Libia

Declaración de la corriente internacional Socialismo o Barbarie

¡Fuera el imperialismo de Libia!
¡Basta de bombardeos!

¡A Gadafy lo deben echar las masas,
no las tropas de la OTAN!

La OTAN en Libia: ¿desde cuando los bombardeos son "humanitarios"?

Aunque con diferencias que reflejan distintos intereses y matices políticos, las principales potencias imperialistas agrupadas militarmente en la OTAN están bombardeando Libia e interviniendo en su guerra civil.

Simultáneamente, el 29 de marzo en Londres, capital de uno de los antiguos imperios coloniales, se reunió una conferencia de estas potencias, encabezadas por EEUU, Francia y Gran Bretaña. A ella también asistieron sus sátrapas de la Unión Africana y la Liga Árabe.

Esta especie de “asamblea general del imperialismo” reunida en Londres tomó decisiones que, en muchos sentidos, tienen más “peso” aún que las bombas que la OTAN descarga sobre Libia.

Se arrogan no sólo el derecho de intervenir en Libia y decidir sobre su gobierno, sino también sobre qué régimen sucederá al de Gadafi y quiénes lo reemplazarán.

Pero, decidir sobre Gadafi y el “régimen de transición”, implica al mismo tiempo que las potencias imperialistas tienen derecho a intervenir y quitar, poner o mantener al gobierno que deseen: ¡esto se presenta como una fórmula aplicable a todo el mundo árabe en rebelión! Las conferencias de las potencias imperialistas decidirán cuál gobierno es “legítimo” y cuál es “ilegítimo”.

Dicho de otra manera: son las potencias imperialistas las que tendrán la última palabra acerca de quiénes de sus “gerentes” en la región conservarán sus puestos, quiénes serán “despedidos” y qué cuotas de “reformas” cosméticas se harán en cada país para terminar con las rebeliones. ¡Y ni hablar de si en algunas de estas rebeliones surgen gobiernos con algún grado de independencia respecto al imperialismo!

La intervención imperialista en Libia persigue, entonces, varios objetivos. En primer lugar, reglar la sucesión de Gadafi y garantizar que continúe y, si es posible, se profundice el ordeñe de la vaca petrolera. Si el reemplazo de Gadafi lo determina esencialmente una intervención militar de la OTAN, las petroleras imperialistas podrían imponer condiciones aún más beneficiosas que las que el dictador les garantizaba.

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Pero también es un operativo de importancia política fundamental para hacer frente al amplio proceso de rebeliones y protestas del mundo árabe. Los estallidos de Túnez y Egipto pillaron desprevenidas a las potencias imperialistas. Con una política errática y a la defensiva, estuvieron casi hasta último momento del lado de los gobiernos perdedores y repugnantes de Ben Alí en Túnez y Mubarak en Egipto.

La intervención en Libia no sólo les da la oportunidad de reubicarse como “defensores de los derechos humanos”, apoyando la rebelión de Libia, la más importante que siguió a la de Egipto. También le sirve para erigirse, de hecho, como la suprema autoridad inapelable que, por encima de estos conflictos, decide quién se va y quién se queda, y qué “reformas” serán toleradas.

Sin embargo, la farsa de la “intervención para defender en Libia los derechos humanos”, queda al desnudo por las distintas varas con que Obama, Sarkozy, Cameron, Merkel y toda la pandilla colonialista miden la situación “humanitaria” en cada país.

Dictadores y autócratas no menos feroces que Gadafi, como los que gobiernan Yemen, Arabia Saudita, Omán, Bahrein, Marruecos, etc., siguen teniendo “licencia para matar”, extendida por los mismos que ahora corren "en socorro del pueblo libio”. En estos mismos momentos, esos sátrapas están asesinando a su gusto y placer, sin que la humanitaria conferencia de Londres dijese una sola palabra.

Un sanguinario chantaje a las masas libias en rebelión

Como sucede en toda rebelión popular, la estallada en Libia puso en movimiento a sectores sociales heterogéneos y a las más diversas corrientes políticas. En ese contexto, advertimos lo siguiente, en nuestra Declaración del 7 de marzo pasado:

“[...] El imperialismo trata de utilizar a su favor el carácter relativamente atrasado de la formación económico-social de Libia. Allí, a diferencia de otros países árabes, como Egipto, ha sido menor el desarrollo de clases sociales modernas –trabajadores, clases medias, burguesía– y se han conservado más las estructuras tribales.

“Como hizo infinidad de veces en sus operaciones colonizadoras en Asia y África –y también en los últimos años en Afganistán e Iraq–, los imperialismos tienen una larga experiencia en utilizar las situaciones de enfrentamientos tribales, y también étnicos, nacionales y sectario-religiosos. Las aprovechan para intervenir como ‘protectores’ de sectores muchas veces realmente oprimidos, y así también pueden reclutar como intermediarios y agentes a algunos de sus jefes.

“Al parecer, en el campo de la rebelión contra Gadafi, todavía no se ha decantado claramente una conducción política y militar unificada y políticamente homogénea. Junto a nuevas figuras surgidas en la rebelión, aparecen también ex ministros y funcionarios, y ex jefes militares del antiguo régimen. En estos procesos de rebeliones populares, donde confluyen los sectores más heterogéneos, lo usual es que salgan a la superficie todo tipo de corrientes y dirigentes, algunos de ellos interesados sólo en continuar la sumisión al imperialismo, aunque ahora bajo formas más ‘democráticas’. Esto es lo que hemos visto también en Egipto y Túnez. Además, la salvaje represión durante décadas a cualquier expresión de izquierda, que sostuvieron Gafadi y esos regímenes, es otra dificultad para el desarrollo de corrientes independientes.

“Pero la inevitable aparición de ‘personajes’ o figuras ‘democráticas’ que se adapten a la política del imperialismo, tanto en Libia, como en los demás países donde están en curso estas rebeliones, no debe confundirse con el contenido progresivo y legítimo de esos movimientos de masas; también en el caso de la pelea contra Gadafi.

“Diversos líderes de la rebelión libia habrían hecho declaraciones contradictorias: desde las que rechazan cualquier intervención militar imperialista hasta las que piden a la OTAN que establezca una ‘zona de exclusión’ en los cielos de Libia, para impedir las operaciones de la aviación de Gadafi.

“Un incidente que sería significativo, ha sido la captura y expulsión de una ‘misión diplomática-militar’ enviada unilateralmente por Gran Bretaña, evidentemente como un tubo de ensayo para una intervención militar más amplia. El 5 de marzo, la prensa inglesa anunciaba con bombos y platillos que había desembarcado en Libia una fuerza ‘diplomático-militar’ (sic), que sería seguida inmediatamente por más tropas. Al otro día, Londres informaba que su ‘fuerza de tareas’ había sido detenida y expulsada de Libia por los rebeldes.

“El imperialismo, entonces, parece estar haciendo todo tipo de tanteos, desde operativos políticos para ganar sectores dirigentes de la oposición a Gadafi hasta los tests de intervención militar directa, como el ensayado por Londres.” (Declaración de SoB, 07/03/11)

En los días siguientes, la gran desigualdad bélica entre el sólido aparato militar de Gadafi y las fuerzas rebeldes desorganizadas y precariamente armadas, sumados a los bombardeos sobre Benghazi y otras ciudades en rebelión, generó evidentemente un clima de terror. Esto, al parecer, acalló por ahora en el campo de los rebeldes las objeciones iniciales a la intervención de la OTAN.

Hoy, entonces, la situación coyuntural ha girado a favor del imperialismo, aunque de ninguna manera puede estimarse que las cosas estén consolidadas. El Consejo Nacional de Transición (CNT), el gobierno que en Benghazi pretende centralizar precariamente las fuerzas militares y la representación política de la rebelión, integrado principalmente por varios ex gadafistas, no fue autorizado a sentarse oficialmente a la mesa de deliberaciones en Londres: allí simplemente le dictaron las condiciones. Habrá que ver en qué medida este equilibrio se mantiene.

Lo seguro es que el pueblo libio en rebelión sólo puede salir realmente triunfante, si mantiene su independencia del imperialismo. De no ser así, sólo habrá cambiado de cadenas.

No se puede enfrentar la intervención imperialista defendiendo el indefendible Gadafi

La maniobra del imperialismo de intervenir en Libia presentándose como paladín de los “derechos humanos” y la “democracia”, ha abierto una coyuntura desfavorable no sólo en Libia sino también en el conjunto de procesos de rebeliones del mundo árabe. Genera una grave confusión política y abre las puertas a todo tipo de maniobras para desviar y mediatizar este inmenso proceso. Nuestra corriente es clara al respecto: a Gadafy lo deben echar las masas libias, no las tropas imperialistas! Por esta misma razón, hoy la tarea central es rechazar la intervención imperialista en Libia.

Al mismo tiempo, el hecho es que no se puede enfrentar la intervención imperialista defendiendo políticamente el indefendible Gadafi, como hace Chávez. ¡Una defensa que para colmo se hace en nombre del “socialismo” y equiparando a Gadafi con Simón Bolívar!

La prédica de Chávez sólo puede confundir en Latinoamérica, donde muchos no tienen idea de quién es el “líder” de Libia. ¡Pero al mismo tiempo cava una fosa entre la vanguardia y las masas latinoamericanas y las del mundo árabe que saben muy bien qué clase de personaje es Gadafi!

¡Es imposible imaginar una peor manera de mancillar el socialismo ante los activistas y las masas árabes en rebelión, que la defensa directa, política e incondicional que hace Chávez del dictador de Libia!

Por una movilización en Europa, el mundo árabe y todos los países contra los bombardeos y la intervención imperialista

Es necesario salir al cruce de este peligroso giro del imperialismo, que mediante su intervención en Libia intenta controlar y encauzar en su provecho las legítimas protestas y revueltas de las masas y del mundo árabe.

En estos momentos, el punto central es movilizarnos contra los bombardeos y la intervención militar en Libia. En esto pasan ser decisivas las protestas y movilizaciones en todo el mundo, pero especialmente en el mundo árabe y en Europa (donde han repercutido directamente las rebeliones árabes y cuyos gobiernos encabezan las acciones militares).

¡Allí será necesario enfrentar una confusión de signo opuesto a la que difunde Chávez en América Latina! Especialmente en Europa, muchos en la izquierda y el campo obrero y popular se han tragado otro anzuelo: el del carácter “humanitario” de la intervención de la OTAN!

Es imprescindible enfrentar y disipar esas interesadas confusiones. ¡Ningún bombardeo imperialista defiende los derechos humanos! ¡El imperialismo bombardea para mantener su dominio y explotación de Libia y de todo el mundo árabe!

• ¡Fuera el imperialismo de Libia! ¡Basta de bombardeos!

• ¡Sólo el pueblo de Libia tiene derecho a decidir quién gobierna el país y a sacar a Gadafi!

• ¡Los bombardeos no son para “defender los derechos humanos”, sino para mantener el sometimiento de Libia y detener los procesos de rebeliones en el mundo árabe!

Corriente internacional Socialismo o Barbarie
31 de marzo de 2011


Déclaration du courant international Socialisme ou Barbarie

Hors de la Libye l'impérialisme !
Halte aux bombardements !

Seul le peuple libyen a le droit de chasser Kadhafi
et de décider qui gouvernera le pays !

Bien qu'avec des désaccords qui reflètent les différents intérêts et connotations politiques divergentes, les principales puissances impérialistes bombardent la Libye et interviennent dans la guerre civile. 

Simultanément, le 29 Mars à Londres, capitale de l'un des anciens empires coloniaux, s’est réalisée une conférence des puissances dirigée par les États-Unis, la France et la Grande-Bretagne. Les satrapes de l'Union africaine et la Ligue arabe ont assisté aussi. 

Cette sorte d'« assemblée générale de l'impérialisme » réunie à Londres, a pris une décision qui, à bien des égards, a plus de poids encore que les bombes que l'OTAN jette sur la Libye. 

Ils ne se donnent pas seulement le droit d'intervenir en Libye et de décider du gouvernement de ce pays, mais aussi de préjuger du régime qui succéderait à Kadhafi, et de qui le remplacera. 

Mais décider de Kadhafi et du « régime de transition », implique à la fois que les puissances impérialistes ont le droit d'intervenir et de faire tomber, de monter ou de conserver le gouvernement qu'ils veulent: ceci se présente comme une formule applicable à l'ensemble du monde arabe en rébellion ! Les conférences des puissances impérialistes décideront du gouvernement qui est « légitime » et de celui qui est « illégitime ». 

En d'autres termes: ce sont les puissances impérialistes qui ont le dernier mot sur qui de ses « gérants » dans la région conservent leurs postes, qui sera « limogé » et quelles « réformes » cosmétiques doivent être faites dans chaque pays pour finir avec les rébellions. Et attention au cas où certaines de ces rébellions produiraient des gouvernements avec un certain degré d'indépendance de l'impérialisme ! 

L'intervention impérialiste en Libye poursuit plusieurs objectifs. Tout d'abord, régler la succession de Kadhafi et assurer le maintien et, si possible, l'approfondissement de la traite de la vache du pétrole. Si le remplacement de Kadhafi se réalise essentiellement par une intervention militaire de l'OTAN, les impérialistes du pétrole pourraient imposer des conditions encore plus avantageuses que celles que le dictateur leur avait garanties.

C'est aussi un dispositif politique majeur contre le vaste processus de rébellions et de protestations dans le monde arabe. Les explosions de la Tunisie et de l'Egypte ont pris au dépourvu les puissances impérialistes. Avec une politique erratique et défensive, ils ont été presque jusqu'à la dernière minute aux côtés du gouvernement de Ben Ali en Tunisie et de Moubarak en Egypte. 

L'intervention en Libye peut leur permettre de se replacer comme « défenseurs des droits de l'homme », en soutenant la rébellion en Libye, la plus importante depuis l’Égypte. L’intervention l’aide également à se constituer, en fait, comme l'autorité suprême finale de ces conflits, et qui en plus peut décider qui s’en va et qui reste, et quelles «réformes» seront tolérées. 

Cependant, la farce de « l'intervention pour défendre les droits de l'homme en Libye » est mis à nue par les critères différents par lesquels Obama, Sarkozy, Cameron, Angela Merkel et tout le gang coloniale mesurent la situation « humanitaire » dans chaque pays.

Les dictateurs et autocrates pas moins féroces que Kadhafi, tels que ceux qui gouvernent le Yémen, l'Arabie saoudite, l’Oman, le Bahreïn, le Maroc, etc, ont encore des « permis de tuer », octroyés par ceux qui posent aujourd'hui en « défenseur du peuple libyen ». Dans le même temps, ces satrapes tuent à volonté et plaisir, sans que la conférence humanitaire à Londres dise un mot.

Un sanglant chantage aux masses libyennes en révolte 

Comme pour toute révolte populaire l’explosion de la Lybie a mis en mouvement divers secteurs sociaux et des courants politiques très divers. Dans ce contexte, nous notons ce qui suit dans notre Déclaration de Mars 7:

« [...] L’impérialisme tente d'utiliser en sa faveur le caractère relativement arrière de la formation économique et sociale de Libye. Ici, contrairement à d'autres pays arabes comme l'Egypte, le développement moderne de classes sociales a été moindre, les travailleurs, la classe moyenne, la bourgeoisie, ont conservé des structures tribales dans une mesure plus grande. 

« Comme ils l'ont fait à plusieurs reprises dans leurs activités coloniales en Asie et en Afrique, ‑ et ces dernières années en Afghanistan et en Irak ‑, les impérialistes ont une longue expérience dans l'utilisation de situations d’affrontements tribales, d'ethnies, nationalités, religions. Ils profitent pour agir comme «protecteurs» des secteurs souvent très opprimés, et ils peuvent recruter ainsi comme agents certains de leurs dirigeants.

« Apparemment, dans le camp de la rébellion contre Kadhafi, il n’y a pas encore clairement un leadership politique et militaire unifié et politiquement homogène. Avec les nouvelles figures apparues dans la rébellion, il y a aussi des anciens ministres et fonctionnaires, et d'anciens dirigeants militaires de l'ancien régime. Dans ces processus de soulèvements populaires, ou confluent les secteurs le plus hétérogènes, il est habituel que des courants dirigeants de toutes sortes apparaissent, certains d'entre eux ne sont intéressés que par la poursuite de la soumission à l'impérialisme, même si c'est sous une forme plus «démocratique». C'est ce que nous avons vu aussi en Egypte et en Tunisie. En outre, la répression sauvage durant des décennies contre toute expression de la gauche, que Kadhafi et ces régimes ont pratiquée, est une autre difficulté pour le développement des courants indépendants. 

« Mais l'apparition inévitable de ‘. personnages ’ et de figures ‘ démocratiques ’ qui se adaptent à la politique de l'impérialisme, en Libye, comme dans les autres pays où ces rébellions sont en cours, ne doit pas être confondue avec le contenu progressiste et légitime de ces mouvements de masse, également dans le cas de la lutte contre Kadhafi. 

« Plusieurs chefs rebelles ont fait des déclarations contradictoires, de ceux qui rejettent toute intervention militaire impérialiste à ceux qui demandent à l'OTAN de mettre en place une ‘ zone d'exclusion ’ dans le ciel de la Libye, pour empêcher les opérations de l'aviation de Kadhafi

« Un incident qui pourrait être important, c’est la capture et la déportation d'une ‘ mission militaro-diplomatique ’, envoyé de façon unilatérale par la Grande-Bretagne, évidemment comme un ballon d'essai pour une plus large intervention militaire. Le 5 mars, la presse britannique a annoncé en grande pompe qu’une force ‘diplomatique et militaire ’ (sic) avait débarqué en Libye, laquelle en serait immédiatement suivie par plus de troupes. Le lendemain, Londres a indiqué que sa «force de terrain» avait été arrêté et expulsé de Libye par les rebelles. 

« L'impérialisme semble faire toutes sortes de tentatives politiques, allant de gagner des secteurs dirigeants de l'opposition à Kadhafi jusqu’aux essais d'intervention militaire directe, comme la tentative entreprise par Londres. » (Déclaration de SoB, 03/07 / 11) 

Dans les jours qui suivirent, la grande inégalité entre les solides équipements militaires de Kadhafi et les forces rebelles désorganisées et mal armées, ainsi que les bombardements de Benghazi et d'autres villes en révolte, ont généré un climat de terreur. Ceci semble faire taire maintenant les objections initiales des rebelles à l'intervention de l'OTAN. 

Aujourd'hui, donc, la situation a tourné en faveur de l'impérialisme, mais en aucun cas on peut estimer que les choses soient fixés. Le Conseil national de transition (CNT), le gouvernement qui à Benghazi essaie de centraliser la représentation politique et militaire de la rébellion, essentiellement composée de plusieurs ex-kadhafistes n'a pas été officiellement autorisé à s'asseoir à la table des négociations à Londres: on lui a simplement dicté les termes. Il faudrait voir dans quelle mesure cet équilibre sera maintenu. 

Ce qui est certain, c'est que le peuple en rébellion peut seulement sortir triomphant s'il maintient son indépendance de l'impérialisme. Sinon, il aurait seulement changé de chaines. 

On ne peut pas faire face à l'intervention impérialiste en défendant l'indéfendable Kadhafi

La manœuvre de l'impérialisme pour intervenir en Libye en se présentant comme un champion des « droits de l'homme » et de la « démocratie », a ouvert une conjoncture défavorable non seulement en Libye, mais aussi dans l'ensemble du processus de rébellions dans le monde arabe. L’intervention a généré une confusion politique sérieuse et ouvre la porte à toutes sortes de manœuvres pour détourner et médiatiser ce processus énorme. Notre courant se prononce clairement: les masses libyennes doivent vaincre Kadhafi, pas les troupes impérialistes ! Pour cette raison, la tâche centrale est aujourd'hui de rejeter l'intervention impérialiste en Libye. 

Dans le même temps, le fait est qu'on ne peut pas faire face à l'intervention impérialiste en défendant politiquement l'indéfendable Kadhafi, comme le fait Chavez. Le comble: il s'agit d'une défense qui se fait au nom du «socialisme» et en assimilant Kadhafi à Simon Bolivar ! 

La prédication de Chávez peut semer la confusion uniquement en Amérique latine, où beaucoup de monde n’a aucune idée de qui est le « leader » de la Libye. Mais en même temps Chavez creuse un fossé entre l'avant-garde et les masses en Amérique latine d'un côté, et de l'autre le monde arabe qui sait très bien quel genre de personnage est Kadhafi ! 

Il est impossible d'imaginer pire façon de ternir le socialisme devant des militants socialistes et des masses arabes en révolte, que la politique de la défense directe et inconditionnelle du dictateur de la Libye de la part de Chavez ! 

Pour une mobilisation en Europe, dans le monde arabe et dans tous les pays,
contre les bombardements et
l'intervention impérialiste

Il est nécessaire d’affronter ce virage dangereux de l'impérialisme, qui, grâce à l'intervention en Libye, tente de contrôler et de canaliser à son profit les protestations légitimes et les révoltes des masses et du monde arabe. 

À l'heure actuelle, le point central est de se mobiliser contre les bombardements et contre l'intervention militaire en Libye. Dans ce sens les protestations et les manifestations partout dans le monde sont décisives, mais surtout dans le monde arabe et en Europe (où les rébellions arabes ont eu des répercussions directes et où les gouvernements mènent des actions militaires). 

Là-bas on est confronté à une confusion de signe opposé à celle que Chavez répand en Amérique latine. Surtout en Europe, de nombreux militants de gauche, et dans le camp ouvrier et populaire ont avalé l’hameçon: le caractère « humanitaire » de l’intervention de l’OTAN ! 

Il est impératif d’affronter et de dissiper ces confusions intéressées. Aucun bombardement impérialiste ne défend les droits de l'homme ! L'impérialisme bombarde pour maintenir sa domination et son exploitation de la Libye et du monde arabe ! 

• Hors de la Libye l'impérialisme ! Halte aux bombardements ! 

• Seul le peuple libyen a le droit de chasser Kadhafi et de décider qui gouvernera le pays ! 

• Les bombardements ne servent pas à « la défense des droits de l'homme », mais à maintenir l'assujettissement de la Libye et à arrêter les processus de soulèvements dans le monde arabe ! 

Courant International Socialisme ou Barbarie
31 mars 2011