La crisis en Europa

Crisis de la Unión Europea I

Una mezcla que puede ser explosiva

"Tecnócratas" de los bancos al frente de gobiernos de
"unidad nacional" para imponer planes de hambre

Por Claudio Testa, para Socialismo o Barbarie, 22/11/11

La crisis de las deudas públicas de la eurozona continúa profundizándose. Cada dos o tres semanas se repite el mismo minuet. En alguna “cumbre europea” (ya se realizaron alrededor de 15 desde que se inició la crisis) o en una más modesta reunión Merkel + Sarkozy + Barroso + BCE, se toma alguna “decisión trascendental” que supuestamente solucionará todo y evitará el default del país X, Y o Z. La parte fundamental de esas decisiones son las sanguinarias (y crecientes) medidas de ajuste impuestas a los trabajadores y la juventud de esos países (y también del resto de la eurozona, para “curarse en salud”.)

Luego, inmediatamente, se somete la decisión al veredicto de los ignotos “mercados” (es decir, de los bien conocidos y nada anónimos bandidos como Goldman Sachs y diversos hedge funds que especulan con la plétora de capitales ficticios que caracteriza esta crisis). A veces, con suerte, en las primeras 24 ó 48 horas, los “mercados” dan gruñidos de satisfacción. Pero luego todo se viene abajo. Sucede que tal o cual medida es juzgada “insuficiente” o resultó distinta de lo que se suponía o “no se cree” que el gobierno será capaz de aplicarla, etc., etc. Y vuelta a empezar... Mientras tanto, Europa se hunde en un estancamiento que agrava el desempleo y que también, al reducir los ingresos fiscales, tiende a aumentar los déficits estatales y hace cada vez más imposible pagar la deuda pública... lo que a su vez potencia la crisis...

Este círculo vicioso del plan deflacionario neoliberal en que se ha embarcado el eje Berlín–París a fin de sostener el euro, ya se ha analizado aquí.[[1]] Hoy sólo vamos a comentar algunas novedades políticas, en primer lugar los nuevos “gobiernos de unidad nacional”, encabezados por tecnócratas.

La última moda: los “tecnócratas” elegidos por nadie al frente de gobiernos de “unidad nacional”

Junto con la bancarrota financiera de los estados se produce también un “vaciamiento” político, el de la “democracia” (burguesa).

Esto ha dado otro salto en Grecia e Italia: los gobiernos de “unidad nacional” encabezados por “tecnócratas” elegidos por nadie. Ellos serán los encargados de aplicar los planes de ajuste más sanguinarios, que dejan en la miseria a millones, y especialmente a las masas trabajadoras y la juventud.

Con toda razón, la centenaria revista ultra liberal The Economist ha puesto el grito en el cielo por esta “solución”, alertando que podría abrir el paso a los “extremismos”. Y, efectivamente, era difícil imaginar una manera más eficaz de dañar los restos de legitimidad de la “democracia” burguesa europea.

En primer lugar, los “tecnócratas” designados en Grecia e Italia (Lukas Papademos y Mario Monti) implican el gobierno directo de los bancos y en especial de la especulación financiera. Ambos, junto con el nuevo presidente del Banco Central Europeo –Mario Draghi– han sido hombres de Goldman Sachs, que además han tenido intervención personal y directa en las maniobras fraudulentas que pavimentaron el camino a los actuales estallidos.[[2]] Pero en vez de ir a la cárcel, han sido nombrados jefes de gobierno con superpoderes.

Papademos nunca fue otra cosa que un alto ejecutivo bancario. Comenzó su carrera en la Reserva Federal de EEUU para luego volver a Europa donde llegó a ser gobernador del Banco Central griego entre 1994 y 2002, participando en la operación de falsificación de las cuentas del país perpetrada en sociedad con Goldman Sachs, para el gran negocio de vender bonos de la deuda griega. Esta operación fue el punto de partida de la actual bancarrota.

La carrera de Mario Monti es similar, también formado en EEUU y “asesor” de Goldman Sachs desde el 2005, es además “presidente de la rama europea de la Comisión Trilateral, un organismo que reúne a las elites de poder de Estados Unidos, Europa y Japón, y también es miembro de Bilderberg, el grupo secreto de líderes políticos y de negocios”.[[3]] Casualmente, va a presidir el gobierno de un estado donde también se falsificaron las cuentas nacionales para poder emitir deuda.

¡Era imposible elegir dos personajes que fuesen más representativos de un gobierno directo de los bancos y corporaciones, de la oligarquía financiera europea y mundial!

¿En que consisten estos “gobiernos de unidad nacional”?

Pero el otro gran “detalle” que preocupa con razón a The Economist, es que estos personajes encabezan gobiernos de “unidad nacional”.

En Grecia, para sostener a Papademos, se ha formado una coalición del PASOK (“socialistas” de Papandreu), “Nueva Democracia” (conservadores estilo PP español) y LAOS (fascistas xenófobos, que se dedican a apalear y asesinar gitanos e inmigrantes). El nuevo gobierno “socialista”-conservador-fascista consiste en un multitudinario gabinete de casi 50 miembros, con algunas carteras para empresarios y “apolíticos”. ¡Menos mal que iban a “recortar la burocracia del estado”! Pero el recorte es sólo para abajo –servicios sociales, salud, educación, etc.–, no evidentemente de ministros.   

En Italia la coalición de “unidad nacional” abarca desde el partido ultraconservador de Berlusconi hasta sus ex “opositores de izquierda”, el “Partito Democratico” (donde se reúnen gran parte de los detritus del extinto Partido Comunista Italiano (PCI) y otros sectores supuestamente “progresistas”). Y quien armó desde arriba esta “solución”, es otra figura histórica del ex PCI, el presidente de Italia, Giorgio Napolitano. En una maniobra escandalosa, nombró a Monti “senador vitalicio” para que luego pudiese ser primer ministro.

Estos gobiernos de “unidad nacional” aparecen como una variante peculiar de “bonapartismo”; una variante “ligth” pero no menos antidemocrática. El aparato burocrático-policial-militar del estado no liquida abiertamente y a garrotazos la “democracia” (burguesa), ni el sistema del partidos, ni el régimen parlamentario, como haría un bonapartismo de derecha “clásico”. Sin embargo, el contenido de la operación tiene rasgos de “golpe de estado”. Desde arriba, es impuesto un “salvador” con poderes extraordinarios, al mismo tiempo que queda en “suspenso” el juego normal de confrontación política entre partidos de gobierno y de “oposición”. Eso es lo que significa lo de “gobierno de unidad nacional”. ¡Que todos (o casi todos) estén en el gobierno y/o lo apoyen, implica un régimen en el que (casi) han desaparecido los opositores!

Dicho de otro modo, el que gobierna desde ahora es el “salvador” (Papademos para Grecia y Monti para Italia) nombrado a dedo por los bancos, Goldman Sachs y los imperialismos de Alemania y Francia. Mientras tanto, la “política” y la “democracia” quedan en el freezer.

A partir de ese diseño común, estos “gobiernos de unidad nacional” presentan diferencias importantes en Grecia e Italia.

En Grecia, los principales partidos se han comprometido directamente en el gobierno, asumiendo ministerios. Esto es peligrosísimo, porque si esta tramoya fracasa bajo los embates de la crisis y de la protesta obrera y popular, se pueden debilitar seriamente las alternativas “de orden”. Es que, prácticamente, fuera de este gobierno de unidad nacional, sólo quedan a nivel parlamentario el EKK (Partido Comunista) y Syriza (una coalición de izquierda). Ambos son reformistas pero opositores al ajuste impuesto por la llamada “Troika” (Comisión Europea, FMI y Banco Central Europeo). Y, por fuera del desprestigiado parlamento, hay una amplia vanguardia sindical, juvenil y popular que ha encabezado las huelgas generales y movilizaciones masivas. Esta vanguardia está fragmentada políticamente pero también muy radicalizada. En las jornadas de huelga general del 19 y 20 de octubre, estuvo al borde tomar el parlamento. Y quien logró impedirlo no fue la policía sino los matones del EKK, que actuaron como los salvadores de última instancia de la principal institución del régimen.[[4]]

En Italia, obviamente, la situación de la lucha de clases está en otro nivel. Aunque no son para nada desdeñables las protestas especialmente juveniles en los últimos meses de Berlusconi, el movimiento obrero aún está muy atrás. Controlado principalmente por centrales burocráticas como la CGIL, CISL y UIL, los elementos de desborde son cualitativamente menores que en Grecia. En los últimos meses de Berlusconi, los burócratas sindicales hicieron las acostumbradas “jornadas de lucha” de 24 horas que no tienen continuidad... pero que les permite posar como “combativos”. Y apenas caído Berlusconi, la CGIL, CISL y UIL, corrieron a apoyar a Monti. En cambio, la burocracia griega, igualmente traidora, debe actuar con más cuidado... aunque coincide con esa táctica derrotista de las medidas aisladas sin continuidad, que es la pauta de los burócratas europeos y de todo el mundo cuando la situación calienta.

Dentro de ese marco general, muy diferente al de Grecia, el “gobierno de unidad nacional” armado en Roma tiene también una arquitectura distinta y políticamente más astuta.

Es, en su totalidad un gobierno de “técnicos” (es decir, de representantes directos de bancos y corporaciones, como por ejemplo, la Olivetti). A diferencia de Grecia, en el gabinete no participa ningún “político”. El papel de los partidos que componen las cámaras se ha limitado a darle la “fiducia”; es decir, el “voto de confianza” (por amplísima mayoría) a Monti y su pandilla.

Con esta “mediación”, los partidos parlamentarios italianos tratan de quedar menos comprometidos que los de Grecia, que dan la cara, asumen los ministerios... y se incineran directamente. En Roma, los “políticos” intentan desaparecer del escenario y quedar “en reserva”, tras bambalinas, para la eventualidad de que los trabajadores y la juventud de Italia terminen estallando contra el gobierno de “técnicos” y “apolíticos” que viene a imponer la miseria y el desempleo.

La maniobra es astuta pero de alcances limitados: son ellos, los políticos (hoy de “vacaciones”) quienes votaron a Monti, por amplísima mayoría.

Mayores posibilidades de alternativas políticas independientes

El hecho es que el rechazo y la resistencia que tarde o temprano van a generar los ajustes, pueden caer ahora sobre el conjunto de la fuerzas políticas del régimen, comprometidas en forma directa (Grecia) o indirecta (Italia) en esos gobiernos. Así, pueden quemarse las alternativas de recambio dentro del sistema. ¡Se desvanece la comedia de “oficialistas” y “opositores”, de un partido “de gobierno”, por un lado, y de otro partido de “oposición”, por el otro! ¡Ahora todos (o casi todos) están unidos en sostener y/o integrar el mismo gobierno de “unidad nacional”, aplicando planes de ajuste salvaje! ¡Todos son igualmente responsables!

La profundización de la crisis en la UE y la eurozona, los ajustes generalizados y, ahora, en Grecia e Italia, estos “gobiernos de unidad nacional”, esbozan un perspectiva de exasperación de la lucha de clases.

En este marco, los gobiernos de “unidad nacional”, donde los principales partidos de “izquierda” y derecha son responsables por igual, abre posibilidades de que amplios sectores de la vanguardia, e incluso de las masas trabajadoras y juveniles, busquen alternativas por fuera de ellos.

Específicamente en el seno del movimiento obrero, esto puede implicar también la oportunidad de alternativas antiburocráticas, porque la reacción de los burócratas sindicales europeos ante la profundización de la crisis ha sido multiplicar los gestos de sumisión!!!

Así, en Italia, los burócratas de las principales centrales, CGIL, CISL y UIL, han recibido con los brazos abiertos a Monti. En Grecia, donde el nivel de las luchas obreras hace más difícil las tareas de freno de los burócratas, estos siguen con su política de llamar a huelgas y movilizaciones por uno o dos días, para luego suspender la lucha.

Hasta ahora, a pesar del agravamiento de la crisis, de las desiguales luchas de resistencia del movimiento obrero, y de la aparición de importantes movimientos de protesta como los indignados, la burguesía europea ha logrado que el “péndulo político” oscile en la limitada alternancia “centroderecha – centroizquierda”.

Pero esa alternativa se va desgastando y deslegitimando. Y los nuevos gobiernos de “unidad nacional” van a contribuir aun más a eso.

Los marxistas revolucionarios debemos intervenir decididamente en todas las luchas y protestas –tanto de la clase trabajadora como de la juventud que se expresa en los indignados– para impulsar un ruptura política independiente por la izquierda, una ruptura socialista (de verdad).


[1].– Ver de José Luis Rojo, “Cartografía de la primera depresión del siglo XXI”, http://www.socialismo–o–barbarie.org/economia/110929_a1_problemasestructuralesnoresueltos.htm

[2].– “Los hombres de Goldman Sachs toman las riendas de Europa – Draghi, Papademos y Monti han trabajado para el banco”, El Confidencial, Madrid, 16/11/11.

[3].– “Un reconocido tecnócrata que adora la discreción”, AFP, 14/11/11.

[4].– Hay que tener en cuenta que, a diferencia de los regímenes presidencialistas latinoamericanos, aquí la institución política central es el parlamento. Tirarlo abajo por obra de una rebelión hubiera sido un hecho comparable al derrocamiento de los presidentes de Argentina, Bolivia y Ecuador en la década pasada.