Paraguay

Cómo se viene el 2008

Recuento y Perspectivas

Por Marco Boltes
Agrupamiento por el Socialismo, 15/01/08

La oficialización de Blanca Ovelar como candidata del partido Colorado para las elecciones de abril en medio de acusaciones mutuas de fraude, marchas y contra marchas y el desarrollo que tomó esa pequeña crisis inter burguesa, nos mostró primero,  la verdadera esencia de la falsa democracia con hambre, además de cuanto está en juego en la disputa de los principales grupos dentro del Partido Colorado. Por otra parte la actual situación de los movimientos sociales y la izquierda, la marea electoralista, y el truncamiento de la posible construcción de una herramienta política independiente de los trabajadores, marcan  el inicio de este año.

La crisis interna el Partido Colorado, disputas por migajas

Luego de las reñidas internas donde se definían los candidatos oficiales del Partido Colorado para las elecciones generales  del 2008, de las cuales participaron como principales contendores el movimiento Vanguardia Colorada,  que candidata  a la dupla Castiglioni – Zacarías en oposición al oficialista movimiento Progresista Colorado, liderado por el propio presidente Duarte Frutos, que propugna la dupla Ovelar – Santacruz,  debían llevarse adelante unas nuevas votaciones en un determinado distrito electoral de Asunción con un caudal interesante de afiliados y de votos, que fuera anteriormente suspendido por incidentes.

Según los cómputos, hasta ese momento aún provisorios, del tribunal independiente del partido, la diferencia existente entre ambas listas para la dupla presidencial era de tan solo un 1,5 % aproximadamente. Como la diferencia era mínima, ambos movimientos hicieron de todo para poder asegurar los votos de los aproximadamente 8000 votantes que figuraban en el padrón.

El oficialismo, movió cielo y tierra, llegaron a  asfaltarse calles en 24 hs. Los candidatos recorrieron el barrio a pie, casa por casa. Los montos para la compra de votos y cédulas de identidad subieron de los modestos acostumbrados 10.000 guaraníes hasta los 100 y 500 mil guaraníes. La tecnología hizo irrupción en el terreno de la democracia de los votos comprados, cuando los operadores repartían celulares con cámaras, para “probar” que efectivamente se votó por la lista que pagó previamente.

Aunque Vanguardia Colorada ganó en ese local finalmente, la diferencia de votos obtenida no le alcanzó para superar la supuesta diferencia existente a nivel nacional. Nicanor, ni corto ni perezoso ya ofreció cargos a los Castiglionistas para que acepten su derrota y dejen de armar barullo.

Aún así hasta ahora,  las promesas de jugosos cargos en la Itaipu y otros entes, no produjeron el efecto deseado. Castiglioni y su gente sigue emperrada, cosa rara dentro del partido Colorado. A estas alturas, en otra interna que pasó a la historia por ser amañada en forma parecida, las que dieron por vencedores a la dupla Wasmosy - Seifart,  el ex vise presidente asesinado Argaña y sus seguidores ya  habían arrojado la toalla.

Que es lo que está en juego

Esta cuasi polarización,  al interior de la burocracia colorada, además de mostrarnos la real fisonomía del sistema, refleja un conflicto de dos métodos o  formas de acumulación,  las cuales a su vez responden a proyectos geopolíticos diferentes. No sabemos del alcance de las contradicciones y diferencias, es decir del grado de polarización al han llegado, pues lo más probable,  mediante arreglo de por medio, pronto se escuchará nuevamente el famoso “todos somos colorados” a la hora de la verdad.  Y los acérrimos enemigos de hoy se transformarán en los queridos socios y correligionarios de siempre.

Lo que salta a primera vista son los proyectos a los cuales responden estos sectores mayoritarios de la burocracia. La dupla “opositora” Castiglioni – Zacarías se juega claramente a mantener y sostener el actual modelo económico esencialmente agro exportador y colateralmente vinculado al comercio ilegal, principalmente con el Brasil.

El candidato a presidente, Castiglioni, como bien alguien dijera, desea fervientemente  ser el hombre de Washington en el palacio de López y no es coincidencia que  su compañero de dupla sea el actual intendente municipal de Ciudad del Este capital del Alto Paraná, la principal vía comercial del país con Brasil, que a su vez es el departamento con mayor superficie cultivada de soja.

El apoyo de Castiglioni al gobierno Bush y las constantes gestiones de  apoyo  al mismo en su carácter de vicepresidente, lo marca como el representante de la burocracia ligada a los sojeros y los empresarios de frontera. Como muestra del poderío económico del sector sojero recordamos que tan solo este año se embolsó la maravillosa suma de 1.088 millones de dólares.[1]

Por ende, la mentada alianza en torno a los bio combustibles  Bush – Lula, es sin duda el proyecto regional que sin reserva apoya el Castiglionismo. Proyecto por el cual el Paraguay seguirá siendo casi exclusivamente parte del gran sojal regional que provea de materias primas para la producción de los bio combustibles aumentando el lucro de la Monsanto, la Syngenta o su socia menor la Embrapa.

Por su parte, el otro sector burócrata, el oficialista, esta dando muestras de que sus alianzas estratégicas están tejidas en torno a los intereses de la “patria contratista”,  por darle un nombre al sector que lucra a costa de los gastos y compras del aparato estatal, es decir de las contrataciones, tercerizaciones, licitaciones, etc.

Los mismos apuntan  a dar su apoyo y colgarse del saco de Chávez, y últimamente de los Kitchner, es decir formar parte estable del conjunto de los demás gobiernos “progres” de la región, pues a partir de varios proyectos regionales,  y de estar dentro de ese “círculo” se puede acceder  a muy buena y oxigenante plata dulce.

La dinastía K en la Argentina: asistencialismo para los pobres y  recuperación económica de la patronal a base de la explotación de los trabajadores

Los esposos  Kitchner, y el modelo que representan, dentro del marco estratégico que a nivel regional están construyendo priorizando relaciones con Chávez,  traen aparejados consigo la posibilidad para el sector oficialista del partido colorado de recibir en cierta forma  sus  “planes trabajar”

La recuperación de la industria local argentina en referencia a la catástrofe económica legada por la era Menen - De la Rua, y  la consiguiente capacidad para equilibrarse y poder llevar adelante un plan de asistencialismo a gran escala sumado a una gran recuperación del empleo aunque mayormente en las condiciones de esclavitud laboral heredadas de esos mismos 90, posibilitaron que el modelo K pueda tener otros 5 años de vigencia.

Sin embargo,  no podemos perder de vista  las contradicciones que se han venido acumulando y que la continuidad de la bonanza económica vaya a depender -en gran medida- de como sea la evolución de la economía mundial la que esta acumulando nubarrones a partir de la casi inevitable entrada de la economía yanqui en una recesion.

Y a esto se le debe sumar que hay un proceso de lenta pero sostenida acumulación y recomposición de las filas de la clase trabajadora donde se vienen desarrollando importantes experiencias de lucha por fuera de la burocracia donde tienen peso importantes sectores independientes y de la izquierda, experiencia que mediante la herramienta del pacto social y de la santa alianza gobierno, patrones y burocracia sindical se pretenden en estos momentos liquidar[2].

Por todo esto aun no se puede decir a ciencia cierta como será el 2008: si será ineluctablemente el año de la consolidación de la dinastía K o un año marcado por duros procesos de lucha y/o crisis. En todo caso, seguramente, se vivirá en algún lugar intermedio entre estas dos tendencias que siguen en obra en el país.

El problema geopolítico: la dependencia regional

Lo más difícil de la situación geopolítica del Paraguay, además de ser un país pequeño y mediterráneo y pobre, es su situación de vecino de dos de las tres economías más fuertes de América Latina. Históricamente, luego de la guerra del 70, cíclicamente sus clases dominantes  y sus gobiernos,  han optado alinearse al Brasil o a la Argentina  en cuanto a política exterior y economía internacional. Hasta el momento esta  política de alineamiento dentro de tal o cual  proyecto socio económico  regional, ubicó al Paraguay como en estado de semi dependencia del Brasil en las últimas cuatro décadas. Política que fue reforzada por el régimen stronista luego de la caída en desgracia del peronismo en la Argentina, pues hasta ese momento Buenos Aires  marcaba  la pauta.

Durante estas cuatro décadas se establece el modelo agroexportador y el comercio de triangulación con el Brasil, vigente hasta hoy día.

Esta dependencia e influencia tiene sus efectos negativos dentro del proceso de la lucha de clases, en especial sobre el movimiento de masas y la vanguardia de luchadores en Paraguay.

A pesar de existir una sincronización de las luchas en América Latina, la excepción se da justamente en el Brasil que por ser una semipotencia,  con rasgos de lucha de clases y de estabilidad del régimen tipo “europeo”, actúa como el “gran tapón regional”.

A esto se le suma que la actual estabilidad y el relativo crecimiento económico en la Argentina, sirve como válvula de escape a la gran masa de desempleados y a los  expulsados del campo por la propia expansión del modelo sojero. La actual solución individual socializada para la crisis, como en otros tiempos, es la migración hacia el gran Buenos Aires. Esto explicaría en gran medida porque a pesar de la situación calamitosa en el campo y el nulo crecimiento económico ya no se ha producido un estallido social.

En fin, es esta aparente estabilidad en sus vecinos lo que el oficialismo colorado quiere explotar, en especial a través de los subsidios directos que pueda conseguir. Recibir en concepto de limosnas millones de dólares para poder sobrevivir en base a las  sobre facturaciones.

Las prometedoras gallinas de los huevos de oro: el Banco del Sur y el Fondo de Convergencia Estructural del MERCOSUR (FOCEM)

Por ahora el FOCEM, es el primer medio por el cual la burocracia colorada empezó a recibir sus subsidios. En resumidas cuentas el Fondo de Convergencia Estructural del MERCOSUR está inspirado en un mecanismo similar desarrollado por los países de la Unión Europea (Fondos de Convergencia Estructural y de Cohesión Social). Estos fondos han servido para aparejar las infraestructuras de los países más atrasados de Europa Occidental como España, Grecia, Portugal e Irlanda, durante la década de los ochenta.

El FOCEM según su propia carta orgánica “responde a la necesidad de garantizar a las economías menores y regiones menos desarrolladas una inserción plena en el contexto de una profundización de integración del bloque. El FOCEM es una institución comunitaria que responde a objetivos solidarios y está basado en un mecanismo de transferencia directa de recursos financieros desde las economías mayores (Argentina y Brasil) hacia las economías menores (Paraguay y Uruguay)”[3]

El mismo funciona de la siguiente manera, la contribución total anual de los miembros del bloque al fondo sería equivalente a cien millones de dólares. La integración de dichos recursos está relacionada directamente con el tamaño de la economía, es decir, a mayor tamaño corresponde mayor aporte. Concretamente, en el caso del Brasil que es la economía de mayor tamaño, deberá integrar anualmente un equivalente a setenta millones de dólares, mientras que Paraguay, por ser la economía menor en el MERCOSUR, aportará tan solo un millón de dólares.

Se estableció que la distribución de los recursos se relacione de forma inversa con el tamaño de la economía, es decir, a menor tamaño corresponde mayor participación en la distribución.

Bajo este principio, y las consabidas negociaciones el país terminó recibiendo un fondo superior a lo establecido objetivamente por este criterio (el valor resultante de su aplicación asignaba a Paraguay recibir el 36% de los fondos). Sin embargo, como producto de las negociaciones, nuestro país recibirá en promedio anualmente el equivalente al 48% de los recursos del FOCEM. Esto representa 48 millones US$ anuales, tomando en consideración el monto anual de 100 millones que fue acordado para cada año de vigencia del Fondo.

Sin embargo, mejorando las expectativas,  ya fueron aprobados para este año seis proyectos presentados por el gobierno por un total de 53,68 millones de dólares, y ya fueron enviados, para ser aprobados, otros 15 proyectos por un total de 125 millones de US$.[4]

Todos los proyectos y su gestión, entiéndase el manejo presupuestario, pasa por ministerios y viceministerios, y otras instituciones estatales menores como la SENATUR, el SENASA y el INDI. Sencillamente un verdadero festín para el sector de la burocracia que maneje los hilos del poder.

El otro puntal, en cuanto a los subsidios  lo constituye el proyecto del Banco del Sur, aunque el mismo no entrará a funcionar hasta noviembre de este año,  el mismo fue constituido oficialmente el 9 de diciembre de 2007, con la firma por parte de los presidentes de los países miembros  en la Casa Rosada.

El Banco del Sur,[ ]es un fondo monetario, banco de desarrollo y organización prestamista propuesta por Hugo Chávez. Hasta el momento, además de Venezuela, se han incorporado al proyecto Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Paraguay y Uruguay. Chile participa como observador. El mismo contará con un capital inicial de 7.000 millones de dólares. El programa prestaría dinero a cualquier país que emprenda la construcción de programas y proyectos aprobados. Inicialmente su sede será Caracas, con dos subsedes, una en Buenos Aires y otra en La Paz.

Se propone que todos los países miembros contribuyan en partes iguales de modo que ninguno de los mismos tenga un control dominante. El capital inicial del banco sería de 300 a 500 millones de dólares. Estaba previsto que comience sus operaciones el 3 de noviembre de 2007.

Evidentemente este tipo de dependencia, desnuda la imposibilidad crónica de la burguesía local de sacar al país del tremendo atraso en el que está sumergido y de que no encuentra otra forma de acumular que no sea rapiñando al aparato estatal.

El reflejo de estos factores al interior del movimiento de masas

Hasta ahora el pico más alto a nivel de un reagrupamiento en la vanguardia del movimiento de trabajadores, el campesinado pobre y los luchadores sociales, se ha dado con la conformación del Bloque Social y Popular. Sin embargo, principalmente por la preeminencia del oportunismo electoral, esta iniciativa terminó en un estrepitoso fracaso. Varias de sus organizaciones no resistieron la presión ante la posibilidad de ocupar cargos y mejores lugares en las listas electorales, llegando incluso a dejar de lado la construcción de una herramienta política de clase para probar una posible alianza con sectores patronales. Alianza que los acontecimientos demostraron, no fue posible, por iniciativa de la propia burguesía, que llegado el momento,  no dudó en dejar de lado a sus socios ocasionales de “izquierda”.Evidentemente no había necesidad de ellos.

El Bloque Social y Popular surgió en enero del año pasado,  producto de la lenta recomposición del movimiento popular,  como un esfuerzo de constituir un frente único entre varias organizaciones,  sentar las bases de  un proyecto socio-político de la clase trabajadora y los sectores populares para constituirse en una alternativa independiente a todos los partidos políticos del régimen. Surgió, además, como un espacio de coordinación de las luchas populares.

Lo decisivo y central, lo estratégico en esta etapa, era construir el Bloque Social y Popular aprovechando la actual coyuntura nacional de ruptura de amplios sectores de la población con las cúpulas de los partidos patronales que están totalmente desacreditados, tanto del oficialismo colorado como los de los “falsos opositores” de la Concertación. Ampliar sus bases, llamando fraternal y solidariamente a las demás organizaciones del movimiento obrero, campesino y estudiantil, que por tal o cual motivo aun no se estaban  integrando, hasta que se constituyese en el organismo fuerte de coordinación de las luchas de los trabajadores y el conjunto de los explotados. En ese marco, llamar a un diálogo entre el Bloque Social y Popular y la Alianza Patriótica Socialista[5]  para la conformación de un Frente Único de los trabajadores era la gran tarea impuesta al movimiento. Las presiones, fundamentalmente electoralistas de las que hablábamos, solo podían  contrarrestarse poniendo de nuevo en pie un reagrupamiento que articule la lucha cotidiana ocupando el lugar dejado por el Frente Nacional de Lucha por la Soberanía y la Vida[6].

La consolidación del Bloque Social como un instrumento político independiente de los trabajadores era indispensable para llevar al proceso consecuentemente hacia la izquierda. Por más radical que resultase el discurso del “candidato”, en este caso varias organizaciones ya daban por descontado su apoyo a Fernando Lugo,   ello no serviría de mucho sin el fortalecimiento de una organización que canalice y potencie el proceso, ya de por si contradictorio por ser amplio y heterogéneo, que no quede enredado en el electoralismo y que concrete realmente esa ruptura con la burguesía en la lucha cotidiana.

Lamentablemente,  las presiones electoralistas jugaron una mala pasada a este germen de herramienta política independiente de los trabajadores. Lentamente los partidos y la dirigencia de las centrales, fuertemente  “pro luguistas” fueron transformando el carácter del mismo, en el de mero aparato electoralista.

En una plenaria realizada en el mes de agosto, la dirección del Bloque Social y Popular  integrada principalmente por el P-MAS,  el movimiento Tekojoja, y representantes de la Coordinadora Sindical,  decretaron la muerte del mismo como herramienta política clasista e independiente de los trabajadores y el conjunto de los explotados, al aprobar  la coalición con los partidos sostenes del régimen, el PLRA, País Solidario, etc. en la denominada “Alianza Patriótica por el Cambio”, todo esto en el marco de un apoyo incondicional a la candidatura de Fernando  Lugo por parte de estos sectores del movimiento.

La gran contradicción está en que estos partidos autodenominados de izquierda no pueden plantear,  bajo ningún pretexto creíble,  la construcción de una alternativa distinta a favor de un verdadero cambio social, con quienes son los sostenes parlamentarios del régimen de la burocracia corrupta del Partido Colorado.

En los últimos actos proselitistas llevados adelante por la Alianza pro Lugo resultaba realmente patético para cualquier conocedor de la política local,  ver por ejemplo a miembros y militantes  de partidos pertenecientes al movimiento y autodenominados de izquierda como el P-Mas, compartir alegremente la fiesta con personajes realmente funestos para los trabajadores como el senador liberal A. Jaegli, fiel exponente de lo más reaccionario de la burguesía local.

Lugo y el fortalecimiento del bipartidismo

Cuando se habló del surgimiento  de  un fenómeno cuando se lanzaba la candidatura de Fernando Lugo, eso era acertado, pero el fenómeno no es el propio  Fernando Lugo como tal, el fenómeno es la recomposición de la vanguardia del  movimiento y no es solo un “fenómeno” aislado en Paraguay, sino es el proceso y el debate consecuente que surge en  toda América Latina,  y al  cual Paraguay se está sumando ya en forma tardía, y muy lenta diríamos, teniendo en cuenta los factores antes mencionados de relativa estabilidad regional reflejados en la inestabilidad y altibajos que sufre el movimiento de masas.

Desde el lanzamiento de Fernando Lugo a la arena política,  hasta el día de hoy podemos decir que el mismo ha trazado su derrotero y que su proyecto  esta más que armado. Sus discursos, sus actos y sus aliados  nos dan una pauta de las tendencias políticas  del ex obispo. Las que probablemente seguiría hasta las elecciones de abril de este año, y lo más importante, de lo que su gobierno puede llegar a significar y de lo poco que puede esperar del mismo los movimientos sociales y de trabajadores en su conjunto.

Lugo representa para estos sectores “lo diferente” frente a lo mismo de siempre, diferente a los conocidos representantes de la llamada “transición a la democracia”, a la claque en el poder durante la década y pico de democracia neoliberal. Una forma de ruptura, aunque no muy bien definida.

Sin embargo, a pesar de constituirse en el albacea  del hartazgo de amplios sectores de masas hacia un régimen corrupto con más de 60 años, el ex obispo ya se demarcó políticamente, aunque sus confusas elucubraciones sobre el “socialismo del siglo XXI” o su identificación con Lula o Bachelet  parecieran acercarlo hacia el espectro de la izquierda.[7]

Su posicionamiento político es el “centro”,  como el mismo afirmó, tal cual cuello de poncho, hablando y actuando con partidos de derecha e izquierda, con empresarios y trabajadores, con ricos y pobres.  En otras palabras, Lugo quiere ser el mentor de la gran “reconciliación nacional”, en el marco de lo que podría ser  una nueva re configuración a nivel de régimen luego de una posible caída del Partido Colorado.

Su elección del aparato político y electoral del PLRA[8], principal partido patronal de oposición, para presentarse a elecciones constituyó  uno de los hechos más funestos para el movimiento popular en los últimos tiempos. Su definición, además de significar la dependencia política de los intereses de terratenientes, especuladores y burócratas de diversa calaña, paradójicamente significa un espaldarazo político al régimen que dice proponerse suplantar, pues el régimen de la burocracia colorada necesitó y recibió el sostén legitimador del PLRA  desde la caída de la dictadura estronista hasta la actualidad.

Reforzar el tradicional bipartidismo conservador y tratar de identificarse lo menos posible con sectores independientes de los  sectores patronales como el Bloque Social y Popular por ejemplo, constituyó un factor muy negativo para el  desarrollo,  en la conciencia de los sectores de masas que lo siguen a Lugo, de la posibilidad de romper con el régimen y construir sus propias alternativas políticas.

El cambio en manos de los movimientos sociales y de trabajadores

Este año evidentemente, para nosotros está marcado por el electoralismo, eso hace que invariablemente,  también  las varias organizaciones políticas de izquierda que se presentan a elecciones estén inmersas en el activismo electoral. Esperemos que este activismo no termine en un fiasco, tanto para  aquellas que presentan candidaturas de tipo testimonial como para las que van colgadas del saco de Lugo.

En este marco el escenario no es el mejor para las organizaciones del campo popular y de trabajadores a falta de reales perspectivas electorales en torno al fortalecimiento de procesos de construcción de una herramienta política independiente. Pero lo más complicado es que ese activismo, lo más probable, termine debilitando no sólo a las organizaciones políticas sino también a las organizaciones campesinas y los gremios obreros y estudiantiles, cuya fuerza y convocatoria será más que necesaria para enfrentar y exigir al próximo gobierno, el cual por más progresista o de alternancia que este sea si es que se da la derrota del coloradismo, no es ni será el nuestro.  Por eso no se puede descartar la posibilidad de que pasado el vendaval de urnas y papeletas, se produzcan nuevos intentos de reagrupamiento en torno a las luchas que indefectiblemente se producirán.

Finalmente, en ese sentido, debemos reconocer que si se diera el desplazamiento del partido Colorado de varios puntos neurálgicos del poder con el posible triunfo de Lugo, esto actuaría como un  fuerte incentivo para las organizaciones y gremios campesinos y de trabajadores. Esto ciertamente significa, que si se viene el tan anhelado cambio, el real  y no la famosa alternancia, el mismo dependerá exclusivamente de las acciones que lleve adelante el  movimiento de masas y no de la lapicera de Fernando Lugo.


[1] Arístides Ortiz,  La opulenta fiesta de los agroexportadores.

[2] Apuntes sobre el Pacto Social K, Roberto Saenz, SOBI.

[3] Doc del Focem

[4] MERCOSUR Aprobó proyectos de Paraguay por US$ 53 millones, Por Gustavo R. García, http://www.ultimahora.com.py.

[5] Alianza Patriótica Socialista. Frente entre los partidos Comunista Paraguayo,  Convergencia Popular Socialista y Unidad Popular.

[6] Frente único de luchas, en el cual estuvieron aglutinados casi todas las organizaciones del movimiento popular, y que tuvo como principal logro detener mediante movilizaciones masivas la privatización de las empresas estatales en el 2001.

[7] Aunque  identificarse constantemente con ambos gobiernos, no es precisamente identificarse con la izquierda sino todo lo contrario, es identificarse con un aparente discurso progre y medidas neoliberales.

[8] Partido Liberal Radical Auténtico.