Amenazas de guerra
en Medio Oriente

EEUU y Teherán se posicionan para la guerra

Por Manuel Freytas (*)
IAR Noticias, 03/08/10

El desenlace militar de la guerra (latente) EEUU–Israel–Irán en Medio Oriente no está determinado por ningún calendario oficial sino por razones que tienen que ver con los intereses estratégicos que juegan en el conflicto. El desarrollo del poder económico–nuclear–militar de Irán es directamente proporcional a una amenaza a la existencia del Estado de Israel y a la supervivencia de los intereses geopolíticos, económicos y militares del eje sionista EEUU–Israel–UE en la región de Medio Oriente y en todo el planeta. La hora y la fecha del desenlace no es un juego de "acierto conspirativo", sino un emergente (lógico y matemático) de los tres frentes (político, económico y diplomático) en los que se desarrolla el conflicto. Por el momento, el Pentágono admite la existencia de un plan de ataque en caso del fracaso del frente diplomático.

Los planes militares en existencia para atacar a Irán, ya fueron descriptos por la mayoría de los más influyentes medios norteamericanos así como también los denunciaron los principales diarios y analistas europeos que describieron, incluso, un comité especial del Pentágono para ejecutarlo.

Desde enero del 2006, la mayoría de los medios, analistas y expertos militares de EEUU y Europa vienen coincidiendo en que EEUU, Gran Bretaña e Israel, ya tienen preparado un plan de ataque contra Irán, que se lanzaría luego de agotada la "opción diplomática" en el Consejo de Seguridad de la ONU.

Según advierten medios árabes, judíos y estadounidenses, si fracasa la opción diplomática todo hace presagiar un desenlace militar activado por la plana mayor israelí que busca –según su propia definición– desactivar la capacidad nuclear de Irán antes de que consiga la bomba, e impedir que Hezbolá siga incrementando sus arsenales militares en Líbano y que Hamás vuelva a solidificarse en Gaza.

Por medio de advertencias constantes, el estado mayor israelí sigue lanzando señales claras de que está dispuesto a lanzar un "hecho consumado" (operaciones simultáneas y sincronizadas) contra el eje Irán, Siria–Líbano–Gaza, para implicar a Washington en el conflicto.

De cualquier manera, la hora y el día del ataque a Irán se ha convertido en un juego de adivinanzas, en medio de operaciones militares y psicológicas cruzadas procedentes de Washington, Tel Aviv y Teherán, que sirven como amenazas disuasivas y testeo para futuras acciones.

Si bien está lo suficientemente probado que existe un "plan" (o varios alternativos) para atacar militarmente a Irán, lo que también existe probadamente es un "plan permanente" de operaciones psicológicas orientado a crear el clima internacional y el consenso social para lanzar operaciones militares contra esa nación islámica.

En forma permanente, Israel y la Casa Blanca, así como el gobierno teocrático de Teherán, juegan a tres estrategias opuestas y convergentes: 1) Operaciones psicológicas con versiones y rumores, 2) Escalada de presión militar, y 3) negociación diplomática, ejecutadas combinadamente.

Tanto Irán, como Washington y Tel Aviv, se valen de esos tres instrumentos simultáneos (la propaganda, la estrategia de presión militar y la negociación diplomática) para dirimir complejos intereses económicos, geopolíticos y militares en juego, cuya permanencia en el tiempo superan a las personas o a los partidos en el gobierno.

Pero, en un ámbito de definición estratégica, la "guerra militar" (impulsada por intereses estratégicos y de supervivencia) parece llegar con el agotamiento inevitable del ámbito de "negociación" en la ONU para estirar el desenlace ("guerra diplomática"), y con el agotamiento de la "guerra psicológica" (disuadir al enemigo para que no ataque antes de tiempo).

Plan de ataque

Como parte de este escenario de desenlace, este fin de semana, fue el propio jefe del Estado Mayor Conjunto de EEUU, el almirante Mike Mullen, quien volvió a reinstalar la cuestión de un conflicto militar con Irán afirmando que el Pentágono tiene listo un plan opcional para lanzar una guerra contra la nación islámica.

Durante una entrevista en el programa dominical Meet the Press, de la cadena de televisión NBC, Mullen confirmó que el Pentágono ya dispone de un plan de ataque a Irán para el caso de que fracasen las negociaciones nucleares en la ONU.

EEUU ha dejado en claro que "emplea una estrategia de doble vía con Irán, la diplomática y la de las sanciones al mismo tiempo, pero nunca ha dejado por fuera la opción militar", advirtió Mullen.

"Las opciones militares han estado sobre la mesa y siguen estándolo", señaló el alto jefe militar durante la entrevista.

Cuando le preguntaron si el ejército dispone de un plan de ataque contra Irán, respondió, sin más detalles: “Sí lo tenemos”. Pero subrayó que la decisión de una eventual ofensiva militar tendría que tomarla el presidente.

Mullen agregó que una acción militar contra la República Islámica podría tener “consecuencias no buscadas que son difíciles de predecir en una parte del mundo increíblemente inestable”. Pero "permitir que Teherán desarrolle un arma nuclear también es inaceptable", recalcó.

"Incendiar Tel Aviv"

La respuesta desde Teherán no se hizo esperar. “Si EEUU cometiera el error de atacar a Irán, la seguridad de la región estaría en riesgo y la seguridad del Golfo Pérsico afecta a todo el mundo”, advirtió a través de la agencia oficial IRNA el general Yadollah Javani, responsable de la oficina política de los Guardianes de la Revolución.

“El Golfo es una región estratégica, si la seguridad estuviera en peligro nuestra respuesta sería firme . Defenderemos el área contra todas las acciones de EEUU o Israel”, aseguró Javani, y agregó que Irán potenció su capacidad de defensa como arma de disuasión de eventuales ataques.

Al mismo tiempo, el embajador iraní ante la ONU, Mohamad Jazai, amenazó con incendiar Tel Aviv si Israel ataca a la República Islámica.

“Si el régimen sionista comete la más mínima agresión contra el territorio iraní, subiremos al frente y quemaremos Tel Aviv”, declaró el diplomático, según el diario gubernamental Farhang–e Ashti.

Jazai señaló que “los ruidos” sobre un ataque israelí contra Irán eran “signo del miedo del enemigo”. Israel nunca descartó lanzar una acción militar contra la nación islámica, para evitar que desarrolle la bomba atómica.

El embajador ratificó además que Irán mantendrá el desarrollo de sus planes nucleares, pese a las sanciones impuestas en junio por el Consejo de Seguridad de ONU, a las que se sumaron medidas suplementarias de EEUU y la Unión Europea (UE).

Por su parte, el ministro de Defensa iraní, Ahmadi Vahidi, informó que Teherán responderá a las sanciones de la ONU que prohíben la exportación de armas hacia la República Islámica con nuevos proyectos militares.

Los cancilleres de la UE aplicaron la semana pasada nuevas sanciones a Irán por el desarrollo de su plan nuclear, las más severas dispuestas por el bloque contra un país, que afectan en especial las áreas de compra de armamentos, de petróleo y gas.

Razones estratégicas

Hay tres razones estratégicas de fondo para un ataque USA–Israelí a Irán:

1) Irán es una pieza clave en el gran tablero de la guerra por el control geopolítico y energético mundial entre el eje EEUU–UE y el bloque Rusia–China con Irán como pieza del desenlace.

2) Irán es una llave estratégica para el dominio y control militar de la región del Golfo Pérsico y del llamado "triángulo petrolero" (Mar Negro–Mar Caspio–Golfo Pérsico).

3) El surgimiento de Irán como potencia nuclear–petrolera–islámica pone en peligro la supervivencia del Estado de Israel y la hegemonía del control imperialista del eje EEUU–Israel–UE en Medio Oriente.

En este escenario, el ataque militar a las usinas nucleares iraníes se torna inevitable, no por el "capricho" o la voluntad de los eventuales gerenciadores en Washington o Tel Aviv, sino como resultante lógico de una ecuación matemática de intereses enfrentados.

La cuestión no es de naturaleza conspirativa sino matemática: Así como Rusia representa para el eje USA–UE la "barrera" geopolítica y militar a vencer para la conquista de Eurasia y de sus recursos energéticos (vitales para la supervivencia futura del eje sionista), Irán es la piedra que hay que remover para complementar el control sobre las rutas y las reservas energéticas del Medio Oriente y preservar la existencia del Estado de Israel.

El ataque a Irán, se trata, en suma, de una resolución estratégica de frentes de conflicto por el poder mundial y la supervivencia capitalista, que supera a cualquier aventura personal de sus ejecutores de turno.

Todo parece estar controlado, las negociaciones contienen el enfrentamiento, solo en apariencia. El desenlace, la confrontación militar abierta, se retrasa, pero, en opinión de la mayoría de los analistas, es inevitable.

Las causas y los intereses estratégicos determinantes están. No desaparecieron. Solo están desactivados, provisoriamente, a la espera de un resultante en el frente político–militar en la ONU.

Con un dato adosado: Israel es el gatillo inevitable del desenlace militar.

Y la hora y el día del ataque está señalado, según admiten públicamente en Washington y Tel Aviv, por el nivel de desarrollo que alcance la ojiva nuclear iraní.

Solo hay una pregunta: Qué día y a que hora Israel va a atacar a Irán.

La ojiva, en realidad, es lo único que puede desatar un Apocalipsis militar en Medio Oriente, señalan al unísono tanto analistas árabes como judíos.

Pero a esto se agrega otro detonante: En Rusia, la prensa y agencias moscovitas, aseguran que Moscú está a punto de entregarle a Irán el sistema de misiles S–300 que volvería casi invulnerable el espacio aéreo iraní.

Es este marco, y como parte de los últimos compromisos de Washington con Israel, el máximo jefe militar del Pentágono salió este fin de semana a ratificar que el plan de acción militar ya está listo.


(*) Manuel Freytas es periodista, investigador, analista de estructuras del poder, especialista en inteligencia y comunicación estratégica.