Crisis del euro

Alemania dijo que en la Cumbre del domingo
no habrá una solución a la debacle

Recrudece el temor sobre el futuro del euro

Associated Press (AP), 18/10/11

Berlín.– Las bolsas mundiales volvieron a cerrar con importantes bajas ayer, después de que el gobierno de Alemania enfrió las expectativas de los inversores, que contaban con una solución a la crisis del endeudamiento en la cumbre europea del próximo domingo, considerada "decisiva" para la crisis de la deuda de la zona euro.

Según el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, "los dirigentes de la UE no se van a poner de acuerdo sobre una solución definitiva el 23 de octubre" en la cumbre europea, pese a que el sábado pasado prometieron a sus socios del G–20, reunidos en París, resultados "decisivos".

Schäuble dijo que el plan para resolver la crisis del euro tendría que incluir una reducción de la enorme carga de deuda de Grecia, país que se declararía en default el mes próximo si no accede al sexto tramo del rescate financiero de la UE y el FMI por 8000 millones de euros. Eso implicaría que los tenedores de bonos privados tendrían que aceptar de forma voluntaria una quita mayor al 21% acordada en julio pasado.

Después de una apertura en alza, las bolsas europeas cerraron en rojo a causa de las declaraciones. Milán perdió 2,30%; Fráncfort, 1,81%; París, 1,61%, y Madrid, 1,24%, mientras que Londres limitó las pérdidas a 0,54%.

En Estados Unidos, los mercados reaccionaron al unísono: en Nueva York, el Dow Jones perdió 2,13%, y el Nasdaq, 1,98%. En América latina, en tanto, San Pablo cerró con fuerte baja de 2,02%; México perdió también más de 2% (2,07%) y Buenos Aires cayó un 1,47% . Para Xavier de Villepion, analista de Global Equities, las declaraciones alemanas "enfriaron a los mercados y atenuaron las esperanzas de los inversores".

Por si no hubiera quedado claro, la canciller alemana, Angela Merkel, advirtió que "el sueño de que la crisis termine a partir del lunes no se hará realidad", según su vocero Steffen Seibert. "Necesitamos una solución duradera para Grecia", que incluya una reducción de su deuda, añadió.

"Se trata de un trabajo largo que quizá concluya el año que viene o todavía más allá", agregó.

Merkel pronunciará esta semana una declaración sobre la política europea de su gobierno en la Cámara baja del Parlamento, días antes de la cumbre.

Su discurso tendrá "probablemente" lugar el viernes y no hará anuncios sobre las medidas en discusión con los socios europeos, advirtió Seibert.

Los mercados tienen los ojos puestos en la cumbre del domingo y en la de los jefes de Estado y de Gobierno del G–20, que se celebrará en Cannes, sur de Francia, los días 3 y 4 de noviembre.

La semana que inicia "va a determinar la suerte de la zona euro", dijo ayer el primer ministro griego, Giorgios Papandreu, que se enfrenta a días agitados en el plano social, con una amenaza de huelga general mañana y el jueves (ver aparte).

En Portugal, los principales sindicatos también convocaron ayer a una huelga general para protestar contra la austeridad, poco antes de que el gobierno portugués presentara un draconiano presupuesto para el próximo año en el Parlamento.

Los interrogantes

Los mercados están disconformes con los fallidos intentos europeos para solucionar la crisis y evitar el contagio, y las promesas de Merkel y su par francés, Nicolas Sarkozy, de que habrá una solución para fin de mes habían alentado a los inversores.

Tres grandes interrogantes persisten: el alcance de la futura quita de la deuda griega; la envergadura de la recapitalización de los bancos europeos, y los activos de los que podrá disponer el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera.


Cumbre europea

Alemania baja las expectativas de un posible acuerdo
a corto plazo por el euro

El gobierno alemán advirtió que la crisis seguirá

Agence France–Press (AFP), 18/10/11

Berlín._ El gobierno alemán advirtió ayer sobre las expectativas de que en la cumbre europea del domingo se vayan a alcanzar “soluciones definitivas a la crisis del euro” . Esa declaración hecha por el portavoz de la canciller Angela Merkel ya se sintió en los mercados, que frenaron la recuperación que venían manteniendo las Bolsas desde la semana pasada cuando se anunció el acuerdo para la recapitalización de los bancos europeos.

“La canciller (por Merkel) ha advertido que el sueño de ver el final de la crisis a partir del lunes no podrá verse hecho realidad”, declaró el vocero Steffen Seibert ante la prensa, aunque sostuvo que se “espera progresar de manera sensible”. “Se trata de etapas de trabajo importantes sobre un largo camino que con seguridad nos adentrará de lleno en el próximo año”, señaló.

Luego de que se conocieran esas declaraciones, cayeron las principales Bolsas del mundo. Entre ellas Wall Street, con una caída del 2,13%, Milán, 2,30%, Frankfurt, con 1,81%, París 1,61% y Madrid 1,24%. El euro –que por la mañana se recuperó hasta superar 1,39 dólares por primera vez desde hace un mes– volvió a caer a 1,37 .

También las deudas de varios países europeos se vieron modificadas. La prima de riesgo de España –sobre los bonos a 10 años– volvió a subió 17 puntos hasta 320. En el caso de Italia subió a 370 y en Francia, a su máximo histórico de 96 puntos, por el temor de perder su codiciada calificación crediticia de triple A.

Esta semana será clave para el futuro del euro ante las distintas reuniones en las que se tratarán medidas para salir de la crisis. “Tal vez sean los días más cruciales tanto para Europa como para Grecia ”, reconoció el propio primer ministro griego, Georgos Papandreu.

A pesar de las expectativas en los distintos gobiernos de la zona euro, el gobierno alemán pone paños fríos y demuestra una vez más que no dará el brazo a torcer ni hará concesiones para mantener la postura común que la UE mostró en la reunión del G–20 de este fin de semana y que tanto parecía haber agradado a los inversores.

Los ministros de Finanzas del G–20 reunidos en París presionaron a los países del euro para que busquen soluciones que eviten que la crisis de deuda soberana europea se contagie al resto del mundo, entre ellas dotar de mayor capacidad al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF).

En la reunión los titulares de Finanzas apoyaron además que el Fondo Monetario Internacional (FMI) “disponga de recursos adecuados” para hacer frente a crisis financieras como la actual.

Los jefes de Estado y de gobierno de los 27 socios de la Unión Europea presentarán el domingo un amplio paquete de medidas para hacer frente a la crisis que atenaza a Grecia y otros países del bloque.

La reducción de la deuda de ese país, el aumento en la participación de bancos privados en un segundo paquete de rescate a Atenas y la recapitalización de los bancos, son algunos de los temas que se tratarán en el encuentro.

A tono con la advertencia alemana, la agencia calificadora de riesgo estadounidense Moody’s se refirió al acuerdo para el salvataje de la banca europea y a la garantía de apoyo a los países más amenazados como “un alivio temporal” . “Estos desarrollos son positivos para el perfil de crédito de los bancos europeos, aunque más capital por sí mismo sólo ofrece una salida temporal”, repitió la agencia.

Por otra parte, en paralelo al baldazo de agua fría a las expectativas despertadas por los diversos acuerdos políticos, desde Berlín también se escuchan noticias negativas sobre sus previsiones económicas . El banco central alemán, el Bundesbank, registró una caída de las perspectivas para el país durante los próximos meses por, precisamente, las dificultades para superar la crisis de deuda.


Merkel advierte que si el euro desaparece, Europa también caerá

Insiste en que la Cumbre del 23 no será el punto final de la crisis

Divisiones en Alemania sobre las medidas

El País, 19/10/11
Desde Francfort

La canciller alemana, Angela Merkel, ha advertido hoy de que si el euro cae, Europa también caerá. En la ceremonia de despedida del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean–Claude Trichet, Merkel ha insistido en que los líderes europeos no permitirán que se llegue a este extremo pese a las incertidumbres que pesan sobre el futuro de la eurozona y que tienen en Grecia el origen de la enfermedad, en la periferia del euro los primeros contagiados y en el sector financiero un riesgo de epidemia.

Además, pese a la voluntad férrea de la dirigente alemana, siguen sin acercarse posiciones para cerrar este domingo en la cumbre clave de la UE avances sobre el refuerzo del fondo de rescate del euro. Ampliar este mecanismo de emergencia de los países con problemas y bancos bajo presión debería servir como elemento disuasorio frente a quienes apuestan en contra de la divisa europea.

En su intervención ante la plana mayor del espectro financiero europeo, Merkel ha reiterado que, pese a la expectación generada ante la cita del domingo, "no va a suponer el punto final" de la crisis. En su opinión, no hay medidas mágicas para dejar atrás las turbulencias más allá del compromiso de los Estados socios por devolver la sostenibilidad fiscal a sus cuentas públicas y seguir adelante con las reformas.

Sobre este punto, la canciller ha defendido que un eventual cambio en el tratado de la UE no puede ser un "tabú". Merkel y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, propusieron tras su reunión del pasado domingo "cambios significativos" en el texto constitucional con vistas a cerrar un "paquete íntegro" de medidas anticrisis, entre las que dieron especial importancia a la necesidad de consolidar el sector bancario.

Precisamente, Sarkozy viaja este miércoles a Francfort para reunirse con Merkel. El objetivo es intentar avanzar en las conversaciones sobre la crisis en la eurozona, que, según ha reconocido, están estancadas debido a las discrepancias sobre si el Banco Central Europeo (BCE) debe apoyar al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF). Asimismo, también el dirigente francés ha tenido su ración de declaraciones alarmantes: "Quienes destruyan el euro serán los responsables del regreso de los conflictos al continente".

Francia y Alemania se han comprometido a llegar a un plan convincente antes de la cumbre que ayude a resolver la crisis de deuda que está amenazando a la economía mundial. Sarkozy ha reconocido ante los legisladores franceses que París y Berlín están divididos sobre la relación que debe tener el BCE y FEEF, ya que Francia defiende que el fondo de rescate tenga licencia bancaria, lo que le permitiría apalancar su capital al BCE.

"En Alemania, la coalición esta dividida sobre este asunto. No es solo a Angela Merkel a quien necesitamos convencer", dijo Sarkozy en un encuentro este mediodía en el que confirmó su viaje a Francfort, según informó el diputado Charles de Courson. Mientras que Francia ha defendido que la forma más efectiva de aumentar los poderes del fondo de rescate es convertirlo en un banco, tanto el BCE como el Gobierno alemán se han opuesto a esta medida.

Se prevé que en esa "reunión informal", además de Merkel y Sarkozy, participen Trichet; su sucesor, Mario Draghi; los presidentes del Consejo y de la Comisión Europea, Herman Van Rompuy y José Manuel Barroso; la directora del FMI, Christine Lagarde, y los ministros de Finanzas francés y alemán, François Baroin y Wolfgang Schaüble.


La moneda única está desfondándose por el hoyo de la conejera

Alicia en la Eurozona de las Maravillas

Por Larry Elliott (*)
The Guardian, 02/10/11

Sin Permiso, 16/10/11
Traducción de Lucas Antón

Curioso y más curioso, como decía Alicia en sus aventuras en el País de las Maravillas. Cuanto más se ha ido extendiendo la crisis de la zona euro, más se ha ido asemejando a algo pergeñado por Lewis Carroll.

Veamos algunos de los aspectos surreales del actual estado de cosas. La respuesta a la falta de crecimiento de países que se debaten como Grecia es una austeridad de tal ferocidad que las recesiones se hacen más profundas. La solución a la crisis financiera provocada en su origen por el sobreapalancamiento de bancos y particulares es convertir el fondo de rescate de Europa en un fondo de cobertura (hedge fund) de 2 billones de euros. Entretanto, muchos de los políticos que han batallado dura y prolongadamente por mantener la libra – George Osborne [responsable de economía en el gobierno británico] y Ed Balls [responsale económico de la oposición laborista] por no mencionar más que dos – se han convertido ahora en evangelistas renacidos favorables a una unión fiscal plena.

¿Cómo encontrarle sentido a esto? Es duro, como dice el rey mientras preside el tribunal de Alicia en el País de las Maravillas: "Comience por el comienzo y siga hasta llegar al final; después, párese".

La unión monetaria nació de dos desarrollos: la idea de que debería existir una unión cada vez más estrecha en Europa y la ruptura del sistema del tipo de cambio fijo de la postguerra a principios de los años 70.

La idea consistía en que los estados miembros juntarían su soberanía monetaria para formar una divisa que tendría un tipo de interés establecido por un banco central. Los arquitectos de ese gran modelo sostenían que se derivarían múltiples beneficios de las nuevas disposiciones. Europa se iría acercando de forma conjunta, se volvería más estable y crecería más rápidamente. A quienes insistían en que nunca funcionaría eso de un modelo único para todos, y que el crecimiento asimétrico, más lento, llevaría a la progresión de presiones económicas y financieras, la respuesta de los que aporreaban el tambor de la moneda única era propia del Carroll más clásico: "¡No, no! Primero, la sentencia; el veredicto, luego".

Previsiblemente, las tensiones y tiranteces inherentes a un arreglo monetario que entrañaba uncir conjuntamente a países tan diversos (no sólo en lo económico sino en lo cultural) como Alemania y Grecia, Portugal y Finlandia, Austria y España se manifestaron rápidamente. Los países más débiles situados en la periferia vieron cómo subían los costes de producción más rápidamente que los que se encontraban en el centro, y de resultas de ello se fueron haciendo gradualmente menos competitivos Si bien Europa en conjunto vio cómo su balanza comercial seguía siendo cercana a cero, Alemania gestionaba un robusto excedente comercial a expensas de Italia, España y Grecia.

Orgía especulativa

Al igual que China reciclaba su superávit comercial en la economía global mediante la adquisición de bonos del Tesoro norteamericano, ponía rumbo al sur el superávit alemán para alimentar las burbujas de propiedad en España y financiar las excesivas peticiones de crédito de Grecia. La actuación de China y Alemania mantuvo rodando orgía la especulativa durante algún tiempo, pero sólo gracias a que empeoró la resaca final.

En los días anteriores a la unión monetaria, un país que veía erosionada su competitividad disponía de un remedio fácil, por no decir indoloro. Devaluaba su divisa, abaratando así sus exportaciones y encareciendo sus importaciones. La inflación subía y se ignoraban las deficiencias estructurales, pero era un modo de ir tirando. En el seno de la moneda única, sólo hay un modo de que un país como Grecia pueda competir con Alemania y consiste en rebajar el coste de los bienes y servicios que produce. Eso significa salarios más bajos, pensiones más reducidas y profundos recortes en el gasto público. Y no sólo durante uno o dos años: el proceso de ajuste en el seno de la unión monetaria entraña décadas de austeridad. Para griegos e italianos, el mensaje se cifra en mermelada mañana y mermelada ayer, pero nunca mermelada hoy.

El clímax de Alicia en el País de las Maravillas se encuentra en la escena del tribunal en el que la cuestión que se debate es "¿Quién robó las tartaletas?" En el caso de la eurozona, la respuesta fácil es Grecia, que falló a la hora de seguir las reglas, pidiendo demasiados préstamos y amañando las cuentas, de tal modo que el resto de los partícipes del club de la moneda única desconocían el apurado estado de las finanzas públicas helénicas. De hecho, la verdadera culpable es Alemania, que no logró darse cuenta de que para que funcionara la unión monetaria, la grandes naciones acreedoras tienen la responsabilidad de ayudar a las naciones deudoras ampliando la demanda interna. La clase política alemana parece creer a la vez que todos los países de la zona euro pueden ser tan competitivos como Alemania y que Alemania, en esas circunstancias, seguirá manteniendo un ingente superávit comercial. Se trata de un absurdo lógico que el Reverendo Dodgson ciertamente habría apreciado.

Para hacer las cosas aún más deliciosamente increíbles, Berlín se enfrenta hoy a un dilema. Se ha permitido que la crisis del área euro se enconase durante la mayor parte de estos dos años, permitiendo que el contagio se extendiera de Grecia a otros países periféricos. Como consecuencia, el costo de limpiar el estropicio ha aumentado enormemente. El primer rescate de Grecia en mayo de 2010 andaba justo por encima de los 100.000 millones de euros. Para cuando tuvo lugar la cumbre de emergencia de la eurozona en julio de 2011, se consideró necesario ampliar el fondo europeo de estabilidad financiera (FEEF) a fin de crear un fondo de combate de 440.000 millones de euros. Más o menos dos meses más tarde, la impresión es que Europa precisará de 2 billones de euros, acaso de 3, para poder enfrentarse a los mercados financieros.

No está claro todavía de qué modo pretenden los responsables políticos europeos convertir un euro en cinco, pero parece entrañar el establecimiento de un vehículo específicamente para este propósito respaldado por Alemania y Francia. En su núcleo estará el FEEF, sostenido gracias a las garantías financieras de Berlín y París. El FEEF no se incrementará a partir de 440.000 de euros sino que se utilizará como aval para ampliar la escala de adquisición de bonos con el fin de apoyar a los estados más débiles. Aún asumiendo que las agencias de calificación estén contentas con esto (y puede que no lo estén), Alemania y Francia estarían poniendo en riesgo su solvencia. Dicho con sencillez, estarían apostando la granja a un instrumento altamente apalancado para una finalidad específica. ¿No le suena esto a alguien?

Sin embargo, la alternativa tampoco parece nada atractiva. En teoría, Alemania podría declarar que ya no está dispuesta a firmar más cheques de rescate al resto de Europa. Podría empezar a imprimir unos bonitos deutschemarks nuevos o quizás iniciar conversaciones exploratorias con austriacos, finlandeses y holandeses en torno a un euro de núcleo duro compuesto de media docena de economías ampliamente convergentes. Pero aun asumiendo que esto pudiera lograrse sin precipitar no sólo a Europa sino al resto del mundo en una segunda Gran Depresión (y probablemente no se podría), el resultado sería que los bancos alemanes se enfrentarían potencialmente a pérdidas ruinosas ante una ola de suspensiones de pago de la deuda soberana, mientras que los exportadores alemanes se verían desplazados de los mercados internacionales debido a sus precios, dado que el nuevo DM se vería fuertemente apreciado en los mercados cambiarios.

Hasta ahora, los responsables políticos han resuelto este dilema negándose a admitir que exista. El supuesto se ha basado en que los acontecimientos del pasado reciente no han sido más que un mal sueño del que Europa despertará. Sólo recientemente se ha reconocido que la moneda única está desfondándose por el hoyo de la conejera y va a darse contra el suelo con un topetazo tremebundo...

Y para quienes dicen que de los escombros surgirá una unión fiscal ya desarrollada de la que Gran Bretaña permanecerá aparte por su cuenta y riesgo, las aventuras de Alicia proporcionan la réplica perfecta. "Si todo el mundo se ocupase de sus propios asuntos", afirmó la Duquesa, "el mundo giraría bastante más rápido de lo que va".


* Larry Elliott dirige la sección de economía del diario británico The Guardian y es coautor, junto a Dan Atkinson, de “The Gods That Failed: How the Financial Elite Have Gambled Away Our Futures” (Vintage) [Divinidades fallidas: Cómo la élite financiera se ha jugado nuestro futuro].