Iraq

Los nuevos “éxitos” de EEUU en Iraq provocan más muertos y refugiados iraquíes

Los tópicos estadounidenses sobre Iraq

Por Haifa Zangana (*)
The Guardian, 15/02/08
IraqSolidaridad, 24/02/08
Traducido por Consuelo Delgado

“Para los iraquíes, tanto tiempo olvidados por los gobiernos estadounidense y británico –ya que se les ve a menudo como colaboradores de los ‘terroristas’–, este ‘aumento de la seguridad’ significa ataques aéreos contra las casas antes del amanecer, arrestos arbitrarios, secuestros, asesinatos a manos de mercenarios (llamados ‘agentes de seguridad’) y coches-bomba en concurridos mercados. Las explosiones se han producido en Bagdad, Saladino, al-Anbar y Nínive. La ciudad histórica de Mosul, al norte de Iraq, lleva tres semanas sitiada por las tropas de ocupación.”

Las afirmaciones del gobierno de EEUU sobre Iraq distan mucho de la experiencia de violencia y falta de seguridad que la población iraquí vive a diario. Robert Gates, ministro de Defensa de EEUU, indicó durante su visita a las tropas estadounidenses en Iraq que la reducción prevista del número de tropas estadounidenses en Iraq había que posponerla, sumándose así a la declaración del general David Petraeus, que quiere demorar la retirada de las tropas “[…] para consolidar las mejoras en la seguridad conseguidas el año pasado”.

No ha habido ninguna mención al “grado de violencia mantenida” que señaló Petraeus y de la que las seis últimas semanas han sido un buen ejemplo. Para los iraquíes, tanto tiempo olvidados por los gobiernos estadounidense y británico –ya que se les ve a menudo como colaboradores de los “terroristas”–, este “aumento de la seguridad” significa ataques aéreos contra las casas antes del amanecer, arrestos arbitrarios, secuestros, asesinatos a manos de mercenarios (llamados “agentes de seguridad”) y coches-bomba en concurridos mercados. Las explosiones se han producido en Bagdad, Saladino, al-Anbar y Nínive. La ciudad histórica de Mosul, al norte de Iraq, lleva tres semanas sitiada por las tropas de ocupación [1].

Reducir las bajas propias

Para reducir las bajas estadounidenses durante las incursiones, los iraquíes han sido sometidos a castigos colectivos al estilo israelí. La lista de nuestros muertos iraquíes como resultado de los ataques aéreos indiscriminados de EEUU es larga. He aquí sólo una muestra: el 3 de enero de 2006, varios miembros de la misma familia, incluidos mujeres y niños, fueron asesinados en un ataque aéreo estadounidense que destruyó su casa en Beiyi, al norte de Iraq. Gadban Nahd Hasan, de 56 años, dijo a [la agencia francesa] AFP que cuando bombardearon su casa había 14 miembros de su familia dentro. El 23 de octubre de 2007, un ataque desde un helicóptero destruyó completamente la casa de Ibrahim Jassim. Hubo 16 muertos: siete hombres, seis mujeres y tres niños.

El 11 de octubre, un ataque aéreo al noroeste de Bagdad mató a nueve niños y a seis mujeres. En el barrio [de Bagdad] de Medina as-Sáder, las tropas estadounidenses, respaldadas por helicópteros de combate, aseguraron que habían matado a 49 hombres armados. La policía cifró el número de muertos en 13 y dijo que eran civiles, entre ellos había dos niños pequeños. No eran miembros de Al-Qaeda.

EEUU lanzó un importante ataque aéreo en enero de este año sobre una zona de viviendas al sur de la capital iraquí, Bagdad. Los aviones arrojaron 18.100 kilos de explosivos sobre 40 objetivos en un bombardeo que duró diez minutos, según un informe militar.

En 2007, los soldados estadounidenses quintuplicaron los ataques aéreos en Iraq respecto a 2006. Sobre el terreno continúan los asesinatos y la deforestación, que ellos justifican como hechos asilados para deshacerse de “miembros sospechosos de Al-Qaeda”. Es más, las operaciones de quema controlada –la quema sistemática de árboles y huertos– en Diyala, Habaniya y por los alrededores de Bagdad, se han llevado a cabo para “hacer que las bases estadounidenses sean menos accesibles a los intrusos” y para “eliminar la vegetación que la resistencia utiliza como escondite para ellos mismos y sus armas”. Los sucesivos gobiernos iraquíes habían invertido millones de euros en plantar esos árboles.

El número de detenidos apresados por las fuerzas militares estadounidenses al mando en Iraq ha aumentado vertiginosamente hasta un 50%; entre los detenidos hay 680 niños, y el ejército estadounidense ha ampliado las instalaciones para prisioneros en Camp Bucca, al sur de Iraq y en Camp Cropper, cerca de Bagdad, para acomodar al creciente número de detenidos que van llegando [2].

¿Nuevos éxitos de EEUU?

Merece la pena hacer aquí una pausa para aclarar en qué consiste el tan cacareado éxito del retorno de algunos refugiados y de la creación de al-Sahwa, la milicia tribal sunní financiada por EEUU [para luchar contra Al-Qaeda]. Estos supuestos logros  constituyen simplemente otra operación de (des)información en un momento de fracaso militar, cuyo objetivo es ocultar el hecho de que la mayoría de los refugiados han huido del país durante el “éxito del incremento [de tropas]” [3], además de la existencia de otros dos millones de desplazados dentro de Iraq [4]. Para hacerse una idea proporcional, esto equivale a 10 millones de ciudadanos británicos o a 50 millones de estadounidenses.

El regreso de algunos refugiados no tiene nada que ver con el éxito de la ocupación, el restablecimiento de la seguridad o una reducción de la “violencia sectaria”, eufemismo que se utiliza para los escuadrones de la muerte que se han infiltrado en los servicios de seguridad y en las milicias locales. Los ahorros de la mayoría de los refugiados se han agotado y éstos se enfrentan ahora a una pobreza real ya que no pueden competir por conseguir los pocos trabajos disponibles en países, que han sido históricamente más pobres que Iraq. Cuando estuve en Amán en junio, conocí a un ingeniero iraquí que ahora trabaja como limpiador para mantener a su familia. Otros, especialmente los ancianos y los niños, están agotados de tantos impedimentos con los visados. La mayoría de los refugiados, que provenían de ambientes urbanos, alquilaron pisos a precios exorbitantes, lo que obligó en ocasiones a las familias a compartir una sola habitación con hasta cinco adultos y con niños. Muchos refugiados con experiencia profesional han tenido que recurrir a la caridad o a la ayuda de familiares que viven en Europa [5].

En Siria y otros lugares los refugiados viven de sus sueldos, lo que les obliga a volver a sus puestos de trabajo en Iraq cada dos meses, dejando atrás a sus familias. Algunos regresan también a recoger las raciones alimentarias mensuales para vender una parte de ellas en el país. En el pasado, debido a la corrupción que había en varias administraciones públicas, algunos empleados no iban al trabajo pero recibían la mitad de sus sueldos. Sus jefes se quedaban con el resto a cambio de permitirles no ir al trabajo salvo en determinados días. Todos estos chanchullos se acabaron cuando los países vecinos pusieron restricciones de visados y ahora es casi imposible conseguir un visado para Reino Unido o EEUU, a pesar de ser ellos los responsables de haber creado tanta catástrofe en Iraq. En este momento, muchos refugiados que han sobrevivido hasta ahora con esos arreglos están desesperados, y la única esperanza que les queda es compartir su vida con sus familiares dentro de Iraq, quienes, en la mayoría de los casos, son desplazados internos, es decir, siguen siendo refugiados.

En cuanto a la celebrada milicia tribal sunní aliada con EEUU llamada al-Sahwa (“Despertar”), las últimas semanas han demostrado que se está convirtiendo cada vez más en el monstruo que está a punto de devorar a su creador. Y es que el jeque Ali Hathem al-Duleimy, el jefe de al-Sahwa (muchos de cuyos miembros están a sueldo de los ocupantes) afirmó en la televisión iraquí que su milicia no permitiría por más tiempo que el gobierno iraquí o estadounidense interfiriera en su trabajo. En la provincia de Diyala grupos similares inicialmente pagados por EEUU se oponen a trabajar con las fuerzas del gobierno iraquí o estadounidense.

Los iraquíes que sufren la carencia de los servicios básicos siguen denominando al gobierno de Maliki  “el gobierno de las milicias sectarias”, que ostenta el mayor récord de corrupción, una corrupción que penetra en todos y cada uno de los aspectos de su organigrama. La democracia, la transparencia y los derechos humanos son términos que en Iraq a menudo se emplean a modo de chiste.


(*) Haifa Zangana es una periodista exilada iraquí.

Notas de IraqSolidaridad:

1. Véase en IraqSolidaridad: Red Internacional Anti Ocupación. Contra el ataque a Mosul: Declaración internacional.

2. Véase en IraqSolidaridad: Nota Informativa de la CEOSI. Iraq: 24.000 presos bajo control de EEUU y hasta 400.000 en centros iraquíes

3. Al inicio de 2007 el presidente Bush ordenó el envío de otros 30.000 soldados estadounidenses a Iraq, la mayoría de ellos con destino a Bagdad, Es lo que se ha denominado surge, “aumento”.  En la actualidad permanecen en Iraq 158.000 soldados estadounidenses, una cantidad que los mandos militares consideran que no se podrá reducir en los próximos meses. El Creciente Rojo Iraquí ha denunciado que el incremento de tropas de EEUU y la reactivación de la guerra (sobre todo en Bagdad) a lo largo de 2007 han determinado que el número de desplazados se duplicara ese año, a un ritmo de 100.000 al mes.

4. Según un informe del Creciente Rojo Iraquí de enero de 2008, el número de refugiados iraquíes en Siria que retornaron a su país entre septiembre y diciembre de 2007 fue de unos 46.000, una cifra muy inferior a la difundida por el gobierno iraquí (UNHCR Syria Update on Iraqi Refugees. Latest News, UNHCR Syria, febrero de 2008). Tan limitado retorno a Iraq no se debe a la supuesta mejora de la situación de seguridad en el país –como así lo han reiterado las fuerzas de ocupación y el gobierno al-Maliki– sino esencialmente a los graves problemas que afrontan los refugiados en el país de acogida. Pese a las restricciones antes indicadas para la concesión de visados, puestas en marcha a partir de octubre de 2007, a finales de enero de 2008 seguían entrando en Siria más iraquíes de los que retornaban a su país: por encima de 1.200 entradas al día frente a una cifra de salidas inferior a 700 (UNHCR Syria Update on Iraqi Refugees. Latest News, UNHCR Syria, February 2008). Un 46,1 por 100 de los iraquíes que regresaron a Iraq desde Siria lo hicieron por no poder subsistir en este país y otro 25,6 por 100 por la expiración de sus visados de entrada y, consecuentemente, por haber sido forzados a ello por las autoridades sirias; sólo un 14,1 por 100 lo hizo por considerar que la seguridad en Iraq había mejorado.

5. Las cifras más recientes –siempre aproximadas– elevan hasta casi 2,5 millones el número de desplazados internos iraquíes y a una cifra ligeramente inferior –2,2 millones– la de aquellas personas que han buscado refugio en el exterior de Iraq.