Haití

Su objetivo es reforzar su imperialismo hegemónico en la región y reprimir cualquier revuelta de las masas haitianas

Miles de haitianos mueren mientras EEUU intensifica
la escalada militar

Por Bill van Auken
La Haine, 30/01/10
Traducido por Felisa Sastre

Según una importante organización humanitaria, miles de haitianos mueren diariamente por falta de asistencia médica. Mientras tanto, el Pentágono ha anunciado que aumenta su presencia militar en el país, y sigue dando prioridad al envío de soldados por encima de la ayuda humanitaria.

La organización estadounidense de asistencia médica Partners in Health ha advertido que hasta 20.000 haitianos pueden morir diariamente por infecciones como la gangrena y la sepsis, que ya están apareciendo debido a que los heridos no reciben asistencia médica o se tratan en instalaciones que carecen de los medicamentos más básicos.

“Decenas de miles de víctimas del terremoto necesitan intervenciones quirúrgicas inmediatas”- afirma la organización en una declaración publicada en su página web. “El número de muertos y la incidencia de la gangrena y de otras infecciones mortales seguirá aumentando si no se lleva a cabo una masiva operación para abrir y dotar más equipos quirúrgicos con personal e instalaciones básicas”.

Partners in Health han trabajado en Haití durante más de 20 años. Su co-fundador, el Dr. Paul Farmer, es el sub-delegado de la ONU en Haití y profesor de Salud Pública en la Universidad de Harvard.

Aunque funcionarios haitianos y de otras organizaciones afirman que la cifra de Partners in Health es demasiado alta, es indiscutible que Haití se enfrenta a un desastre, que puede igualar e incluso superar al producido por el propio terremoto, causado por los retrasos en proporcionar asistencia médica a centenares de miles de gentes enfermas o heridas.

El jueves, el New York Times citaba al Dr. Eduardo de Marchena, cardiólogo de la Universidad de Miami, supervisor de un hospital de campaña en Haití, quien coincidía en la penosa predicción: “Todavía hay miles de enfermos con graves fracturas e importantes heridas sin tratar. Hay personas, muchas personas que van a morir si no se les atiende”.

Según el Times, “Ocho días después del terremoto, en los campamentos dispersos por la capital, todavía hay personas que se retuercen de dolor mientras sus familiares les cuidan las heridas pero que todavía no han sido examinados por un médico. Por si fuera poco, los muchos cadáveres que se encuentran aún entre los escombros aumentan el peligro de la propagación de enfermedades, especialmente, según dicen los expertos, si lloviera”.

El Wall Street Journal informaba de que el Hospital General de Puerto Príncipe está continuamente asediado por más de 1.000 enfermos que esperan una intervención quirúrgica. “Vigilantes armados impiden pasar con sus tanques”, y añade, “ En todo momento, miles de heridos, algunos de gravedad, esperan delante de cualquier hospital o clínica suplicando que se les atienda”.

Karl Penhaut de CNN informaba desde el Hospital General de Puerto Príncipe, donde los paracaidistas estadounidenses han tomado posiciones. Los haitianos- decía- se preguntan por qué están llegando tantos soldados estadounidenses al país, “Dicen que lo que necesitan es más comida y agua y menos tipos armados”.

Además, indicaba que los médicos estadounidenses del hospital parecen molestos por la presencia militar. “ Dicen que nunca han tenido problemas de seguridad en el hospital mientras que sí los tienen con la llegada de suministros médicos” Y añade: “Pueden traer nueve helicópteros con soldados, pero algunos de los médicos que están aquí se preguntan que si pueden hacer eso, por qué no pueden también traer con ellos equipos de goteros intravenosos y muchos otros instrumentales médicos”.

El periódico español El País citaba a uno de esos médicos estadounidenses, Jim Warringer”: “Nos falta de todo; demasiado tras el tiempo transcurrido desde el terremoto: betadine, vendas, guantes. Y, sobre todo, morfina. Tenemos que amputar sin anestesia, Los ves sufrir y es terrible. Los haitianos son muy valientes pero están sufriendo mucho”.

Las desesperadas condiciones, y la falta de condiciones higiénicas para los dos millones de haitianos que se han quedado sin hogar tras el terremoto, amenazan con provocar un desastre médico general. “Los peligros sanitarios inminentes incluyen los brotes de diarrea, infecciones respiratorias y otras enfermedades en centenares de miles de haitianos que viven hacinados en campamentos con escasas o ningunas condiciones higiénicas” declaraba el vice-gerente de Médicos Sin Fronteras, Greg Elder.

Mientras los medios de información afirman que cada vez llega más ayuda humanitaria al país, los periodistas que están allí dicen que todavía no llega a las manos de la abrumadora mayoría de personas que la necesitan.

La BBC informaba el jueves: “Los corresponsales afirman que la ayuda llegada hasta ahora al puerto se traslada en un viaje de 45 minutos de duración a través de la ciudad hasta el aeropuerto, donde se apila y no se distribuye a quienes la necesitan”. Y continúa: Estados Unidos y el Programa Mundial de Alimentos de la ONU insisten en que la distribución de comida y agua están en marcha pero Adam Mynott, enviado de la BBC en Puerto Príncipe, declaraba que muchas personas todavía no han recibido ninguna ayuda internacional”.

Las organizaciones humanitarias han denunciado que desde que el ejército estadounidense estableció su unilateral control sobre el aeropuerto de Puerto Príncipe y las instalaciones portuarias, y asumió las funciones gubernamentales básicas, ha reforzado su presencia en el país dándole prioridad sobre la llegada de ayuda. Médicos Sin Fronteras, por ejemplo, han denunciado que los controladores militares del tráfico aéreo, desde el 14 de enero han negado el permiso para aterrizar a cinco de sus aviones que trasladaban 85 toneladas de materiales médicos.

En el décimo día tras la catástrofe haitiana, cada vez parece más claro que la respuesta del gobierno Obama y del Pentágono, que han hecho de la ocupación militar del país caribeño su objetivo principal, han agudizado el sufrimiento inmenso de millones de heridos, y de gentes hambrientas y sin hogar.

El Pentágono ha anunciado que va a enviar a Haití 4.000 soldados más, que aumentarán las fuerzas de ocupación estadounidenses hasta los 16.000 individuos. Por primera vez, una unidad prevista para el despliegue por el Mando Central que supervisa las guerras de Iraq y Afganistán, se va a desviar al país del Caribe.

Al mismo tiempo, el cerco naval de las costas de Haití aumenta. El Miami Herald informaba el jueves de que el ejército estadounidense tenía listo ya una campo de detenciones en la base naval de la bahía de Guantánamo en Cuba- lugar de la infame prisión donde se torturaba a los internos- para acoger hasta 1.000 haitianos en el caso de que pudieran esquivar a los barcos de guerra de EE.UU.

Al servirse de Guantánamo como campo para los refugiados que escapan de las terribles condiciones de Haití, el gobierno estadounidense insiste en que no tienen derechos legales y no pueden recurrir contra su deportación a su tierra de origen. Es el mismo procedimiento utilizado en 1991, cuando miles de haitianos abandonaron el país tras un violento golpe militar.

La afirmación de que esta “oleada” militar en Haití es un requisito previo a la distribución de la ayuda humanitaria al pueblo haitiano, es mentira. Las agencias humanitarias que operan en el país insisten en no sentirse amenazadas por las gentes de Haití sino que sus dificultades vienen de las tentativas de imponerles una zona de seguridad militar.

Los medios de información estadounidenses apenas insinúan que podría haber algo más que sinceras razones humanitarias detrás de la confirmación de la toma del control en Haití. No hacen referencia alguna a la historia del país, con las dos décadas de ocupación por parte de Washington a principios del siglo XX, el despliegue de soldados dos veces en los últimos años, y la orquestación del golpe del año 2004 que expulsó del poder y mandó al exilio al presidente electo Jean Bertrand Aristide.

En documentos que reflejan los puntos de vista del aparato del espionaje militar, no obstante, se encuentran declaraciones más pródigas sobre los verdaderos objetivos y misión de Washington. El American Entrerprise Institute’s Center for Defense Studies [Centro de Estudios de la Defensa del Instituto estadounidense de la Empresa] publicó una “puesta del día de la crisis” en Haití, en la que advertía: “ La realización de una misión de ayuda en un país pobre, arrasado por un desastre natural, puede rápidamente comprometer a Estados Unidos en la política local, y la gente desesperada puede volverse violenta”.

La declaración continúa: “Más allá de distribuir ayuda, los soldados y marines estadounidenses inevitablemente se verán envueltos en asegurar la paz”. Parte de esta misión, añadía, consistirá en “garantizar que las pandillas de Haití- en particular las leales al depuesto presidente Jean Bertrand Aristide- sean suprimidas”.

De manera semejante, William Kristol y Thomas Donnelly, argumentan en Weekly Standard que detrás de la excusa humanitaria para la intervención en Haití “la ocasión estratégica es irresistible”.

“Con una incipiente transición en Cuba y los desafíos en Centroamérica, entre otros, existe una razón política para mostrarse- y ser considerado- un vecino recomendable y poderoso”.

En otras palabras, Washington está explotando la tragedia que sufre el pueblo de Haití para afirmar el control de carácter colonial del país. Su objetivo es reforzar su imperialismo hegemónico en toda la región y reprimir cualquier revuelta social de las masas haitianas.

Es sólo cuestión de tiempo el que el horrendo coste en vidas humanas del terremoto del 12 de enero se vea aumentado con víctimas de las fuerzas de ocupación estadounidenses.