempre, amparados en el derecho a reunión pacífica que recoge la Constitución".


Las asambleas del 15–M votan seguir las acampadas en Madrid, Barcelona y Sevilla

Los acampados de la puerta del Sol y
la plaza de Cataluña votan quedarse

El movimiento 15–M se extiende por Europa con
protestas en Francia y Grecia

Por Sara España y Pere Ríos
Desde Madrid y Barcelona
El País, 30/05/11

Los acampados del 15–M en Madrid y Barcelona se quedan. Al menos de momento. La indignación del movimiento no se curó con las elecciones y parece que sobrevivirá también a las acampadas.

"No nos vamos. El movimiento continúa. Vamos a reestructurar el campamento porque somos responsables. Los grupos de trabajo seguirán en el espacio público", expuso una portavoz de la acampada en Madrid, que eligió quedarse indefinidamente pese a que la policía garantiza el diálogo con los concentrados hasta el martes.

Las plazas españolas que han albergado durante las últimas semanas el movimiento de los indignados, superando prohibiciones, tormentas y cargas policiales en algunos casos, vivieron un domingo de asambleas para decidir qué hacer: seguir o largarse.

La clave está en Madrid. Es el símbolo del movimiento, el foco de atención de lo que en medio mundo se conoce ya como "spanish revolution". Decenas de personas intervinieron en la asamblea multitudinaria, con turnos de palabra de tres minutos. Las peticiones de los comerciantes de la zona, que han mostrado también su indignación y su caída de ventas por la permanencia del campamento, estuvieron en todas las intervenciones. Pero se quedan.

En la gran asamblea de la Puerta del Sol, ante cientos de personas, los indignados de Madrid insistieron en que la desaparición del campamento no significaba la muerte del Movimiento 15–M. Lo mismo se clamaba en Barcelona, también simbólica como Madrid tras los violentos incidentes del viernes. En la capital catalana decidieron antes que en Madrid: la plaza de Catalunya seguirá tomada al menos hasta el martes y la puerta del Sol de manera indefinida.

La duda en Madrid no es tanto si quedarse o no, sino cómo quedarse, ya que comienza a haber "problemas de convivencia y con la electricidad" que, según los portavoces, han generado "una situación de inseguridad". La comisión de infraestructuras pidió que no se mantuviese el campamento "indefinidamente". La de Información puso un plazo máximo de "no más de una semana" y la de Alimentación pidió directamente ser eliminada porque tienen muchos problemas con gente ajena a la acampada que se lleva la comida y no respeta los turnos.

Pero lo que sí tienen claro es que el movimiento continuará vivo, con tiendas de campaña o sin ellas, en grupos de trabajo por barrios y ciudades. Antes de la reunión en la que los indignados decidían si se iban o se quedaban, cientos de ciudadanos pasaron horas al sol para escuchar sus propuestas. El sábado hubo hasta 121 asambleas por distintas zonas y municipios de la Comunidad de Madrid a las que asistieron más de 20.000 vecinos, según la organización. Ayer era el día de poner en común todas las ideas recabadas.

Antes de la votación, se escucharon las opiniones de unos y otros. Especial importancia tuvo la intervención de los acampados, las decenas, a veces cientos de personas que pernoctan en la plaza pública, y que trasladaron a la asamblea los problemas a tener en cuenta: de seguridad, con especial atención a los robos y la tenencia de armas blancas; de suministro de alimentos, material de todo tipo y electricidad; de convivencia y por el malestar de vecinos y comerciantes; y hasta un detalle que puede resultar menor excepto para aquel que lo sufre, las inclemencias de una primavera de sol aciago y persistentes chaparrones. "La existencia del campamento está supeditada a la solucion de estos problemas", se dejó claro antes de dejar unos minustos a los asistentes para reflexionar, abrir el turno de palabra y, al fin, votar.

El sábado hubo hasta 121 asambleas por distintas zonas y municipios de la Comunidad de Madrid a las que asistieron más de 20.000 vecinos.

También votaron sobre la conveniencia de permanecer o no acampados en Sol, pero la voz mayoritaria pedía que las lonas y carteles dejaran el kilómetro cero cuanto antes. Una idea que ganó fuerza fue la de que los seguidores del 15–M se concentraran en Sol con una periodicidad todavía indefinida. También se propuso convocar una manifestación y dejar un puesto de información permanente sobre esta protesta ciudadana. Es decir, se quedan pero no saben cómo. Tras dilatadas deliberaciones, la asamblea popular decidió mantener las tiendas y tenderetes en la plaza, donde llevan ya dos semanas, con la intención declarada, eso sí, de "reestructurarse".

Mientras, el movimiento continúa haciéndose fuerte en otras ciudades y extendiéndose fuera de España. Miles de personas –unas diez mil según los convocantes y algo más de tres mil según la Policía Nacional– se manifestaron ayer por el centro de Sevilla convocados por acampados del Movimiento 15–M en la ciudad. Los indignados sevillanos han acordado quedarse en la acampada hasta el 4 de junio, el sábado que viene.

Los acampados de Valencia también debatían si continuar adelante y de qué forma proseguir con sus actividades de protesta y de propuestas si finalmente, optan por levantar las tiendas de campaña. En Logroño ya han decidido: se quedan acampados. En Toledo, sin embargo, los concentrados del Movimiento 15–M que han estado acampados las últimas dos semanas en la plaza de Zocodover han empezado a recoger sus enseres y ya no pasarán esta noche en la plaza, aunque seguirán con las asambleas.??

En Barcelona, los indignados de la plaza de Catalunya superaron con nota la noche del sábado la prueba que suponía la celebración de la victoria del Barça en la Champions junto a la fuente de Canaletas, situada a unos metros.

En Atenas y París

Decenas de miles de personas, unas 40.000 según la policía de Atenas y el doble según los espacios en redes sociales, acudieron ayer a la plaza central de la ciudad para mostrar su indignación con los políticos, informa Efe. Los indignados griegos lanzaron un mensaje de solidaridad al movimiento del 15–M español.

En París, unas mil personas se manifestaron en la simbólica plaza de la Bastilla en un movimiento inspirado por los indignados de España para protestar "contra el paro, la precariedad y la corrupción" y a favor de una "democracia real". El movimiento, iniciado por jóvenes españoles el 19 de mayo en apoyo al movimiento del 15–M, reúne cada día en la misma plaza a entre 100 y 200 personas. Los manifestantes gritaron consignas como "¡París, de pie, levántate!" y los diversos carteles, tanto en francés como en español, rezaban eslóganes como "Mayo de 1968 pedía lo imposible, mayo de 2011 realizará lo imposible". La protesta también se extendió a otras grandes ciudades del país, como Toulouse, Bayona o Lyon.