Egipto

Movimiento contra el control estatal de los sindicatos

Sindicatos y Estado, desuníos!

Por Cam McGrath
Inter Press Service (IPS), 05/04/11

El Cairo.- La Federación de Sindicatos de Egipto, controlada por el Estado y que por un siglo fue usada por el gobierno para suprimir las protestas de los trabajadores, parece desmoronarse tras el derrocamiento del presidente Hosni Mubarak.

"Hay un movimiento contrario al control estatal sobre los sindicatos", dijo Mohamed Trabelsi, especialista regional en actividades sindicales para la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

"Hay muchas huelgas y protestas laborales en Egipto, y los trabajadores en muchos sectores han comenzado a organizar y formar sindicatos independientes", añadió.

Hasta hace poco, todas las actividades y la financiación de las organizaciones laborales caían bajo la égida de la Federación. La membresía de este organismo estatal era obligatoria para la mayoría de los sectores de empleados, y las cuotas eran deducidas en forma automática de los salarios.

Activistas acusan a Mubarak de haber orquestado cuidadosamente las elecciones de la Federación durante sus 30 años de gobierno para asegurar que los líderes sindicales fueran leales al régimen.

En ese tiempo, la Federación movilizó a sus cuatro millones de miembros para manifestaciones en apoyo del régimen y transportó trabajadores a centros de votación durante las elecciones generales para sufragar por el partido oficialista.

También reprimió las huelgas para garantizar que el Estado tuviera siempre mano de obra barata.

"Sólo podía haber huelgas con el permiso de la Federación, que se concedía solamente una vez" cada tanto, explicó Tamer Fathy, portavoz del Centro para Servicios de Sindicatos y Trabajadores.

"La ley laboral de 2003 mejoró las cosas, permitiendo a los trabajadores realizar huelgas bajo ciertas circunstancias, pero que en la práctica eran casi imposibles de cumplir", añadió.

No obstante, aún durante el régimen de Mubarak había grietas en la autoridad de la Federación. Ahora que el mandatario fue derrocado y que el partido de gobierno se desarma, los trabajadores presionan para que se disuelva también el organismo y sus líderes sean juzgados.

Fiscales ya investigan denuncias de corrupción contra el presidente de la Federación, Hussein Megawer. Activistas lo acusan de malversar fondos y no representar a los trabajadores. También es investigado por su supuesta responsabilidad en la organización de ataques a manifestantes pro-democráticos en la Plaza Tahrir de El Cairo el 2 de febrero.

La Federación ha estado en el tapete desde fines de 2006, cuando trabajadores textiles en la norteña ciudad industrial de Mahalla El-Kubra realizaron una sentada de protesta por beneficios impagos. Desde entonces, más de 3.000 manifestaciones fueron organizadas en todo el país, en la que participaron más de dos millones de trabajadores de casi todos los sectores.

En la mayoría de casos, los trabajadores han exigido salarios más altos y mejores condiciones laborales, así como el despido de jefes corruptos.

Muchos también acusan a los líderes de la Federación –la mayoría de los cuales son miembros del Partido Nacional Democrático, de Mubarak—de ponerse de lado del gobierno y de los propietarios de las fábricas en las protestas.

Los recaudadores de impuestos a la propiedad fueron los primeros en escindirse de la Federación, al crear en 2009 el Sindicato de la Autoridad de Impuestos a las Bienes Raíces. Fue la primera organización sindical autónoma en Egipto desde 1957.

Su histórica decisión y su lucha contra las represalias e intimidaciones de la Federación inspiraron a otros sectores de trabajadores.

"Los trabajadores han rechazado la Federación oficial porque no tiene credibilidad", dijo Fathy a IPS. "Sus líderes corruptos sirvieron al régimen, y sus decisiones vinieron desde arriba, no desde abajo".

Líderes sindicales recientemente anunciaron la formación de la Federación Egipcia de Sindicatos Independientes, que incluiría a los recaudadores de impuestos, maestros, trabajadores de la salud y jubilados. El organismo en ciernes representaría a más de 200.000 empleados, y ya ha recibido miles de solicitudes de afiliación de varios sectores.

"Es la primera vez que sindicatos independientes y fuertes están lejos de la influencia del gobierno y son plenamente democráticos", señaló Fathy. "Los trabajadores quieren una sólida representación capaz de hacer sentar a sus empleadores y negociar mejores sueldos y beneficios".

El nuevo ministro de Trabajo, Ahmed El Borai, es experto legal sobre organización laboral y un firme partidario de los sindicatos. Fue designado a cargo de la cartera luego de que los manifestantes rechazaran el nombramiento de quien era tesorero de la Federación, Ismail Fahmy.

En una conferencia en marzo, El Borai subrayó el inalienable derecho de los trabajadores a conformar sindicatos y federaciones independientes de acuerdo con las convenciones laborales internacionales que Egipto ratificó pero que ha ignorado.

Prometió que el nuevo gobierno no interfería con la creación de organizaciones sindicales ni regularía sus elecciones, finanzas o actividades. También anunció la cancelación de los subsidios estatales a la Federación, que se estimaban en casi 15 millones de dólares anuales.

Aseguró que los trabajadores podrían elegir libremente sus representantes y anunció el fin de la deducción automática de las cuotas sindicales de los salarios.

La Federación ahora dependerá de su capacidad de convencer a los trabajadores egipcios que podrá defender sus derechos, históricamente relegados.