Palestina

El “presidente” palestino anuncia que no será candidato en las “elecciones” convocados por él mismo

Abbás justifica su decisión en el bloqueo israelí
al “proceso de paz”

Reprocha a EEUU el cambio de posición sobre los asentamientos judíos

Por Ricardo Mir de Francia
Corresponsal en Jerusalén
El Periódico, 06/11/09

La ocasión merecía un anuncio categórico en uno u otro sentido, pero acabó sonando como el aullido de auxilio de alguien que se deja querer. En una conferencia televisada, el presidente palestino, Mahmud Abbás, declaró anoche que no desea presentarse a las elecciones generales que él mismo ha convocado para el próximo 24 de enero. El histórico dirigente de Al Fatá y la OLP, de 74 años, aseguró que su anuncio «no es una maniobra política» y que espera que sus compañeros de militancia respeten su decisión. Abbás la justificó por el estancamiento del proceso de paz, y repartió culpas entre Israel, EEUU y Hamás.

No fue el discurso de alguien que se va después de toda una vida dedicada a la causa o de uno de los protagonistas del eterno proceso de negociación abierto en Madrid en 1991. «He informado al comité central de Al Fatá de que no estoy interesado en presentarme a la reelección», aseguró el sucesor de Yasir Arafat.

Espero que se entienda y respete mi voluntad», añadió, dejando una puerta abierta a lo contrario. El moderado Abbás expresó frustración, pero en el tono desapasionado habitual de sus discursos.

«El Gobierno israelí está adoptando una política que arruina todos los esfuerzos de paz», declaró, tras denunciar la negativa israelí a detener la expansión de los asentamientos. También cargó contra la judaización «sin precedentes» de Jerusalén. Más suaves fueron sus reproches a EEUU, su gran aliado contra Hamás y la mano que mueve los hilos de sus fuerzas de seguridad.

Giro de Obama: cede ante Netanyahu

Abbás expresó «sorpresa» por el giro de la Administración de Obama, que un día condena sin ambages los asentamientos y otro está dispuesto a convivir con un poco de «contención» en su imparable metástasis. Habrá que ver, por tanto, qué pasa. No es la primera vez que el presidente amenaza con dimitir o toma una decisión y se arrepiente, como con la dimisión de su primer ministro.

Esta vez las presiones también le llueven de todos los flancos para que reconsidere su decisión. El comité ejecutivo de la OLP declaró que es «el único candidato de Al Fatá y la OLP» y que tiene su «apoyo unánime». También le llamaron los presidentes de Egipto e Israel, el rey jordano y el ministro israelí de Defensa, el mismo Ehud Barak, que entre sus allegados dice que Abbás es demasiado débil para negociar nada.

Ningún dirigente israelí se pronunció públicamente, pero la renuncia de Abbás podría quitarle un peso de encima al gobierno de Netanyahu. El presidente es el principal garante de las negociaciones en el seno de la ANP. Si se esfumara, Netanyahu podría volver a enarbolar el discurso de que no hay socio y deshacerse de la incómoda presión internacional.

Para Hamás fue una jornada de autoafirmación, pese a las numerosas críticas que les dedicó Abbás. Los islamistas le pidieron al presidente que reconozca ante su pueblo que la vía del diálogo ha fracasado. Es trágico, pero la historia les está dando la razón. Israel sólo ha movido ficha cuando se ha visto amenazado.