Europa

Alemania exige quitar la soberanía a los países que reciban ayudas
y rechaza dar carta blanca al fondo de rescate griego

Las dudas sobre Grecia reavivan la tormenta europea

Por Claudi Pérez
El País, 28/07/11

Cuando Europa despertó, el mercado todavía estaba ahí. La cumbre europea de la semana pasada supuso un cambio de rumbo (ayudas más baratas y un fondo de rescate capaz de comprar deuda pública en el mercado abierto) que probablemente permita a Grecia esquivar el accidente al que parecía abocada.

Pero Europa ha perdido 20 meses, el problema es ya demasiado grande y a estas alturas la solución es insuficiente si el incendio alcanza a Italia y España. Sobre todo si las balas silban por todas partes: la falta de acuerdo en EE UU deja al Gobierno de Obama al borde de la suspensión de pagos, y a este lado del Atlántico Alemania vuelve por donde solía.

Su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, lanzó ayer un doble mensaje: Berlín no dará carta blanca a las compras de bonos por parte del fondo de rescate (lo que resta credibilidad a la solución técnica alcanzada), y los países que necesiten ayuda deberán ceder soberanía a la UE (y eso anticipa problemas políticos).

Pasado ya el ensueño de la cumbre, los mercados llevan varios días castigando, y ayer el revés llegó tanto a la Bolsa (caídas superiores al 1% en toda Europa y del 1,5% en Wall Street, lideradas por la banca) como al mercado de deuda, donde Italia sufrió de lo lindo y elevó su prima de riesgo casi a la altura de la española. España e Italia pagan cerca del 6% por sus bonos a 10 años. Alemania, menos del 3%. La diferencia (el llamado riesgo país) tiene a Europa en ascuas: ambas economías suman en torno al 40% del PIB de la eurozona, una cifra que las hace demasiado grandes para caer y para ser rescatadas.

La fragilidad del acuerdo europeo puede medirse por los mensajes de los líderes políticos a sus respectivas ciudadanías. A un lado, el primer ministro de Grecia, Yorgos Papandreu, aseguró que el nuevo fondo de rescate, con ayudas a tipos de interés del 3,5% –solo algo por encima de lo que paga Alemania– "es equivalente a introducir los eurobonos", en lo que supone "una decisión histórica". Al otro, Alemania: "Un Estado que reciba ayudas debe devolver a la UE su renuncia a parte de su soberanía", dijo Schäuble en unas declaraciones destinadas al consumo interno, con la popularidad de la canciller Angela Merkel en horas muy bajas.

Los frentes abiertos son múltiples y esa guerra de guerrillas entre países rescatadores y países rescatados no ayuda. La agencia S&P volvió a degradar la nota de solvencia de Grecia para dejarla al borde de la suspensión de pagos y reiteró que la participación del sector privado en la reestructuración de deuda equivale a un impago selectivo.

El Eurogrupo sigue sin cerrar la cuantía del rescate a Atenas –los 109.000 millones pactados son solo una cifra "estimada", dijo un alto funcionario europeo– y el FMI añadió incertidumbre al amagar con reducir su parte en la ayuda a Grecia, según el Wall Street Journal.

¿Y España? Los beneficios del primer banco español, el Santander –cuyo crédito en España cae el 7%– se redujeron el 21% en el trimestre, las comunidades amenazan con incumplir el objetivo de déficit, la prima de riesgo sigue por las nubes. "La presión está lejos de ceder. Por los problemas de EE UU, por el inoportuno debate que vuelve a reabrir Alemania, por toda la incertidumbre que vuelve a estar sobre la mesa", indicó José Carlos Díez, de Intermoney. El mercado sigue ahí, al acecho.


El jueves 21, un rescate orquestado en una cumbre europea fue saludado por
los mercados, pero todo indica que se trata de un alivio efímero

Rescate a Grecia: se va la euforia y vuelve la crisis

The Guardian, 23/07/11

Al segundo día, la euforia se disipó. Las acciones de los bancos dejaron de subir, la tasa de los bonos de Italia y España retomó su alza y la conducta de los inversores mostró que, pese a la pericia puesta en diseñar un paquete que esquivara el campo financiero minado, los desafíos económicos y políticos todavía son enormes.

Primero, la noticia ciertamente positiva. El rendimiento de la deuda griega a dos años cayó del 40% al 28%. Por cierto, aun esa menor tasa hace evidente que Grecia está a miles de kilómetros de poder financiarse en el mercado. Pero el riesgo de un inminente default caótico se ha disipado por la disposición de la eurozona a prestarle dinero. Recibirá US$109.000 millones al 3,5%, con plazo de entre 15 y 30 años. Los bancos se sumarán (forzados) a este intento de alivio de la deuda griega, pero no pondrán tanto como para que haya que temer hoyos en sus balances.

Las sumas exactas son difíciles de determinar, dada la complejidad del menú del ofrecimiento de los bancos, pero el golpe al sector privado podría ser de US$50.000 millones para 2011–14, calculan los analistas; los bancos lo considerarán un buen resultado para ellos ¿Pero la ayuda será suficiente para que Grecia vuelva a la senda de la solvencia financiera? ¿Y la eurozona ahora tiene los medios para lidiar con algún pánico sobre la deuda de España y de Italia? Es difícil contestar “sí” a esas preguntas. El plan de alivio de la deuda no parece suficiente como para ser una solución definitiva. El ratio de la deuda griega respecto del PBI, que antes se estimaba que llegaría al 160%, podría no bajar de 130% y su economía aún es demasiado poco competitiva y demasiado débil como para que las subas de impuestos recorten significativamente la deuda.

Mientras tanto, el nuevo organismo de estabilización financiera pergeñado por Europa (EFSF) es un invento raro. Se le ha dado más libertad para correr en defensa de España e Italia, mediante la compra de bonos en el mercado y otras maniobras, pero no se le ha dado dinero para destinar a esas misiones. Como dijo Willem Buiter, economista de Citigroup : “El EFSF ahora es un arma más grande, pero con la misma debilidad de municiones”.

La munición tendrá que provenir de una colecta entre los países miembros. Pero los mercados saben que pasar la gorra durante una crisis es un negocio incierto: si los electorados de los países ricos se rebelan contra los rescates, los políticos pueden vacilar. Los inversores, es presumible, solo respetarán el poder del EFSF cuando vean el dinero. Entonces ¿cuáles son las probabilidades de otra cumbre de emergencia en un año? Si el crecimiento sigue perdiendo fuerza en la eurozona, parece que habría muchas posibilidades.


Preocupan los detalles confusos del plan

Los mercados dudan del rescate griego

Por Luisa Corradini
Corresponsal en Francia
La Nación, 23/07/11

París.– Pasado el primer momento de euforia provocado el jueves por el masivo plan de ayuda a Grecia y al futuro del euro, los mercados financieros comenzaron ayer a reflexionar sobre las incertidumbres que pesan respecto de la aplicación del acuerdo alcanzado por los 17 líderes de la eurozona y las consecuencias que tendrá el inminente default parcial de la deuda griega.

La sanción por los interrogantes que dejó abiertos la solución adoptada no tardó en llegar: después de juzgar "importante" y "positivo" el acuerdo concluido, la agencia de riesgo Fitch anunció ayer su intención de colocar la deuda griega en "suspensión parcial de pagos".

Los dirigentes europeos habían aludido a esa posibilidad al anunciar el programa de ayuda de casi 160.000 millones de euros, con una fuerte participación del sector privado.

Ese plan modifica los términos iniciales de reembolso de los préstamos otorgados a Grecia. Una modificación "que implica una pérdida del 20% para los bancos y otros tenedores de deuda griega", precisó Fitch. Para la agencia, "esto constituye un default".

Por el momento, esa suspensión de pagos, que debería durar pocos días y ser acompañada por el Banco Central Europeo (BCE), no parece inquietar a los mercados, como perturban otros detalles confusos del plan.

"Los resultados de la cumbre sorprendieron positivamente, pero, como siempre, el diablo se esconde en los detalles", señalaron analistas del banco francés Crédit Agricole.

La incertidumbre persiste, por ejemplo, en cuanto a la forma en que se producirá la intervención del sector privado en este segundo plan de ayuda. Bancos, aseguradoras y fondos de pensión, que poseen 150.000 millones de euros de deuda griega, deberían contribuir con unos 135.000 millones de aquí a 2020 (y no en 30 años como declaró el presidente Nicolas Sarkozy anteayer).

De esa cifra, 54.000 millones serán desembolsados en los próximos tres años.

Entre los puntos positivos, figuran la reducción de 26.000 millones de euros del volumen de la deuda griega y la capacidad acordada al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) de comprar deuda pública de aquellos países en dificultad en el mercado obligatorio secundario.

"El problema es que el FEEF, en su envergadura actual, tendrá una capacidad de acción limitada", señala Valentín Marinov, analista de CitiFX. Ese fondo, creado en 2010 y dotado de 440.000 millones de euros, parece insuficiente para ayudar a un país del tamaño de España y mucho menos de Italia.

La verdadera garantía reside en que "todos los Estados de la eurozona se comprometan a respetar sus obligaciones financieras y sus propios programas de reducción de déficits y de reformas estructurales", indicó la firma Aurel.

En todo caso, el nuevo plan de ayuda a Grecia tendrá consecuencias directas en el endeudamiento de los 17 países de la zona euro: la deuda pública de Francia, por ejemplo, aumentará en 15.000 millones de euros en dos años, según anunció ayer el primer ministro François Fillon. Esa suma se agregará a los 1,6 billones de deuda global del país. Ese "costo indirecto" responde a las garantías aportadas por Francia a los préstamos consentidos al FEEF.

Los mercados también son conscientes de que, a pesar de todos los esfuerzos realizados y de la considerable reducción de su deuda, el nivel de endeudamiento de Grecia es considerado casi insostenible.

La canciller alemana, Angela Merkel, prometió ayer en Berlín "consagrar todas sus energías a apoyar" los esfuerzos de recuperación de Atenas e incitar a la industria alemana a poner en marcha en ese país una suerte de "Plan Marshall".

El Ministerio de Economía alemán habría elaborado un plan de 16 puntos llamado "Ofensiva de inversión y crecimiento para Grecia", que detalla las posibilidades para empresas e instituciones alemanas de participar en el proceso griego de reformas.

En resumen, nadie ignora que el riesgo de contagio no ha sido totalmente descartado y que todavía es demasiado pronto para cantar victoria. Pero aun los peores euroescépticos coincidían ayer en que, por primera vez en años, los líderes de la eurozona fueron capaces de evitar una catástrofe de imprevisibles consecuencias.

"A pesar de que la cumbre de anteayer no concluyó con una solución definitiva a la crisis de la deuda, es imposible calificarla de «nuevo parche de emergencia»", afirma el influyente diario británico Financial Times en su editorial de hoy. La biblia de las finanzas mundiales señala que los líderes de la eurozona "fueron capaces de dar un paso atrás después de mirar el vacío desde el borde del precipicio".

Ayer, las Bolsas europeas y asiáticas mantuvieron el optimismo provocado en la víspera en los mercados por el rescate alcanzado para Grecia, aunque las plazas americanas cerraron mixtas: el Dow Jones perdió 0,34%, pero el Nasdaq ganó 0,86%.


Reina la incertidumbre sobre los efectos
del plan acordado en la Conferencia Europea
para no dejar caer el euro

Por Luisa Corradini
Corresponsal en Francia
La Nación, 24/06/11

PARIS.–Durante más de un año, la crisis de la eurozona pasó de un drama al otro sin solución de continuidad: primero Grecia, después Irlanda, más tarde Portugal, España, Italia, Grecia otra vez. Cuando ya todos daban por perdida la moneda única y pronosticaban el regreso de Atenas al dracma, los líderes europeos tomaron, esta semana que pasó, una serie de medidas que alejaron al bloque del precipicio. Pero pasados los primeros momentos de euforia, las preguntas de siempre volvieron a surgir: ¿fue suficiente? ¿Grecia está salvada? ¿El euro está asegurado?

Hasta los más escépticos reconocen que, por una vez, los dirigentes de la eurozona se animaron a aceptar que lo "impensable" era, en realidad, "inevitable": dejaron de pretender que Grecia era solvente; consintieron en prestarle más dinero (158.000 millones de euros) y por más tiempo; solicitaron a los acreedores privados que contribuyeran a la reducción de la deuda; prometieron asegurar la financiación de los bancos griegos; reconocieron la necesidad de alentar el crecimiento, y extendieron las atribuciones del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) para convertirlo en un instrumento flexible de intervención.

En la Cumbre en Bruselas sólo fueron desechadas las ideas más radicales. Entre ellas, la creación de "eurobonos", alentada por sectores del mundo de las finanzas.

Tratándose de Grecia, el aggiornamento es real. A una ecuación sin solución, los líderes opusieron una nueva arquitectura financiera que no parece imposible. Prestando más barato y con una reducción de la deuda actual, provocaron un alivio de 26% de la carga financiera, sin dudas insuficiente pero incontestable.

El acuerdo tuvo sus efectos inmediatos. Los mercados respondieron con relativo optimismo, el euro se fortaleció y la reducción de las primas de riesgo para Grecia y otros países permitió, sobre todo, creer en un receso de la ola especulativa contra la periferia de la eurozona.

Pero los actores del mercado tampoco dejaron de señalar que el ambicioso acuerdo tiene que ser todavía implementado. "Los resultados de la cumbre sorprendieron positivamente, pero el diablo se esconde en los detalles", señalaron analistas del banco francés Crédit Agricole.

Tres puntos preocupan: la inminente suspensión parcial de pagos de Grecia, su desarrollo económico futuro y el efecto de su deuda en el resto de la eurozona.

Después de haber transformado la cuestión en tabú, el default griego es exactamente lo que sucederá. Pero el impacto no debería ser muy dramático. Las agencias de notación indicaron que los nuevos bonos de la deuda podrán ser recalificados, después de ser cambiados en el mercado secundario, porque estarán garantizados por el FEEF.

Es verdad que una reducción de la deuda pública griega no devolverá la competitividad a sus empresas y el trabajo a sus desempleados. Muchos creen que su nivel de endeudamiento es insuperable y que, para salir del pozo, tendrá que abandonar el euro y regresar al dracma.

Cuando la Argentina dejó la paridad con el dólar, en 2002, el peso perdió 80% de su valor. En Grecia, toda la deuda está emitida en euros. La conversión forzada destruiría lo esencial del ahorro y provocaría quiebras en cadena en el país, en la eurozona y en el resto del mundo, según la geometría de la conversión.

Antes de ese shock, los ahorristas se precipitarían a sacar su dinero de Grecia, lo que derrumbaría los bancos. Lejos de verse reforzada, la eurozona resultaría debilitada, pues la especulación se lanzaría sobre el euro. "Es por esa razón que es preferible la opción de una reestructuración dentro del euro", precisó Bris Schlossberg, director de investigación en Global Forex Trading.

Los que nunca caen

El acuerdo del jueves pasado parece haber alejado ese fantasma. Sin embargo, para algunos expertos, que las agencias de riesgo hayan aceptado colaborar no significa que el peligro haya desaparecido.

"Los mercados pueden reaccionar lanzándose en una especulación irracional contra otros países de la región", advirtió Jürgen Matthes, del Instituto de Investigación Económica de Colonia.

Matthes señala el reciente anuncio de la agencia Moody's, al advertir que otros países podrían ser sancionados en caso de un default parcial de Grecia. Pero ¿cómo se lucha contra el riesgo de una "especulación irracional"?

En la batalla actual entre mercados y Estados, hay actores que nunca caen en default. Por ejemplo, los especuladores, que hacen su trabajo: especulan.

Ayudados por cierta prensa financiera y algunas agencias de riesgo obnubiladas por las dificultades de Europa –y despreocupadas por el estado calamitoso de las finanzas públicas de Estados Unidos y Gran Bretaña–, esos actores trabajan para que los peores augurios que pesan sobre el euro y la UE se hagan realidad.

Por el lado de Europa, varios Estados respondieron positivamente a sus nuevas obligaciones. Todos los países del Sur lanzaron planes de austeridad. Todos saben que es una cuestión de supervivencia.

En todo caso, al tratarse del euro, las medidas de consolidación anunciadas no disiparán la inquietud sobre otros países de la zona. Sobre todo, España e Italia.

"Entre los puntos vulnerables revelados por los movimientos telúricos de los últimos meses, uno de los más serios parece ser la correlación entre crisis bancaria y crisis soberana", señaló Erik Jones, profesor en la John Hopkins University.

En Grecia, el estado de las finanzas públicas es una amenaza para los bancos, cuyo portafolios de títulos públicos es dos veces superior a sus capitales. El mismo temor existe en Italia. En Irlanda, el derrape de los bancos terminó por poner de rodillas al Estado. "El círculo vicioso se inicia por un lado o por el otro, pero enseguida la lógica es la misma: un Estado en dificultad fragiliza los bancos por la depreciación de los títulos públicos. A su vez, los bancos en dificultad debilitan al Estado por el costo de sus rescates", explicó Jones. Una sola receta parece ser capaz de romper ese círculo devastador: una mejor gobernabilidad financiera a nivel europeo y una mayor mutualización de los riesgos. Desde el jueves, el bloque parece dirigirse lentamente en dirección de la primera medida.

Por el contrario, la mutualización sigue siendo tabú. Como sucedió con el default griego, no es seguro que ese prejuicio sobreviva a los desafíos actuales.

La peligrosa pendiente de la economía de la UE

Pese a los ajustes, los multimillonarios rescates y el ambicioso plan para salvar a Grecia y al euro, el peligro aún está latente: un default –aunque parcial– griego podría arrastrar hacia el abismo a otras economías europeas que están debilitadas por la crisis de deuda soberana.

Francia: Estático. Aunque la percepción es que está lejos del efecto contagio de la crisis de deuda, Francia es el único de los principales países europeos que no ha tomado medidas significativas para atacar su déficit. PBI: 2.582 – Deuda: 81,7%.

Gran Bretaña: Riesgo. El ministro de Finanzas reconoció que el país "no está inmune" a la crisis; la rebaja en la calificación crediticia de Irlanda podría afectar a los bancos británicos nacionalizados, que hicieron fuertes préstamos a Dublín. PBI: 2.247 – Deuda: 76,5%.

Austria: Dependencia. Aunque su situación no es agobiante, al igual que los Piigs depende en gran parte de la financiación externa para administrar su carga de deuda soberana. PBI 376 – Deuda: 72,3%.

Hungría: Auxilio. No está en la eurozona, pero ya hizo tambalear a los mercados, que la veían como "la próxima Grecia"; en 2008, el FMI la rescató de la quiebra, con un auxilio de 19.000 millones. PBI: 132 – Deuda: 80,2%.

Bélgica: Amenaza. El país, que sufre una larga crisis política, quedó en el ojo del huracán: por su alto nivel de deuda, las calificadoras lo amenazaron con bajarle la nota, lo que provocó una fuerte suba de la prima de riesgo. PBI: 465 – Deuda: 98,6%.

Italia: Estancado. Tercera economía de la región, el país casi no crece desde hace una década, arrastra una pesada deuda y su gobierno está en la cuerda floja. Para alejar el fantasma del contagio de la crisis, aprobó un duro ajuste de 70.000 millones en tres años. PBI: 2.055 – Deuda: 119%.

España: Vulnerable. Es uno de los países más vulnerables al contagio: sumergido en una profunda crisis económica, con récord de desempleo, los tipos de interés españoles en el mercado de deuda llegaron a picos históricos desde la creación de la eurozona. PBI: 1.409 – Deuda: 63,4%.

Portugal: Ajuste. Ante la imposibilidad de hacer frente a su deuda y su abultado déficit, el gobierno tuvo que aprobar en abril un doloroso plan de ajuste, para así recibir la vital ayuda de la UE y el FMI, de 78.000 millones en tres años. PBI: 229 – Deuda: 93%.

Irlanda: Debacle. De protagonizar un milagro económico hasta hace tres años, pasó a la debacle. Ya recibió 85.000 millones de ayuda, y ahora Moody's le bajó la nota a "bono basura": necesitaría más financiación para volver a los mercados. PBI: 204 – Deuda: 96,2%.


Caen las bolsas de Europa por las dudas sobre el rescate griego

Pese al plan de ayuda millonario,
Grecia iría a la quiebra

Por Julio Algañaraz
Corresponsal en Roma
i–Eco, 28/07/11

Es cada vez más real el espectro de una segunda fase dramática de la crisis global que estalló en 2008 con efectos devastadores sobre la economía mundial. Ayer la acumulación de malas noticias agravaron los temores. En una semana se han disipado las esperanzas y los débiles optimismos de que un Plan Marchall de 160 mil millones de euros, aprobado por los jefes de Estado y de gobierno de la Eurozona, salvarán a Grecia y al euro. La agencia de rating Standard and Poors, gran pájaro de mal agüero, bajó la calificación de Grecia de triple a doble CC, poniendo a Atenas a un metro del precipicio .

Las Bolsas europeas fueron ayer el termómetro del agravamiento de la crisis, que parece imparable por los contragolpes de la pelea en EE.UU. entre demócratas y republicanos que puede llevar el 2 de agosto a un “default” de la superpotencia. Milán encabezó la caída generalizada. Al cierre, el índice MIB bajó un 2,8%, pero en medio de la sesión las pérdidas llegaron al 3,3%. El sector bancario es el lastre que tira abajo al mercado financiero, porque Unicredit (–4,30%) Intesa San Pablo (–5,13%) y Ubi Banca (–5,68%), están pletóricos de títulos de la deuda pública italiana, en la que han perdido confianza los inversores.

Una noticia alimentó el pesimismo. El londinense Financial Times informó que el Deutsche Bank ha reducido drásticamente (un 88%) su exposición en obligaciones de la deuda pública de Italia, que es del 120% del PBI y está llegando a los dos billones de euros.

El descalabro de los valores bancarios se extendió a España, donde las pérdidas llegaron al 1,93%. En París el retroceso fue de 1,42% y en Londres del 1,23%, mientras que en la Bolsa de Franckfurt fue de 1,32%.

“Los mercados se preparan a lo peor” , dijo un operador de la Bolsa italiana. Ayer los Bonos del Tesoro pasaron la barrera psicológica de los 300 puntos y cerraron a 3,12%, contra 2,88% del martes. En Italia los remates cotidianos de títulos públicos a diez años llegaron a un interés del 5,748%, mientras que en España el temor al contagio de la crisis de Grecia elevó las tasas al 6,02%.

Mientras tanto, en Alemania la confianza en los “bund” hicieron bajar el interés a 2,70% de 2,73% del martes, calificados con el mágico rating de AAA. Habrá nuevas rebajas de los tipos germanos, lo que mejora notablemente las finanzas públicas porque el estado alemán desembolsa menos y puede emitir nuevos títulos.

En cambio, el panorama es negro en los países débiles de la zona euro. Grecia pagó ayer 14,4% de sobretasas contra 14,43% del martes. En Italia, cada 1% que aumenta el “spread” obliga a un esfuerzo financiero que en tres años llegará a los 7.500 millones de euros, comprometiendo el plan de medidas de austeridad aprobado hace dos semanas a tambor batiente por el Parlamento de Roma. La decisión de las calificadoras de bajar también el “rating” de riesgo de Chipre causó inquietud porque la isla del Mediterráneo oriental se ha convertido en una plaza financiera importante tras la decadencia de Beirut y Dubai. Es el principio del contagio de la tragedia griega.

El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schauble, echó más leña al fuego de la desconfianza, al advertir en una carta a los diputados de su país que “no vamos a firmar un cheque en blanco”, para la compra de deuda de los países en dificultad por parte del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, elegido como gran instrumento para poner en pie a Grecia.

Los griegos se encaminan a una bancarrota para muchos inevitable. Ya algunos analistas y las compañías calificadoras de riesgo consideran que el plan de ayuda contiene de hecho “defaults” selectivos que deberán pagar los bancos y sectores privados comprometidos a colaborar por los 17 gobiernos de la Eurozona.


Califican de default “restringido” al nuevo plan
de salvataje griego

Por Idafe Martín
Desde Bruselas
i–Eco, 23/07/11

Las amenazas, si no se cumplen, no son creíbles. Y las agencias de calificación, ariete de los mercados financieros, cumplieron ayer las suyas. Fitch Ratings aseguró que el segundo rescate a Grecia será considerado un “default restringido”.

Cuando Atenas haga el canjee de bonos previsto en el acuerdo europeo para sostener sus finanzas, Fitch dará a la deuda helena la calificación de D (por default). Con eso podrían activarse los credit default swaps (cds) , seguros contra impago de deuda, unos instrumentos de especulación extremadamente tóxicos que podrían desencadenar otra crisis financiera global.

Esta interpretación fue rechazada por la International Swaps and Derivatives Association. Esta organización –que decidirá si se activan los cds y cuándo se haría– cree que Grecia n o debe ser considerada en default porque la implicación bancaria es voluntaria.

Las bolsas habían arrancado ayer con subidas, pero tras el anuncio de Fitch se moderaron y volvieron a poner en tensión las primas de riesgo de Italia y España, el diferencial que deben pagar con respecto a Alemania para colocar sus bonos. La sobretasa española que había bajado hasta 245 por la mañana saltó a 290 puntos. Y la italiana subió hasta 230. La semana pasada España había tocado 375 e Italia 330.

Tampoco ayudó ayer Angela Merkel a contener la tensión. La jefa del gobierno alemán, tras decir que quiere que “Europa salga reforzada de esta crisis” y que “Europa es impensable sin el euro”, añadió que Italia debe aprobar más ajustes para reducir su déficit público y su deuda del 120% del PBI, a pesar del plan de ajuste de 79.000 millones de euros en 4 años aprobado la semana pasada.

La reacción más comedida de los mercados se debe a que, con el acuerdo para ayudar a Grecia, el Banco Central Europeo tomó las medidas oportunas para enfrentarse a esa rebaja de la calificación griega. Aunque Grecia reciba la D, el emisor europeo seguirá aceptando sus bonos como garantías para financiar a la banca helena.

Según el comunicado de Fitch, “la participación del sector privado que recoge el memorando de la cumbre tal y como está descrita por el Instituto para las Finanzas Internacionales que reúne a más de 400 bancos de unos 70 países será un fenómeno de impago restringido”. Fitch añade que el canje conllevará “ una pérdida neta del 21% para los bancos y otros acreedores de Grecia ”.

Las agencias aseguran que el sistema acordado por la Eurozona hará que los bonos actuales en poder de los bancos se canjeen por bonos con peores condiciones de rentabilidad, menores intereses y plazos de vencimiento más largos. Fitch dice que la rebaja de la calificación se producirá cuando acabe el plazo de canjeo de los bonos. Funcionarios europeos aseguraron ayer que la UE había explicado el programa a las calificadoras y cómo querían hacer participar en él a los bancos de “forma voluntaria”. Además, habrían intentado evitar que las agencias siguieran bajando la nota de la deuda de los demás países amenazados. La participación bancaria consiste en que los bancos, a través del canje, dejarán de cobrar 37.000 millones de euros de aquí a 2014 y perderán otros 12.600 millones por la recompra.


Moody's bajó la calificación de la deuda griega y
la dejó a un paso del default

Agence France–Press (AFP), 25/07/11

Pese al plan de rescate internacional, la agencia de calificación degradó en tres escalones la nota de la deuda a largo plazo porque consideró que el país no podrá reembolsar íntegramente a sus acreedores privados.

La agencia de calificación financiera Moody's degradó en tres escalones la nota de la deuda a largo plazo de Grecia, pese al plan de rescate internacional, colocándola a un paso de la cesación de pagos, pues considera que no podrá reembolsar íntegramente a sus acreedores privados.

El anuncio de un segundo plan de ayuda de la Eurozona y del intercambio de las antiguas obligaciones griegas contra nuevas que lo acompañan "sugieren que los acreedores privados sufrirán pérdidas", explica el lunes esta agencia en un documento. La nota de la deuda a largo plazo de Grecia es ahora de Ca, contra Caa1 anteriormente.

"Esta degradación refleja las pérdidas esperadas que sugiere el intercambio de deudas", explica Moody's, una de las tres grandes agencias mundiales de calificación financiera.

Moody's indica que una vez realizado el intercambio entre los antiguos documentos griegos y los nuevos, examinará nuevamente la nota de este país para asegurarse de que la misma "refleja el riesgo asociado a su nuevo estatuto, incluyendo potenciales futuras reestructuraciones de la deuda".

Para esta agencia, el nuevo plan de salvamento tiene indudablemente ventajas para el país –baja de los costos vinculados a su deuda y menor dependencia de los mercados financieros–, "pero el impacto sobre la reducción de su deuda es limitado", alega.