Damasco.– Acorralado por una creciente ola de protestas, el presidente sirio, Bashar al–Assad, prometió ayer que la semana que viene pondrá fin al estado de emergencia, que desde 1963 funciona como el instrumento legal que habilita la represión del régimen y cuya abolición es uno de los principales reclamos de los manifestantes.

"La próxima semana es el límite máximo para que se completen estas leyes relacionadas con el levantamiento del estado de emergencia", dijo Al–Assad en un discurso ante el gabinete que nombró la semana pasada, que fue transmitido por la televisión estatal siria.

La ley de emergencia prohíbe las reuniones de más de cinco personas y ha servido para desmantelar cualquier disenso público hasta que los sirios comenzaron a salir a las calles hace un mes, inspirados en los levantamientos populares que derrocaron a líderes autocráticos en Egipto y Túnez.

"En los últimos días constatamos un abismo entre el ciudadano y las instituciones del Estado. Este abismo debe ser rápidamente subsanado", explicó Al–Assad.

"El fin de la ley del estado de emergencia va a reforzar la seguridad en Siria y preservará la dignidad del ciudadano", añadió el mandatario, que también expresó su pesar por la muerte de manifestantes en las protestas.

Pese a esta concesión, el presidente no hizo mención de otras demandas de los manifestantes, que quieren terminar con el poder de los servicios secretos en la vida cotidiana y exigen la liberación de presos políticos encarcelados desde hace mucho tiempo y que en su mayoría no fueron enjuiciados.

Al–Assad dijo que una ley que permita la existencia de los partidos políticos permanecía en estudio, pero que el asunto era complicado porque podría llevar "a un quiebre en la sociedad".

"Las reformas deben construirse sobre la base de la estabilidad interna y de la seguridad", explicó.

Poco antes del anuncio de Al–Assad, miles de personas volvieron a manifestarse ayer en la ciudad siria de Deraa, centro de la oposición. "El pueblo quiere derrocar al régimen", gritaban los manifestantes, que llevaban carteles con fotografías de personas muertas por la represión de las fuerzas de seguridad en las últimas semanas de protestas.

Varios muertos en represión de cortejo fúnebre

Las fuerzas de seguridad de Siria mataron al menos a tres manifestantes durante las exequias de un hombre asesinado el sábado durante una marcha de protesta, denunciaron testigos de la represión.

Las fuerzas de seguridad abrieron fuego contra el cortejo fúnebre cuando atravesaba un puente en un barrio de la ciudad de Talbiseh, cercana a Homs.

Algunos testimonios indican que las víctimas serían al menos cuatro y hay alrededor de cincuenta heridos.

Los testigos aseguran que en torno al puente que debía atravesar el cortejo fúnebre se habían concentrado soldados de Ejército y militantes fieles al presidente Basha al–Assad.

"Las fuerzas de seguridad han disparado contra un cortejo fúnebre en el que participaban miles de personas y el balance de víctimas podría resultar mucho mayor", aseguraron los manifestantes.

El nuevo estallido de violencia acontece luego de la promesa del presidente Assad de abolir el Estado de Emergencia, en vigor desde 1963.

El presidente sirio prometió el sábado a través de un discurso al país que las reformas que implementará su gobierno responderán a los reclamos de los manifestantes.

La sociedad civil de Siria desde hace semanas expresa su disconformidad en las calles en reclamo de libertad y democracia, manifestaciones que han dejado un un saldo de doscientos muertos, al menos.

Al menos ocho personas mueren
durante las protestas Homs

Al menos ocho personas –la cadena qatarí Al Yazira eleva la cifra a 14– murieron anoche en la ciudad siria de Homs en enfrentamientos entre manifestantes críticos con el régimen del presidente de Siria, Bashar al Asad, y las fuerzas de seguridad tras el fallecimiento de un líder tribal. Así lo ha asegurado este lunes un activista proderechos humanos, que ha explicado que la policía disparó contra los civiles. "Un número importante de civiles ocuparon las calles de la ciudad y fueron asesinados a sangre fría", ha apuntado.

Las protestas contra Asad en Homs se han intensificado después de la muerte el sábado del líder tribal Bader Abu Mousa, que fue arrestado la semana pasado tras participar en una manifestación en favor de la democracia. "Era un hombre sano cuando le detuvieron y un cadáver después. Las fuerzas de seguridad están tratando con brutalidad a los manifestantes. No se puede tolerar", ha añadido este activista.

Los detalles sobre estas muertes son todavía confusos, con versiones dispares sobre quién provocó los incidentes. Según fuentes del Ministerio de Interior, un grupo armado desconocido mató a cuatro civiles, mientras que la agencia oficial siria, SANA, ha informado de que un policía murió y otros once resultaron heridos cuando un grupo de francotiradores disparó anoche en Talbisa, cerca de Homs, contra agentes policiales desde edificios situados cerca de una autopista. En ese tiroteo, la policía mató a tres supuestos atacantes.