Grecia

Día de furia en Atenas por la llegada de los inspectores de la “Troika”

Manifestantes bloquearon los ministerios
para impedir su entrada

Agence France–Press (AFP), 29/09/11

Atenas.– Al grito de "Tomen su rescate y váyanse", miles de empleados públicos bloquearon hoy las puertas de los ministerios de Grecia para perturbar el inicio de la reanudación de las negociaciones entre el gobierno y los inspectores internacionales de la llamada Troika (el FMI, la UE y el Banco Central Europeo), que evalúan la aprobación del siguiente tramo de ayuda que el país necesita para evitar una moratoria.

"Estas ocupaciones se realizan debido al regreso de la Troika y a las nuevas medidas bárbaras decididas para recortar aún más los sueldos, introducir tablas de salarios miserables, imponer nuevos impuestos y efectuar despidos masivos", afirmó en un comunicado la Confederación de Sindicatos de Funcionarios Públicos (Adedy), que organizó la protesta.

El bloqueo de casi todos los ministerios del país comenzó antes de que abrieran los edificios y continuará hasta mañana viernes.

La medida impidió que los inspectores de la Troika, integrada por la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), entraran al Ministerio de Finanzas y los forzó a reunirse con el ministro de esa cartera, Evangelos Venizelos, en otra dependencia del gobierno.

También fueron bloqueadas las entradas de otros cinco ministerios, mientras que los taxistas iniciaron su segunda jornada de huelga.

En varios balcones y ventanas de la capital, en tanto, los residentes colgaron pancartas con el eslogan: "Cuando la injusticia se convierte en ley, la resistencia es un deber".

"Han cortado nuestros salarios en un tercio y no hacemos más horas extras. Cuánto más nos pedirán para sobrevivir?", se quejó Areti Kyriakousi, una bióloga de un hospital estatal cuyos trabajadores depusieron el trabajo durante tres horas como protesta y sólo atendieron urgencias.

Pese a las manifestaciones, el Ministerio de Finanzas dijo que las conversaciones con los inspectores se retomaron en un buen clima.

Según informó una fuente de esa cartera, Venizelos "manifestó su satisfacción" por la "atmósfera positiva y productiva después de las medidas severas que se asumieron y de los sacrificios que está sufriendo el pueblo griego".

Antes de retomar las conversaciones, los inspectores de la Troika habían demandado garantías por escrito de que Grecia cumpliría con sus promesas de ajuste, lo que refleja la desconfianza tras repetidos fracasos en el cumplimiento de metas fiscales y retrasos en las privatizaciones.

La demora en la implementación de las reformas que el país necesita para recibir un nuevo préstamo, de hecho, fue el motivo que llevó a los inspectores a suspender la revisión de los principales indicadores de las cuentas públicas griegas a principios de septiembre.

Con el fin de evitar otro episodio similar, el primer ministro helénico, Giorgios Papandreu, instó hoy a su gabinete de ministros a intensificar los esfuerzos para cumplir con los objetivos ordenados por la UE, el FMI y el BCE.

"Nos estamos moviendo tan rápido como podemos para finalizar los temas pendientes y ustedes no deben permitir que los problemas en sus áreas persistan", dijo Papandreu a sus ministros.

Pero en una nueva señal de la dificultad para implementar reformas en Grecia, el gabinete pospuso hoy la decisión sobre una de las medidas anunciadas la semana pasada, de colocar a decenas de miles de empleados públicos en camino de ser despedidos.

Presionada por los inspectores internacionales, Atenas prometió que dejaría a 30.000 empleados públicos en la denominada "reserva laboral" este año, levantando un tabú sobre el despido de trabajadores de esa área para cumplir con una de las condiciones para seguir recibiendo ayuda financiera.

Grecia necesita un nuevo paquete de 8.000 millones de euros, sobre un total de 110.000 millones concedidos en mayo de 2010, para hacer frente a sus pagos en octubre.

Sin estos nuevos fondos, el país se quedaría sin dinero para pagar los salarios estatales y las pensiones en las próximas dos semanas. Una moratoria de los pagos de su deuda podría arruinar los balances de los bancos en Europa y desencadenar una crisis en el sistema financiero global.

Mañana, por otro lado, Papandreu se reunirá con el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, "para analizar la situación que actualmente atraviesa" Grecia.


Protestas en Grecia ante una nueva inspección

La "Troika" llega hoy para revisar el ajuste

Agencia EFE, 29/09/11

Atenas.– Una nueva serie de huelgas y paros contra las políticas de recortes marcó el anuncio del regreso a Atenas de los inspectores de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), encargados justamente de verificar que Grecia está cumpliendo sus compromisos de ahorro.

Tres semanas después de que los expertos internacionales abandonaran Grecia por la falta de avances en la aplicación de esa política de austeridad, la UE anunció ayer que las negociaciones con el gobierno griego se reanudarán hoy, después de que Atenas mostrara disposición a recortar aún más el gasto público.

Los representantes de la "Troika" formada por delegados de la UE, el FMI y el Banco Central Europeo (BCE) revisarán los detalles de un programa que abarca hasta el año 2014, con fechas y medidas concretas, cuyo primer objetivo es rebajar el déficit fiscal del 10,5% de 2010 al 7,6% este año. La rebaja de las jubilaciones y sueldos públicos, el aumento de los impuestos y la privatización de empresas forma parte de esta estrategia para reducir la enorme deuda del país.

Anteanoche, el Parlamento griego aprobó con una ajustada mayoría de 155 votos a favor y 142 en contra un impuesto extraordinario sobre la propiedad inmobiliaria. Se trata de unos ingresos extra para tapar un agujero de 1700 millones de euros, que alejaba al país del objetivo de déficit para este año.

Este impuesto ha sido muy resistido en la calle e incluso ha generado malestar en el propio Pasok, el partido socialdemócrata del primer ministro Giorgios Papandreu. El propio vicepresidente, Theodoros Pangalos, criticó ayer la nueva tasa, y reconoció que él mismo tendrá problemas para pagarla.

Respecto del resto de las medidas de ahorro que aún deben ser aprobadas por el Parlamento, Papandreu tiene previsto celebrar hoy un Consejo de Ministros para revisar esos proyectos de leyes. En la agenda está el alquiler o venta de propiedades y empresas estatales, que tendrían que aportar a las maltrechas arcas griegas unos 50.000 millones de euros para 2015.

También tiene que superar aún el trámite parlamentario el pase a "reserva" de 30.000 funcionarios, el recorte de sueldos y la rebaja en un 20% de las pensiones de más de 1200 euros. Como reacción a esas políticas, Grecia vivió ayer su enésima huelga, protagonizada por los trabajadores del transporte público y los funcionarios de Hacienda y Aduanas.

El subte, los colectivos, el tranvía y los trenes quedaron parados en Atenas, sin ningún tipo de servicios mínimos, en una huelga para protestar contra los despidos y la fusión de las empresas del sector.

Ante la falta de transporte público, los atenienses recurrieron al vehículo privado, lo que provocó embotellamientos de hasta cinco kilómetros.


Grecia afronta la auditoría de la UE y el FMI con nuevas protestas

Repudio a los inspectores de la Troika (UE–FMI–BCE)

Agencia Reuters, 29/09/11

Atenas.– Los empleados públicos bloquearon las puertas de los ministerios de Grecia este jueves en protesta por el plan de austeridad del Gobierno, perturbando el inicio de las negociaciones con la misión de la UE y el FMI por el siguiente tramo de ayuda que el país necesita para evitar una moratoria.

La semana pasada, el Gobierno socialista anunció impopulares recortes de las pensiones, despidos e impuestos para que volvieran los inspectores de la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo, quienes dejaron Grecia a principios de mes por desacuerdos en las medidas necesarias para reducir el déficit fiscal.

Centenares de empleados del Ministerio de Finanzas se reunieron frente al edificio el jueves para protestar contra las medidas, gritando: "Cojan su rescate y váyanse".

Los manifestantes impidieron que algunos miembros de la denominada troika UE–FMI–BCE entraran al edificio, por lo que los jefes de la misión se reunieron con el ministro de Finanzas griego, Evangelos Venizelos, en otra dependencia del Gobierno.

El ministerio dijo más tarde que las conversaciones con los inspectores se retomaron en un buen clima.

"El clima era positivo y creativo tras las duras medidas decididas", aseguró el ministerio en un comunicado.

Los empleados públicos también bloquearon la entrada a otros edificios gubernamentales, como los ministerios de Interior, Justicia, Salud y Agricultura, aseguró un portavoz policial.

"Las ocupaciones se desarrollaron hoy (jueves) para hacerlas coincidir con el retorno de la troika a nuestro país y mientras enfrentamos nuevas medidas barbáricas", dijo el sindicato del sector público ADEDY en un comunicado.

Antes de retomar las conversaciones el jueves, la misión de la UE y el FMI demandó garantías por escrito de Grecia de que las promesas serán cumplidas, lo que refleja la desconfianza tras repetidos fracasos en el cumplimiento de metas fiscales y retrasos en las privatizaciones.

El primer ministro heleno, Georgios Papandreu, instó a su gabinete de ministros el jueves a intensificar los esfuerzos para cumplir con los objetivos de la UE/FMI.

"Nos estamos moviendo tan rápido como podemos para finalizar los temas pendientes y ustedes no deben permitir que los problemas en sus áreas persistan", dijo Papandreu a sus ministros.

Pero en una nueva señal de la dificultad para aplicar reformas en Grecia, el gabinete pospuso el jueves la decisión sobre una de las medidas anunciadas la semana pasada, de colocar a decenas de miles de empleados públicos camino de ser despedidos.

"Debemos discutir los detalles con la troika", dijo el portavoz gubernamental Ilias Mosialos.

Atenas prometió a la UE y el FMI que dejaría a 30.000 empleados públicos en la denominada "reserva laboral" este año, levantando un tabú sobre el despido de trabajadores de esa área para cumplir con una de las condiciones para seguir recibiendo ayuda financiera.

Rescate

Se espera que la misión internacional de auditores se quede en Grecia al menos una semana.

La mayoría de los analistas espera que los inspectores aprueben el nuevo tramo de rescate por 8.000 millones de euros.

El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schaeuble, dijo que los ministros de su área en la zona euro decidirían sobre la ayuda el 13 de octubre.

Sin nuevos fondos, Grecia se quedaría sin dinero para pagar los salarios estatales y las pensiones tan pronto como el próximo mes. Una moratoria de los pagos de su deuda podría arruinar los balances de los bancos en Europa y desencadenar una crisis en el sistema financiero global.

El rescate a Grecia se ha convertido en una dura tarea para que los líderes de la zona euro puedan convencer a sus votantes.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, se reunirá con Papandreu el viernes en París para discutir la situación de Atenas. Papandreu ya estuvo en Alemania esta semana.


Cansados de las medidas de austeridad, algunos se niegan a pagar más impuestos;
nuevos paros

En Grecia, la clase media se rebela contra el ajuste

Agencia Reuters, 27/09/11

Atenas.– Una peligrosa y silenciosa revuelta se está gestando en Grecia. Sentada en el modesto living de su casa, que comparte con sus padres, su marido y sus dos hijos adolescentes, Stella Firigou, de 50 años, dice estar segura de una sola cosa: "No voy a pagar el nuevo impuesto a la propiedad anunciado este mes por el gobierno. No puedo ni quiero. Y estoy dispuesta a ir a la cárcel por ello", señala, inflexible.

También Angelos Belitsakos, un comerciante de 60 años, se niega a pagar más impuestos. "El Estado nos va a matar. No pagar es actuar en defensa propia", explica. Y añade, desafiante: "Si es necesario, iré a la quiebra y a la cárcel".

En la Grecia de hoy, estas historias se multiplican con el correr de los días y comienzan a dar forma a una nueva y preocupante revolución, que se gesta al interior de los hogares, lejos de las calles: la de la clase media.

Durante décadas, los pequeños comerciantes fueron la espina dorsal de la economía griega y sus fieles contribuyentes, en un país donde la evasión de impuestos prolifera. Pero esta situación parece estar cambiando.

Ante el deterioro de su vida cotidiana por la ola de draconianas medidas de austeridad exigidas por acreedores internacionales a cambio de fondos de rescate, la clase media griega naufraga en un mar de aflicción, incertidumbre y hartazgo. Y ahora grita "¡basta!".

"El gobierno está en guerra con los ciudadanos. Está tomando decisiones cuyas consecuencias no sólo ahogan a la clase media, sino que amenazan su existencia", advirtió Jens Bastian, economista de la Fundación Helénica para Europa en Atenas.

Grecia se encuentra en la primera línea de la crisis de deuda de la zona euro, y su población ha soportado varias rondas de duras medidas de austeridad en el último año y medio.

Tan sólo la semana pasada, el gobierno anunció que recortará aún más las pensiones, aumentaría el impuesto de propiedad y pondría a decenas de miles de funcionarios en preaviso de despido para asegurar más ayuda y salvar al país de la bancarrota, lo que no hizo más que aumentar el dolor de cabeza de un electorado cada vez más resentido.

"La tortura por goteo no puede continuar", reconoció Dimitris Lintzeris, del gobernante partido socialista Pasol, tras señalar que hoy votará para cambiar el impuesto de propiedades, pero que no está tan seguro sobre más recortes.

Los impuestos, junto con los recortes de pensiones y empleos, contribuyeron a elevar el desempleo juvenil al 40% y golpearon con particular fuerza a los propietarios de pequeños negocios. Las acciones y las propiedades valen una fracción de su antiguo valor y los griegos temen el efecto de más recortes sobre la economía.

"Duele mucho, nuestros bolsillos están vacíos. Estamos recortando en gastos todos los días", dijo el cartero Costas Apostolou, de 50 años.

"Ya han reducido mi salario cerca del 15 por ciento. ¿Y acaso nos sacarán estas medidas de la crisis? No lo creo", agregó Apostolou, mientras caminaban por la plaza Syntagma, núcleo de las protestas contra los recortes y donde se produjeron violentos enfrentamientos en junio pasado.

Al igual que Apostolou, casi todos los griegos se quejan por el efecto de los recortes. La conversación en los bares y restaurantes de Atenas, o en la playa, vuelve constantemente a la posibilidad de un default, a la recesión y la estrategia para afrontar la colosal deuda griega de 350.000 millones de euros. También las tertulias de televisión descienden a menudo a la bronca por la austeridad.

Algunos dicen que no es justo, muchos culpan al sistema bancario mundial y otros hacen planes para sacar su dinero del país o emigrar para iniciar una nueva vida.

"Hemos construido nuestras vidas de forma diferente, con préstamos bancarios y tarjetas. Ahora están recortando nuestros salarios y las empresas están cayendo. ¿Cómo pagaremos?", se preguntó Kuriaki Alexiou, un médico de 50 años. "Esto no nos lleva a ninguna parte. Si no hacen algo para arreglarlo, la gente pasará hambre. Y en algún momento explotarán y lo llevarán a las calles", advirtió.

El país también sigue amargamente dividido entre los empleados del sector privado, que dicen que la inflada burocracia estatal asfixia a los griegos, y los funcionarios, que dicen que los principales problemas son la corrupción política y la evasión de impuestos.

"Quiero creer que las cosas mejorarán, pero Europa es muy lenta. Es verdad que cometimos muchos errores, pero no es sólo culpa nuestra", dijo Alexiou. "Los bancos solían animarnos a pedir préstamos y ahora dicen que no tienen dinero", afirmó.

Como Alexiou, muchos griegos temen caer en un círculo vicioso: un círculo letal de más medidas de ajuste, que generen una mayor contracción de la economía y una menor recaudación de impuestos, lo que podría terminar por empujar al país a un default, a pesar de la austeridad inicial.

Ante esta situación, los principales sindicatos de transporte han convocado a más huelgas para octubre, mientras continúan los paros que han sembrado el caos entre los usuarios, ralentizado el comercio y golpeado a la importante industria turística.