Palestina

Declaración de la corriente internacional Socialismo o Barbarie , 04/01/2009

¡No al genocidio al pueblo palestino!

¡Fuera las tropas sionistas de Gaza!

• ¡Fuera EEUU de Irak, Afganistán y Oriente Medio!

• ¡Por la destrucción del Estado racista de Israel!

• ¡Por un Estado Palestino democrático, laico, no racista y socialista!

La ocupación del territorio palestino que perdura por más de 60 años con la creación del Estado teocrático y racista de Israel en 1948, tiene en estos últimos días uno de sus episodios mas funestos.

Desde el día 27 de diciembre, con el pretexto de “defender a sus ciudadanos”, Israel realiza una ofensiva militar que busca destruir por completo la infraestructura básica y toda la estructura política en la Franja de Gaza. En realidad, el objetivo apunta a debilitar y voltear al gobierno de Hamas, legítima y democráticamente constituido hace un año y medio atrás en elecciones populares insospechadas, así como asestarle un durísimo golpe a la histórica lucha del pueblo palestino.

Más en su conjunto, la ofensiva de Israel se inscribe en la nueva situación mundial en curso, marcada por la gravísima crisis de la economía capitalista mundial y el evidente debilitamiento hegemónico de los EEUU. Circunstancias que auguran un período donde se están incrementando los elementos de crisis del sistema, las luchas y explosiones sociales, y también, como ya lo estamos viendo en tiempo real, enfrentamientos de todo tipo e incluso guerras en regla como la actualmente en curso en Gaza. Un conjunto de circunstancias que reclaman de las corriente socialistas revolucionarias dar un paso adelante convocando a una Conferencia Internacional para dar una respuesta a la nueva situación.

Un nuevo gueto de Varsovia

Producto de los ataques aéreos que ya se extienden por más de una semana, sumada a la intervención por tierra que se está desencadenando en los momentos que escribimos esta declaración, ya han muerto centenares de hombres, mujeres y niños, y el número de heridos supera las 2000 personas.

Esta masacre solo viene a agravar brutalmente la situación material (que ya era extremamente precaria) en la Franja de Gaza donde más de 1 millón y medio de personas están hacinadas en una extensión territorial de 362 km cuadrados, una de las mayores densidades demográficas del mundo. Un territorio donde no existen ni médicos ni equipamientos suficientes para atender a las víctimas de la masacre: una verdadera muestra de la barbarie capitalista, opresora y racista que encarna el Estado de Israel.

Descaradamente, Israel y el imperialismo quieren hacer creer que la ofensiva sionista se justifica por el levantamiento de una tregua de seis meses que habría llevado adelante Hamas. Sin embargo, durante la tal llamada “tregua”, Israel mantuvo el bloqueo del ingreso de alimentos, medicamentos y combustibles, bloqueo que realmente hace de Gaza una trágica y vergonzosa reedición del Gueto de Varsovia.

Hasta la mitad del siglo XX el pueblo palestino resistió la colonización inglesa que estimuló sistemáticamente la inmigración judía hacia Palestina. Con el fin de la Segunda Guerra Mundial, la decadencia colonial británica y la ascensión estadounidense crean las posibilidades para concretar la aspiración sionista de edificar un estado teocrático. Surgieron así condiciones favorables para la creación de un Estado que cumpliría la función de enclave imperialista en el corazón del mundo árabe, enclave que recibió incluso la bendición de la ex URSS todavía bajo la batuta de José Stalin.

Crisis política en Israel

Esta nueva escalada sólo puede ser comprendida, entonces, en el marco histórico de la ocupación colonial y de la resistencia palestina, pero más concretamente de la actual coyuntura política internacional y regional que está sumando componentes explosivos.

Uno de estos componentes, es la crisis política al interior mismo del Estado de Israel, crisis abierta con la renuncia del ex-primer ministro Ehud Olmert debido a la corrupción en su gabinete pero, sobre todo, a la dura derrota político-militar sionista del 2006 en el Líbano en manos de Hezbollah.

La crisis política en Israel que se arrastra desde entonces y la disputa electoral entre sus partidos dominantes (Kadima, Partido Laborista y Likud) coloca una situación donde Hamas y el pueblo palestino han sido transformados en chivos expiatorios o excusa de una disputa interna por el poder en el mismo Israel.

O sea, el ataque a Gaza sirve (entre otros objetivos que también responden a necesidades estratégicas de la propia clase dominante de Israel), para ‘mediatizar’ y dirimir la crisis política-gubernamental dando un barniz de compromiso con la “seguridad” de los “ciudadanos israelíes”  hasta las elecciones en febrero próximo.

Tampoco podemos dejar de apuntar que el Estado de Israel vive profundas contradicciones económicas. A pesar de su minúsculo territorio y de las difíciles condiciones climáticas, debido a la profunda explotación de la clase trabajadora y los recursos naturales palestinos y al sostenimiento de EEUU, el estado opresor alcanzó un desarrollo económico que se diferencia del resto de la región. 

Pero el problema es que, contradictoriamente, en los últimos años, las condiciones materiales de su población se están agravando debido al alto índice de pobreza (al menos 10%) y a la concentración de la riqueza incluso entre la población judía-israelí. Con la crisis económica mundial, de la cual no va a quedar inmune ningún país, la tendencia es al empeoramiento de las condiciones de vida de las capas más bajas y trabajadoras de la misma población judía israelí, por no hablar de los árabes israelíes, los que están sometidos a condiciones de explotación y opresión que nada tienen que envidiar a los palestinos que logran algún esclavista empleo en el propio territorio israelí.

A la búsqueda de recomponer autoridad

Claro que a los factores más coyunturales se le agregan los estratégicos: recomponer la autoridad sionista e imperialista seriamente dañada en los últimos años.

En primer lugar, se debe hablar del fracaso político y el empantanamiento militar de EEUU en Iraq y Afganistán, circunstancia que profundizó el sentimiento anti USA en toda la región y la percepción de que incluso con toda la desigualdad técnica y militar del caso es posible resistir al imperialismo. Del mismo orden de elementos, es el fortalecimiento político de Irán y Hezbollah.

En relación a Irán, es notorio que las tentativas de impedir su programa nuclear parecen haber -al menos hasta ahora- caído por tierra, demostrando la gravedad de la crisis política de legitimidad del imperialismo yanqui.
Otro factor, de enorme importancia, ha sido en el 2006 la fracasada ocupación del sur del Líbano por parte de Israel. En este conflicto, ni toda la superioridad militar israelí fue suficiente para hacer capitular a las fuerzas organizadas por Hezbollah, las que además lograron causar fuerte bajas en uno de los supuestamente más fuertes y preparados ejércitos del mundo.

Es en el marco anterior que se produce la victoria electoral de Hamas en la Franja de Gaza. Esta ocurrió en el contexto de la desmoralización de Al Fatah por su capituladora política de conciliación con Israel, política que aún tiene como portaestandarte ideológico y estratégico la creación de “dos Estados en Palestina”, uno teocrático judío y otro palestino.

Cuando Hamas asume el gobierno en Gaza propone un gobierno de coalición con Fatah. Pero este último se juega al fracaso del nuevo gobierno e intenta un verdadero golpe de Estado en junio del 2007 con la excusa del mantenimiento en sus manos del monopolio de las fuerzas de seguridad, golpe que es derrotado con el apoyo masivo de la población de Gaza y termina fortaleciendo aún más a Hamas.

Es a partir de ese momento que la ofensiva de Israel se intensifica sobre la Franja de Gaza (Israel había retirado sus tropas tiempo atrás, aunque manteniendo el monopolio de las comunicaciones y el comercio de la Franja con el “mundo exterior”), imponiéndole a la población civil un bloqueo que agrava exponencialmente la situación de penuria en el interior de sus limites territoriales. 

De Bush a Obama

Como era de esperarse, la masacre que está llevando adelante Israel, tiene un amplio apoyo por parte de todos los gobiernos imperialistas; en primer lugar, del ya en franca retirada de George W. Bush. Este ha salido a declarar que “Israel tiene derecho a defender a sus ciudadanos del terrorismo”…

En este marco, el gobierno yanqui está hablando de la necesidad de un cese el fuego “duradero”… eufemismo que no quiere decir otra cosa que darle carta blanca a la barbarie del estado sionista para aplastar a Hamas porque “duradero” significa, en sus palabras, que en Gaza el pueblo palestino no pueda ejercer nunca más su legítimo derecho a la protesta y la defensa.

Al mismo tiempo, hay todo un discurso de la diplomacia “progresista” que está poniendo un signo igual entre las partes declarando que “los dos bandos deben cesar inmediatamente las hostilidades”… Pero esto tampoco deja de ser una posición hipócrita cuando es evidente la superioridad logística y militar israelí que tiene uno de los ejércitos mejor equipado del mundo, que recibe un aporte estadounidense anual de miles de millones de dólares, y donde el “equilibrio del terror” se mide en que por cada baja sionista hay cientos de asesinados palestinos.

Pero Bush ya se vá. Por esto la clave es subrayar la evidente responsabilidad política que ya está teniendo el gobierno electo de EEUU, el “progresista” Obama y la no menos “liberal” Hillary Clinton. Bajo el eufemismo de que “no puede haber dos presidentes y dos secretarios de Estado” han venido apoyando en un todo a Bush e Israel en esta agresión pero sin decir esta boca es mía.

Ya la integración del gabinete de Obama mostraba hacia donde iba a ir su gobierno, un gobierno donde las líneas de continuidad en la política del imperialismo yanqui de las últimas décadas es un hecho marcado por todos los analistas mínimamente objetivos.

Así las cosas, ya en su programa de gobierno decía respecto a Medio Oriente que “los enemigos de Israel serán considerados enemigos de los EEUU”. Es decir, más claro agua. Si no han tenido que salir a dar abiertamente su apoyo a Israel, esto es solo por una cuestión de “calendario”: el hecho de que Obama no ha asumido aún.

Sin embargo, cada vez quedan menos días para esconder la cabeza debajo de la tierra como el avestruz: una vez que asuma se acabarán los cuentos de hadas del supuesto “progresismo” de Obama y las masas yanquis y del mundo podrán comenzar a hacer su experiencia con él.

Obama comenzará a gastar muy rápidamente su capital político en un mundo convulsionado por la crisis de la economía capitalista más dramática desde los anos ’30 y donde los conflictos sociales, e incluso militares, apuntan a crecer exponencialmente.

¿Qué programa y qué métodos para la lucha del pueblo palestino?

Los gobiernos de los países árabes y sus clases dominantes vienen cumpliendo un papel vergonzoso ante la agresión: mayoritariamente no se les ha visto mover un dedo frente a la misma. Incluso la Autoridad Palestina representada por Mahmud Abbas que vergonzosamente también responsabiliza a Hamas por la masacre, no repudia más que de palabra la agresión israelí sin plantear ninguna medida concreta para defender a la población de Gaza del genocidio a la que está siendo sometida.

En el fondo, esto ocurre porque la burguesía árabe hace mucho tiempo que abandonó el proyecto de independencia nacional en relación al imperialismo  contentándose con ser abastecedora de petróleo u otras materias primas a costa de la superexplotación y de la miseria de la mayoría.

El hecho es que no estamos ante iguales en ningún sentido. De un lado tenemos el pueblo  palestino que lucha hace 60 años contra la ocupación, la opresión y la explotación y del otro, el Estado de Israel con el apoyo directo de los EEUU, e indirecto de la mayoría del resto de los países imperialistas.

Es por esto que debemos dejar en claro de que lado deben estar los trabajadores en esta contienda histórica: del lado de los oprimidos contra los ataques militares o de cualquier orden de los opresores. La verdad es que el imperialismo exige del pueblo palestino y de Hamas la más absoluta rendición y que acepten la ocupación y colonización directa de su territorio y el Estado teocrático y racista de Israel.

A nuestro modo de ver, no puede haber entre los socialistas revolucionarios ninguna duda de que en cuanto el Estado racista de Israel continúe existiendo no hay posibilidad alguna de “solución pacífica”: esto por el simple hecho de que este se sustenta -desde su origen- en el desplazamiento, la colonización y la masacre de la población palestina originaria.

Por esto mismo, esta masacre trae nuevamente la polémica entre las corrientes que se reivindican marxistas, sobre cual debe ser el programa estratégico y los métodos de lucha en Palestina.

De un lado, está el problema de la propuesta de “convivencia de dos estados en Palestina”. Como hemos señalado, por la condición de su origen de Estado racista y de opresión nacional, se viene demostrando hace décadas que esto es totalmente inviable.

Por otro lado, al mismo tiempo que claramente nos posicionamos por la derrota del Estado de Israel en la actual contienda, y por la victoria de las fuerzas palestinas, señalamos que está demás demostrado que la destrucción del Estado de Israel y la construcción de un único Estado Palestino laico, democrático y socialista depende de la movilización y la lucha política y militar autónoma de las mas amplias masas de trabajadores en los territorios ocupados y en el conjunto de los países árabes. Una expresión de esto fue la experiencia de la apertura forzada de la frontera con Egipto desde Gaza ocurrida solo tiempo atrás en manos de las propias  masas de la Franja.
Esta perspectiva nos diferencia no solo de Al Fatah, sino también del propio Hamas, los que además en ninguno de los dos casos, levantan una perspectiva socialista para los pueblos explotados y oprimidos de la región.

O sea, sólo hay salida alternativa con la destrucción del Estado de Israel y la construcción de un Estado palestino socialista y de una Federación Socialista de países de Medio Oriente.

Desde la Corriente Internacional Socialismo o Barbarie exigimos entonces a los gobiernos de Latinoamérica y el mundo que condenen el ataque y la invasión israelí y a que rompan inmediatamente relaciones con el Estado sionista. Y hacemos un llamado al conjunto de las organizaciones revolucionarias, sindicatos independientes, centros de estudiantes y organizaciones defensoras de los derechos humanos a construir una fuerte campaña de solidaridad con el pueblo palestino como la que ya se está poniendo en pie en diversos países y regiones del orbe.

* ¡No al genocidio al pueblo palestino!
* ¡Fuera las tropas sionistas de Gaza!
* ¡Fuera EEUU y demás tropas imperialistas de Irak, Afganistán y Oriente Medio!
* ¡Por la destrucción del Estado racista de Israel!
* ¡Por un Estado Palestino democrático, laico, no racista y socialista!

Corriente internacional Socialismo o Barbarie
04-01-09