Crisis Israel-EEUU

El gobierno israelí se resiste a ceder a las presiones de EEUU

La percepción del Estado judío en Washington
está cambiando

Por Ricardo Mir de Francia
Corresponsal en Jerusalén
El Periódico, 27/03/10

La jefa de la oposición israelí, Tzipi Livni, dijo a principios de mes que con Binyamin Netanyahu al frente, «Israel se ha convertido en un Estado paria». No parece muy desencaminada. Netanyahu salió de la Casa Blanca sin una fotografía con el presidente Barack Obama, un apretón de manos público o una declaración conjunta, un tratamiento no muy distinto al que se otorga a su ministro de Exteriores, Avigdor Lieberman, en algunas cancillerías europeas.

En Israel se ha descrito la visita de esta semana del primer ministro a Washington como un rotundo fracaso. La pregunta es cuánto aguantará Netanyahu en su desafío. EEUU exige concesiones inmediatas.

El primer ministro israelí sigue, de momento, fiel a la ideología de su partido (Likud) y su coalición, dominada por la derecha más radical y afín a los intereses de los colonos. Ayer dijo que si construye en la Jerusalén ocupada no es por satisfacer a Lieberman o al ultraortodoxo Eli Yishai, su ministro del Interior. Lo hace por convicción. «Yo mismo planeo seguir construyendo en Jerusalén como lo hicieron todos los primeros ministros antes que yo», declaró.

No miente Netanyahu. El problema es que esta vez EEUU no parece dispuesto a seguir haciendo la vista gorda mientras Israel destruye las magras opciones de un acuerdo de paz con su política de hechos consumados.

La percepción del Estado judío en Washington está cambiando. Hace diez días, el general David Petraeus, jefe del Comando Central de EEUU, declaró que «la impresión» de que su país favorece a Israel en Oriente Próximo está dañando sus intereses en la región, socavando a sus aliados árabes y ayudando a que Al Qaeda e Irán ganen influencia.

Netanyahu acordó con el presidente Obama ciertos gestos hacia los palestinos, según explicó uno de sus portavoces. El asunto se debatió ayer en una reunión del Gabinete israelí. Pero no se llegó a ninguna conclusión y se estima que la decisión podría demorarse hasta después de la Pascua judía.

Paños calientes

Esas concesiones pasan por liberar a algunos presos palestinos, transferir a la Autoridad Nacional Palestina el control de algunas zonas de Cisjordania o comprometerse por escrito a negociar sobre la base de una retirada a las fronteras previas a 1967. Pero aunque Netanyahu quiera, difícilmente podrá hacerlo con sus actuales compañeros de viaje. Muchas voces dentro y fuera de Israel le piden que haga un hueco al partido de Livni en su coalición para darle un barniz más centrista. El primer ministro, según repitió ayer, no está por la labor.

Y mientras continúa la escalada de la violencia en Gaza. Dos milicianos palestinos y dos soldados israelís murieron en una incursión del Ejército en la franja. Ya entrada la noche, media docena de tanques israelís y dos bulldózers penetraron al sur de Gaza, cubiertos por helicópteros y aviones no pilotados. La incursión vino precedida por las amenazas del ministro de Defensa, Ehud Barak. Hamas lo pagará, dijo, si cambia «las reglas del juego».


Netanyahu se muestra en EEUU irreductible sobre Jerusalén

La reunión coincide con la aprobación de la licencia
para levantar más asentamientos

Por Idoya Noain
Corresponsal en EEUU
El Periódico, 24/03/10

Washington.- La Casa Blanca no iba a dejar ayer que nada empañara la histórica jornada en que la reforma sanitaria se convirtió en ley, menos aún un asunto de política exterior que desde que Barack Obama llegó a la Casa Blanca, y especialmente en los últimos días, ha dado más de un quebradero de cabeza a su Administración: la creciente tensión con Israel. El presidente recibió al primer ministro, Binyamín Netanyahu, pero lo hizo en un encuentro privado y cerrado a la prensa en el comedor del Despacho Oval que duró 90 minutos.

Tanto ese gesto, como el hecho de que la secretaria de Estado se reuniera el día anterior con Netanyahu también en privado --y no en el Departamento de Estado sino en el hotel donde se aloja-- señalan que lo que Washington ha tratado de reducir a un «desencuentro» en vez de «crisis» sigue siendo el punto más bajo en la relación en mucho tiempo.

Invitar a Netanyahu

Por más que el vicepresidente Joe Biden invitara el lunes a cenar a Netanyahu, también en un encuentro privado tratando de remendar la imagen gravemente dañada cuando en su visita a Israel se anunció la construcción de nuevos asentamientos en Ramat Shlomo, con un total de 1.600 viviendas, en Jerusalén Este, la relación bilateral se confirma en uno de sus momentos más bajos. Y por si fuera poco, coincidiendo con la visita de Netanyahu a Obama, el Ayuntamiento de Jerusalén anunció ayer la concesión de un nuevo permiso para levantar 20 viviendas más en el barrio de Sheikh Jarrah, otra muestra de la voluntad de Israel de mostrarse irreductible sobre los asentamientos.

Según el diario Haaretz, estos 20 apartamentos para familias israelís forman parte de un proyecto inmobiliario del millonario judío norteamericano Irving Moskovitz, vinculado con los ortodoxos radicales.

Apoyo del lobi judío de EEUU

El lunes, como invitado estrella de la reunión anual que el lobi judío AIPAC celebraba en Washington, Netanyahu ofreció un discurso desafiante hacia la posición de Obama, que le ha solicitado la congelación de la construcción de asentamientos y apuesta por las conversaciones «de proximidad» entre palestinos e israelís.

Netanyahu abogó por sentarse «cara a cara» con el presidente Mahmoud Abbás y planteó «un Estado palestino desmilitarizado que reconozca el Estado de Israel». Aseguró que «el intento de muchos de describir a los judíos como colonialistas extranjeros en su propia tierra es una de las grandes mentiras de los tiempos modernos» y proclamó que «todo el mundo sabe» que barrios como Rhamat Shlomo «serán parte de Israel en cualquier acuerdo de paz por lo que construir en ellos no elimina de ninguna forma la posibilidad una solución con dos estados». .

Su discurso fue aplaudido no solo por los miembros del lobi, sino por los más de 200 políticos, diplomáticos y miembros de actuales y antiguas administraciones presentes en la cena.

Fueron los congresistas quienes ayer le dieron el altavoz que Obama, Biden y Clinton querían evitar. “No debemos quedar atrapados por una demanda ilógica e irrazonable», dijo Netanyahu durante un encuentro con Nancy Pelosi y otros líderes del Congreso. «Eso podría retrasar las negociaciones un año más». ¿Análisis o amenaza?