Haciendo memoria

Buenos Aires, 25 de mayo de 1810

Hacia una interpretación marxista de la Revolución de Mayo

Por Martiniano Rodríguez,
para Socialismo o Barbarie, 24/05/2013

Este nuevo 25 de Mayo se cumplen 203 años de la llamada Revolución de Mayo, un hecho que marca el comienzo de la historia argentina y que para muchos es el comienzo atrasado de nuestro país. En la actualidad el gobierno y muchas corrientes reivindican este hecho, pero desde Mitre y Alberti que se discuten muchas cosas sobre el “25 de Mayo”: ¿Qué fue? ¿Qué ideas se impusieron? ¿Participaron las masas? ¿Qué rol jugó Gran Bretaña?

El Cabildo y su plaza, donde tuvieron lugar los eventos de mayo de 1810, visto en 1829 por Charles Henri
Pellegrini (acuarela). Frente al Cabildo, la Pirámide de Mayo, su primer monumento conmemorativo.

Entender esta cuestión es importante para elaborar y tomar posiciones políticas, para elaborar una  estrategia emancipadora que eliminé la explotación del hombre por el hombre.

Mitre y el nacionalismo

Cuando alrededor de 1880 surgió la necesidad de sentar las bases de un nuevo Estado, una tarea importante fue la de construir un pasado glorioso. Mitre y otros se dedicaron a encontrar en algunos “héroes” y su Revolución de Mayo, los comienzos de la Argentinidad y del país. Argentina abría nacido por la acción de un grupo de “héroes iluminados” que enfrentaron a los españoles y su injusticia, con la idea de crear una nueva nación independiente y republicana. Para que esta idea cierre hubo que ocultar algunos documentos[1] y culpar a la edad o la locura por algunas ideas contrarias a las que se formaba la elite agro-exportadora.

Un relato casi místico, lleno de héroes y villanos que nos repiten en las escuelas desde chiquitos. Una revolución pacífica a la cual le debemos la vida.

Frente a este cuento se levantaron algunas voces, pocas pero hubo. La principal fue la de J.J. Alberti, un intelectual liberal muy agudo en sus observaciones, que discutió gran parte del discurso mitrista. Para él la Revolución de Mayo cambio más que la estructura política y ni siquiera tenía una idea en cuanto a si era necesario la independencia o que forma de gobierno debía tener esta nueva nación. Una idea contraria a la que la elite quería imponer.

Las nuevas posiciones

Los primeros socialistas, formados por la socialdemocracia europea y los stalinistas, mantuvieron todas las premisas mitristas-liberales pero con lenguaje marxista. Para ellos fue una revolución capitalista, un enfrentamiento de clases en la cual la burguesía tomó el poder. El problema era que ésta revolución fue incompleta o traicionada por que triunfaron las ideas más conservadoras  de la revolución o por el complot de los capitalistas ingleses. Esta nueva visión no lograba romper con las ideas elementales de la teoría liberal, pero permitía sostener la idea de que para completar la revolución es era necesario la alianza con sectores capitalistas.

Casi al mismo tiempo los revisionistas, de tendencia nacional-populistas, partiendo de que era una revolución incompleta o traicionada (por las mismas razones que las posturas anteriores) criticaban la postura mitrista por resaltar las figuras conservadoras. Así Moreno y Belgrano comienzan a ser los nuevos héroes a quien idolatrar, los que querían un verdadero cambio.

Ambos coincidían en que había que completar la revolución, lo cual demuestra que esos marxistas no podían superar la perspectiva liberal. La solución era apoyar una alianza poli-clasista encabezada por la burguesía nacional, que desarrolle el país y se enfrente al imperialismo. Los revisionistas terminaron apoyando al peronismo, mientras el Partido Comunista y el Partido Socialista apoyaron a la alianza conservadora anti-peronista. Ninguno veía la posibilidad de una salida independiente.

Milcíades Peña

Lo primero que salta a la vista cuando se lee a Peña, es su sagacidad y simpleza para atacar ciertos mitos y puntos comunes de la Historia Argentina. Pero a la vez sus escritos son centralmente políticos, apuntan a desmentir y desanudar los mitos relacionados a posiciones políticas de diversas tendencias.

Una gran virtud de Peña, es lograr una historia muy lejos de héroes y figuras determinantes, en su obra se puede ver como actuaron las clases sociales de cada momento, y luego ver esto a través de algunas de sus principales figuras, de sus obras políticas. No se detiene a explicar la grandeza o decadencia de una persona  pata explicar el por que del desarrollo de la historia, sino al revés. Al mismo tiempo tiene en cuenta y entrelaza limitaciones exteriores como el imperialismo y el capital extranjero.

En cuanto a la “Revolución de Mayo”, Peña retoma algunas ideas de Alberti. Para empezar el autor cree que le revolución no fue exactamente una revolución, ya que no hubo cambios importantes en la estructura política, social y económica del país. A parte no existió participación de las masas en dicho proceso. Fue más bien un cambio político, aunque por momentos el autor reniega de la importancia de esto.

Su visión es que la colonia era un “capitalismo colonial”, o sea no era feudal , era una época de transición. Por lo tanto la revolución capitalista era un mito de quienes buscaban adaptar el pasado a la teoría de la sucesión de modos de producción, no entendiendo que no la historia no es lineal, sino combinada y desigual.

De esta forma se ubica fuera de los marcos liberales, de pensar que fue necesaria una gran revolución social nacional para insertar a Argentina en un mundo capitalista. Ofrecía así una visión alternativa a las existentes que pone en primer plano la desconfianza en la burguesía y la necesidad de un nuevo actor que realice los cambios más profundos.

El marxismo hoy

En la actualidad las corrientes marxistas no han logrado superar los mismos limites con que contaron los marxistas de principio del siglo XX.

El Partido Comunista  (stalinista) y el Partido Comunista Revolucionario (maoísta) son los continuadores de la idea de que la revolución burguesa de mayo no fue completada, y es por esta misma visión de los hechos de mayo que en la actualidad se encuentran tejiendo alianzas con diversos partidos burguesas. El primero con el Frente para la Victoria de la presidenta Cristina Fernández; los segundos se contentan con apoyar a los sectores ligados al Frente Amplio Progresista del ex gobernador Binner.

El grupo de Razón y Revolución (RyR) en cambio sostiene que la Revolución de Mayo fue una revolución social, que transformó la estructura económica y social de la nueva Argentina. Las masas participaron activamente de estos sucesos, la burguesía destruyó la colonia feudal y abrió la puerta al capitalismo en la región. Esta revolución burguesa elimina hoy en día la necesidad de la lucha contra el imperialismo[2], por los derechos democráticos, ya que no estamos habitando una semi-colonia. La revolución social de 1810 borró todo rastro de feudalismo y transformó a Argentina en un país capitalista con una burguesía soberana e independiente.

Hacia una posición marxista

El marxismo hoy necesita una posición clara e independiente, ya que es importante discutir las posiciones reformistas y pos-modernos que retoman ideas stalinistas y por ende liberales, llevando al movimiento obrero tras alguna figura  de algún burgués o en el mejor de los casos de algún tipo de reformismos.

Partiendo de la visión de Peña, pero tratando de superar sus límites, podemos llegar a una posición más dialéctica y cercana a la realidad, que a la vez pueda plantear la necesidad de una salida independiente a los problemas del capitalismo y que conduzca verdaderamente al socialismo.

La colonia era efectivamente una época de transición, donde diferentes modos de producción se combinaron, que desarrolla una estructura pre-capitalista donde se mezclaron elementos feudales y pre-colombinos pero profundamente atravesados por el naciente capitalismo , que de a poco fue horadando estos elementos dando lugar a una sociedad lugar a una sociedad completamente capitalista. Por lo tanto la revolución fue solo un cambio político en medio de esta transición, pero no hay que simplificar esta cuestión como lo hace Peña por momentos. Esos cambios políticos implicaron una ruptura con la metrópoli pero no la configuración de una nueva sociedad. Los comerciantes que dominaron la sociedad colonial lo hicieron después de 1810 (el núcleo estancieril  también mantuvo su poder, aunque la formación de una clase ganadera burguesa sea bastante posterior a 1810), pero es verdad que el 25 de mayo de ese año quebró el vinculo con España y trajo el libre comercio. Pero esta clase burguesa comerciante y el núcleo de la futura clase burguesa estancieril, poseían interés no nacionales, solo les importaba comerciar libremente. Ningún sector en Argentina quería pelearse con sus socios imperialistas europeos y poner en pie una nación independiente por medio de una radicalización de la sociedad. No hubo revolución social, porque nadie quería cambios demasiados profundos que pudieran perjudicar el negocio de la exportación de cueros o el comercio.

En consonancia con esto, la única clase que podía llevar adelante los cambios profundos para poner crear una verdadera nación independiente y que puede solucionar los problemas creados por el capitalismo, es la clase obrera (que en esos momentos estaba lejos de existir). Hoy existe y es la única que puede encabezar una posición completamente independiente.


[1] Mitre ocultó el “Plan de operaciones” de Moreno, ya que este proponía ceder tierras a Inglaterra y otras cosas.

[2] En algunas notas como  “A 30 años de la guerra de Malvinas” y “Socialismo o liberación nacional. Una respuesta al PTS sobre el caso Malvinas” en El Aromo 66, Razón y Revolición se declara en contra del carácter semicolonial de Argentina.