Iraq

Entrevista exclusiva con Harez al-Dari, presidente de la Asociación de Ulemas Musulmanes

“La seguridad en Iraq es temporal y falsa,
impuesta por el fuego y el dólar”

Reportaje de Carla Fibla (*)
IraqSolidaridad, 13/05/09

Harez al-Dari

Da pasos firmes hasta alcanzar el asiento más modesto de un salón árabe decorado con dorados y pesadas cortinas, que le obliga a mantenerse erguido mientras elige cada palabra, en un árabe clásico muy bien construido. Cuida el mensaje que quiere que escuche Occidente. En su discurso, intercambia la primera persona por el plural mayestático en lo que no es sino un signo de la responsabilidad, del peso político, que tiene este ulema sobre amplias capas de la población iraquí. Al sheij Harez al-Dari no le gustan los medios de comunicación porque asegura que no reflejan la realidad sobre la ocupación de Iraq. Para contrarrestar este tipo de información han creado su propio periódico, Al Basair, y su propia televisión, Al Rafidain, en cuyos informativos se da cuenta de las acciones diarias de la resistencia armada iraquí contra la ocupación.

Exiliado desde 2006, cuando su casa, situada en el barrio de Abu Ghraib (Bagdad), fue destruida por las fuerzas de seguridad iraquíes bajo el mandato de EEUU, trabaja con el objetivo que se marcaron en 2003, momento de la creación de la Asociación de Ulemas Musulmanes a raíz de la invasión estadounidense: recuperar la soberanía de Iraq.

Carla Fibla (P.): ¿Qué es la Asociación de Ulemas Musulmanes (AUM)?

‘Sheij’ al-Dari (R.): Es una institución religiosa nacionalista que desde el primer día se opuso a la ocupación con todos los medios legítimos que le otorgan las leyes internacionales vigentes y que, desde el primer día, exigió la salida de Iraq de las tropas de ocupación y el retorno de Iraq a los iraquíes. La ocupación nos ha hecho retroceder —en todos los sentidos— centenares de años: en lo político, en lo económico, en la seguridad, en la educación, etc. Tenemos un papel político: el de oposición a la ocupación para conseguir que los invasores salgan de Iraq.

P.: ¿Cuál es el peso religioso de la AUM?

R.: La Asociación es una institución religiosa y tiene una autoridad política entre las fuerzas que se oponen a la ocupación. Es una asociación religiosa, política y nacionalista creada para oponerse a la ocupación en Iraq. Representamos tanto a sunníes, chiies como kurdos y hablamos en nombre de Iraq y de los iraquíes en su conjunto, sin excepción.

P.: ¿Cuál es el apoyo popular que tienen seis años después del comienzo de la ocupación?

R.: La popularidad de la Asociación es muy amplia y aumenta día a día. A eso ayuda la forma en la que se ha desarrollado la ocupación, cómo han tratado a los iraquíes, sus malas prácticas y la mala gestión de aquellos a los que la ocupación ha colocado en el poder. Además desde el principio, nosotros, avisamos del peligro de la ocupación, de sus proyectos ocultos. Denunciamos a los sectores sobre los que se apoya la ocupación, con los que se ha aliado para poner en funcionamiento sus proyectos a costa de los intereses supremos de Iraq y de su pueblo.

P.: ¿Por qué trabajan desde el exilio?

R.: Salimos de Iraq el 9 de marzo de 2006, después de que nuestra casa, en la zona de Abu Ghraib, fuese atacada por las fuerzas de seguridad pertenecientes al Ministerio de Interior del gobierno de Ibrahim al-Yafari. Se produjo un enfrentamiento en el que murieron muchas personas. Salí de Iraq, pero con la intención de regresar en una semana, sin embargo, la asociación decidió que no regresase a Iraq. Después, a finales de 2006, el gobierno de al-Maliki hizo pública la orden de detención contra mí. Entonces decidí quedarme aquí y realizar mi actividad política de lucha desde el exterior.

P.: ¿Se puede recuperar Iraq desde el exterior?

R.: Nosotros actuamos desde el exterior y desde el interior. Nuestros medios están en el interior, nuestro trabajo básico está en el interior, pero nuestro trabajo político en el exterior. Nuestra arma en el exterior es muy fuerte y tiene un vínculo cuasi directo con el interior a través de los seguidores de nuestra organización y de todos los que se oponen a la ocupación

La nueva Administración Obama

P.: ¿Cree usted que se ha producido algún cambio respecto a Iraq con la llegada a la Casa Blanca del presidente Barack Obama?

R.: No ha cambiado nada, no hay nada nuevo. Obama aplica la misma política que marcó el gobierno estadounidense anterior.

P.: Pero en junio de este año se supone que las tropas estadounidenses se retirarán a sus bases fuera de las grandes ciudades de Iraq. ¿Qué ocurrirá?

R.: La resistencia luchará contra la ocupación mientras dure. La decisión de retirada de las tropas [de EEUU] de forma escalonada ha sido unilateral. Obama no consultó con nadie, ni con el gobierno, ni con la resistencia, ni con la oposición política iraquíes. Por lo tanto, los iraquíes que se oponen a la ocupación no están ligados a ninguna de las decisiones del gobierno estadounidense. De todas maneras, la situación se mantendrá como hasta ahora.

P.: Si se retiran a sus bases las tropas estadounidenses, ¿la resistencia atacará a la policía y al ejército del gobierno iraquí?

R.: No, la resistencia seguirá combatiendo contra la ocupación en las ciudades, en las calles y en sus bases, porque el objetivo de la resistencia es la salida de la ocupación de todo Iraq, no que se queden en sus sedes, en lugares específicos, o en sus bases.

Irán y la ocupación

P.: ¿Cuál es el papel que deberá jugar Irán en el momento de la retirada de las tropas?

R.: Irán no domina Iraq porque nuestro pueblo es muy fuerte; es un pueblo que rechaza cualquier injerencia extranjera en su territorio, ya sea occidental u oriental. Por lo tanto, los iraquíes se opondrán y resistirán a cualquier sector que quiera entrar en Iraq.

P.: Pero en la actualidad Irán ya está jugando un papel en Iraq: aprovechando la reestructuración regional que ha supuesto la guerra a Iraq.

R.: Los iraníes están en Iraq apoyando la ocupación, por eso decimos que cuando salga la ocupación, también lo harán los iraníes. Y si no salen, los iraquíes los combatirán como han combatido a la ocupación estadounidense. Serán tratados como soldados de ocupación de Iraq. Los iraquíes en todas sus facciones, sunníes, chiíes y kurdos, todos, rechazan las injerencias extranjeras regionales, por lo tanto también la injerencia iraní.

P.: ¿Qué opina de las elecciones provinciales del pasado 31 de enero?

R.: Son sólo un eslabón del proceso político para ejecutar el programa de lo que se ha denominado el “federalismo de las regiones”, reflejado en la nueva Constitución [de 2006]. Estas elecciones han manifestado con claridad que el pueblo iraquí rechaza el federalismo y la división de Iraq porque sólo ha participado entre el 20 y el 25 por ciento de la población, aunque oficialmente la tasa de participación fue del 40 por ciento. Además los que han ido a votar no lo han hecho por las grandes listas cuyos símbolos políticos han gobernado Iraq desde la ocupación hasta la actualidad. El pueblo ha rechazado su política, su forma de actuar que ha dañado a Iraq.

P.: ¿Es Nuri al-Maliki, primer ministro iraquí, el gran vencedor?

R.: Al-Maliki es, relativamente, el gran vencedor, pero no el vencedor absoluto porque sus competidores no han conseguido nada más que un cinco o un seis por ciento; en cambio él consiguió un 10 o un 12 por ciento de los votos. Según estos datos él es el vencedor, pero Maliki ha usado el poder y el dinero para que la gente votase y al final ha logrado este gran y pequeño resultado.

P.: Pero al-Maliki aparece tras estas elecciones como el que ha conseguido la mejora de la seguridad, combatir a Al Qaeda y a la resistencia.

R.: En absoluto. La supuesta mejora de la seguridad es muy limitada y se refiere a zonas concretas. Es una seguridad impuesta por las fuerzas de seguridad y de la ocupación mediante la división de las ciudades en barrios, divididos a su vez con muros de hormigón y cercadas por las fuerzas de seguridad, no es tal.

Por lo tanto, se trata de una seguridad temporal y antinatural y, en cualquier momento, puede cambiar porque no se ha construido sobre bases políticas que den respuesta a la situación social que vive Iraq, de la que es responsable la ocupación y sus aliados. Lo que han conseguido es una seguridad relativa, temporal, falsa, e impuesta por el fuego y el dólar.

Sobre la llamada “reconciliación nacional”

P.: Ustedes no fueron invitados a la reciente cumbre para alcanzar un acuerdo de reconciliación entre las facciones iraquíes. ¿Es posible la reconciliación?

R.: No fue una conferencia de reconciliación sino un festival mediático de al-Maliki en el que ha reunido a una serie de personas a quienes no les importa la nación, su libertad, etc. Todos aparecen en los medios de comunicación para decir que trabajan para una reconciliación propuesta por EEUU y por los países de la zona. Ni al-Maliki ni sus compañeros del proceso político quieren una verdadera reconciliación que acabe con los problemas en Iraq. Lo que quiere al-Maliki es gobernar, pero no está dispuesto a discutir los asuntos de importancia que son la base de la reconciliación nacional.

P.: ¿Cuáles son esos asuntos sobre los que se sostendría la reconciliación nacional?

R.: Por ejemplo, la postura frente a la ocupación: ¿es formal el calendario de retirada de las tropas? ¿Será el gobierno capaz de cumplir aquello a lo que se ha comprometido, es decir, que la ocupación terminará a finales de 2011 o se trata de una cortina de humo ante los ojos de los iraquíes? ¿Cuál es el posicionamiento sobre la resistencia, sobre el proceso político, la Constitución, la división de Iraq y sobre los asuntos sociales?

Hay que abordar el asunto de las prisiones del gobierno donde hay más de 400.000 presos en cárceles conocidas y secretas. También hay que buscar una solución para los desplazados internos y los refugiados en el exterior, en total más de cinco millones de los 28 que tiene Iraq…, es decir, las cuestiones políticas que se deben tratar en los procesos cuando realmente se pretende una reconciliación política verdadera y con visos de tener éxito.

P.: ¿Cómo contempla el futuro inmediato?

R.: Iraq no va a dividirse. Los iraquíes han rechazado el proyecto del federalismo y la prueba de ello es el grado de abstención de los iraquíes en las elecciones, rechazando los llamamientos del Consejo Supremo Islámico de Iraq. Además, la composición demográfica y social del pueblo iraquí es una barrera a la división de Iraq. Lo ha sido en el pasado y se mantendrá así en el futuro aunque se intente llevar a Iraq hacia la división, como lo intentó EEUU después de la ocupación. El pueblo iraquí es complejo, no puede ser gobernado sino por medio de la voluntad del propio pueblo y el pueblo está en contra de la división.


(*) Carla Fibla es periodista y reside en Amán, Jordania.