Polémica

Otra vez discutiendo con Abelardo Ramos

Contra la revisión nacionalista de la Revolución de Mayo

Por Martiniano Massacane,
para Socialismo o Barbarie, 18/05/2012

La discusión sobre el carácter de la llamada “Revolución de Mayo” es importante, ya que de aquí se derivan una serie de consideraciones políticas en relación al imperialismo o la estrategia nacional. Los compañeros de Razón y Revolución (RyR) han contestado a nuestro articulo sobre los hechos de Mayo publicado en Febrero en la página Socialismo o Barbarie.

En una nota salida en El Aromo n°66, se puede leer acusaciones de todo tipo: que somos “circulacionistas”, que hacemos un uso dogmático y religioso de Peña, y más imputaciones, sólo por el hecho de reivindicar a este historiador marxista.

Su necesidad de defender la visión de la Revolución Capitalista, para justificar luego su negación del problema imperialista, lleva a RyR a muchas semejanzas con el “nacionalismo popular” estilo Abelardo Ramos.

En este articulo intentaremos contestar algunas de las acusaciones, siempre sosteniendo que los hechos de Mayo apenas alcanzaron el carácter de una revolución política y no social.

La discusión

Antes que nada pido perdón a los compañeros de RyR; creí que la saga de libros sobre la Revolución de Mayo eran de cara a las discusiones (aunque sean académicas) que se iban a dar en torna a estos acontecimientos durante los festejos del Bicentenario. De hecho no era una crítica, sabía de sus años de publicación, y no estaba mal encarar un proyecto con ese objetivo.

Pero de la respuesta de los compañeros saco algunas cosas que como críticas hacia mi artículo no se entienden. El hecho de que Peña allá escrito “hace unos 50 años” no implica ningún problema. Marx escribió hace muchos más y, tanto RyR como el Nuevo MAS, lo reivindican. El problema no es el tiempo que pasó desde que se escribió lo que se escribió, eso no da legitimidad ni la quita, hay cosas escritas hace 5 minutos que igual son un desastre. Se puede decir, siguiendo esa lógica, que RyR debe dejar de repetir opiniones ajenas.

Peña discutía en esa época con Puigros, Abelardo Ramos y toda clase de interpretaciones nacionalistas manteniendo una postura marxista. Hoy RyR dio la vuelta y se funde a estos mismo autores haciendo que la teoría marxista se emparente al “nacionalismo popular” tan de moda en estos días.

En cuanto a la idea de que somos circulacionistas para definir el carácter de una formación social, es falsa. Si se lee detenidamente, se ve que la discusión se plantea primero desde qué tipo de relación de explotación domina:

Pero, como bien reconoce Peña, la principal relación de producción y explotación capitalista, el salario, existía antes de la revolución en forma bastardeada, aunque como reconoce Pomer, el mercado laboral asalariado tardó en desarrollarse. Ni siquiera fue obra de la ‘revolución’; la obligación de trabajar para los ‘mal entretenidos’ gauchos es anterior. Pero lo importante es que antes no existía en el Rio de la Plata otra forma de explotación.”[1] Con esto abro la discusión sobre el carácter de la producción en el Río de La Plata. Para continuar diciendo que esta producción está atada al mercado mundial capitalista, por lo que su objetivo es la acumulación capitalista mundial. Más allá de que el estado esté encabezado en esta época por una burocracia de la Corona feudal española.

Estoy convencido (sin tratar de ser dogmático con un autor de más de 100 años) de que, cómo decía Marx, el valor se produce en la producción y se realiza en la circulación. Por lo tanto, para definir los modos de producción es necesario entrelazar ambas esferas para entender. No es sólo el mercado mundial el que le da el carácter capitalista a la formación social del Río de la Plata, sino también los tipos de relaciones sociales que dominan en la producción. El problema es de ustedes –RyR– que la dan poquísima importancia a la influencia del mercado mundial.

En su defecto, lo más cercanos al circulacionismo es RyR. En sus libros podemos ver que se habla de la punción en el comercio para definir el carácter feudal del Río de La Plata. ¿Pero dónde están las relaciones de producción feudales? No hablan, no dicen nada. El poder de la Corona no es una forma ni una relación de producción. Sin embargo no dudan de hablar de los saladeros, que estaban lejos de ser feudales.

Con respecto al comercio, RyR, tiene un problema de difícil explicación: el carácter de los comerciantes, sean monopolistas o capitalistas (si se les puede diferenciar de esta forma).

En uno de sus últimos artículos, Schlez[2], vuelve sobre un intento de diferenciar a los comerciantes en dos tipos, unos capitalistas y otros capitalistas atados a la corona española (aunque no sea el eje del artículo). Hasta acá ningún problema. La dificultad está en que detrás de esta diferenciación se encuentra una especie de diferenciación entre comerciantes buenos y malos, los que acumulan capital y los que logran ganancias gracias a privilegios políticos. En ese artículo, Schlez, dice que Agüero (un comerciante monopolista contrario a los cambios en el Río de la Plata) en su reproducción social “no dinamizó actividad productiva alguna, reproduciendo su vida gracias a 3 tipos de actividades: el comercio, el préstamo y la inversión inmobiliaria”[3]. A estas 3 actividades se dedicaron muchos comerciantes luego de la “revolución”, esto no los diferencia de otros comerciantes que son indiscutiblemente capitalista (incluso hoy en día).

Siguiendo esta línea, renglones antes, los iguala a “curas y burócratas”[4]; esto sí que no se explica. Los privilegios otorgados por el Estado Español les permite comerciar con muchas ventajas; pero sin ellos los comerciantes pueden seguir comerciando y reproduciendo su vida. En cambio, si el Estado Español no paga los salarios, los curas y burócratas deben salir a buscar otra fuente para reproducirse. Los últimos no sólo son el Estado: su reproducción social esta completamente atada al Estado. No son lo mismo, son otra cosa.

El hecho de que los comerciantes vivan de una punción en la circulación, hecha por y en beneficio de unos cuantos nobles feudales, no quita que los excedentes de esa producción controlada por el mercado mundial fuera a parar en gran medida a los bolsillos de capitalistas que estaban iniciando la acumulación originaria.

El latifundio efectivamente no permitió grandes inversiones; la gran mayoría de los hacendados no tenían saladeros, que era la única inversión grande que se podía hacer. La gran mayoría sí vivía de la caza del ganado cimarrón en sus tierras o en la de los indios, lo cual necesita de muy poca inversión y muy poca mano de obra asalariada o de otro tipo. Pero resulta bastante bajo decir que defendemos la tesis del “farmer”. De hecho ni se habla del tema en el articulo[5]. Solamente se dice que el latifundio no incentivaba la inversión, lo que tampoco quita que algunos hayan invertido.

En el caso de la definición, clásica, que hacemos de decir que Argentina desde los hechos de Mayo hasta hoy es una semicolonia, no era el eje del artículo. Pero teniendo en cuenta los últimos escritos de los compañeros en su periódico “El Aromo”, voy a contestar. En este periódico, por lo menos en dos notas,[6] se niega el carácter semicolonial de Argentina y se llama a toda la izquierda a superarlo para no seguir “enlazado de una forma u otra a la ideología burguesa”.[7]

Por lo menos reconozcamos que son coherentes: que al creer que la Revolución de Mayo fue burguesa, triunfante y social, hoy Argentina esta libre de ataduras y no tiene tareas burguesas que realizar.

Hoy, producto de la crisis económica mundial y las rebeliones ocurridas a partir del 2000, han hecho que el imperialismo pierda fuerza en la zona. Pero de ninguna manera podemos decir que hoy, como ayer, Argentina haya superado los obstáculos que impone el imperialismo.

Años después de Mayo, Rivadavia pide el primer préstamo internacional oficial a la Bahring Brothers. Desde ahí en más el Estado surgido de los hechos de Mayo estuvo atado a la banca internacional (recordemos el rol del FMI en los 90 por nombrar el primero que se me viene a la cabeza). No sólo es el comercio: aparte de las finanzas también podemos ver las inversiones hechas por Inglaterra y obvio que otros países imperialistas (nadie dice ni cree que Argentina dependa sólo de Inglaterra en ese época).

El imperialismo y sus socios menores (la escasa burguesía nacional) mediante inversiones, préstamos y comercio manipulo la política de un Estado que nunca logró la independencia total. Negar el rol del imperialismo o el carácter de semicolonia de Argentina es volver a las tesis de Toni Negri, no avanzar en un sentido marxista. Igual, creo que para explicar cuál era la importancia del imperialismo inglés, basta el dato que ellos mismo citan: en 1824 Inglaterra compraba el 60% de las exportaciones pecuarias; no es necesario un monopolio del 100% para controlar la economía.

Lamentablemente los hechos de Mayo no resolvieron la cuestión de la soberanía nacional (algunos años después, los ingleses ocuparon Malvinas, territorio nacional en ese momento), ni se logró una independencia política completa. YPF, muestra en una pequeña medida (gracias al momento que se vive en el mundo), lo difícil que es tomar una medida soberana (en especial cuando hablamos de nuestros recursos naturales). La burguesía después de mayo se transformó en socia menor de diferentes imperialismos (Inglaterra en primer momento, pero yanqui después). No busca la independencia completa. Por eso nuestra corriente plantea que esto será obra sólo de la clase obrera, serán los obreros y trabajadores quienes echarán a patadas al imperialista que quiera mantener en alguna medida al país como semicolonia suya y completar lo que la “Revolución burguesa de Mayo” no concluyó.

“La Revolución de Mayo” no inició una era de industrialización (ni días después, ni años después, ni décadas después). Nunca se supero la baja productividad del trabajo existente hasta nuestros días, ni el carácter deudor del Estado, ni la falta de soberanía.

Quizás la principal critica de Rossi Delaney, es que el Nuevo MAS y quien escribe tomamos religiosamente lo que dice Peña, que nos negamos a aggionarnos, que somos dogmáticos.

En estas últimas décadas los marxistas de diferentes cuños hemos debido soportar una constante crítica por citar a Marx, Engels, Lenin o cualquier otro. Desde la caída del muro se nos acusa de ser “dogmáticos” que repetimos a diestra y siniestra planteos escritos por otros hace muchos años. Es por esto mismo que me llama mucho la atención de que se nos acuse de repetir religiosamente lo que dijo Peña hace más de 50 años. Esta crítica los acerca más a los posmodernos que durante años nos corean lo mismo, que a los marxistas que hemos tenido que soportar estupideces, como que la teoría marxista no servía más y había que “modernizarse”.

La reivindicación de un marxista-trotkista como Peña, no nos hace dogmáticos, ciegos o simples repetidores. Creemos que los estudios y la teoría realizados por Peña son los que se ajustan más a la realidad (a pesar de algunas pequeñas fallas en cuanto a afinar el lápiz en las definiciones, cosas que hay que superar). Sostenemos lo dicho por Peña porque hemos leído a otros y estamos convencidos de que es lo mejor y más acertado en los últimos 50 o 60 años a pesar de sus limites.

No somos una secta religiosa que le gusta repetir clichés por ahí (aunque las hay). Para comprobar esto invito a RyR y a todos los compañeros a leer nuestro balance sobre el marxismo de posguerra, balance que se encuentra en la mayoría de nuestras revistas (Revista Socialismo o Barbarie, 17-18 en adelante).[8] Allí verán que mas que repetir, nuestra corriente a estado buscando desde el principio tomar y conservar lo mejor del marxismo del siglo XX pero tratando de superar los errores sobre la base de balances críticos de muchas experiencias[9]. No tenemos el reflejo posmoderno de decir que todo lo viejo es basura y no sirve, tenemos el reflejo marxista de ver que es lo que sirve y descartar lo que se mostró equivocado.

Nos enorgullece retomar las obras, todavía tapadas en muchos círculos intelectuales de la izquierda, de Milciades Peña, quien a pesar de su corta trayectoria dejo una aplicación de la teoría marxista que, les guste o no a los compañeros de RyR, todavía está vigente.


[1] Rodríguez, Martiniano: “sobre el carácter de la llamada “revolución de mayo” de 1810 en Argentina: Una discusión bicentenaria” en socialismo-o-barbarie.org

[2] Schlez, Mariano: “El estudio de los comerciantes a través de los protocolos notariales porteños (1760-1800), un debate sobre el método”, Revista Razón y Revolución n°22, 2do semestre de 2011, BS As.

[3] Schlez, Mariano: OP CIT, página 125

[4] “Pero un análisis detallado de la naturaleza de su reproducción social nos muestra que vive, como el resto de los monopolistas, gracias a una punción a la circulación, fruto de los privilegios que le otorga el Estado Español. Al igual que los curas y burócratas que se reproducen socialmente gracias al Estado Español…”, Schlez, Mariano: OP CIT, página 125

[5] De hecho, estaría bueno que los compañeros citen en que momento del articulo reconozco ese mito.

[6] “A 30 años de la guerra de Malvinas” y “Socialismo o liberación nacional. Una respuesta al PTS sobre el caso Malvinas” en el Aromo 66.

[7] Harari, Fabián: “A 30 años de la guerra de Malvinas”, en El Aromo 66.

[8] En la web, la colección de Socialismo o Barbarie (revista) se encuentra en: http://www.socialismo-o-barbarie.org/revistaa_indices/revistas_anteriores_desde_16_.htm

[9] Continuando con el tema se puede leer “Revolución o Dependencia, imperialismo y teoría marxista en Latinoamérica” de Marcelo Yunes, donde nuestra corriente repasa el tema.