Embrollo Irán,
EEUU, Brasil, Turquía

En respuesta a Hillary Clinton, Lula afirmó que son los países con armas atómicas
los que hacen del mundo un lugar “más peligroso”

Dura réplica de Lula a EEUU por Irán

Associated Press (AP), 28/05/10

Rio de Janeiro.– La controversia entre Brasil y Estados Unidos en torno al programa nuclear iraní alcanzó ayer un nuevo pico de tensión luego de que el presidente Luiz Inacio Lula da Silva declarara que son las armas atómicas de los países desarrollados y no su acuerdo con el gobierno de Teherán lo que hace al mundo “más peligroso”.

Las palabras del mandatario brasileño fueron una clara respuesta a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, que anteayer había destacado los “graves desacuerdos” entre Brasilia y Washington, y había manifestado que el tratado de canje de combustible nuclear firmado entre Brasil, Turquía e Irán “hace del mundo un lugar más peligroso”.

“La existencia de armas de destrucción masiva es lo que hace al mundo más peligroso”, afirmó Lula, en un duro discurso de apertura del Tercer Foro Mundial de Alianza de Civilizaciones, que se celebra en Río de Janeiro. Lula también sostuvo que las tesis sobre una presunta “fractura” entre las civilizaciones “son criminales, absurdas” cuando se utilizan “con el pretexto de acciones bélicas, presentadas como ‘preventivas’...”, en referencia a Estados Unidos.

La declaración del mandatario elevó la tensión con la Casa Blanca, que en varias oportunidades manifestó su desacuerdo con el pacto que el pasado 17 firmaron Teherán, Brasilia y Ankara. Mediante este acuerdo, Irán se comprometió a intercambiar 1200 kilos de uranio levemente enriquecido por mineral con un nivel mayor de radioactividad, para ser usado con fines médicos, en el marco de un proceso supervisado por autoridades de los tres países y el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).

En la misma línea, el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, que mañana llega a la Argentina, defendió el acuerdo con Irán y afirmó que se trata de una forma de alcanzar la paz mundial. “Cuando escuchamos gente que habla de impedir que Irán obtenga armas nucleares, quienes hablan tienen armas nucleares. Brasil no tiene armas atómicas, y nosotros no las tenemos ni las queremos en nuestra región”, manifestó, en una clara alusión a Estados Unidos y otras potencias occidentales. “Quienes hablan de este asunto deberían eliminar las armas nucleares de sus propios países”, agregó Erdogan.

En su discurso, Lula fue aún más lejos y apeló a la comunidad internacional a “dialogar con Irán”, en lugar de seguir una línea de confrontación. “Brasil apuesta a que el entendimiento haga callar las armas. Invierte en la esperanza, que supera al miedo. [Brasil] hace de la democracia política, económica y social su única y mejor arma. Posiciones inflexibles sólo provocan confrontación y alejan la posibilidad de soluciones para la paz”, destacó Lula.

El presidente brasileño también defendió el desarme nuclear, así como el derecho al uso pacífico de energía nuclear. “Defendemos un planeta libre de armas nucleares. Y el pleno cumplimiento, de parte de todos los países, de las determinaciones del Tratado de No Proliferación”, explicó. “Creemos que la energía nuclear debe ser un instrumento para la promoción del desarrollo y no una amenaza”, añadió.

El mandatario afirmó que viajó a la capital iraní, Teherán, la semana pasada, junto con Erdogan, con el objetivo de “buscar una solución negociada”, ante un probable conflicto “que amenaza al mundo”.

“No podemos alcanzar la paz mundial con proliferación nuclear”, explicó por su parte Erdogan, que calificó el acuerdo con Irán de una “victoria diplomática”.

Las críticas de Lula a los países desarrollados alcanzó también la forma en que éstos enfrentan la crisis económica mundial, al denunciar que las potencias occidentales se resisten a dar mayor protagonismo al mundo en desarrollo. “La crisis financiera que se desató sobre todos nosotros mostró cuán necesario será contar con organizaciones multilaterales poderosas, a la altura de un mundo cada vez más diverso y multipolar. Pero constatamos una gran resistencia al cambio”, sostuvo.

“Incapaces de asumir sus propios errores, algunos gobernantes buscan transferir la carga de la crisis a los más débiles. La comunidad internacional necesita reaccionar”, manifestó.