Crisis Israel-EEUU

Israel advirtió a EEUU que no detendrá los asentamientos

En plena crisis, Netanyahu se reunirá con Obama

Agencia Reuters, 22/03/10

Jerusalén.– En plena escalada de violencia en Cisjordania, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, insistió ayer en que no se detendrán los asentamientos judíos en Jerusalén. La advertencia se produjo en vísperas de la reunión de mañana en Washington entre el premier israelí y el presidente estadounidense, Barack Obama.

La férrea posición del gobierno israelí y la creciente violencia en la Cisjordania ocupada, donde ayer murieron dos palestinos más a manos de las tropas israelíes, están dificultando los esfuerzos del enviado estadounidense, George Mitchell, para encaminar las conversaciones de paz.

Mitchell se entrevistó ayer en Jerusalén con Netanyahu y le entregó una invitación formal para reunirse con Obama en Washington, según confirmó un vocero del gobierno israelí. El enviado especial de Obama para Medio Oriente viajará hoy a Jordania para conversar con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbas, indicaron fuentes palestinas.

La invitación de Obama a Netanyahu se produce en un clima de deterioro de las relaciones entre ambos mandatarios después del anuncio de Israel de un plan para construir 1600 nuevas viviendas en Jerusalén oriental. La decisión del gobierno israelí causó malestar en el gobierno de Obama, tanto por su contenido como por el momento elegido para comunicarla, durante la reciente visita a Israel del vicepresidente estadounidense, Joe Biden.

"Nuestra política en Jerusalén es la misma política seguida por todos los gobiernos israelíes durante 42 años y no ha cambiado; en lo que respecta a nosotros, construir en Jerusalén es lo mismo que construir en Tel Aviv", dijo Netanyahu ayer durante la reunión semanal de su gabinete, poco antes de partir hacia Washington, donde hoy participará en el congreso anual del Comité Americano–Israelí de Asuntos Públicos –principal lobby judío en Estados Unidos– y mañana se reunirá con Obama en la Casa Blanca.

Como parte de la estrategia de Washington para reducir la tensión, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, habló por teléfono con Netanyahu el jueves para tratar de convencerlo de que frenara la construcción de nuevos asentamientos judíos. Según Clinton, en esa conversación Netanyahu le trasladó comentarios "útiles y productivos".

Según varios medios de prensa israelíes, Netanyahu habría rechazado suspender el proyecto de nuevas viviendas, pero no habría visto con malos ojos llegar a acuerdos en otros puntos de la agenda de paz, como la liberación de prisioneros palestinos o una flexibilización del bloqueo de Gaza.

Más violencia

Coincidiendo con la visita de Mitchell a Jerusalén, ayer se produjo una escalada de la violencia en Cisjordania. Tropas israelíes mataron a dos palestinos cuando intentaban apuñalar a un soldado judío, según el ejército israelí, con lo que se eleva a cuatro el número de palestinos muertos por enfrentamientos con soldados israelíes en apenas 24 horas. Ayer murió también uno de los dos adolescentes palestinos atacados el sábado por fuerzas israelíes. El otro joven murió en el acto.

Para Nabil Abu Rdainah, vocero del presidente Abbas, las muertes representan la respuesta de Israel a los esfuerzos de Estados Unidos y otros países por reanudar el proceso de paz. "Esta escalada [de violencia] destrozó los intentos de retomar las negociaciones", añadió.

Las tensiones en Cisjordania y Jerusalén oriental aumentaron en las últimas semanas, con enfrentamientos diarios entre grupos palestinos y soldados israelíes.


En EEUU, el premier israelí volvió a defender el plan de construcción que despertó
la condena internacional: expectativa por la reacción de Washington

Netanyahu está reunido con Obama

Agence France–Presse (AFP), 23/03/10

Washington.– En plena crisis diplomática y haciendo una férrea defensa del plan de construcción de viviendas en Jerusalén oriental, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, se reunirá hoy en Washington con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, intentando poner paños fríos al conflicto.

Sin embargo, el premier israelí para no estar dispuesto a ceder ni un centímetro en su plan anunciado y que despertó la condena internacional. Declarando que "Jerusalén no es un asentamiento", Netanyahu se mostró desafiante luego de oír las nuevas críticas de Estados Unidos a la construcción de 1600 viviendas.

Su discurso en Washington ante la Comisión de Asuntos Públicos Israelí–Estadounidense (Aipac, por sus siglas en inglés), un influyente grupo de lobby en favor de Israel, contrastó fuertemente con un discurso que la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, hizo en el mismo foro horas antes.

Clinton, quien después del discurso mantuvo conversaciones de bajo perfil con Netanyahu, dijo que la política de asentamientos de Israel en Jerusalén oriental y Cisjordania pone en riesgo las negociaciones de paz con los palestinos, un punto que el primer ministro rechazó. "El pueblo judío construyó Jerusalén hace 3000 años y el pueblo judío construye Jerusalén hoy. Jerusalén no es un asentamiento, es nuestra capital", dijo Netanyahu.

La peor crisis diplomática en varias décadas entre Israel y su principal aliado estalló hace dos semanas, cuando el gobierno de Netanyahu anunció la aprobación de un plan para construir 1600 casas en Jerusalén oriental, reclamada por la Autoridad Nacional Palestina (ANP) como la futura capital del Estado palestino.

El anuncio se produjo un día después de que George Mitchell, el enviado especial del presidente Barack Obama para la paz en Medio Oriente, anunciara la reanudación de las conversaciones de paz indirectas y en medio de la visita del vicepresidente norteamericano, Joe Biden. Por ello, la Casa Blanca lo interpretó como un "insulto" y exigió a Netanyahu que diera marcha atrás con el plan.

"Todos saben que estos vecindarios serán parte de Israel en cualquier acuerdo de paz. Por lo tanto, construir en ellos de ninguna manera excluye la posibilidad de una solución de dos estados", afirmó.

En su discurso, Clinton dijo que las nuevas construcciones en Jerusalén oriental "socavan la confianza mutua y ponen en peligro las conversaciones de acercamiento" que son el primer paso hacia las negociaciones completas suspendidas desde diciembre de 2008. Sin embargo, Clinton advirtió que el respaldo de Estados Unidos a Israel es "sólido, inquebrantable y duradero por siempre".


Clinton reiteró que EEUU rechaza los nuevos asentamientos

Se reúnen Obama y el premier

Agencia Reuters, 23/03/10

Washington.– Cuando faltan horas para el encuentro clave de hoy entre el presidente norteamericano, Barack Obama, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, Estados Unidos ratificó ayer su oposición a la política israelí de expandir los asentamientos judíos en los territorios palestinos ocupados, en plena disputa que enfrenta a los dos históricos aliados.

Como la semana pasada, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, fue la voz de la administración Obama contra el desafío israelí. La funcionaria advirtió que las nuevas construcciones en Jerusalén oriental amenazan la negociaciones con los palestinos y llamó a Israel a tomar "decisiones difíciles pero necesarias" para alcanzar la paz con los árabes.

"Las nuevas construcciones en Jerusalén y Cisjordania socavan la confianza mutua y amenazan las conversaciones, que son el primer paso hacia las negociaciones completas que ambas partes desean y necesitan", disparó Clinton frente a los principales dirigentes judíos del mundo, reunidos en Washington para la conferencia anual del Comité Americano–Israelí de Asuntos Públicos. "El statu quo es insostenible para ambas partes. Sólo promete más violencia y aspiraciones que no se harán realidad", afirmó.

En su discurso, Clinton afirmó que el camino para la paz "requiere que todas las partes –incluido Israel– tomen decisiones difíciles pero necesarias", y añadió que es importante "decir la verdad" a los amigos cuando es necesario.

Con esas palabras, Clinton se refirió al duro choque diplomático que estalló entre norteamericanos e israelíes luego de que el Ministerio del Interior israelí anunciara la construcción de 1600 viviendas en una colonia judía del sector árabe de Jerusalén durante una visita del vicepresidente Joe Biden, uno de los aliados más fuertes de Israel en la administración Obama.

De inmediato, Washington calificó el anuncio del plan de construcción como un "insulto" para el proceso de paz y suspendió una visita de George Mitchell, el enviado especial de Obama a la región.

La Autoridad Nacional Palestina (ANP), por su parte, declaró que no se sentará a la mesa de negociaciones hasta que Israel deje de expandir sus colonias en los territorios ocupados.

Desde entonces, al menos en público, Netanyahu no ha cedido en los planes de su gobierno de expandir la colonización en Jerusalén oriental.

Desconfianza personal

La quinta cita entre Obama y Netanyahu llega hoy en un momento en el que la desconfianza personal entre ambos líderes marca las relaciones de Estados Unidos e Israel. Sin embargo, ambos son conscientes de que no pueden perder la oportunidad de reconstruir un nuevo clima que permita relanzar el proceso de paz, estancado desde fines de 2008.

A través de Mitchell, Obama le envió anteayer la invitación a Netanyahu, que había aceptado una serie de compromisos luego de mantener dos conversaciones telefónicas con Clinton.

En las últimas horas trascendió que el premier israelí habría aceptado hablar de las fronteras, los refugiados, la liberación de presos palestinos y el estatus de Jerusalén, cuyo sector oriental es reclamado por la ANP como la futura capital del Estado palestino.

Sin embargo, hasta ayer se mantenía intransigente respecto del punto más sensible: la paralización de los asentamientos en los territorios palestinos ocupados.


En medio de una grave crisis bilateral, el premier israelí estuvo en la Casa Blanca

Tensa reunión de Obama y Netanyahu

Associated Press (AP), 24/03/10

Washington.– En el marco de una de las peores crisis diplomáticas de las últimas décadas entre Israel y su principal aliado, Estados Unidos, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, mantuvo ayer una tensa reunión en la Casa Blanca con el presidente norteamericano, Barack Obama.

El encuentro coincidió con el anuncio de la construcción de nuevas viviendas en Jerusalén oriental, lo que podría reavivar aún más la tensión entre Israel y Estados Unidos. La crisis entre ambos países estalló hace casi dos semanas, cuando el gobierno israelí anunció un plan para construir 1600 nuevas viviendas en el sector palestino de la ciudad, justo cuando el vicepresidente norteamericano, Joe Biden, realizaba una visita al país para reanudar el proceso de paz.

Un serio Netanyahu llegó a la Casa Blanca por la tarde y mantuvo una reunión a puertas cerradas con Obama en el Salón Oval. El encuentro concluyó una hora y media más tarde, sin una conferencia de prensa posterior.

El áspero tono de la reunión lo había dado Netanyahu antes de llegar a la Casa Blanca, al advertir: "Si los estadounidenses apoyan las demandas poco razonables de los palestinos respecto del congelamiento de la construcción en Jerusalén, el proceso político corre el riesgo de bloquearse durante un año".

"El pueblo judío construyó Jerusalén hace 3000 años y el pueblo judío construye Jerusalén hoy", dijo Netanyahu ante el American Israel Public Affairs Committee (Aipac), el principal grupo de presión pro israelí de Estados Unidos.

"Jerusalén no es una colonia. Es nuestra capital", afirmó.

Estas declaraciones conspiran contra los esfuerzos estadounidenses de reanudar el proceso de paz, respondió ayer la Autoridad Nacional Palestina (ANP).

Hasta el momento, Obama se había mantenido por encima de la disputa, y fue la secretaria de Estado, Hillary Clinton, la encargada de dejar en evidencia el profundo malestar con el gobierno israelí. El hecho de que la reunión en la Casa Blanca se celebrara anoche a puertas cerradas indica que las tensiones continúan.

El encuentro tuvo lugar poco después de que Obama promulgara la histórica ley de reforma de salud, en una emotiva ceremonia (ver Pág. 3).

La Casa Blanca ha pedido al gobierno israelí que dé "pasos difíciles" para lograr la reanudación de las negociaciones de paz con los palestinos –pospuestas tras el anuncio de las nuevas viviendas– y que suspenda la expansión de los asentamientos.

Pero las últimas declaraciones de Netanyahu parecerían indicar lo contrario. En una respuesta a las declaraciones de Netanyahu, el Departamento de Estado reiteró ayer que el estatuto final de Jerusalén sólo se podrá determinar en las negociaciones directas.

"Al final, las dos partes tendrán que hacer compromisos sobre Jerusalén, los refugiados, las fronteras y varios otros asuntos", dijo el vocero del Departamento de Estado, Philip Crowley.

El discurso de Netanyahu "profundiza la brecha entre la administración Obama y el gobierno israelí sobre el estatus de Jerusalén y las negociaciones de paz", opinó Haim Malka, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) en Washington.

El primer ministro israelí también se reunió con el vicepresidente estadounidense –en una conversación calificada por la Casa Blanca como "franca y productiva"– y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.

Israel ocupó Jerusalén oriental durante la Guerra de los Seis Días, en 1967, antes de una anexión que la comunidad internacional no ha reconocido. Los palestinos quieren que esa parte de la Ciudad Santa sea su futura capital.

Washington argumentó que esa iniciativa no era solamente nefasta para la paz, sino también para la credibilidad de los esfuerzos estadounidenses para recuperar la confianza del mundo árabe y para aislar a Irán.

La situación podría empeorar con el nuevo plan de la municipalidad de Jerusalén, que incluye la construcción de 20 nuevas viviendas en Jerusalén oriental.


Se agrava la crisis diplomática con EEUU

Israel se expande en Jerusalén oriental

Associated Press (AP), 25/03/10

La Casa Blanca solicitó explicaciones a Netanyahu tras anunciarse la construcción de más viviendas para judíos en esa parte de la ciudad.

Jerusalén.– La tensión entre Estados Unidos e Israel, lejos de disiparse, amenazaba ayer con agravarse luego de que la municipalidad de Jerusalén confirmó un proyecto para construir 20 nuevas viviendas en el ocupado sector oriental, medida que podría alejar aún más el estancado diálogo de paz en Medio Oriente.

El anuncio se produjo en momentos en que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se encontraba en Washington tratando de calmar una creciente desavenencia con el gobierno del presidente Barack Obama sobre los planes de Israel de construir más asentamientos.

De forma casi inmediata, la Casa Blanca solicitó ayer a Israel aclaraciones sobre sus nuevos planes en Jerusalén oriental, que se suman al proyecto de construir 1600 viviendas en ese sector de la ciudad, que desató, hace dos semanas, una de las peores crisis diplomáticas de las últimas décadas entre Estados Unidos e Israel. Washington había calificado de "insultante" el hecho de que se informara sobre ese plan cuando el vicepresidente norteamericano, Joe Biden, se encontraba de visita en Jerusalén.

Al cabo de la tensa reunión a puertas cerradas entre Obama y Netanyahu, el vocero de la Casa Blanca, Robert Gibbs, declaró que aún existen diferencias entre las partes. "Hay ámbitos de coincidencia, hay ámbitos de diferencia de opiniones", dijo el vocero, que informó que la Casa Blanca buscaba gestos de buena voluntad por parte de Israel para "construir confianza" y que se pueda avanzar "hacia una paz integral".

En una señal del frágil estado de las relaciones entre Estados Unidos e Israel, la Casa Blanca no siguió el protocolo que habitualmente observa para la visita de un mandatario: no hubo declaraciones conjuntas a la prensa ni sesión de fotografías.

La conversación, que fue "honesta" y "directa", según palabras del vocero de la Casa Blanca, se vio empañada por el anuncio de que Israel planea construir 20 nuevas viviendas en Jerusalén oriental, sector anexado en 1967 y que los palestinos reclaman como capital de su futuro Estado. Al respecto, Gibbs informó que Estados Unidos solicitó "aclaraciones" a Israel sobre este nuevo proyecto de expansión.

La municipalidad de Jerusalén sostuvo ayer que la información fue "tergiversada". A través de un comunicado, señaló que la construcción de 20 nuevos departamentos en el barrio de Sheikh Jarrah "ya había sido aprobada y hecho pública en 2009", aunque la aprobación oficial sólo pudo ser emitida anteayer. Los palestinos habían sido expulsados de ese barrio el año pasado.

Este nuevo proyecto, financiado por el millonario estadounidense Irving Moskowitz, prevé demoler un hotel viejo, el Shepherd, y construir en el lote 20 viviendas para judíos y un estacionamiento subterráneo de tres niveles.

El plan, que se suma al proyecto anunciado el pasado 10 y que estipula la construcción de 1600 nuevas viviendas en Jerusalén oriental, podría ser interpretado como una provocación por la Casa Blanca y por el Cuarteto de Medio Oriente (conformado por Estados Unidos, Rusia, la ONU y la Unión Europea), que ya manifestaron su condena a este tipo de iniciativas de Israel. La comunidad internacional no reconoce la anexión por parte de Israel de la parte oriental de Jerusalén, conquistada durante la Guerra de los Seis Días (1967).

Por su parte, el legislador israelí Eitan Cabel acusó a Netanyahu de provocar innecesariamente a Estados Unidos. "¿Este es otro error desafortunado? ¿Se trata de otro malentendido?´´, preguntó Cabel, integrante del Partido Laborista, que forma parte de la coalición en el poder.

"Netanyahu decidió escupir en el ojo de Obama, esta vez desde cerca. El y sus ministros piromaníacos insisten en prenderle fuego a Medio Oriente´´, añadió el legislador.

Netanyahu dijo durante su visita a Washington que "el pueblo judío construyó Jerusalén hace 3000 años y el pueblo judío construye Jerusalén hoy". Lo hizo durante una presentación ante el American Israel Public Affairs Committee (Aipac), el principal grupo de presión pro israelí de Estados Unidos. "Jerusalén no es una colonia. Es nuestra capital", afirmó.

En respuesta a estas polémicas declaraciones, el secretario general de la ONU, Ban Ki–moon, reiteró ayer que el estatus definitivo de Jerusalén se decidirá en las negociaciones finales entre israelíes y palestinos, por lo que pidió evitar acciones "provocadoras" que enturbien el diálogo entre las partes.

"La ONU y la comunidad internacional han dicho con claridad y en voz alta que Jerusalén es un asunto que se debe discutir en las negociaciones finales", dijo.

En este contexto, el comité encargado de planificar la construcción en Jerusalén ha suspendido todas sus deliberaciones sobre nuevas edificaciones en la parte oriental de la Ciudad Santa, como consecuencia del conflicto en las relaciones con Estados Unidos.


Agitado encuentro en la Casa Blanca

En Israel, dicen que Obama "humilló" a Netanyahu

Agencia EFE, 26/03/10

Jerusalén.– El presidente de EEUU, Barack Obama, "humilló" al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, en la reunión que mantuvieron el último martes y de la que la Casa Blanca apenas ha difundido detalles, según informó ayer el diario israelí Yediot Aharonot.

El objetivo del encuentro, celebrado en la Casa Blanca, fue discutir las profundas diferencias que han surgido entre ambos países –una de las peores crisis de toda la historia bilateral– a partir de la decisión israelí de desoír el reclamo de Washington de que detenga la construcción de colonias judías en territorios palestinos ocupados. Estados Unidos busca relanzar el proceso de paz con los palestinos, pero se enfrenta con la intransigencia israelí. El último choque entre ambos gobiernos ocurrió durante la reciente estancia del vicepresidente Joe Biden en Israel, momento en el cual el gobierno de Netanyahu anunció la edificación de 1.600 viviendas más.

Según el Yediot, un Obama robustecido tras la reciente aprobación de su reforma sanitaria quiso vengarse de Netanyahu sometiéndolo a una "humillación", particularmente después de conocer que Israel había dado la luz verde definitiva unas horas antes a otras 20 viviendas en Jerusalén Este.

De acuerdo con ese diario, Obama exigió al premier israelí que se comprometa por escrito a poner en marcha nuevamente el proceso de paz en Cercano Oriente, interrumpido desde hace 15 meses. Apenas iniciada la entrevista en la Casa Blanca, Obama preguntó a su visitante qué gestos precisos estaba dispuesto a hacer para persuadir a los palestinos a que reanuden el diálogo. Obama no quedó satisfecho con las vagas respuestas de su interlocutor e insistió en exigir pasos concretos.

A las siete de la tarde, tras una hora y media de debate sin lograr acuerdos, Obama se levantó de la silla y dijo: "Me voy al a la residencial (de la Casa Blanca) a cenar con Michelle y las chicas". En vez de alargar el encuentro, el presidente sugirió a su anfitrión que se quedara en la Casa Blanca para consultar con sus asesores. "Estaré por aquí. Hazme saber si hay algo nuevo", espetó a Netanyahu, siempre según el relato del rotativo.

La Casa Blanca no permitió el acceso a los medios antes o después de la entrevista ni difundió fotos oficiales del encuentro, como marca el protocolo, lo que se interpreta como otra forma de humillar a su invitado. Netanyahu partió poco después a su país y la prensa lo recibió con titulares que hablaban del "fracaso" de su gestión en Washington.