Iraq

¿Quién quiere que esas tropas queden en Iraq?

La guerra olvidada

Por Patrick Cockburn (*)
CounterPunch, 10/09/11
Rebelión, 12/09/11
Traducido por Sinfo Fernández

Estados Unidos está negociando para mantener varios miles de soldados en Iraq más allá de la fecha oficial de su retirada a finales de año, aunque Irán y Turquía están eclipsando su influencia en el país.

EEUU e Iraq están discutiendo si 10.000 soldados estadounidenses deberían permanecer como símbolo de la continuidad del compromiso estadounidense en Iraq y con funciones de entrenamiento. Los funcionarios de Washington han sugerido que podría ser incluso una cifra menor, entre 3.000 y 4.000 soldados, pero esta puede ser una táctica negociadora para conseguir que el fraccionado gobierno iraquí adopte una decisión.

Cualquiera que sea la cifra final, el número será una porción de los 146.000 soldados que estaban en Iraq a principios de 2009; su partida significa que el estatus de EEUU está desvaneciéndose como potencia extranjera en el país.

La influencia iraní crece en Bagdad debido a la escalada de enfrentamientos entre musulmanes chiíes y sunníes por toda la región.

El gobierno de coalición de dominio chií en Bagdad está preocupado de que el levantamiento sunní en Siria pueda desplazar a Bashar al-Asad y su régimen, cuyos líderes vienen en su mayoría de la secta chií alauí. Los chiíes iraquíes también simpatizan totalmente con la mayoría chií en Bahrein, cuyo movimiento a favor de la democracia ha sido despiadadamente aplastado por la monarquía sunní de los Al-Jalifa, con el apoyo de Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos.

A los kurdos y a muchos de los sunníes de Iraq, junto a casi el 40% de la población, les gustaría que hubiera una continuada presencia militar estadounidense para equilibrar la influencia de la mayoría chií en casa y de Irán fuera.

Los kurdos desearían que EEUU siguiera ejerciendo el papel que juega desactivando tensiones en las grandes zonas del norte de Iraq donde las poblaciones kurda y árabe están entremezcladas. Arabia Saudí y las monarquías sunníes el Golfo, paranoicas respecto a la influencia iraní, quieren que las tropas estadounidenses se queden para que no dejen entrar a Irán.

Nuri al-Maliki, el Primer Ministro iraquí, debe su puesto a su capacidad de equilibrio entre Washington y Teherán. Pero pudo llegar a formar nuevo gobierno gracias al apoyo del poderoso clérigo chií Muqtada al-Sadr y su partido, que propugna una mezcla de chiísmo, nacionalismo y populismo. Los seguidores de Sadr están llamados a celebrar una concentración en Bagdad el viernes para exigir la retirada total de EEUU.

La influencia de Turquía crece cada vez más en Iraq y en otros lugares de Oriente Medio debido a que es un Estado musulmán con un gobierno fuerte, una economía próspera, un ejército potente y una gran población.

Se puede prever que su autoridad va a aumentar entre Estados árabes como Iraq, Siria, Egipto, Líbano, Bahrein, Túnez y Libia, todos ellos debilitados por guerras, guerras civiles y rebeliones.

Iraq sigue siendo débil debido a sus divisiones étnicas y sectarias actuales. “Ya no existe identidad nacional”, dijo Ghasan al-Atiyah, científico político y comentarista iraquí. “Los iraquíes son ahora o sunníes, chiíes o kurdos”. Atiyah declaró que Irán tolerará que en última instancia EEUU mantenga una pequeña fuerza en Iraq, porque la mayoría de los soldados estadounidenses se habrán ido y los que queden serán demasiado pocos para resultar militarmente eficaces. “¿Pensarán los iraníes que son demasiados 10.000 hombres?”, se preguntó Atiyah. “Lo dudo”.

Los políticos iraquíes han manifestado en el pasado que sospechan que a Irán le gustaría que algunos soldados estadounidenses siguieran en Iraq porque representan un objetivo de ataque para grupos militares especiales, encuadrados en el movimiento sadrista pero controlados por Irán.

Por su parte, EEUU tratará de conservar su influencia en Iraq a través de las operaciones de la CIA, de las fuerzas vinculadas con la embajada estadounidense y de los contratistas militares.

Las divisiones iraquíes implican que estados extranjeros tratarán de jugar un papel con peso en el país, aunque, si bien lucharán para conseguir influencia, ninguno tiene interés en ver que el país recae en una guerra civil.


* Patrick Cocburn es autor de “The Occupation: War, resistance and daily life in Iraq” y “Muqtada! - Muqtada al-Sadr, the Shia revival and the struggle for Iraq”.