Irán

Elites políticas y religiosas profundizan diferencias

Por Sara Farhang
Desde Teherán
Inter Press Service (IPS), 22/07/09

Teherán.– Los cuestionamientos al reelecto presidente de Irán, Mahmoud Ahmadineyad, desde su propio campo conservador, no hacen más que agravar la crisis política de este país.

La situación empeora más de cinco semanas después de las controvertidas elecciones presidenciales y cinco días después del polémico sermón del ex presidente Akbar Hashemi Rafsanyani (1989–1997), quien se alineó con la oposición y cuestionó la legitimidad de Ahmadineyad.

La oposición encabezada por Mir Hossein Musavi denunció un fraude en las elecciones presidenciales del 12 de junio, lo que motivó protestas populares y la consiguiente represión oficial.

Por su parte, el líder supremo Ali Jamenei, quien respaldó la reelección del presidente, y quedó expuesto a las críticas, lanzó el lunes una advertencia a la oposición.

"Deben tener cuidado porque se enfrentan a una gran prueba. Si fracasan no sólo perderán apoyo sino que será su fallecimiento" político, declaró Jamenei.

"Toda persona, sin importar su posición, que trate de instalar la inseguridad en la sociedad, se ganará el odio de la población", advirtió el líder espiritual, quien se mostró junto a Ahmadineyad, al presidente del parlamento, Ali Lariyani, y e del Poder Judicial, ayatolá Hashemi Shahrudi.

También "deben ser conscientes de que sus palabras, análisis y acciones que ocasionen problemas de seguridad en la sociedad atentarán contra la nación", añadió.

Las palabras de Jamenei, según numerosos analistas, iban dirigidas a Rafsanyani, reunido en la nororiental ciudad de Mashhad con autoridades religiosas para discutir la situación del país.

En su sermón del viernes, cuando convocó a una multitud de gente en Teherán, Rafsanyani subrayó la importancia del republicanismo y de la participación de los ciudadanos en la gobernanza, además de considerar que el país está en "crisis".

El ex presidente llamó a recuperar la confianza de la población y propuso varias medidas como liberar a las personas detenidas por los disturbios de las últimas semanas, cancelar las restricciones sobre los medios de comunicación y reconocer de forma oficial el dolor de las familias de las víctimas de la represión.

También criticó al Consejo de Guardianes, órgano que confirmó el resultado de las elecciones.

El discurso de Rafsanyani fue muy importante, según un analista que pidió reserva de su identidad.

"El gobierno islámico de Irán dice basarse sobre dos pilares, el pueblo y el clérigo", recordó. "Rafsanyani señaló que ambos sectores están descontentos con la situación actual".

El ex presidente observó el malestar en las calles y recordó que ésa fue la fuerza que terminó con el régimen del sah, hace 30 años.

La legitimidad del gobierno islámico de Irán la da Dios, no el pueblo, le contestó el ayatolá Mohammad Yazdi, integrante del Consejo de Guardianes, y uno de los varios conservadores que criticaron a Rafsanyani.

"El apoyo popular no le da legitimidad al gobierno", sostuvo. "En el Islam, la legitimidad del gobierno la da Dios y su aceptación, el apoyo popular".

En cambio, el legislador Ali Mottahari apoyó al ex presidente y declaró la importancia de contar con el apoyo y la confianza de la ciudadanía.

Por su parte, el ex presidente Mohammad Jatami (1997–2005) llamó a organizar un referendo sobre la legitimidad del gobierno, respaldado por su partido Asociación de Clérigos Combatientes, tras reunirse el domingo con familiares de activistas detenidos.

Son reclamos "mínimos" que pueden contribuir a "restaurar los derechos de un sector de la población, a consolidar la confianza y la paz y a aumentar las esperanzas de futuro", reza la declaración de la agrupación encabezada por Jatami.

También reclamó que una institución "imparcial y de confianza" organice el referendo, en alusión al Consejo de Discernimiento de Conveniencia del Sistema, presidido por Rafsanyani, que se ocupa de decidir qué conviene cuando una norma aprobada por la Asamblea es considerada contraria a la ley islámica por el Consejo de Guardianes.

El editor del periódico de línea dura Keyhan, Hossein Shariatmadari, designado por Jamenei, criticó las declaraciones de Rafsanyani y Jatami, y arguyó que la idea de hacer un referendo es ilegal, impracticable y una conspiración montada por el enemigo.

Jamenei sostuvo en su discurso del lunes que las potencias extranjeras son las responsables de los problemas que padece Irán.

"Muchos de los que están en prisión son personas conocidas que desde hace años trabajan duro por este país", respondió el rival de Ahmadineyad y perdedor de las elecciones presidenciales del 12 de junio, Mir Hossein Musavi.

"Quién puede creer que colaboran con extranjeros y están dispuestos a vender el país", preguntó. "Tanto retrocedimos que queremos atribuir un gran movimiento de protesta popular a los extranjeros. Acaso no es un insulto a nuestra nación".

La situación política del país también se agrava con el aumento de discrepancias entre los conservadores, lo que plantea un problema para el presidente electo, quien debe asumir el cargo el 2 de agosto.

Ahmadineyad anunció el jueves que su consuegro Esfandiar Rahim–Mashaie sería el primer vicepresidente de Irán, lo que motivó críticas de sus propios partidarios conservadores.

Mashaie fue vicepresidente responsable de la Organización de Cultura y Turismo y desató la polémica en 2008 cuando declaró que Irán era amigo de todos, incluido el pueblo de Israel. Sus palabras causaron gran revuelo entre autoridades políticas y religiosas que reclamaron su renuncia.

El legislador reformista Daryush Qanbari propuso que el Parlamento retirara la confianza al próximo gobierno de Ahmadineyad, una iniciativa que no prosperará dada la mayoría conservadora del cuerpo legislativo.

Rumores sobre la renuncia de Mashaie y de que Jamenei no aprobaba su designación circularon el lunes y el martes temprano. Pero Ahmadineyad reiteró su decisión en una entrevista televisada en la tarde.

Jamenei trata de montar una gran demostración de apoyo para la nueva asunción de Ahmadineyad. Pero el nieto del fundador de la República Islámica, Hassan Jomeini, decidió boicotearla viajando al extranjero.

La unidad política es fundamental para que el próximo gobierno de Ahmadineyad sea efectivo, pero el objetivo parece cada vez más difícil de alcanzar.