Palestina

Popularidad de Mahmoud Abbas por el piso

Por Mel Frykberg
Inter Press Service (IPS), 12/05/09

El desprestigio del presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbas, respaldado por Occidente, se ha hecho evidente en las calles cercanas a la sede de su precario gobierno en esta ciudad cisjordana.

Ramalah.– Varios manifestantes destruyeron en los últimos días cientos de afiches de Abbas que empapelaban las paredes de la calle que conduce a la muy custodiada sede del gobierno, conocida como Muqata, una zona patrullada por soldados fuertemente armados.

La popularidad de Abbas, también conocido como Abú Mazen, cayó en picada tras varias denuncias de corrupción y de connivencia con Israel en el brutal ataque que ese país llevó a cabo en la franja de Gaza entre el 27 de diciembre y el 19 de enero, y que causó la muerte a 1.400 palestinos, la mayoría civiles.

Las fuerzas de seguridad de la ANP, encabezada por el secular y moderado partido Fatah, efectuaron detenciones masivas de opositores políticos, sobre todo de Hamás (acrónimo árabe de Movimiento de Resistencia Islámica) y de la Yihad Islámica, incluso a simpatizantes no vinculados con los brazos armados de esas agrupaciones. Organizaciones de derechos humanos denuncian el uso generalizado de torturas.

Las últimas encuestas reflejan el descrédito histórico en que ha caído la ANP. En cambio, Hamás se ve fortalecido por haber soportado la ofensiva y haberse atenido a su principio de resistencia contra la ocupación israelí.

Sin embargo, muchos palestinos se hartaron de ambos partidos rivales cuando fracasaron las negociaciones de la semana pasada en El Cairo para que alcanzaran un acuerdo. Uno de los principales problemas es la insistencia de Abbas en mantener al primer ministro Salam Fayyad, pese a que presentó su renuncia en marzo en un intento de facilitar la reconciliación.

Hamás quiere que Fayyad, a quien considera un títere de Estados Unidos, quede fuera de cualquier futuro gobierno. Eso incluye el gabinete provisorio que Abbas pretende anunciar este miércoles.

Ese gobierno interino renunciaría en cuanto se formara uno de unidad. Pero no hay muchas esperanzas de que los dos partidos palestinos logren un acuerdo en las conversaciones que se llevarán a cabo este sábado y domingo. En un encuentro anterior, Fatah y Hamás acordaron la celebración de elecciones generales a principios del año que viene.

Estas diferencias podrían sabotear la posibilidad de un cambio decisivo entre las relaciones de Palestina con el nuevo gobierno estadounidense.

Hasta hace muy poco, Estados Unidos se negaba a prestar asistencia y mantener conversaciones con un gobierno palestino integrado por miembros de Hamás, considerada una organización terrorista por Washington.

Pero el presidente estadounidense Barack Obama pidió al Congreso legislativo que reformara la ley sobre organizaciones terroristas para poder brindar asistencia a los palestinos, si conseguían confirmar un gobierno de unidad con Hamás.

La secretaria de Estado (canciller) de Estados Unidos, Hillary Rodham Clinton, alegó que es mejor cambiar la actitud de Hamás que trabar toda posibilidad de negociación si llega a participar en un gobierno palestino de unidad.

Israel puede estar satisfecho con la falta de acuerdo entre los palestinos, pero su relación con la ANP también flaquea.

El nuevo gobierno derechista del primer ministro Benjamín Netanyahu llevó al límite al siempre conciliador Abbas al exigir que los palestinos reconozcan a Israel como Estado judío antes de iniciar conversaciones de paz.

La ANP ya reconoció a Israel y su derecho a existir, pero se niega a mencionar el carácter del Estado, pues podría poner en peligro el regreso de los refugiados palestinos.

"No lo acepto", señaló Abbas. "No me corresponde describir al Estado. Llámenlo república socialista hebrea, no es mi problema".

La ANP alega que si bien Israel reconoció a la Organización para la Liberación Palestina como autoridad legítima de los palestinos, nunca reconoció su derecho a tener su propio Estado.

Las tensiones subyacentes entre israelíes y palestinos y entre los propios palestinos quedaron en evidencia el lunes con la llegada del papa Benedicto XVI a Tierra Santa.

Un representante del papa abandonó una reunión interreligiosa cuando el presidente del tribunal palestino de la shariá (ley islámica), jeque Taysir Al–Tamimi, sostuvo que el Papa había pasado por alto los "crímenes del Estado judío".

Mientras, extremistas judíos criticaron al Papa por su tibio pedido de disculpas por la presunta connivencia del Vaticano con el exterminio nazi en la conferencia que brindó en el Memorial del Holocausto en Jerusalén (Yad Vashem).

Hamás, por su parte, consideró que la visita de Benedicto XVI a la región era una maniobra de relaciones públicas para mejorar la imagen negativa de Israel en el mundo.


Reconciliación entre Fatah y Hamás parece lejana

Por Adam Morrow y Khaled Moussa Al–Omrani
Inter Press Service (IPS), mayo 2009

Crecen las dudas sobre la posibilidad de una reconciliación entre los principales partidos palestinos, Fatah y Hamás (acrónimo árabe de Movimiento de Resistencia Islámica) en vísperas de la nueva ronda de conversaciones.

El Cairo.– Los últimos contactos no lograron acercar a las partes en los principales puntos de discordia. "Las conversaciones produjeron acuerdos en ciertos puntos", dijo una fuente oficial egipcia a la prensa estatal en El Cairo. "Pero otros grandes temas permanecen bajo discusión entre los respectivos líderes de las dos facciones".

El 27 y 28 de abril, delegaciones de los dos grupos realizaron una serie de discusiones a puertas cerradas en El Cairo, en presencia de mediadores egipcios, destinada a echar los fundamentos para un gobierno de unidad.

Las reuniones representaron la cuarta ronda de conversaciones de reconciliación auspiciada por Egipto entre Hamás, que controla Gaza, y Fatah, liderada por el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbas, que gobierna Cisjordania.

A pesar de las afirmaciones de los funcionarios egipcios de que las discusiones habían sido "positivas", no se presentó ningún informe de algún avance significativo. Según funcionarios citados por la prensa estatal, una quinta ronda de conversaciones está prevista para el 16 y el 17 de este mes.

En una anterior ronda de conversaciones a mediados de mayo, las facciones palestinas acordaron realizar elecciones presidenciales y legislativas en enero próximo, pero no lograron resolver las diferencias clave.

"Todavía hay importantes diferencias sobre la conformación de la OLP (Organización para la Liberación de Palestina), actualmente dominada por Fatah, la supervisión de los servicios de seguridad e inteligencia, y los detalles sobre las próximas elecciones", dijo a IPS el politólogo Tarek Fahmi, de la Universidad de El Cairo y jefe del departamento sobre Israel del Centro Nacional para Estudios sobre Medio Oriente.

Incluso desde que Hamás ganó la mayoría en las elecciones legislativas palestinas de 2006, las dos facciones mostraron una fuerte rivalidad, con combates intermitentes y arrestos mutuos en represalias. La hostilidad se incrementó en el verano boreal de 2007, cuando Hamás tomó control total de la franja de Gaza, arrebatando la administración de la ANP sobre ese territorio.

Desde entonces, Hamás ha gobernado la franja de Gaza, mientras que Fatah sigue administrando Cisjordania desde Ramalah. Para complicar aun más la situación, Israel y Egipto, con la bendición de la ANP, han sellado sus fronteras con Gaza, convirtiendo a ese territorio en los hechos en un enclave.

Durante la última ronda de conversaciones, funcionarios egipcios habrían propuesto la formación de un comité conjunto, integrado por representantes de Fatah, Hamás y otros sectores palestinos, con la misión de coordinar las acciones de cara a los comicios. Según la propuesta, la autoridad del comité tendría autoridad por encima de la ANP y de Hamás.

Pero la idea fue recibida fríamente por Fatah. "Si no se hace ningún progreso que la quinta ronda de conversaciones, la consideraremos", dijo un miembro de la delegación de ese partido, Azzam Al Ahmed.

Según Hamás, la respuesta de Fatah a la propuesta refleja el deseo de Abbas, cuyo periodo presidencial termina oficialmente en enero, a mantener su histórico monopolio sobre el liderazgo palestino.

"Fatah rechazó la propuesta egipcia, y demanda que cualquier comité conjunto esté bajo la autoridad de Abbas y de su gobierno", dijo Ezzet Rashk, de la delegación de Hamás.

En última instancia, las grandes diferencias entre los dos partidos se basan en sus respectivos enfoques hacia Israel y la ocupación de los territorios.

Fatah insiste en que cualquier nuevo gobierno debe adherir a las condiciones del llamado Cuarteto (instancia de mediación internacional integrada por la Organización de las Naciones Unidas, la Unión Europea, Estados Unidos y Rusia), lo cual incluye reconocer a Israel, aceptar los pasados acuerdos con la OLP y renunciar a la resistencia armada.

Más aun, Fatah se comprometió a negociar con Israel, incluso cuando las pasadas "conversaciones de paz" de Abbas no dieron resultados.

Por su lado, Hamás se niega a reconocer a Israel, al que considera una potencia ocupante ilegítima. En vísperas de las conversaciones, el líder de Hamás en Damasco, Mohamed Nasr, dijo que condicionar la unidad palestina a los planes del Cuarteto, "en los hechos veta la reconciliación".