Afganistán, una
ocupación cada
vez más difícil

La quema de ejemplares del Corán desata grandes protestas contra la ocupación

Kabul en el filo de la navaja

Por M. K. Bhadrakumar (*)
Asia Times, 28/02/2012
Traducido por Germán Leyens
Tlaxcala, 29/02/2012

El asesinato el sábado en Kabul de dos altos oficiales militares estadounidenses –un coronel y un mayor– que servían en la OTAN, provocará un cambio de paradigma en la seguridad regional. Afganistán sigue siendo la principal “zona candente” de EE.UU., eclipsando a Siria e Irán.

Protestas en Kabul y otras ciudades, con numerosos muertos y heridos

Si el presidente Barack Obama pensaba que llegó el momento de que los militares de EE.UU. “pivoteen” hacia Asia–Pacífico, ha sido un pensamiento ilusorio. Los talibanes siguen teniendo mucho que decir en la próxima campaña presidencial de Obama; la estrategia de las conversaciones de paz con los talibanes tendrá que reconsiderarse de cerca.

Las perspectivas del establecimiento de bases militares de EE.UU. en Afganistán parecen muy dudosas ante el trasfondo del tsunami de sentimiento antiestadounidense que se apodera de Afganistán. Y en términos inmediatos, ¿qué pasa con la retirada de las tropas de EE.UU.?

El embajador de EE.UU. en Kabul, Ryan Crocker, respondió rápidamente en una entrevista del domingo en CNN: “Las tensiones aquí aumentan. Pienso que es necesario que dejemos que las cosas se calmen, vuelvan a una atmósfera más normal, y luego continuemos el trabajo”.

A los diplomáticos se les paga para que suenen optimistas. Pero entonces, ¿cuán seguros estamos de que las cosas se vayan a “calmar”. Y lo que es más importante, ¿hasta cuándo durará la calma del cementerio, hasta que se realice el próximo funeral?

Crocker agregó: “No es el momento de decidir lo que estamos haciendo aquí. Tenemos que redoblar nuestros esfuerzos. Tenemos que crear una situación en la que al Qaida no vuelva. Si decidimos que estamos cansados, al Qaida y los talibanes ciertamente no lo están”. ¡Um! Ahora sabemos que Crocker estaba hablando al público estadounidense.

Obama se equivocó cuando abandonó Afganistán en manos del Departamento de Estado y del difunto Richard Holbrooke y sus compinches. Evidentemente, su “disculpa” por la quema de Coranes por soldados estadounidense no impresionó a los afganos. Más de 30 personas han muerto en la violencia, incluida media docena de soldados estadounidenses. Por lo menos seis entrenadores militares estadounidenses han resultado heridos.

Atacaron el consulado de EE.UU. en la ciudad occidental de Herat, que está dominada por tayikos. Atacaron bases estadounidenses, francesas y noruegas, incluso en una región relativamente calma como la provincia Samangan en el norte. Los manifestantes atacaron la oficina de las Naciones Unidas en la ciudad norteña de Kunduz, que tiene una población mixta de pastunes, uzbekos y tayikos. Ninguna región de Afganistán se puede considerar segura; ni siquiera la ciudad de Talokan, dominada por tayikos, cerca de las montañas de Badakhshan en el este.

Se presenta una cantidad de problemas políticos. El máximo comandante de EE.UU., el general John Allen, amenazó con que los asesinatos del sábado, que "fueron la acción de un cobarde, no qudarán impunes”. Pero no es ni aquí ni allá, y está hecho primordialmente para el consumo de los soldados de la OTAN. Washington tiene que seguir una línea delicada entre la acción violenta pero sin reaccionar de forma exagerada.

Muerte por la religión

Por otra parte, el precandidato presidencial republicano Newt Gingrich se burló de Obama por haber presentado tan rápidamente una “disculpa” por el incidente de la quema de Coranes y por ignorar la matanza al azar de estadounidenses por parte de elementos renegados del ejército afgano. Los soldados estadounidenses también tenían que estar controlados para no dejarse tentar por “matanzas vengativas”.

Allen se apresuró a ir personalmente a una base avanzada estadounidense en la provincia Nangarhar para calmar a los soldados. Todavía no hemos llegado a la escena de la cinta épica sobre la Guerra de Vietnam, Apocalypse Now de Francis Ford Coppola. Pero casi podemos oír la Cabalgata de las Valquirias a través de los los altavoces del helicóptero estadounidense.

Significativamente, el presidente afgano Hamid Karzai esperó hasta el domingo antes de romper su silencio y pedir calma. Esperó sabiamente a que terminaran las protestas. Finalmente, Karzai dijo en una conferencia de prensa que las protestas mostraron que el pueblo afgano está dispuesto a morir por su religión. Llamó al castigo de los soldados estadounidenses que quemaron el Corán y prometió discutirlo con Obama.

Obama telefoneó a Allen después de los asesinatos del sábado, pero no llamó a Karzai. Este también dejó que el ministro de Defensa, Abdul Wardak, llamara a su homólogo estadounidense Leon Panetta y lo manejara como un asunto entre militares. El Pentágono ha cancelado las consultas de Wardak con Panetta en Washington el jueves.

Washington parece pensar que Karzai debería haber actuado antes para calmar las protestas. La secretaria de Estado de EE.UU. Hillary Clinton exigió el sábado que las protestas “se detengan”. Sin duda, las muertes del sábado por la tarde complican aún más la volátil relación entre Washington y Kabul.

Va a haber dudas penetrantes en la mente estadounidense sobre el soldado afgano. Un afgano armado en una base militar se convierte en un asesino suicida potencial. Un alto general afgano dijo a la BBC : “El virus de la infiltración se ha propagado como un cáncer y requiere una operación. Las curas no han bastado”. Todo el proyecto de “construcción de capacidad” de la seguridad afgana está desprestigiado.

No será fácil lograr una relación de trabajo normal entre las fuerzas estadounidenses y afganas. Lo que significa que la "oleada" del Pentágono, la estrategia de seguimiento de la retirada de tropas y de entrega de la responsabilidad por la seguridad a las fuerzas y el fin de la misión de combate de la OTAN hasta 2014, todo está arruinado.

Washington y Londres decidieron casi instantáneamente el retiro de sus consejeros y asesores enviados a los ministerios y establecimientos del gobierno afgano. Pero el impasse significa la parálisis en el trabajo efectivo de coordinación en las actuales operaciones de seguridad, el apoyo técnico y la compartición de información, lo que solo profundizará la incertidumbre.

Los aliados de la OTAN también observan. Los alemanes cerraron sucintamente su base de Talowan en el noreste de Afganistán. Cada país miembro de la OTAN será llevado a explorar cómo minimizar el riesgo de que sus jóvenes hombres y mujeres perezcan en una guerra insensata. El presidente francés Nicolas Sarkozy ya amenazó una vez con irse y hubo que persuadirle para que cambiara de opinión. Un tiempo difícil espera a Obama mientras la OTAN se prepara para la cumbre de su 60 aniversario en Chicago en mayo.

Tiempo de irse

Obama tiene que tomar una gran decisión respecto a las conversaciones de paz con los talibanes, que han reivindicado abiertamente la matanza de Kabul. Obama lanzó a sus “expertos afganos” del equipo del difunto Holbrooke para que golpeen cada puerta y miren detrás de cada arbusto, a la busca de emisarios talibanes a los que podría incluirse de alguna forma en conversaciones de paz. La brillante acuñación de Clinton –“Combate, habla, construye”– lo dice todo.

Los talibanes han asimilado cordialmente el plan Clinton, al parecer, mucho mejor de lo que podían imaginar los estadounidenses. Su portavoz Mullah Qari Mohammed Yousef Ahmadi reveló esta semana en una entrevista en el periódico saudí Asharq al–Awsat la interesante posibilidad de que los talibanes están considerando la apertura de más “oficinas políticas”, después de la de Catar, en respuesta a invitaciones recibidas de Arabia Saudí, Libia, Turquía, Egipto y “otros sitios”. Cuantas más mejor.

¿Adónde conduce todo esto? En retrospectiva, la participación unilateral de EE.UU. en el proceso de reconciliación afgano fue un error. El papel de EE.UU. debería haberse limitado a ayudar en las negociaciones entre afganos.

Sin embargo, esperad un momento. ¿Lo hicieron realmente los talibanes? El coronel y el mayor fueron asesinados a quemarropa por disparos en la nuca en su lugar de trabajo en uno de los complejos más aislados y protegidos de todo Afganistán. La habitación tenía cámaras de televisión de circuito cerrado y cerraduras especiales.

El asesino tenía obviamente el mayor grado de aprobación de seguridad para ingresar a ese recinto. El portavoz de la Fuerza Internacional de Ayuda a la Seguridad, el general Carsten Jacobsen, dijo: “Las preguntas son cómo pudo entrar [el atacante] en esa zona tan segura del Ministerio del Interior. Qué le motivo para cometer el crimen de matar a gente a sangre fría".

El Ministerio del Interior está dirigido por Bismillah Khan, que proviene de Panjshir. Era partidario incondicional de la antigua Alianza del Norte, con impecables credenciales antitalibanes. Y el ministerio está repleto de “Panjshiríes” (tayikos) que se oponen implacablemente a los talibanes.

Significativamente, Karzai se niega a apuntar a los talibanes o a Pakistán. “No sabemos quién ha hecho esto, y si es afgano o extranjero”, dijo enigmáticamente el domingo, a pesar del propio descubrimiento instantáneo del Ministerio del Interior de que el asesinato fue cometido por un conductor de 25 años llamado Abdul Saboor que procede del Valle Salaang y se evadió.

Abdul Saboor es un nombre tayiko común. Salaang se encuentra cerca del Valle Panjshir. Es un hecho que muchos grupos de la Alianza del Norte también se sienten disgustados actualmente con el modo estadounidense de hacer la paz.

Basta decir que los torpes métodos estadounidenses del año pasado de tomar contacto directamente (y en secreto) con los talibanes exacerbaron la fragmentación política dentro de Afganistán. Incluso el vicepresidente Karim Khalili, que ha trabajado bien con los estadounidenses todo el tiempo, sonó impaciente el domingo: “El proceso [de paz] puede conducir al éxito si se lleva de un modo transparente para que los afganos puedan confiar en el proceso”.

Sin duda, el suelo bajo los pies de los estadounidenses en el Hindu Kush cambia peligrosamente. Los británicos tampoco estaban preparados para la insurrección de Kabul de noviembre de 1841. No comprendieron la importancia de que la turba rodease la villa de Sir Alexander Burnes en Kabul. El diplomático trató de ofrecer dinero a la multitud, pero ésta invadió la residencia y mató a Burnes y a su hermano.

Los británicos acabaron comprendiendo que era hora de abandonar Afganistán cuando rodearon su acuartelamiento en Kabul un mes después. Para entonces incluso una retirada en orden se hizo problemática.


* El embajador M. K. Bhadrakumar fue diplomático de carrera del Servicio Exterior de la India. Ejerció sus funciones en la extinta Unión Soviética, Corea del Sur, Sri Lanka, Alemania, Afganistán, Pakistán, Uzbekistán, Kuwait y Turquía.


La quema del Corán ha avivado el rechazo
a los occidentales

Gara, desde Kabul, 27/02/2012

El rechazo de la población afgana a los occidentales no ha sido nunca tan fuerte en diez años de ocupación. La quema de dos ejemplares del Corán ha avivado ese repudio y la muerte de dos oficiales de EEUU ha dejado las relaciones entre Washington y Kabul en su nivel más bajo.

Kabul.– La quema de dos ejemplares del Corán ha sido la última ofensa. En diez años de guerra, el sentimiento antiestadounidense nunca ha sido tan fuerte en la población afgana, que no aguanta ya los desmanes de la OTAN, que con demasiada frecuencia mata a civiles y cuyas tropas no es la primera vez que llevan a cabo profanaciones o actos considerados blasfemos hacia el Islam.

Las autoridades parecen coincidir con su pueblo, porque aún siendo un títere de EEUU, que mantienen a su Gobierno y sus fuerzas de seguridad, el presidente afgano, Hamid Karzai, jamás ha condenado las protestas, a pesar de que se han cobrado al menos 29 vidas, asegurando, por contra, que respeta el derecho a manifestarse y la legitimidad de los «sentimientos» de su pueblo. Ayer volvió a llamar a la calma.

Pero la muerte de cuatro militares estadounidenses esta semana como respuesta a la quema de los ejemplares del Corán ha minado las relaciones bilaterales, que, según los analistas, se encuentran en su nivel más bajo.

La gota que colmó el vaso fue la muerte en un tiroteo de dos oficiales estadounidenses cuando participaban en una reunión en el Ministerio afgano de Interior. Aunque la insurgencia talibán se apresuró a reivindicar la acción, fuentes oficiales indicaron ayer que buscan a un agente afgano de 25 años que, según la última versión, disparó a los militares de la OTAN tras una discusión en torno al Corán. Al parecer, los dos asesores de EEUU señalaron, en presencia del oficial afgano, que el Corán es «un mal libro».

Este incidente llevó a la OTAN a ordenar el repliegue de su personal en los ministerios de Kabul. París y Berlín anunciaron ayer la retirada temporal de su personal de las instituciones y de las inmediaciones de Kabul.


La OTAN saca a su personal de los ministerios
afganos tras sufrir dos bajas

Gara, desde Kabul,  26/02/2012

La OTAN decidió ayer sacar a todo su personal desatacado en ministerios afganos tras la muerte de dos oficiales estadounidenses en un atentado en la sede de Interior reivindicado por los talibanes como «venganza» por la quema de dos ejemplares del Corán.

Kabul.– Dos oficiales estadounidenses de la OTAN perdieron la vida ayer en un tiroteo en el Ministerio del Interior en Kabul y otras cuatro personas murieron en el intento de asalto a un complejo de la ONU en Kunduz, con motivo de las protestas que se suceden desde hace seis días en Afganistán por la quema de ejem– plares del Corán en una base militar de EEUU. La insurgencia talibán se atribuyó el ataque y dijo que se trata de una venganza por la profanación del Corán.

El comandante de la misión de la OTAN en Afganistán (ISAF), el general John Allen, ordenó que todo su personal abandone inmediatamente los ministerios afganos como medida de seguridad «por razones obvias y para su protección». Londres tomó la misma decisión

El ataque perpetrado por los talibanes tuvo lugar dentro de la sede del Ministerio de Interior en Kabul y en él murieron dos asesores estadounidenses, un comandante y un coronel.

Un portavoz talibán, Zabiulah Muyahid, explicó que un cómplice del interior del Ministerio ayudó al atacante, identificado como Abdul Rahman, a acceder al edificio. Además, afirmó que eran cuatro las personas que murieron en el ataque. «Tras el ataque, Rahman nos informó de que había conseguido matar a cuatro altos asesores estadounidenses», aseguró Mujahid.

En Kunduz, capital de la provincia homónima, al norte del país, un intento de asalto al complejo de la ONU, dejó ayer cuatro muertos y 71 heridos, según un balance todavía provisional. Según varios testigos, los manifestantes, cuyo número no ha cesado de aumentar hasta alcanzar varios miles, empezaron a tirar piedras contra la Policía, una vez que alcanzaron el complejo de la ONU.


Siguen las protestas con doce muertos y 65 heridos

Gara, desde Kabul, 25/02/2012

El cuarto día de protestas por la quema de ejemplares del Corán por soldados estadounidenses en una base militar de la OTAN en Afganistán dejó al menos doce muertos. También en Pakistán protestaron por esta «ofensa» quemando banderas estadounidenses.

Kabul.– Al menos doce personas murieron ayer en el cuarto día de protestas en todo Afganistán contra la presunta quema de ejemplares del Corán por parte de soldados estadounidenses en la base militar de Bagram.

El portavoz del gobernador provincial de Herat, Muhaiudín Nuri, preciso que los violentos choques dejaron al menos 65 personas heridas –entre ella s 12 policías– en diversos puntos de la zona, en especial en la capital regional, Herat, y en los distritos de Adaskan y Shindand.

La mayoría de los fallecidos murieron al asaltar el consulado de Estados Unidos en Herat. Otras dos personas perdieron la vida en la provincia de Jost (en el este del país) y una en la provincia de Baghlan, en el norte, donde cerca de 1.000 personas salieron a la calle y hubo tiroteos. También en Kabul murieron dos personas en una concentración disuelta a tiros por la Policía.

Tras las oraciones del viernes miles de afganos se congregaron en las calles de algunas ciudades, como Mazar–i–Sharif y Pul–e–Khumri, en el norte; y Gardez y Khost, en el este.

Las protestas contra la quema del Corán han causado al menos 22 muertos en distintos puntos del país, entre ellos dos soldados estadounidenses que murieron por disparos de un militar afgano.

Los disturbios comenzaron el martes, después de que varios empleados afganos de la mayor base estadounidense en Afganistán, Bagram, denunciaran públicamente que varios ejemplares del Corán fueron quemados dentro del complejo.

El año pasado unas 20 personas, entre ellas siete trabajadores de la ONU, murieron a raíz de las protestas por la quema pública de un ejemplar en una iglesia estadounidense.

Protestas en Pakistán

La supuesta quema de coranes por parte de los soldados estadounidenses en Afganistán también provocaron protestas Pakistán, donde cerca de 300 personas salieron a la calle bloqueando una importante carretera en Peshawar, en el noroeste del país, y quemaron banderas de EEUU.

En la capital, el secretario general del partido Ulema–e–Islam (JUI) dijo durante un mitin que el mundo musulmán debería revisar sus relaciones con Estados Unidos. «No vamos a permitir que los estadounidenses ridiculicen nuestra religión».


Las protestas obligan a Obama a pedir perdón
por la quema de coranes

Gara, desde Kabul, 24/02/2012

Después de tres días de protestas por la quema de coranes, el presidente estadounidense, Barack Obama, pidió en una carta enviada a su homólogo afgano disculpas por «el maltrato no intencionado de material religioso en la base aérea de Bagram». Las manifestaciones de ayer se cobraron la vida de otras cuatro personas, con lo que ya son una docena los fallecidos desde el inicio de las movilizaciones. Los talibanes llamaron a matar a los soldados extranjeros.

Kabul.– El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, envió ayer una carta su homólogo de Afganistán, Hamid Karzai, para pedirle disculpas por la que quema de ejemplares del Corán por parte de soldados estadounidenses.

«En la carta entregada por el embajador Ryan Crocker, el presidente expresa nuestro pesar y nuestras disculpas por el maltrato no intencionado de material religioso en la base aérea de Bagram», dijo el portavoz de la Casa Blanca, Tommy Vietor.

Pero ni las disculpas de Obama ni el llamamiento a la calma de Karzai aplacaron el enfado de los afganos, que ayer volvieron a salir a la calle por tercer día consecutivo dejando un saldo de, al menos, cuatro muertos.

Según informó el director del hospital regional de Baghlan, en el norte del país, al menos un manifestante murió y otros tres resultaron heridos por disparos.

En Khogyani, en la provincia de Nangarhar, un uniformado afgano mató a dos soldados estadounidenses. Asimismo, dos manifestantes perdieron la vida y siete sufrieron heridas después de que fuerzas de la OTAN abrieran fuego contra un grupo de hombres que atacaron la base militar estadounidense.

En la provincia de Uruzgan, otras dos personas fallecieron en los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad afganas.

En Mehtar Lam, capital de la provincia de Laghman, al este de Kabul, unas 3.000 personas se manifestaron al grito de «¡Muerte a Estados Unidos!». Los manifestantes quemaron muñecos con el rostro de Obama y atacaron un inmueble de la PRT (equipos de reconstrucción de la OTAN, integrados por civiles y militares).

En la provincia de Faizabad, en el norte del país, unos 400 manifestantes lanzaron piedras y prendieron fuego a coches en una base militar noruega.

El complejo militar, que se encuentra en la frontera con Turkmenistán, alberga a unos 500 soldados y civiles de Noruega, Letonia, Macedonia, Islandia y Estados Unidos.

El embajador noruego en Kabul, Tore Hattrem, informó de que no hubo heridos y que solo se produjeron daños materiales mínimos en la base.

En Bagrami, al sureste de Kabul, cerca de medio millar de personas se manifestaron al grito de «Larga vida al Islam, larga vida al Corán!» y «Muerte a EEUU». Hubo dos heridos.

En este contexto, los talibanes llamaron a los afganos a matar a soldados extranjeros. «Para defender el libro santo debéis atacar valientemente las bases militares de los invasores, sus convoyes militares, matarlos, capturarlos, golpearlos y darles una lección, parque no osen nunca más a insultar el santo Corán», subrayó el portavoz talibán Zabihullá Muyahid.

No obstante, aseguró que este llamamiento no afecta a las conversaciones que mantienen con Washington en Doha.

El conflicto causa 400 desplazados al día, según AI

El conflicto en Afganistán causa 400 desplazados al día, según Amnistía Internacional. En la actualidad, advirtió, medio millón de afganos viven en campamentos, lejos de sus hogares. «Medio millón de afganos desplazados por la contienda están intentando sobrevivir en refugios provisionales, abandonados por su Gobierno y mientras los donantes internacionales miran para otro lado», remarcó ayer en la presentación del informe «Huir de la guerra, hallar miseria: la situación de los desplazados interiores de Afganistán».

De acuerdo a los datos que ofreció, en los alrededores de Kabul hay unas 35.000 personas repartidas en 35 zonas chabolistas y en ellas han muerto al menos 28 niños durante el invierno debido a las duras condiciones climatológicas. «Están al borde de la inanición y el Gobierno no solo está mirando para otro lado, sino que impide que les llegue la ayuda», resaltó Horia Mosadiq. «Los funcionarios locales restringen la llegada de ayuda porque aducen que esa gente se va a ir de allí. Esta es una crisis de derechos humanos y humanitaria casi escondida, pero terrorífica», remarcó.

AI exigió al Gobierno que proporcione refugio, comida, agua y cuidado sanitario a los refugiados y que garantice la protección y educación de los niños refugiados e identifique a la población en los campamentos.