Europa

Italia - Crece la tensión social

Violentas protestas por el ajuste

Hubo disturbios tras la aprobación en la Cámara de Diputados
del plan de austeridad

Por Elisabetta Piqué
Corresponsal en Italia
La Nación, 15/09/11

Roma.– Mientras afuera arreciaban las protestas, con manifestantes furiosos que lanzaban piedras, petardos y bombas incendiarias, la Cámara de Diputados de Italia aprobó ayer definitivamente un nuevo plan de ajuste de 54.000 millones de euros.

El fin de la denominada "maniobra", como se conoce el plan de austeridad, es lograr el equilibrio fiscal en 2013 y frenar el ataque especulativo que sufre Italia desde hace semanas en los mercados, que desconfían de su solidez financiera.

Considerado "inevitable" en el marco de la dramática crisis que sacude a la eurozona, el plan de austeridad suscitó gran rechazo en la opinión pública porque golpea con más fuerza en la clase media. No sólo recibió durísimas críticas de la oposición de centroizquierda, sino también de los sindicatos y de los empresarios. Estos consideran que el plan sólo aumenta ulteriormente la presión fiscal –ya elevada– que hay en el país, pero no estimula el crecimiento, que es lo que necesita Italia, tercera economía de la eurozona, pero con crecimiento casi nulo desde hace 10 años y con una deuda pública cercana al 120% de su PBI.

"Esta maniobra no resuelve los problemas de Italia, no fomenta el crecimiento, no tiene reformas estructurales, es toda impuestos y es claro que es depresiva", disparó Emma Marcegaglia, presidenta de Confindustria, la UIA local, que también criticó las diversas modificaciones que tuvo el plan de ajuste en las últimas semanas, lo que dejó en evidencia los conflictos internos del país y dañó su credibilidad.

"No es aceptable que un país como Italia sea menos creíble que España, pero así nos perciben los mercados", lamentó Marcegaglia, al hablar ante empresarios reunidos en Perugia.

Entre diversos recortes de gasto público –que afectarán a ministerios, provincias y municipios–, el plan prevé el aumento del IVA del 20 al 21 por ciento. Además, un impuesto para súper ricos del 3%, que se aplicará a los ingresos declarados superiores a los 300.000 euros anuales; el adelanto de la jubilación de las mujeres a los 65 años en el sector privado en 2014, en lugar de 2016, y el incremento de la lucha contra la evasión fiscal, uno de los grandes problemas de Italia.

Protestas

La aprobación de este paquete de austeridad tuvo lugar en medio de un tenso clima alrededor de la Plaza Montecitorio, donde está la Cámara de Diputados. Allí se habían reunido diversos grupos sindicales para protestar, mientras la policía aguardaba con cascos y escudos listos para cargar y helicópteros que revoloteaban en el cielo. Los sindicatos están furiosos porque el plan incluye un artículo con el que se podrán anular las condiciones de despido del estatuto de los trabajadores.

A media tarde, el centro histórico de Roma parecía una zona de guerra, con manifestantes furiosos que lanzaban de todo contra el Parlamento y cientos de agentes antimotines que cargaban contra los protestantes, en incidentes que por un momento paralizaron la zona.

En el hemiciclo también reinaba un clima tenso. "¡Ustedes son la causa de la crisis económica, política y moral del país! ¡Sólo si se van de aquí el país podrá renacer", clamó el ex fiscal anticorrupción Antonio Di Pietro, líder de Italia de los Valores, que reclamó, como viene haciendo la oposición desde hace meses, la renuncia del gobierno de Berlusconi.

Este se encontraba envuelto en un enésimo escándalo: de hecho, se filtraron a la prensa escuchas telefónicas en las que el premier italiano le dice a un ex colaborador, Walter Lavitola, hoy buscado por la justicia por haberlo chantajeado, que no regrese al país. "Quedate dónde estás y ya veremos? Ya los exculparé a todos", dice en la escucha Berlusconi, al recibir una llamada de Lavitola desde Bulgaria, el 24 de agosto pasado. Según la fiscalía de Nápoles, Lavitola habría extorsionado al premier italiano junto con Giampaolo Tarantini, joven empresario ya bajo arresto, que solía reclutar jóvenes para sus fiestas.